La vida de Manuel (Mi primera vez)

La vida de Manuel Capítulo 1 les cuento que paso después de la hermosa experiencia con Pedro y como este me quita la virginidad.

La vida de Manuel

Capítulo 1


Después de lo sucedido en la mañana con pedro, me dispuse a verificar que mi hermano no haya escuchado nada de lo acontecido, al ver que se encontraba profundamente dormido en su cama, me dispuse a tomar un baño para poder hacer lo que ya necesitaba.

Al cerrar el baño, me mire en el espejo, yo un jovencito demasiado bajo y delgado, con una piel demasiado clara, pero con unas buenas nalgas, unos labios rojizos y ojos verdes; bien podrían ponerme una peluca y hacerme pasar por una niña.

Me reí por la imaginación tan audaz que tengo; me fui desprendiendo de mis prendas, mientras recordaba los toques que me hacía pedro, el cómo tuve su pene en mi boca; eso hiso que mi cuerpecito iniciara a reaccionar, haciendo que al momento de quedar desnudo se viera mi penecito totalmente parado.

Camine hacia la regadera, al abrirla me dedique a iniciar a tocarme mi pene, active un poquito mi imaginación para poder traer a mi mente a un pedro el cual iniciaba a tocarme mis piernitas y mi trasero; un pedro que me besaba la espalda e iba bajando para poder morder una de mis nalguitas, lo cual me hiso soltar un gemido, yo por lo mientas me disponía a chupar uno de mis deditos para posteriormente llevármelo a mí orificio, este lo recibió anhelante y feliz, aunque yo deseaba que fuera el pene de pedro, aunque por dentro estaba muy feliz porque pronto podría hacerse realidad.

Todo lo que estaba imaginando con mucha alegría se esfumo en un santiamén, al momento en el que mi hermano entro al baño para poder vomitar en la tasa; eso me hiso reaccionar y a regañadientes sacar el dedo que mantenía dentro de mí; amargamente continúe con el baño que me estaba dando para poder irme a la escuela.


Todo el día en la escuela me la pase pensando en lo sucedido, quería ver a pedro, lo quería volver a sentir y quería saber hasta qué punto llegaría para poseerme; al reaccionar y darme cuenta de que, por estar pensando en pedro, mi penecito estaba muy despierto, y aunque mi calentura continuaba acumulada, ya que, no pude sacarla por mí mismo en la mañana, gracias a la interrupción de mi hermano y deseaba que fuese pedro el que me la quitara, sabía que mi cuerpecito deseaba sacarla y disfrutar.

Me dispuse a ir al sanitario de la escuela y preferentemente al del segundo piso, que es al que menos van todos en esta escuela; al entrar solo saludé a un compañero de otro grupo que ya iba de salida, dejándome solo totalmente en el baño, a pesar de estar solo me encerré en el cubículo del fondo, para que no me escuchara nadie, si es que llegaran a entrar.

Ya dentro del cubículo, procedí a bajar mi pantaloncito de vestir hasta las rodillas, posteriormente me despoje del chaleco que teníamos que usar e inicie a desabotonarme unos cuantos botones de mi camisa; con mi mano derecha inicie a pellizcarme mis pezones rosaditos y con la izquierda me tocaba mi penecito, esto hiso que mi cuerpo iniciara a estremecerse y recordara la hermosa verga de pedro.

  • ahhhh – los roses de mis manos, me hacían soltar unos gemidos que me prendieron a mí mismo.

Recordando uno de los videos pornográficos que había visto un día antes, recordé que para poder facilitar y sentir placer en una buena follada, era necesario dilatar el ano, por ello dejando mis pezones de lado, dirigí mi dedo del medio a mi boquita para poder chuparlo y ensalivarlo muy bien, para posteriormente dirigirlo a mi culito.

  • huyyy – di un quejido tras sentir la mitad de mi dedito entrar en mi anito, pero al mismo tiempo sentía mi excitación crecer, lo cual me motivo a terminar de meterme el dedo.

Ya con mi dedo de mi mano derecha dentro de mí, hice trabajar aún más a la izquierda con mi penecito, lo cual me hacía soltar aún más pequeños gemidos, ya pasados unos dos minutos, me dispuse a iniciar a mover mi dedito, lo cual provoco que saltara un gemido aún más grande, sentía que estaba en el paraíso, saque mi dedo y me lleve dos dedos a la boca para poder ensalivarlos bien, y me los lleve nuevamente a mi interior.

  • hoooo – di un grito al meterlos de un solo empujón.

