La vida de otro (19: ¿Novia?)

El encuentro con David se verá truncado, pero esta no será la única sorpresa de la semana. Al día siguiente Jesús pedirá a Juan que medie en su relación con Ruth y Juan lo hará de una forma muy especial.

  1. ¿NOVIA?

  2. ¿Chupártela? –Mis palabras fueron sólo un susurro. La idea me paralizó.

  3. Sí, eso he dicho... verás como te gusta.

  4. No sé... no... no estoy seguro.

  5. Vamos Juan... vienes hasta aquí buscando nuevas formas de divertirte ¿y te vas a cortar ahora?

El tono de David fue de reto, pero también de cierta exigencia. Desde que me enrollé con Toni aquella noche, nunca se me había vuelto a pasar por la cabeza chupársela a otro tío. Pero había llegado muy lejos aquella noche, David me gustaba y no podía echarme para atrás en el último momento. Si lo hacía, quizás no le volvería a ver.

¿Sí? –Volvió a preguntar David al ver que yo no decía nada.- Seguro que la chupas muy bien.

No fui capaz de articular palabra. Simplemente asentí con la cabeza. La situación se hizo muy incómoda para mí, pero no perdía nada por probarlo. Además, partiría con la ventaja de saber más o menos lo que sentiría él.

David sonrió de nuevo, pero no fue una sonrisa de complicidad, más bien era una sonrisa triunfal. Sin duda no conocía a David en absoluto. Esa noche no dejó de sorprenderme. Sin más empezó a desabrocharse los pantalones. Tiró de ellos dejando a la vista un ajustado slip de Versace. Bajo la tela se marcaba centímetro a centímetro la polla que instantes antes había acariciado. Nunca he creído tener la polla pequeña, pero la David superó mis expectativas. Tirando del elástico del slip David liberó su polla. Entonces me bloqueé, allí tenía aquel pedazo de pollón erecto y palpitante por la excitación que yo le había producido, pero no me atrevía a empezar. David me acarició el pelo y suavemente me atrajo hacía su miembro. Todo él olía a Angel de Thierry Mugler. Hubiese vendido mi alma al diablo por detener aquel instante y lograr que sucediera todo más despacio. Seguía bloqueado.

  • David. –Dijo una voz a nuestra espalda mientras yo me incorporaba de inmediato, como despertando de un sueño.

David no hizo nada para disimular la situación, simplemente ladeó su cabeza y contestó:

  • ¿Qué ocurre ahora Max?

  • El portero me ha avisado, Mónica ha llegado ya, te está esperando abajo.

Max parecía formar parte del personal del local aunque no era un camarero ni un segurata, o por lo menos no lo parecía. Aunque eso no era lo que más me importaba en ese momento.

  • ¿Quién es Mónica? –Pregunté yo sin poder evitarlo.

  • Mi novia. Lo siento Juan pero vamos a tener que continuar con esto en otro momento.

  • ¿Tienes novia? –Pregunté yo sorprendido... enfadado.

  • Claro, y tú también si no recuerdo mal. –Dijo él con una sonrisa, mientras terminaba de acomodar su ropa.

  • ¿Y entonces que estábamos haciendo? –La rabia empezaba a tomar el control de mis palabras.

  • Nos estábamos divirtiendo Juan. ¿No querías divertirte? –Respondió David borrando la amabilidad de su gesto y adoptando una actitud muy seria.

No contesté, no supe que decir. Estaba realmente abrumado por todo aquello. Me sorprendí a mí mismo pidiendo explicaciones a David. ¿Qué estaba haciendo?

  • Nos vemos en el gimnasio Juan. Diviértete, estás en tu casa.

Y diciendo eso David salió del reservado. Tuve que volver a sentarme en aquel sofá para recuperar un poco la conciencia.

Aunque hubiese querido, ayer por la noche no hubiese podido hacer nada más. Así que volví al coche y me fui para casa. Pero David volvió a dejarme con un calentón impresionante. Estoy seguro de que he vuelto a soñar con él.

Sin lugar a dudas, mi encuentro con David ha supuesto una especie de revulsivo, un punto de no retorno dentro de mi agitada sexualidad. Desde que todo empezó a cambiar hace unos meses, he hecho un esfuerzo desesperado, un esfuerzo enfermizo por negar los sentimientos y los impulsos que se han ido abriendo paso en mi vida. Pero quizás sea hora de poner por escrito que hay cosas que nunca volverán a ser como antes. Cuando te oyes a ti mismo decir en voz alta aquello que tanto te aterra, cuando pones nombre a tus sentimientos, cuando las palabras trazan sobre el papel aquellas verdades que no estabas dispuesto a asumir, algo está cambiando.

Estoy seguro de no haber perdido el interés por las mujeres. Aunque desde hace unos meses Ana no despierta en mí la misma pasión y el mismo deseo que cuando nos conocimos, las mujeres me siguen gustando. Aún se me pone la polla dura al ver unos pechos como los de Ruth bajo un reducido bikini.

A pesar de ello, a estas alturas es imposible negar que también me he sentido atraído por algunos hombres. Lo que un día fueron fugaces pensamientos en algún tío desnudo al ver una web porno, se han convertido en una atracción real. Una sexualidad en estado latente durante años, enterrada por un férreo autocontrol, que se abrió ante mí después de aquella noche junto a Toni, y se confirmó de una forma aplastante aquel fin de semana en Salou. Ahora sé que por vicio, por morbo, por perversión, por error o por cualquier otro motivo... puedo sentirme atraído por otro hombre. Y negar algo así sería como negar mi propia existencia.

