La vida de Manuel (El papa de Pedro)

La vida de Manuel Capítulo 4 Les cuento como termine follando con el papa de pedro; y lo gozo demasiado; igual les pido su ayuda para el futuro de la historia.

La vida de Manuel

Capítulo 4


¿Qué voy a hacer? Fue lo que me estuve preguntando toda la tarde del viernes; desde que llegue a casa, solo he pensado en que haría para poder saciar mi necesidad de follar, ya que, desde que tuve mi primera vez, mi cuerpo pedía ser saciado; aunque intente convencer a mi director de que nos viéramos el día sábado en la escuela, yo le prometía en buscar la manera de poder salir de casa para encontrarnos, pero aun con mi disposición, se negó rotundamente; se excusó diciéndome que tenía que ir a casa con su familia y solucionar pendientes con sus supervisores, que por ello mismo, no estaría la mayoría de los días de la otra semana.

Y hay estaba yo meditando en la mesa, junto a mi familia mientras comíamos tranquilamente, al menos hasta que mi hermano dijo algo que llamo mi atención.

  • ¿Entonces si me puedo quedar en casa de Pedro? – pregunto mi hermano.

  • No lo sé Andrés - le dijo mi padre – de seguro querrán aprovechar tú y Pedro para salir a no sé dónde.

  • ¿Qué? Vamos papa – inicio a rogar mi hermano – Mama por favor

  • Andrés amor, entiende a tu padre, te amamos, pero eso no nos hace olvidar que eres un pillo – le respondió mi madre.

El poder escuchar a mi hermano rogarles a mis padres, me dio una idea, la cual podría ayudar a saciar mi necesidad de sexo y poder sentir un buen hombre entre mis piernas, ha y ayudar a mi hermano a que le den permiso en lo que piden.

  • Yo puedo ir con Andrés a casa de Pedro Papa – me ofrecí de buena fe, sabiendo a la primera que mi padre lo consideraría para poder tener observado a mi hermano.

  • Ni lo sueñes pulga – ha, he igual sabía que mi hermano se opondría a la primera – Papa por favor, solo haremos nuestras tareas e iremos al entrenamiento – intento convencer a mi padre.

  • No seas grosero con tu hermanito Andrés – le recrimino mi padre – deberías de darle crédito, se ofrece a pasar su fin de semana con tigo, para que puedas estar con tu mejor amigo.

  • Tu padre tiene razón Andrés, podrías ser un poco más amable con tu hermano – me defendió mi madre.

  • Papa, enserio créeme, solo será para que hagamos nuestras tareas; no es que tengas que mandar a Manuel para que nos cuide – interfirió mi hermano, pero no se esperaba la respuesta de mis padres.

  • Por eso mismo podrías considerar llevar a tu hermano con ustedes, así y podría estar en paz, sabiendo que no aras una estupidez – le dijo mi padre, esto ya me gustaba.

  • Papa, digamos que acepto esta idea ridícula de la pulga; recuerda que al siguiente día Pedro y yo tenemos entrenamiento de fut – cierto.

  • Papa podría ir por mí al día siguiente – lo siento hermanito, pero tengo que buscar la manera para saciar mis necesidades.

  • Buena idea Manuel – dijo mi madre; a lo cual mi hermano me dio una mirada de enfado.

  • Pues ya está entonces; Andrés, si quieres mi permiso para poder ir a quedarte a casa de Pedro, tienes que llevar a Manuel con tigo, de otra manera, dormirás aquí – sentencio mi padre; por eso lo amo.

Unas cuantas palabras mías fueron suficientes para que mis padres me ayudaran inconscientemente a buscar la forma de ponerme cerca de Pedro; solo falta que mi hermano acepte, vamos Andrés, vamos.

  • Esta bien – sí, ese es mi hermano – pero tendrán que ir por el al día siguiente y ni crean que lo estaré cuidando – vamos Andrés, es lo menos que quiero.

Solo les dedique una sonrisa a mis padres, para que vieran que los apoyaría para poder cuidar a mi hermano, pero igual buscare la manera de poder tener algo con Pedro; que, recordándolo, no he sabido nada del desde la vez que me rechazo; espero y en estos días el estrés se fuera de su cuerpo, ya que enserio necesito a alguien que me sacie.

El resto del día, me limite a alistar las cosas que me llevaría a casa de Pedro, igual prepare mi ropa, la cual consistía en mi pijama, toalla y ropa interior; claro que aprovecharía el pedir una ducha, ya me imaginaba a Pedro conmigo, teniendo sexo en su regadera, uf que lindo seria.