Pero la excitación le ganaba a cualquier dolor que pudiera sentir, así que inicie un vaivén con mis dedos en mi interior, lo cual me puso muy prendido, no percataba que ya me encontraba transpirando o que mis piernas me temblaban y mucho menos escuche cuando la puerta del baño sonó, dando a entender que alguien entro al baño.

Yo continuaba con mis dos manos dándome placer al mismo tiempo y no me distraje cuando escuché que golpeaban la puerta del cubículo.

  • Hey – Grito una voz madura desde el otro lado de la puerta.

  • Ocupado – Respondí, continuando dándome placer y soltando un nuevo gemido.

  • Oye, ¿Qué estás haciendo jovencito? – Grito molesto la persona del otro lado.

  • Estamos en el baño, ¿Qué cree usted? – respondí acelerando el movimiento de los manos, ya que, sentía que terminaría en cualquier momento – ahhh – gemí.

  • ¡Quiero que salgas en este preciso momento de ahí jovencito! – Grito aún más molesto la persona del otro lado.

  • En un momentito por favor – exclame medio normal y medio gimiendo.

  • ¡Ahora mismo ¡- Grito.

  • Ya voy – exclamé, mientras que al mismo tiempo estaba apresurando más el movimiento de mis dedos y mi mano en mi pene; sentía todo de una manera deliciosa, mi anito experimentando esos movimientos y mi pene a nada de liberarse, después de empujar lo más profundo mis dedos dentro de mi anito y pajearme sin parar, me vine en la pared del cubículo y a la vez solté un gemido impactante- ahhhh-

  • ¡YA SAL ¡- Gritaron desde afuera.

Después de terminar, me recargue en la pared por cinco segundos, para poder reponerme e inmediatamente reaccionar y vestirme nuevamente apresurado para salir y ver quien es la persona que está a fura; ya bien medio que vestido, baje la palanca y abrí finalmente la puerta del cubículo, viendo ante mí al director de la escuela, un hombre de unos 38 años y uno ochenta de alto, fornido, con una camisa blanca de vestir que remarcaban unos buenos músculos debajo de esta y un pantalón negro igual de vestir que bien remarcaba un muy buen paquete.

  • ¿Qué estabas haciendo haya dentro? – me pregunto inmediatamente.

  • ¿disculpe? – pregunto tontamente para poder reaccionar primeramente y poder pensar en algo.

  • Te estoy preguntando qué ¿Qué estabas haciendo haya dentro?, respóndeme antes de que te castigue y mande a llamar a tus padres – dijo de una manera muy seria y amenazante.

  • Discúlpeme señor director – dije de manera inocente – lo que pasa es que, no sé qué comí y me cayó un poco mal, ya que, estoy malo del estómago – dije colocando mis manos sobre mi estómago para que pudiera creerme.

  • oh y esos ruidos que escuche ¿Qué fueron? – pregunto pensante.

  • Fueron quejidos por el dolor de hacer del baño -  dije rápidamente y sin analizar mucho.

Aunque lo vi que se quedó pensando un buen rato y volvió la mirada hacia el interior de cubículo y posteriormente hacia mí para mirarme de arriba abajo me dijo simplemente:

  • Arréglese ese uniforme y váyase a su salón de clases ahora mismo – sentencio sin dejar de mirarme y observando cada movimiento que hacía para arreglarme.

  • Me voy entonces – comente para posteriormente dirigirme a la salida del sanitario.

Aunque antes de salir totalmente logre ver al directo entrando al cubículo en el que me encontraba, lo que me hizo recordar que deje mi semen en la paren del cubículo, nervioso y excitado por la posibilidad de que el director viera y se diera cuenta de lo que hacía realmente hay dentro, me fui de regreso con una sonrisa a mi salón de clases.


Al salir y ser por fin libre de la escuela, me dirigí tranquilamente a casa, aunque en el camino mantenía la esperanza de poder ver a Pedro en algún punto del día, para que pudiera cumplirme su palabra, de tomarme y follarme.

Al entrar en casa me percaté de que se encontraba en silencio total, pero aun así me di un paseo por toda la casa, desde la sala, hasta la recamara de mis papas en el segundo piso, y me percaté que mi hermano aún se encontraba en su cuarto durmiendo plácidamente.

Baje a la sala para poder ver un poco de televisión para no molestar o despertar a mi hermano con el ruido de la tele de mi cuarto; conmigo traía mi cambio de ropa que sería una playera y unos shorts que remarcaban muy bien mis lindas nalguitas; después de cambiarme y dejar mi uniforme en la ropa sucia, regrese a la sala para poder ver televisión, y justo antes de sentarme en el sofá, tocaron la puerta.