No puedo asegurar que mi recién descubierto interés por algunos hombres sea producto de un fracaso sentimental. Es absurdo pensar que un tío te la pone dura porque has tenido un desengaño amoroso. Eso sí, sin poder establecer una causa-efecto directa, lo cierto es que mi tortuosa relación con Ana ha contribuido a acelerar los cambios en mi sexualidad.

Pero quizás todo ello no sea un obstáculo para seguir saliendo con chicas. Quizás no todo esté perdido y no deba sentirme como un desgraciado por sentir lo que siento. Quizás únicamente deba sentirme culpable por como he llevado todos estos cambios.

Aún quedan muchas incógnitas que despejar en mi vida, pero hay preguntas para las que este fin de semana he encontrado respuesta. Mi relación con Ana ya no existe. El miércoles, cuando expire el plazo, se lo dejaré bien claro. Ya no podría continuar haciéndole daño. Ahora soy consciente de que nadie merece cargar con mis errores. Espero equivocarme, pero Ana no facilitará mi decisión.

Hoy tengo algunas ideas más claras respecto a mi actitud para afrontar todos los cambios que me están sucediendo, pero hay algo que me inquieta especialmente, mejor dicho, alguien. David. No creo tener demasiado elementos de juicio para poder definirle, pero lo que sí sé es que David no es como yo esperaba. Me pregunto si volveré a verle, es más, me pregunto si debo volver a verle.

Después de tanta reflexión, me he pasado la tarde trabajando sin descanso en las prácticas que debo entregar esta semana, me niego a perder un año de carrera por una mala situación personal. Debo intentar no ser pesimista, dentro de mi pequeña desgracia personal puedo considerarme bastante afortunado. Quizás el Derecho no era mi pasión, quizás hubiese escogido otra cosa si no fuera porque mi padre insistió tanto en que siguiera sus pasos, pero hoy por hoy mi carrera debe ser los más importante en mi vida. Ojalá fuese capaz de dejar de pensar con la polla aunque fuese únicamente hasta que termine el curso.

Antes de que pudiese acabar las prácticas me ha llamado Jesús. Al principio a penas le entendía, su voz se ahogaba entre sollozos y lamentos.

  • Jesús, calmante porque no entiendo nada de lo que me dices...

  • Juan tío... tío... ¡que Ruth me ha dejado! –Ha soltado finalmente.

  • ¿Te ha dejado? ¿Pero cómo ha sido? –He preguntado yo atónito.

  • Pues ya ves... soy un egoísta.

  • Como no te expliques mejor Jesús, sigo sin entender nada.

  • Pues que hace unos meses, en una disco una tía nos propuso hacer un trío a Ruth y a mí. Ruth parecía poco convencida, a pesar de que es una tía supercaliente... bueno, que te voy a contar sobre eso, si es de dominio público... pues nada, que mi novia aceptó con una condición... –La voz de Jesús ha vuelto a interrumpirse por las lágrimas.

  • ¿Qué condición? –Me he sentido obligado a preguntar, era obvio que Jesús necesitaba hablar.

  • Pues que luego haríamos un trío con otro tío... y parece ser que ya ha encontrado un candidato, porque hoy me lo ha vuelto a plantear, pero yo no puedo, o sea soy incapaz. No se me levantaría.

  • Bueno, igual sólo quiere que os la folléis a ella. –He dicho yo por decir algo y porque no entendía porque Jesús me contaba todo eso.

  • No, no... eso es lo peor. Quiere que me enrolle con otro tío delante de ella. Y claro, yo no puedo... me ha dicho que soy un hetero poco moderno. Pero tío, no existen los hetero modernos que se lían con otros tíos... si te lías con otro tío puedes ser un bisexual confundido, ¡pero no un hetero moderno!

  • Bueno y si sabías que no podrías hacerlo, ¿por qué coño te comprometiste a hacerlo Jesús?

  • Joder Juan, pues porque estaba caliente y quería tirarme a dos tías. Además fue brutal, las dos se enrollaron y me montaron un espectáculo rollo-bollo que no veas...

  • Vaya morro que tienes chaval... jeje. –Le he dicho yo ante tal alarde de machismo.- Pero lo cierto es que además de liberar tu conciencia escuchándote, no sé que esperas que haga yo en todo esto.

  • A eso iba Juan. Verás Ruth no quiere verme, ni coger el teléfono... la bronca ha sido brutal... si es que nos hemos dicho de todo... joder estoy muy arrepentido. La sigo queriendo. ¡Eso me pasa por pensar todo el puto día con la bragueta!

  • Tranquilo, no eres el único. -Le he dicho yo resignado.

  • Pues eso tío, necesito que hables con ella. Supongo que mañana irás a la cena que organiza en su casa ¿no?

  • Sí, tenía pensado ir. Eso sí, espero no encontrarme con Ana.

  • Bueno, yo ya te aviso de que no iré, lo empeoraría todo si aparezco por su casa. Sólo te pido que intentes hablar con ella y trates de convencerla para que me de una oportunidad. Sé que Ruth te escuchará, siempre ha tenido muy buen concepto de ti.

  • De acuerdo, haré lo que pueda Jesús. Por cierto, ¿sabes quién va a ir a la cena?

  • Hombre, los de siempre supongo, Raquel y Pedro, Emma, Jordi... no sé, no estoy seguro.

  • ¿Y Javier y Toni? -Pregunté yo sin poder contenerme.

  • Javier seguro que no estará en la cena, creo que está en Holanda de vacaciones. Y Toni... hace semanas que no sé nada de él, pero es posible, claro. Por lo menos invitado está.

Continuará...