Cuando llego la hora de irnos, mi hermano y yo salimos con dirección a casa de Pedro, nos fuimos en un taxi; durante el trayecto, mi hermano me pedía que me comportara y que no lo dejara en vergüenza delante de su amigo, ni de su familia; si supiera que él fue quien me quito la virginidad. Al llegar, pude ver que Pedro ya se encontraba afuera de su casa esperándonos; su casa tenía una fachada de color azul muy linda; cuando el taxi se estaciono en frente de él, el primero en bajar fue mi hermano, el cual saludo gustoso a Pedro, el cual le regreso con el mismo afecto a mi hermano, al momento en el que baje yo, y se percató de mi presencia, se esfumo su sonrisa y volteo a ver inmediatamente a mi hermano, como recriminándole y preguntándole con la mirada ¿Qué hace el aquí?; a lo que mi hermano se limitó a explicarle que era la única forma de que le dieran permiso; pedro solo se limitó a entender a mi hermano, pero ya no me dirigió la mirada.

  • Entonces pasen – fue lo único que dijo.

Yo tenía mi plan, mi tan hermoso plan, el cual consistía en que, en el momento en el que Andrés se durmiera, yo podría tener la oportunidad de poder estar con Pedro; aunque nunca me imaginé en que mi hermano y Pedro me fueran a desplazar e ignorar desde mi llegada; desde que entre en la casa, mi hermano se olvidó de mí, y se dedicó a hablar y estar con Pedro en el comedor, este me ignoraba olímpicamente, me la pase solamente en la sala, hasta que llego el padre de Pedro, el cual era un hombre muy algo y robusto, con muy buenas proporciones, no es que tuviera grandes músculos como mi director, pero sus brazos y piernas tenían su buen tamaño, y me pude percatar de eso, ya que el señor llegaba en short.

  • He llegado hijo – saludo aun sin percatarse de mi presencia ni la de mi hermano.

  • Hola papa, mira aquí esta Andrés, se quedará a dormir – dijo pedro.

  • Hola Andrés, espero y se la pasen muy bien – dijo relajadamente su padre, hasta que se dirigió a la sala y se percató de mi presencia - ¿y tú quién eres jovencito?

Yo permanecí en silencio, esperando a que Pedro o mi hermano respondieran, pero estaban muy entretenidos hablando y riéndose entre sí, que no respondieron.

  • Soy Manuel señor, hermano de Andrés – respondí tranquilamente volteando a ver a los chicos, los cuales continuaban en lo suyo.

  • Ho mira, ¿he igual dormirás aquí? – pregunto directamente.

  • Sí señor – respondí serio, iniciaba a sentirme incomodo por ser ignorado.

  • Esta bien Manuel – dijo sonriendo – soy Jorge, padre de Pedro; y pues siéntete en casa.

Y sin más se retiró, dejándome solo y aburrido en la sala; enserio que no me lo imaginaba de este modo; pasada ya media hora y viendo que mi hermano y Pedro no dejaban de hablar, decidí ir al baño, por lo mismo dejé el cómodo sillón en el que me encontraba, para poder llegar a lado de los chicos.

  • ¿En dónde está el baño? – pregunte serio y algo de malas, enserio ya estaba aburrido.

  • En el pasillo, la tercera puerta – respondió Pedro, sin siquiera voltear a verme.

  • Gracias – dije secamente, enserio no entendía por qué se comportaba así.

Emprendí mi camino al sanitario, llegando primeramente al pasillo, en el cual suponía estaban igual las habitaciones; al acercarme a la tercera puerta me percaté que no estaba cerrada, sino emparejada, y se podía escuchar a alguien orinando; eso me hizo emocionarme, ya que al menos podría ver una polla en esta casa, aunque no fuera de Pedro; ya cerca de la puerta pude asomarme y lo que vi me dejo sorprendido.

En el baño se encontraba Jorge el padre de Pedro, orinando a toda potencia, con una polla de unos veintiún centímetros, debajo de una mata abundante de pelos; me quede embobado con tremendo fierro; hasta que el padre de Pedro se percató de mi presencia, cortando su acto apresuradamente, para poder cubrirse.

  • Lo siento Manuel, no recordaba que la puerta estaba abierta – dijo menos nervioso, sino de manera tranquila.

  • No se preocupe señor – le respondí con una sonrisa en el rostro – yo puedo esperar aquí afuera, usted continúe – dije mientras daba un paso hacia tras.

