La vida de otro (55: Outing)

Tras solucionarse la crisis entre Sergio y sus primos, Juan y Ángel hablan del outing. La experiencia de Ángel dará otro punto de vista a nuestro protagonista.

  1. OUTING

  2. Joder Juan, ya era hora... –exclamó Carlos al verme entrar por la puerta de casa- Pensé que te había pasado algo.

  3. No, no... sólo he pasado la noche con Eloy... –respondí sin más.

  4. ¿Has pasado la noche con él? –Carlos fue más lejos con su interpretación de lo que yo había querido ir con aquel comentario. Mi hermano se estaba imaginando algo...

  5. No podía dejarle solo... –me justifiqué-. Le encontré sentado en un banco en Passeig de Gràcia, estuvimos hablando y finalmente le acompañé a un hotel.

  6. Bien, ¿y dónde está ahora?

  7. Le acabo de dejar en el aeropuerto, después de lo que pasó anoche, pensó que lo mejor sería volver a Madrid.

  8. ¿No trabajas hoy? -Interrogó Carlos.

  9. Sí, pero he llamado al bufete para avisar que llegaría tarde. No podía dejar a Eloy solo... –repetí.

  10. No, claro que no... –añadió Carlos.

  11. ¿Y tú no trabajas hoy?

  12. No, tengo el día libre...

  13. ¿Y Sergio?

  14. Se ha ido a llevar a Eva a Madrid...

  15. ¿A Madrid? –Pregunté perplejo.

  16. Claro, supongo que para poner en alerta a los padres de Eloy...

  17. Uffff... que cabrón. Te juro que como le vuelva a ver le parto la cara... –solté con rabia.

  18. No le volverás a ver, después de que se fuesen sus amigos hablé con él y le recordé nuestro pacto...

  19. Si volvía a suceder algo parecido a la pelea de la noche de la fiesta, debería irse... –recordé yo.

  20. Eso es, así que Sergio empezará a buscarse un piso en cuanto vuelva a la ciudad.

  21. ¿Y cómo encajó que lo echases de casa?

  22. Bueno, pues mejor de lo que me esperaba. Creo que en el fondo se siente algo avergonzado por su actitud, pero siempre será mejor irse con la cabeza bien alta que reconocer que se equivocó. Lo de ayer fue demasiado. Ha perdido cualquier contacto con el mundo real, me da pena... vive enfrascado en sus teorías y discursos fascistas y es incapaz de razonar.

  23. Quizás vivir un caso de homosexualidad dentro de su familia le haga cambiar de opinión con el tiempo... –dije yo sin perder la esperanza.

  24. Quizás, pero no se puede decir que encajara muy bien la noticia. Esperemos que los padres de Eloy no se lo tomen de la misma forma...

  25. Esperemos... y ahora más vale que empecemos a olvidarnos de la reencarnación de Franco.

  26. Bien, pues habrá que empezar a buscar un nuevo inquilino para la habitación que dejará vacía Sergio, hay que seguir pagando las facturas... –dijo Carlos con su habitual sentido práctico.

  27. Cierto, pues esta vez me toca escoger a mí... –respondí con una sonrisa.

  28. Bien, inténtalo tú, pero antes de tomar una decisión, consúltamelo ¿de acuerdo?

  29. Lo haré hermanito... –dije justo antes de acercarme a Carlos y abrazarle.

  30. ¿Y este abrazo? –Preguntó Carlos.

  31. Te abrazo porque estoy orgulloso de ti, has cumplido tu palabra. Alentar las actitudes homófobas de alguien como Sergio es lo peor que puede hacer nuestra sociedad respecto a la homosexualidad...

  32. No estoy del todo de acuerdo con esa afirmación... la peor actitud frente a la homosexualidad o la bisexualidad es ser homosexual o bisexual y no aceptarse y reconocerlo... -el comentario de Carlos me cayó literalmente como un jarro de agua fría, pero al menos fui capaz de reaccionar.

  33. No es incompatible... es más, las dos cosas son necesarias –dije yo con una rotundidad que incluso me sorprendió a mí mismo.

  34. Bien, quizás tienes razón... por nuestra parte haremos lo que podamos ¿no?

  35. Lo que podamos... –repetí yo sin saber exactamente que me estaba intentando decir mi hermano.

Tras darme una ducha y cambiarme de ropa salí camino del despacho. Durante el trayecto iba pensando en las últimas palabras de Carlos. Mi hermano parecía estar empeñado en que admitiese que me molaban los tíos, que me había acostado con Eloy, que era bisexual... mi hermano, el mismo que me susurró que no dejase de comerle la polla la noche del 31-J... paradojas de la vida supongo.

Cuando llegué a "Lafarge i Associats" Ángel estaba preparando la acusación en un caso de estafa que llevaba uno de los abogados de nuestro bufete, cosas de la pasantía... toca hacer el trabajo sucio.

