La vida de otro (8: Simplemente sexo)
Juan y Toni terminan lo que empezaron en el cine.
- SIMPLEMENTE SEXO
El recorrido hasta casa de Toni se me hizo enterno. No veía el momento de estar a solas con él. Por el camino Toni tocaba mi paquete continuamente, la excitación alejó cualquier temor o vergüenza.
Me encanta tu polla, tan gruesa y larga, tío tienes un pollón precioso. -Me dijo Toni con la mirada llena de lujuria mientras metía la mano en mi pantalón desabrochado.
Es toda tuya, pronto te la podrás comer toda. Y diciendo esto posé mi mano sobre su paquete.
Aquella fue la primera vez que tocaba, aunque fuera por encima de la ropa, la polla de otro tío, y un extraño calambre recorrió mi espalada hasta llegar a mi trasero. Aquello era nuevo para mí, y aunque un poco abrumado por la rapidez con que sucedía todo, estaba muy excitado.
Mientras conducía, nos íbamos tocando la polla por encima de la ropa, pero al parar en un semáforo en la entrada de la Ronda que bordea Barcelona, Toni me sacó la polla y agachándose rápidamente me la empezó a chupar. Doy gracias a que estábamos parados, porque si no podría haber añadido otro siniestro a mi lista.
Toni... Toni tío... dije yo entre gemidos- que tengo que arrancar, y si sigues así vas a hacer que me corra.
Vale, vale... ya paro dijo Toni liberando mi polla- es que me encanta comértela.
Si me quedaba alguna duda o me faltaba algo de valor, al llegar a casa de Toni todo se esfumó. Nada más entrar por la puerta nos abrazamos. Toni empezó a besarme el cuello, a juguetear con su lengua en mi oreja, mientras yo agarraba su culo por encima de los vaqueros, apretándolo con fuerza. Pero de pronto, los labios de Toni rozaron los míos, y aquello fue demasiado fuerte para mi.
Tío, mejor que no nos besemos, no... no... no estoy preparado. Le dije mirándole a los ojos.
Tranquilo haremos sólo lo que te apetezca. Respondió él infundiéndome confianza nuevamente.
Me quitó la camiseta casi arrancándomela y empezó a lamerme el torso, los pectorales, el abdomen, volviendo lentamente a mis pezones... me apoyó en la pared mientras me levantaba los brazos y su lengua recorría mis axilas. El placer que estaba sintiendo era brutal pero Toni se detuvo.
- Vamos a mi habitación, estaremos más cómodos...
Al entrar en su habitación tomé la delantera, empecé a besarle en el cuello, le quité la camiseta y empecé a acariciarle su definido abdomen, sus fuertes brazos... ni si quiera yo me reconocía en esa situación. El cuerpo de Toni era una especie de secreto que se descubría ante mis ojos así de atractivo después de tantos años de haberlo ignorado.
Le desabroché el pantalón y lo dejé caer mientras acariciaba su empalmada polla por encima de unos boxers negros. Mis manos querían cubrir la totalidad de ese cuerpo, sentirlo plenamente. Mis caricias continuaron por su culo, cogiéndolo con fuerza. Me encantaba su trasero, duro, con unas nalgas tersas y redondeadas...
Le bajé los boxers y vi por primera vez su polla. No estaba nada mal, era sólo un poco más corta que la mía, pero igual de gruesa, estaba completamente descapullada y se posaba sobre unos preciosos huevos cubiertos de un rizado vello rubio. Aquella polla debía tener tan buen sabor como aspecto, pero en aquel momento fui incapaz de llegar más lejos. Se la empecé a pajear con suavidad, notando la dureza de su miembro.
De los ojos y la expresión de Toni deduje que no podía aguantar más. Me lanzó sobre la cama y quitándome de un tirón los pantalones y los calzoncillos se lanzó sobre mi polla. Si lo de aquella noche en mi coche había sido una mamada brutal, esto era aún mejor. Toni lamía con desesperación mis piernas, mis ingles, mis huevos.... recorría el tronco de mi polla con su lengua, volvía a mis huevos, los chupaba, intentaba metérselos en la boca, primero uno y después otro. Volvió a la polla y se la metió toda de golpe, arqueando su garganta para que cupiera toda. El calor de su boca en mi polla era una sensación brutal. Toni adivinaba en cada momento lo que yo necesitaba sentir y hacía que lo sintiese.
Levantando ligeramente mis piernas y enterrando su cabeza en mi entrepierna Toni empezó a recorrer con su lengua el sensitivo espacio que separa los huevos del culo. Aquello fue brutal, empezaba a perder el sentido, su hábil lengua empezó a lamer la entrada de mi ano haciéndome sentir algo imposible de comparar. Mi cuerpo se estremecía de placer cada vez que su lengua rozaba aquella parte tan sensible de mi cuerpo. Instintivamente empecé a masturbarme. Estaba a punto de perder el sentido...
- Para Toni... para dije con un hilo de voz- quiero metértela y si sigues así me voy a correr...
Toni me miró y sonrió, empezó a cambiar de postura para dejar su precioso culito a mi alcance y en ese momento su polla quedó muy cerca de mi boca. La miré embobado... dura, mojada, desprendiendo aquel aroma tan característico y excitante, su polla invitaba a comérsela...
Puedes probarla, no muerde. -Dijo sonriendo Toni. Pero mi herido orgullo de heterosexual salió en mi defensa.
No, no me apetece mentí yo.
No importa... ahora lo que necesito es que me la metas, mi culo quiere sentir esa polla dentro. Ahora vengo, voy a buscar condones al baño...
Y sin dejar que se levantase de la cama lo abracé por detrás, lo rodeé con mis brazos mientras le dejaba notar mi polla cerca de su culito. No estaba dispuesto a retrasar más aquel momento. Agarré mi polla con la mano y apunté a la entrada de su culo.
- Espera -dijo él, y estirando el brazo sacó de la mesita de noche un bote con lubricante- así mejor...
Puse lubricante en la punta de mi polla y luego en su apretado agujero, metiéndole suavemente un dedo. Toni empezó a gemir mientras se estremecía de placer. Poco a poco fui metiéndole dos de mis dedos...
- Mmmmm... por favor, métemela ya -suplicó Toni.
Volví a colocar mi polla en la entrada de su culito y presioné con un suave movimiento de cadera. Y poco a poco mi polla fue entrando...
¿Te duele? Pregunté yo.
Tranquilo, nada que no pueda soportar... el placer supera a cualquier dolor... sigue por favor...
Y así empecé a follarme al primer hombre de mi vida, uno de mis mejores amigos. Notar como su esfínter presionaba mi endurecida polla fue una sensación que me hizo rozar el cielo. Pero quería experimentar aún más.
- Gírate -le pedí yo.
Toni se giró poniendo sus piernas por encima de mis hombros y dejando su caliente agujero a mi disposición, le volví a meter mi polla mientras masturbaba la suya. Una frenética enculada unida al placer de estar pajeando una polla que no era la mía, hicieron que un brutal orgasmo sacudiese mi cuerpo.
Fui incapaz de contar las descargas de semen que soltó mi polla dentro de Toni. Mientras mi brutal orgasmo hacía que se me doblaran las rodillas, Toni empezó a eyacular sobre su pecho en una espectacular corrida que salpicó hasta la cabecera de la cama.
Exhausto me estiré a su lado. Si me hubieran explicado algo así, jamás hubiese podido creer que se podía sentir tanto, tanto placer junto a otro hombre. Pero allí, estirados en la cama en silencio, la sombra del arrepentimiento volvió a revolotear en mi cabeza.
Continuará...