  • No, no Manuel, he terminado, pasa si gustas – me dijo aun tranquilo, yo pase alegremente al baño y el decidió hacerse a un lado para poder salir del baño, no sin antes volver a disculparse – enserio discúlpame por el espectáculo; jajaja.

Al salir, cerró la puerta; esto me permitió dirigir mi mano izquierda a mi entrepierna, para verificar que había despertado; y estaba alegre por lo que vi hace unos instantes; la verdad ver esa hermosa polla, me dio motivación para no rendirme y continuar con mis planes; por eso, rápidamente hice mis necesidades y salí rápidamente del baño, para encontrarme con que Pedro y mi hermano ya estaban a punto de cenar.

  • Hay estas pulga – dijo mi hermano viéndome – apresúrate a cenar para que te vayas a dormir – me dijo entregándome mi plato con dos rebanadas de pizza.

Miré a Pedro, el cual ya estaba cenando y claro, ignorándome; para poder avanzar con mis planes, decidí sentarme a su lado, dejando a mi hermano sentado al frente de nosotros.

  • Entonces tu madre llega el martes ¿no? – pregunto mi hermano, muy interesado con ese tema.

  • Si, estos días han sido estupendos, papa solo me habla para darme dinero para la escuela y para comprar comida, es la gloria, la verdad – dijo Pedro alegre, su sonrisa me distrajo totalmente, se veía muy lindo sonriendo; por eso aproveche y rápidamente plante mi mano izquierda sobre su pierna, sin que mi hermano se diera cuenta.

  • Te tengo envidia Pedro – le respondió mi hermano, genial no se percató de mi movimiento – ya quisiera estar así yo.

Mientras continuaban en el tema de lo agradable que era no tener supervisión, yo me dedique a comer con una mano, y con la otra, tocar la pierna de Pedro, me alegre que no se opusiera ante mi toque sobre su cuerpo, ya estaba seguro que hoy tendría sexo con él; o al menos eso sentía yo, hasta que escuche algo que me dejo sin aliento.

  • Entonces ¿mañana ya tendrás sexo con Claudia? – pregunto mi hermano como si nada.

Esa pregunta me hizo tragarme rápidamente lo que tenía en la boca para evitar ahogarme y retirar al mismo tiempo mi mano de la pierna de Pedro; mientras apresurado voltee a mirar a Pedro para saber cuál era su respuesta.

  • Claro que, si hermano, por eso no me he hecho ninguna paja desde hace días, para descargar bien con ella; jajaja – su respuesta me rompió.

Esta más que claro que no estaba enamorado de Pedro, en eso si sabía que estaba muy joven para sentir amor; pero mi pensar era que al menos él tendría la decencia de decirme que solo le intereso quitarme la virginidad; por eso mismo me sentí molesto y decidí que me quería retirar de ahí.

  • Ya me quiero ir a dormir – dije sin voltear a verlos.

  • Claro pulga, así ya estaremos más cómodos – dijo mi hermano – ¿en donde dormirá la pulga, Pedro? – se dirigió mi hermano a su amigo.

  • Yo le enseñare donde dormirá – le dijo pedro mientras se puso de pie – mientras tu prepara todo para que veamos una película, dormiremos aquí en la sala.

Me encamine detrás de Pedro, para adentrarnos al pasillo donde estaban las habitaciones; nos detuvimos en la penúltima puerta, en la cual se leía el nombre del susodicho.

  • Sabes Manu – inicio a hablar aun de espaldas, delante de su puerta – espero que no creas que solo te quise quitar la virginidad - ¿Cómo leyó mi mente? – pero no soy gay y enserio lo siento – se disculpó, según él.

Volteo a verme, esperando mi respuesta, la cual aún no tenia, no era que me rompiera mi corazón, sino solo me sentí decepcionado ya que yo contaba con el para saciar mi necesidad sexual, misma que el inicio.

  • Te disculpo – le dijo – pero, si hacemos un poco de cosas malas – le dije mientras plantaba mi mano en su paquete, el cual se sentía muy despierto.

  • Oh – soltó un gemidito, el cual me encanto – no Manu, perdóname, pero no – dijo mientras quitaba mi mano – necesito estar listo para mi novia.

  • Cierto, tu novia – dije algo molesto – la cual aún no sabes si te saciara realmente; pero ya sabes que sí, no te sacia como tu mereces – le dije putonamente – ya sabes que cuentas conmigo.