Con algo de cólera y molestia en mi rostro, fui a abrir la puerta; todo enojo o molestia, desapareció de mi cara, pues ante mi estaba Pedro, con su rostro claro, su cabello demasiado recortado pero que lo hacía ver muy guapo, tiene unos lindos ojos color miel y que decir de la proporción de su cuerpo, pues tenía unos brazos y piernas muy trabajadas, ya que, mi hermano y el entrenaban mucho futbol; al verlo con su uniforme desordenado y su mochila en brazos, me percate que se dirigió directamente a mi casa al salir de la escuela.

  • Hola Manu, ¿no me invitaras a pasar como esta mañana? – pregunto, sacándome totalmente de mis pensamientos y haciéndome sonreír.

  • Hola Pedrito – dije putonamente – Claro pasa, sabes que eres bien venido a esta casa, siéntete muy cómodo – le dije eso mientras me mordía el labio inferior.

  • ¿y tu hermano? – pregunto mientras se dirigía a la sala y se sentaba en el sofá y se tocaba descaradamente su paquete.

  • Esta en su recamara – le dije mientras me sentaba a su lado – durmiendo – le dije esto en manera de susurro y a la vez que colocaba mi mano por encima de su paquete, lo cual me hiso percatarme que su pene estaba totalmente despierto.

  • Es una lástima por él, le traía las tareas para que se pusiera al corriente – dijo con una pena falsa y viéndome en todo momento a los ojos – pero que alegría por ti, ya que, así te hare hacerte sentir placer – dijo mientras se le formaba una hermosa sonrisa.

  • Eso me encantaría muchísimo pedrito – le dije sin poder esconder mi emoción y excitación; aunque posteriormente recordé que mi hermano ahora si podría escucharnos – pero Andrés podría escucharnos – dije con enojo en mis palabras.

  • ¿Dónde podríamos hacerlo entonces?, vamos manu, no me digas que ya no lo quieres intentar.

Que me dijera eso me hizo que iniciara a pensar en algún lugar de la casa en el cual podríamos hacerlo y mi hermano no nos pudiera escuchar; mientras pensaba Pedro dirigió sus labios a mi cuello para poder besarlo, eso me hizo estremecer, una de sus manos la dirigió a uno de mis pezones para poder pellizcarlo; entre tanta caricia y toque de su parte vino a mi cabeza la cochera.

  • Ya tengo un buen lugar Pedro – dije emocionado y poniéndome de pie – ven sígueme.

El con una amplia sonrisa en su bello rostro comino detrás mío, aunque si en silencio total para que mi hermano no pudiera escucharnos; al llegar a la cochera me alegre que estuviera bacía y rápidamente busque en uno de los estantes una de las mantas que se usaban cuando íbamos de día de campo, al encontrarlas las extendí en el piso para tener más comodidad.

Al voltear mi mirada para ver a Pedro, me sorprendí al percatarme que este ya tenía su polla de polla de fuera, me llamo con uno de sus dedos para que me acercara a él.

  • No tengas temor ni preocupación manu, que ya verás que lo vas a gozar – me dijo viéndome en todo momento a los ojos, yo solamente pude asentir con mi cabeza.

Eso le vasto a Pedro para llevarme a donde extendí las mantas; primeramente, me despojo de mi playera y se quedó mirando por unos segundos mis pezones rosados e inmediatamente acerco sus labios a mi pezón, eso me hizo iniciar a soltar gemidos; mientras que con sus manos me desabotonaba y bajaba mi short para quedarme en ropa interior solamente; el mordía y succionaba mi pezón, después de estar unos minutos succionando mi pezón, me miro y sonrió para quitarme de un solo tirón mi calzoncito y dejarme desnudo totalmente.

Yo no podía emitir palabra alguna, pues me sentía emocionado de poder hacer esto que ya quería experimentar, solo podía dedicarme a mirar cada movimiento que Pedro hacia; al dejarme desnudo él se dispuso a iniciar a desvestirse, iniciando por su camisa del uniforme y posteriormente quitarse su pantalón y bóxer al mismo tiempo; cuando quedo completamente desnudo ante mí, lo único que pude hacer fue arrodillarme únicamente ante esa hermosa verga que tenía.

  • ¿Te gusta? – pregunto.

  • Si, es grande y muy linda – logre decir con un tono puton y lleno de calentura ante la masculinidad de Pedro.