  • Hola Juan, te veo mal aspecto nen... ¿hemos dejado de ir al gimnasio? –Bromeó Ángel al verme.

  • No, no... digamos que he tenido una noche complicada...

  • ¿Sexo con Natalia "la Pura"?

  • No, bronca entre mi compañero de piso, bueno, mi ex compañero de piso, y su primo.

  • ¿Y eso?

  • Pues porqué mi compañero de piso se enteró de que su primo es gay...

  • Joder que marrón... ¿y qué hizo? –Interrogó Ángel.

  • Pues liarle una bronca monumental... fue algo realmente desagradable para todos los que estábamos en la cena.

  • Ufff... pobre chaval, que tenga la valentía de confesar su homosexualidad y que se encuentre con la oposición de un facha como tu compañero de piso. Claro que si alguien de tu entorno, familia o amigos rechaza tu condición sexual, debes replantearte seriamente con que tipo de gente convives...

  • Deduzco que tú tuviste mejor suerte...

  • No exactamente... lo que yo tengo es una gran familia y unos amigos cojonudos.

  • ¿Te costó dar el paso?

  • Pues hombre, fue difícil, no lo niego, pero lo hice porque lo necesitaba. Me pasé casi toda la adolescencia amargado en mi casa, siendo incapaz de mantener mis amigos porque no podía ser totalmente sincero con ellos, pensando que era una auténtica basura por sentir atracción por otros hombres... hasta que un día me metí en un chat gay para probar. Allí conocí a un tío que me dio buen rollo y nos conocimos.

  • Debió ser un gran momento... –dije yo.

  • No te creas, más bien fue un momento duro... digamos que necesitaba probarlo con un tío para saber si realmente era lo que me gustaba. Y aunque la primera vez me dejó con dudas, la segunda vez que quedé con él y se la comí, me dije: "Ángel, esto es lo tuyo".

  • Jejejeje... radical por lo que veo.

  • Bueno, digamos que fui realista.

  • ¿Y entonces se lo constate a tu familia?

  • No, no lo hice. Como quedaba esporádicamente con este chico, pues me parecía que podría llevar una especie de doble vida, el sexo por un lado y lo demás por otro. Pero aquella situación me resultó insoportable, me sentía dividido, incluso me sentía mal por llevar una vida a espaldas de mis amigos y mi familia. Entonces llegó Roberto y con él todo fue distinto. A diferencia del primer tío que conocí, que estaba casado, Roberto era gay declarado, lo tenía asumido y buscaba algo más que una mamada en un coche aparcado en la cuneta de una carretera secundaria. Roberto me lo dio todo... me aportó decisión, seguridad, estabilidad e incluso madurez. Cuando las cosas con él marchaban bien me decidí a contárselo a mi familia y a mis amigos...

  • ¿Y qué tal fue?

  • En general todos se portaron muy bien conmigo. La primera persona con la que me sinceré fue mi madre, y aunque le ha costado mucho hacerse totalmente a la idea, siempre me ha dado su apoyo... al fin y al cabo ella sabía que era mi vida. No puedes ni imaginarte lo descargado que me sentí cuando me sinceré con ella.

  • Ufff... debes sentir un alivio inmenso...

  • Luego se lo conté a mi hermana y a su novio. Los dos también se portaron cojonudamente, él incluso me pidió disculpas por si aluna vez había hecho comentarios o chistes homófobos... –dijo Ángel con una sonrisa.

  • ¿Y tu padre?

  • Bueno, con mi padre fue algo más difícil. De entrada él lo sospechaba porque mis salidas de fin de semana con Roberto eran muy habituales, no le conocían pero yo siempre que quedaba con él decía "que salía con un amigo". Si a eso le añades que mi hermana también se lo dejó caer, cuando fui a contárselo mi padre ya lo sabía. Por una parte me habían allanado el camino, pero por otra, arrancar el tema de la homosexualidad sabiendo que tu padre ya sabe que eres homosexual, no fue nada fácil...

  • ¿Y cómo se lo tomó?

  • Al principio se llevó una decepción, supongo que esperaba una vida más "hetero" para su único hijo varón. Cuando hablamos del tema por primera vez me hizo preguntas y comentarios realmente complicados, pero es lógico... tu entorno sabe mucho menos que tú de la homosexualidad, lo mejor es estar informado antes de dar el paso, estar preparado para contestar preguntas y ayudar a los demás a ponerse en tu situación...

  • Dices que te hizo preguntas complicadas...

  • Eso es... me preguntó cosas como quién hacia de hombre y quién de mujer, o cómo podía sentir placer en una relación sexual con otro hombre. Incluso se pasó semanas buscando mil y un orígenes para mi homosexualidad. No fue fácil para él. Si no estás en este mundo, tiendes a analizar la homosexualidad desde el prisma de la heterosexualidad, intentas equipararlo o hacer comparaciones, pero la homosexualidad no puede medirse con los mismos parámetros que la heterosexualidad. No hay hombre y mujer, hay dos hombres, con roles sexuales definidos o no, pero dos hombres al fin y al cabo.