  • Lo tendré en cuenta Manu – dijo mientras me sonreía – tu dormirás aquí, en mi habitación, tu hermano y yo dormiremos en la sala, estaremos viendo películas; descansa – dijo eso y se fue.

Sabía que tenía que insistirle para que tuviera algo conmigo; pero sentía que vendría a mí en cualquier momento y yo estaría dispuesto a esperarlo; el problema era ahora, era que simplemente me tendría que hacer una paja, para calmar mi calentura y esperar a que fuese lunes y esperar a que por un milagro mi director estuviera en la escuela.

Entre en la habitación de Pedro para poder admirar lo hermosa que era; para prepararme para dormir y aprovechar para hacerme una paja, fui rápidamente al baño.


No podía dormir por dos razones, la paja solo me calmo momentáneamente mi calentura, estaba excitado nuevamente y aparte hacía un calor infernal en esta casa, no había aire acondicionado al cual ya me había acostumbrado en mi casa; ya eran la una de la mañana; pensé mucho en levantarme e ir a la sala y decirle a Pedro que me ayudara con cualquiera de los dos problemas, pero recordé que decidí dejarlo en paz, así que en lo sexual no sería el caso; pero mi calentura gano; lo siento Pedro, pero enserio lo necesito.

Salí del cuarto de Pedro, todo estaba a oscuras, excepto el cuarto de un lado; al cual me acerque para poder ver lo que estaba pasando dentro; vi al padre de Pedro acostado durmiendo tranquilamente en calzoncillos; los cuales eran negros, pero no evitaban que se le notara su buen paquete.

Mi penecito se prendió aún más, por eso mismo dije:

  • Púdrete pedro, tu padre será mío – dije en voz baja y entre en la habitación de este semental; acomodándome el mini short que traía puesto sin nada de ropa interior debajo de este, usé este y una playerita de tirantes.

Entre y cerré la puerta, caminé hasta quedar a un lado de la cama; yo me quedé como hipnotizado, no sabía si aventarme sobre su polla y tragármela o retroceder y salir; por estar pensando no me percate cuando se despertó, sino hasta que me hablo.

  • Manuel, ¿Qué pasa? – me pregunto, sacándome de mi transe, aunque se percató de que mi mirada se encontraba sobre su paquete.

Piensa Manuel, piensa, que responderás para no quedar mal y terminar follando con él.

  • No tengo sueño señor – dije lo primero que se me vino a la cabeza.

  • y ¿tu hermano? – me pregunto mientras se sentaba en la casa, pero eso no evitaba que mi mirada continuara sobre su entrepierna.

  • Mi hermano y Pedro solo me ignoran – me hice la víctima – además, ya deben de estar durmiendo – se lo dije de una manera sugerente, ojalá y captara.

  • Que groseros son – dijo, mientras me invitaba a sentarme en la cama, yo claro aproveche e intente sentarme lo más cerca de él.

  • Si señor – dije mientras aun miraba su paquete.

  • Lo siento Manuel, dentro de mi casa suelo estar en calzoncillos, y más aun con este calor. ¿Por qué no te pones en ropa interior conmigo? Verás cómo estás más cómodo – me dijo, y la verdad es que hacía bastante calor.

  • Gracias señor, es solo que no llevo nada debajo – dije de manera inocente.

  • Jajaja, no te preocupes, no creo que vea nada que no haya visto antes – dijo tranquilamente.

Me puse de pie para quitarme la ropa mientras pensaba lo parecido que era aquello al argumento de un video porno que vi no hace mucho; el permaneció sentado en la cama, el me observaba mientras me quitaba todo; cuando me quité el short dijo:

  • ¡Hombre! Pero si estas sin ningún pelo – dijo mientras me examinaba con su mirada - Me encantan los cuerpos depilados y sin bellos; ¡y menudo culo tienes Manuel! – dijo emocionado por ver mi culito.

  • Gracias – fue solo lo que atiné a decirle.

  • Ven siéntate a mi lado – palmeo a su lado en la cama - Dime, ¿en que año de escuela vas? – ahora si quería saber sobre de mí.

  • Estoy en sexto, señor – le respondí mientras lo miraba.

  • Vaya, todavía ni has salido del cascarón – me dijo mientras soltaba una risita -  la verdad es que eres muy guapo Manuel.

  • Gracias señor – le dije con una sonrisa en mis labios, me estaba conteniendo a no lanzarme sobre su polla.

