La vida de Lore - Un culo más

Tercera parte de mí 2020

Buenos días a todos.

Como ya saben, os recomiendo que lean mis relatos previos para enteraros de la historia, porque básicamente os lo que os estoy relatando, es lo que me estuvo ocurriendo a lo largo del último año tan complicado para todo el mundo.

Pasaron unas semanas de mí encuentro con Roberto, no hablé con él ni le vi en la oficina, desde la última vez, en cual me abuso y me destruyó la integridad como persona, humillándome como nunca habría imaginado.

A pesar de haberse corrido una cantidad de esperma digna de un caballo en mí útero, tomé las pastillas correspondientes para el día después y tuve suerte de que no me quedé embarazada, pero eso no cambia el hecho de que estuve varios días sin moverme bien por el prejuicio que le causó a mí cuerpo.

Pero eso es parte de la historia, la otra parte es que mi cuerpo cambió, yo cambie.

De repente, prestaba mucha más atención a mi cuerpo, me sentía bien, guapa, me sentía mujer. De la nada me miraba mucho al espejo, me compré lencería intima algo más sexi, me pasaba tiempo en frente del espejo tocándome el pecho, incluso me tomé alguna foto desnuda para compararme con otras actrices porno de mí edad, prestaba de repente mucha más atención al depilarme por completo, sentía que ese acontecimiento había subido mis hormonas a 1000 y a pesar de haber pasado 3 semanas, no habían bajado.

No tengo del todo claro que pasó, pero el pecho me lo notaba sensible, me excitaba con facilidad, si hay chicas que leen este relato, si sois jóvenes, es normal que vuestros genitales estén algo mojados siempre, pero, al llegar a una edad, eso deja de pasar.

¿Dejo de pasarme a mí, hasta que me sucedió lo que os conté en el relato anterior, desde ese momento estuve mojada siempre, todos los días, venia de la nada y nunca me consideré una pajillera, no solía masturbarme, una vez al mes, si eso, pero en esos días que pasaron?

En esos días me estuve masturbando a diario recordando lo que pasó, mínimo 2 veces.

Un día, estando en el trabajo, creo recordar que eran los inicios de febrero, se presentó en la oficina, nos saludamos, hablamos un poco, como si nada hubiese pasado, pero me dijo que quería que hablemos en privado así que nos bajamos a fumar y me propuso visitarle después de la hora de la comida.

Y yo como una adolescente boba llevada por sus hormonas, lo acepté.

Debo admitir que, consciente de lo que podría pasar, bueno, más bien lo que ansiaba que pase, ese día no comí nada.

Cogí un Uber hasta su casa, y él me abrió la puerta. Desnudo, totalmente desnudo.

“-Pasa que nos lo vamos a pasar bien.” Me dijo con seguridad.

Al entrar, al llevarme al sofá, en donde previamente me había abusado, había otras 2 personas, 2 chicas, totalmente desnudas y de buen humor, cosa que me impactó porque una de ellas era mi compañera de trabajo, Claudia.

“Hola Lore, ya conociste a mí hermana Débora, ¿no? Bienvenida al club” me dijo Claudia con voz de cachondeo.

No me lo podía creer, esa tal Débora del otro día, era la hermana de Claudia y, ese mocoso se las follaba, a las 2, allí entendí porque tenía el ese trato tan cercano con ella, ¿pero … pretendía follarnos a las 3?

Lo mismo de siempre, estaba allí, totalmente boba, totalmente impactada por lo que está pasando, a pesar de lo que me hizo la última vez que me costó asimilar, me fui preparada a enfrentarme a cualquier cosa que pudiese pasar, pero no a eso, otra vez estaba perdida en mis pensamientos.

“- Pues nada, eso, bienvenida, ¿ahora qué tal si te desnudas y me chupáis un poco la polla?” dijo el riéndose, antes de sentarse en el sofá entre las 2 chicas desnudas, con la polla bien en alto.

Yo había hecho un trio con una chica cuando tenía 19 años, pero una vida entera había pasado de eso, no sabía cómo reaccionar.

“- Ven tonta, no te preocupes que no pasa nada, trae que te ayudo, yo llevo queriendo echarte un polvo mucho tiempo” dijo Claudia que se levantó y me empezó a desnudar.