  • Cierto... –Ángel me había dejado sin palabras ante tanta lucidez y claridad para hablar de la homosexualidad.

  • Ya ves, no fue fácil, pero con el tiempo todos lo han asimilado en mayor o en menor medida. Incluso mi familia conoce a Roberto y están encantados con él.

  • ¿Y con tus amigos qué tal?

  • Bueno, con mis amigos fui muy selectivo, al principio sólo se lo dije a la gente en la que sabia que podía confiar realmente y no hubo ni una sola decepción, estoy muy orgulloso de ellos. Pero si hubiese habido algún amigo que me rechazase por mi condición sexual, te aseguro que no me hubiese importado perderle... alguien que no te acepta es alguien que no te quiere.

  • Bueno, veo que el balance de tu outing es muy positivo...

  • Mucho, Juan. Ahora, cada vez me importa menos que alguien sepa que soy gay, aunque sean simples conocidos. Si me preguntan o si sale el tema, suelo pasar de dar largas o mentir, así que acostumbro a ser sincero, y no sabes la tranquilidad que da eso. Que no tengas que esconderte, que no temas cuando alguien te pregunta si tienes novia, que puedas evitar los comentarios que hacen tus conocidos hetero sobre tías, es más, luego acabas haciendo tú comentarios sobre tíos... jejeje... es muy divertido... es una auténtica liberación.

  • Joder, me alegro mucho por ti... y espero que el primo de mi compañero de piso tenga más suerte en el futuro...

  • Seguro que sí hombre. Apostaría la vida a que tu compañero de piso pertenece a ese reducto de gentuza fascista y homófoba que tanto nos han perjudicado a los homosexuales, pero que acabará por desaparecer o reducirse a su mínima expresión. Se puede ser gay reconocido y ser feliz, te lo aseguro...

  • Eres un tío muy majo Ángel, y tienes las ideas muy claras...

  • Sólo algunas... –bromeó Ángel.

  • Bien, te dejo trabajar, voy a recoger unos papeles y me voy volando al juzgado, Ricardo quiere que presente una petición de aplazamiento para un caso de violación que estamos, o está, llevando...

  • Vaya, así que no comeremos juntos... –dijo Ángel resignado.

  • Pues no creo, lo cierto es que si vuelvo al bufete será por la tarde.

  • Bien, pues por si no te veo, recuerda que quedamos en ir a Port Aventura...

  • ¡Joder es verdad! Casi se me había olvidado. Pues tú dirás cuando quieres ir.

  • ¿Qué tal este domingo?

  • Bueno, había pensado en ir a comer a casa de mi madre, porque no debe acordarse ni de que tiene un hijo, pero supongo que puedo aplazarlo... –respondí.

  • Bien, como quieras...

  • Sí, este domingo será perfecto... se lo diré a los demás y te digo algo.

  • Prefecto pues, ¿te importa que invite a alguien más?

  • No, claro que no... son tus entradas hombre... –respondí guiñándole un ojo.

  • Muy bien, espero tu llamada para confirmármelo... que vaya bien la tarde, niño.

  • Igualmente nen... –le dije mientras salía disparado hacia mi mesa para recoger los dossiers.

*

Cuando crucé el torno de salida del gimnasio sentí que había llegado a la meta. Después de una ajetreada mañana en el Juzgado de Lo Penal nº 14 de Barcelona, comí en un bar-restaurante de Ciutat Vella. Por la tarde visité a un cliente "muy importante", según mi padre, en la Torre Mapfre y cuando el sol empezaba a ponerse llegué al Club Deportivo.

Después de varios días saltándome la rutina de ejercicios y después de un día de trabajo intenso, no fue nada fácil coger la bici por los cuernos y pedalear hasta desfallecer. Luego una horita en las máquinas de tortura y listos. Nadie dijo que cuidarse fuera tarea sencilla. Afortunadamente unos 20 relajantes minutos en el jacuzzi me ayudaron a recuperar la sensibilidad en los miembros, en todos los miembros... porque las vistas de chicos en bañadores de competición Speedo no podían ser más alentadoras.

Cuando entré en el coche, mi teléfono móvil empezó a sonar. De nuevo numero oculto. Esta vez no contesté, simplemente rechacé la llamada. Arranqué el motor, pero antes de que pudiese salir del aparcamiento, el teléfono móvil volvió a sonar, esta vez había recibido un mensaje con imagen. Pulse el botón navegador y abrí el mensaje:

D

Una especie de triángulo blanco sobre un fondo negro ocupó la pantalla del teléfono... ¿a qué venía aquello?

Continuará...