  • Y dime, a pesar de tu corta edad ¿ya has tenido relaciones con alguien? – me pregunto directamente este semental, me encanta el rumbo que toma esto.

  • No señor – mentí lose – ningún tío se ha animado a estar conmigo – le dijo lo mismo que le dije a su hijo.

  • ¡Cómo! ¿Que ningún tío a probado nunca este culito? – pregunto sorprendido, pero a la vez gustoso.

  • No, todavía no - no sé por qué dije aquello; pero el que pensara que aún era virgen me hacía sentir más excitado; todo aquello me estaba empezando a parecer bastante morboso.

  • Mmm; así que todavía no te han abierto ese culito - y acto seguido, su polla empezó a empalmarse; era una polla enorme y gruesa, rodeada de una espesa mata de pelos rizados, con un capullo rosado y unos testículos que invitaban a metérselos dentro de la boca.

Yo no podía dejar de mirarla; me era imposible.

  • ¿Qué?, ¿te gusta nene?

  • Sí señor – alcance a decirle.

  • Pues si tanto te gusta métetela en la boca, vamos.

Yo no me lo pensé, me metí aquel enorme capullo en mi boca y empecé a lamerlo como había visto en los videos porno y la poca practica que tenía con mi director.

  • Ah, que gusto nene; si así, no pares; mmm, parece que lo has estado haciendo toda tu vida.

Empecé a mover mi cabeza y mi mano derecha hacia arriba y a hacia abajo, como en los videos y como a mí me había hecho hacer mi director.

El gemía de gusto; e inicio a pellizcarme los pezones; me los pellizcaba y me los retorcía.

  • Me encanta como la mamas, las putitas jóvenes como tú, son las mejores en esto; mmm; vamos, mámamela bien, así – estaba súper excitado y me lo demostraba.

Él gozaba como un loco y de repente, me cogió por el cuello, me puso de rodillas en el suelo, mientras él se levantaba, y me introdujo la polla en la boca; al instante empezó a meter su polla en mi boca, como si de un culo se tratara.

  • ¡Así, así, así!; así es como hay que tratar a las putitas jóvenes como tú – me decía mientras tomaba mi cabeza y la movía de adelante, hacia atrás - que aprendan a complacer a sus machos.

Continuó así durante unos 10 minutos más o menos; yo notaba el sabor salado del líquido pre seminal que emanaba de su enorme y peluda polla.

Pasado ese tiempo, la sacó de mi boca y me dijo:

  • Ahora, ponte de cuatro en la cama – me ordeno – te voy a comer el culo.

Apresurado me coloque en posición, ansioso de que iniciara; él se abalanzó sobre mi culito, apretando mis nalgas y dirigiendo su boca a mi culito; para lanzar un escupitajo bien cargado a mi ano, e iniciar a lamer mis nalgas, hasta que su lengua dio con mi ano y lo lamió en movimientos circulares.

  • ¡Ah! ¡Sí! ¡Oh dios! – inicie a gemir de placer, mientras al mismo tiempo iniciaba a hacerme una paja.

  • Como se nota que te haces muchas pajas – me dijo mientras dejaba mi ano - Dominas la técnica a la perfección – me sonrió y volvió a escupir en mi culo.

Al mismo tiempo sus gordos dedos se posicionaron en mi ano; me los metió hasta dentro. Yo pensé que aquello me dolería, pero curiosamente no fue así; creo que ya me inicio a acostumbrar, ¿no?; De hecho, me encantaba la sensación.

  • ¡Oh, sí señor! ¡Por favor, no pare! – gemía aún más.

  • Ya estás listo Manuelito – me dijo separando sus dedos de mi entrada - quiero estrenar ese culo, me está volviendo loco.

  • Claro señor – dije ya emocionado por ser follado por este hombre, que me voltie para poder verlo.

  • No perrita, boca abajo y a cuatro patas. ¡Ya! – me ordeno.

Yo obedecí al instante; reconozco que estaba muy ansioso y un poco nervioso; ya que recordé que mi hermano y Pedro estaban en la sala.

  • Joder, me encanta que estés delgadito y sin ningún pelo; nene, tienes un culo que pide ser follado cuanto antes.

Vi que, del buró sacaba un bote de crema.

  • No tengo lubricante y por desgracia no tengo condones – me informo - así que voy a follarme ese culito hasta llenártelo de leche; ya verás que corrida te echo dentro.

Solo pude asentirle, desesperado ya que, ya quería sentirlo dentro de mí.