El tomo su hermoso pene y lo coloco encima de mi rostro, era suave y cálido, estaba muy emocionado pues al fin podría tener un pene dentro de mí; notaba sus huevos en mi barbilla mientras su capullo lanzaba liquido pre seminal sobre mi rostro y entonces se resbalaba hacia un lado bajado por mi cachete izquierdo; su pene estaba circuncidado y su capullo se veía ligeramente más rosado que su tronco.

  • Entonces pruébala – me dijo de manera retadora.

Abrí mi boquita y me inicié a tragar ese hermoso pene, no me parecía para nada desagradable el sabor que tenía y no pude dejar de mamarla; mi mandíbula se mantenía totalmente abierta para que mi lengua pudiera recorrer toda la superficie de su polla.

  • mmm oh si putita, sigue así – logre escuchar que decía – Lo estás haciendo muy bien.

Mire hacia arriba con la boca llena y logre ver sus músculos desde abajo; sub abdomen y sus pectorales aun no tan grandes, moviéndose al ritmo de su respiración y su rostro disfrutando de la satisfacción que mi boquita le daba a su cuerpo; en un punto Pedro empujo toda su polla hasta el fondo de mi boca, haciéndome toser sin control; aunque me dejo descansar un pequeño momento, no tardo en volver a ingresar su polla a mi boquita; para ahora sí, iniciar a follarme la boquita con su pene; cada sacada de polla hacia que resbalara más saliva de mi boca; en un punto solamente saco su polla de mi boca y me levanto de un solo tirón para tenerme más o menos a su altura, yaqué, él es muchísimo más alto que yo.

Teniéndome de pie, me planto un tremendo beso en mis labios; Su lengua caliente invadía mi boca para encontrarse con la mía, e iniciar una lucha frenética y apasionada mientras nuestras manos recorrían nuestros respectivos cuerpos, acariciándonos y dejándonos llevar.

  • Recuéstate boca abajo – me dijo inmediatamente al terminar el beso.

Yo obedecí inmediatamente; él se inclinó y acaricio mis nalgas, las estrujo y las inicio a besar, las abrió y aventó un escupitajo bien cargado a mi anito; vi como chupaba dos de sus dedos y los llevaba a mi ojete, para poder ingresarlos a mi interior.

  • ah – gimotee al sentir su dedo invadir mi interior.

  • Aguanta putita, que después de esto solo estarás gozando -  respondió a mi gemido.

Se dedicó a follarme mi culo con su dedo, de vez en cuando utilizaba su otra mano para acariciarme los pezones o tocar mi penecito; esta sensación era algo majestuoso y que no se podía describir, tenía al mejor amigo de mi hermano dándome placer en casa de mis padres y con mi hermano en casa, y vaya si me lo estaba dando.

  • ah - Dije, gimoteando.

  • Mira manu, ya he conseguido que te entren tres de mis dedos en tu culito – dijo orgulloso – naciste para esto.

Me fijé y era cierto, tenía tres dedos de su mano insertados hasta el fondo, con razón lo estaba sintiendo tanto, pero ya no sentía dolor alguno. Entonces pedro los saco y se puso de pie, para poder buscar un condón y vaselina que consiguió antes de llegar a mi casa.

  • ¿Estás preparado manu? – me pregunto tan excitado que apostaba que ya quería reventarme el culo y partirme en dos.

Asentí, y entonces comencé a notar el enorme capullo de Pedro haciendo fuerza para entrar, me invadió un dolor terrible y comencé a gritar.

  • Tranquilo manu, nos puede escuchar tu hermano – dijo aun empujando su polla a mi interior.

  • Más despacio pedrito, puedes lastimarme – dije yo, pensando solamente que podría hacerme daño.

  • ¿Bromeas? – pregunto entre siras – ¡Esto te está entrando de maravilla! Tienes un culo para esto.

Me la siguió metiendo, lentamente, y el dolor que inicialmente sentí, pronto desapareció para dejar paso a una sensación extraña, como cuando me metía a escondidas cosas por mi cola cuando me masturbaba; Pedro estaba encima de mí, respiraba fuerte y su cuerpo permanecía en tensión mientras acababa de penetrarme; hasta que finalmente lo logro y sus pelotas toparon con mi; se quedó quieto un buen rato mientras mi ano se acostumbraba a tenerlo dentro.

Inicie a soltar pequeños gemiditos al notar que ya se estaba iniciando a mover lentamente dentro de mí.

  • Uf manu, no sabes qué bueno esta tu culito – me dijo Pedro en un tono que me puso realmente más cachondo.