Se embadurno toda la polla de crema y, con dos dedos, impregnó también en mi ano, tanto por dentro como por fuera.

  • Bien, ya está.

Y noté como colocaba su enorme capullo justo en la entrada de mi ano y empezaba a empujar.

Al principio, solo noté como mi ano cedía un poco y pensé que ya no me dolería tanto, pero en cuanto empezó a meter aquella polla gorda; de verdad, experimenté un dolor tan intenso que pensé que no lo resistiría.

  • Relájate nene, que vamos por la mitad.

  • Ah – inicie a gemir, tanto de placer, como de dolor.

  • Sí, sé que te duele y eso me encanta; mmm; menudo culito tan rico tienes Manuelito.

Poco a poco mis esfínteres se fueron relajando y adaptándose, a duras penas, a aquella enorme columna de carne y venas.

  • Bien, ya está dentro. Ahora sí que te vas a enterar de lo que es bueno.

Y empezó a meterla y a sacarla poco a poco; al principio despacito, pero enseguida aumentó el ritmo. Se notaba que estaba cachondo como un animal; me follaba sin piedad y, a pesar de que me da la sensación de que me iba a desgarrar de un momento a otro.

  • Ho si perrita, siente como te cojo – me decía mientras aumentaba mas la velocidad de su follada.

Yo no podía decirle que parase porque era una sensación placentera y exquisita; su polla entraba y recorria mi interior, y podía sentirlo detalladamente, y solo podía gemir.

  • Ha, si señor deme más, deme más – le pedía.

  • ¡Oh, sí!; como se nota que este culito estaba sin abrir – ¿seguro? Me pregunte mentalmente – mmm; está tan apretadito.

Él gozaba como un loco y se notaba por la forma como me cogía por las caderas, arañándome las nalgas.

De repente, él empezó a gemir como un oso.

  • ¡Aaaaaaaah! ¡Qué gusto! ¡Me corro nene, me corro! – intensifico el ritmo de sus envestidas, hasta que en una estocada me la ensarto hasta el fondo.

Y, acto seguido, note como un chorro caliente invadía mi interior; siguió embistiéndome, aunque, poco a poco, fue bajando el ritmo, hasta que paró por completo.

  • Mmm nene, ha sido increíble.

  • Ni que lo diga señor – dije excitado aún.

  • Te mereces un premio – me dijo al oído.

Y me puso boca arriba de golpe; me asusté por un instante; pero vi que el noto que estaba empalmadísimo e inicio a hacerme una magnifica paja, mientras al mismo tiempo palmeaba mi ano con sus dedos; empezó a mover su mano arriba y abajo.

  • ¡Ah, ah, ah, ah! ¡Me corro, me corro, me corro! – gemía como loco.

  • Si, eso es; córrete zorrita – me dijo mientras apresuraba la paja.

  • ¡Ha! – grite de placer al correrme, lanzando mi semen a mi abdomen.

Fue una corrida increíble.

Se quitó de enfrente de mí; estaba con el culo lleno de semen y mi corrida en mi pecho; él se puso de pie y se limpió con una tolla y, cuando alargué la mano para cogerla, él la aparto y me dijo:

  • Te iras a dormir con el culo chorreando leche. Te prohíbo que te la limpies. – me ordeno.

Yo obedecí y me regresé hasta la habitación de Pedro con mi short en la mano y con la corrida de este macho, resbalándose por mis piernas; cuando ya estaba en la habitación, reconozco que me costó dormir de la excitación, así que me masturbé un par de veces recordando lo que allí había pasado; reconozco que mientras me masturbaba, mojé mis dedos en la leche que todavía quedaba almacenada en mi recién violado culo y la saboreé como si de néctar se tratase.

Hasta que logre conciliar el sueño; hasta que mi hermano me despertó ya por la mañana, para decirme que mi padre ya me había ido a buscar para llevarme a casa.

CONTINUARA…


Hola, espero se encuentren bien y que les gustara este relato; quisiera pedir de su ayuda; ya que pensaba si me podrían ayudar, a decidir, si continuar con la cronología de la historia y continuar lentamente, o entregar relatos independientes para que la historia avance hasta “SECUNDARIA” donde hay relatos con Manuel ya más crecido, díganmelo en los comentarios; recuerden que pueden comentar libremente cualquier opinión que tengan, que les ha parecido o que les gustaría que se mejorara; igual pueden enviarme sus correos, los leo y les respondo, muchas gracias por leerme… Manuel