El pene de Pedro empezó un leve bombeo y noté que el dolor y la incomodidad anterior habían desaparecido para dar lugar a una sensación curiosa, era una sensación a medio camino entre cuando uno acaba de evacuar y cuando uno se está corriendo, solo que más larga, más profunda y más agradable. Me agarre de la manta fuertemente, pues Pedro comenzó a follarme cada vez más rápido, a medida que mi respiración iba volviéndose más agitada.

  • Uf putita, mira cómo te la comes – me decía Pedro entre gemidos – toma polla, trágatela toda.

Me solté de las mantas al sentir a Pedro sacándome su polla y girándome para estar frente a frente; me levanto entonces las piernas e inicio a darme una follada cada vez más brutal, mis suspiros se convirtieron en gemidos, y mis gemidos pronto se convirtieron en gritos de placer mientras sentía como me taladraba con su verga; Pedro tenía una cara de vicio y satisfacción total mientras me follaba.

  • hmm topa polla manu ¿querías que te follaran? Pues toma – me decía mientras me follaba salvajemente - ¿Querías mi rabo, no es así? Pues disfrútala.

Mientras me follaba me dio unas fuertes nalgadas que me hicieron gritar de placer; estaba gimiendo como toda una zorra, disfrutando totalmente de esta tremenda follada con pedro; ni siquiera tenía necesidad de masturbarme ya que estaba a punto de correrme por segunda vez en el día.

Pedro me saco su pene de mi culito, dejándome un vacío y se puso a un lado, colocándome su polla en la cara mientras se pajeaba a toda velocidad, y yo comprendiendo lo que quería hacer, comencé a hacer lo mismo mientras Pedro me tiraba del pelo hacia atrás para que abriera bien la boca para recibir su semilla; cayeron tres disparos de semen en mi rostro y lengua, al mismo tiempo que pedro gritaba de placer; disfrute de su esperma como si fuera el mejor platillo que hubiera probado en mi vida; yo me corrí a los pocos segundos.

  • Límpiamela putita – dijo Pedro dándome su polla para que la limpiara con mi boca.

Como si mi vida dependiera es eso, me dedique a chupar y mamarle la polla a Pedro; su erección fue bajando en medida que pasaba el rato.

  • Menuda follada ¿no manu? – me pregunto el mientras se sentaba para reponer fuerzas.

  • Ni que lo digas pedrito, ni que lo digas -  dije yo aún recostado, pero con una sonrisa en mis labios; si supiera Pedro lo que ha liberado en mí, no me creería.

Pasaron unos cuantos minutos y nos dispusimos a vestirnos, a mí en lo personal, me costó un poco al inicio ya que mis piernas flaquearon de repente; pero se logró el objetivo, y salimos de la cochera y nos dirigimos de vuelta a la casa para que Pedro pudiera tomar sus cosas e irse a su respectivo hogar; pero mientras nos dirigíamos hacia la salida escuchamos a alguien que bajaba hacia la sala.

  • Creo que es Andrés, ¿Qué hacemos? – dije nervioso y un poco alterado.

  • Tranquilo haz como si acabara de llegar – me planteo una solución rápida y normal.

  • Claro claro – dije tratando de tranquilizarme.

Y fue cuando mi hermano, totalmente pálido y con pocas energías apareció ante nosotros.

  • Hola Pedro, ¿Qué haces aquí? – pregunto mi hermano un poco desorientado.

  • Hola Andrés, ¿Cómo sigues?; vine a traerte los apuntes y tareas de la escuela, pero manu me decía que estabas durmiendo, así que ya me iba.

  • oh, muchas gracias amigo, aun no me encuentro del todo bien perlas medicinas que me dejo mi mama ya estas iniciando a hacer efecto y me estoy sintiendo mejor, pero que te parece si en unos días ¿voy a tu casa a quedarme?

Cuando menciono eso, a mi mente vinieron un sinfín de imágenes de Pedro y mías haciéndolo en su casa; no sé cómo, pero yo tengo que ir.

  • Claro Andrés me parece una muy buena idea – respondió Pedro sonriéndole a mi hermano y a escondidas, guiñándome un ojo.

CONTINUARA…


Hola, espero se encuentren bien y que les gustara este primer capítulo, anteriormente publique la introducción; solo les quiero pedir que de favor comenten que les parece este relato, se aceptan tanto buenos como malos, todo sea con tal de mejorar; al igual pueden mandarme sus correos, los leo y les respondo, muchas gracias por leerme…Manuel