Creo que ya ni siquiera hace falta contaros como iba vestida, porque mí ropa se quedó en el suelo en menos de 1 minuto y me quede totalmente desnuda y expuesta, otra vez, totalmente desnuda como ellos.

No me esperaba esa reacción de mí, pero me salió de forma natural y lo hice.

Me arrodille delante de el

“- Trae que te la chupo”. Dije yo y empecé a lamerle la polla, mientras que Débora se estaba riendo, en plan “mira que fácil cede esta”.

Si, estoy casada y tengo familia, si, le estaba poniendo los cuernos a mí marido y sí, me siento ligeramente culpable, pero no me arrepiento, lo necesitaba y, lo disfruté.

Las otras 2 chicas me acompañaron enseguida, él se iba cambiando la polla de boca en boca, he de admitir que inicialmente me dio algo de asco, no sé si han vivido algo similar, pero por el enrome tamaño de su polla que todas intentábamos tragarnos lo más posible, como si eso fuese una competición, había babas por todas partes, eran flemas, mías y de ellas y cuando se la sacaba de la boca de Claudia y me lo metía a mí llena de flemas me echaba hacia atrás, creo que sufrí un par de arcador por el asco y no por la profundidad a la que la estaba tragando, pero pasó enseguida, me acostumbre, incluso llegué a disfrutarlo, aquello era muy morboso.

Es entonces cuando descubrí que me pone loca que me humillen, porque aquello era humillante no, lo siguiente, un puto niñito pijo de 19 años tenía a 3 mujeres arrodilladas comiéndole la polla, mujeres hechas y derechas, Claudia tenía 30 años, su hermana aparentaba algo menor pero las 3 tragábamos por igual.

Débora me dio una cachetada en el culo y me acarició el coño, luego el ano.

“- ¿Y tú que, haces anal? “preguntó esta con voz picarona.

“No” señalé con la cabeza en intento de negación, porque el pollón que tenía en la boca en ese momento me impedía hablar.

“- Uf MILF, te lo voy a partir entonces, trae que te enseño como se hace. Vosotras 2, colocaros perras en la cama, tu colócate sentada en el suelo con la cabeza entre sus culos” dijo el mientras se levantaba”

Me gustaría contaros que pasó por mí cabeza en ese momento, pero, realmente, no lo recuerdo, solo recuerdo que simplemente lo hice.

Se colocó detrás de Débora y sin más, se la metió en el culo, como un tercio, estaba tan babeada que no hizo falta lubricante, esta gemía y se retorcía. A continuación, la sacó y agarrándome la cabeza, me hizo abrir la boca y me lo metió, lo mismo, un tercio, me dio un par de embestidas en la campanilla y pasó a Claudia, que esta tan contenta esperando su “premio” se abrió las nalgas con la mano y él se la metió en el culo.

Entro con bastante más facilidad que en su hermana, pero igual, se la metió como un tercio, se movió un par de veces y antes de metérsela en el culo a Débora, volvió a pasar por mi boca.

Hizo lo mismo varias veces, unas 10 diría yo, fallándola el culo metiéndola poco más que el capullo a Débora, pasando a hacer lo mismo en mi boca, en el culo de Claudia y de vuelta a mí, todo de mientras que, como pude observar, las 2 hermanas se daban algún morreo de vez en cuando.

Supongo que ese era el truco de no usar lubricante al hacer sexo anal, que después de meterla en cada culo me la metiese a mí en la boca para mojarla con mis flemas, porque anda que se cortaba y la metía despacio … no, me embestía con todo lo que entrara.

Después de esas maso menos 10 vueltas de culo-boca-culo, se paró en Débora y en vez de meterla poco, la embistió, bastante fuerte, acariciándole la espalda, porque, esta se agitó mucho y grito, que ya no sabía si eran gritos de placer o desesperación, pero Roberto la tuvo que sujetar las manos hacia atrás, a la medida que todo su pollón se perdía en su ano.

“¿Tócala la tripa, lo notas?” me dijo a mí.

Y eso era fuera de lo común, porque al tocarla el abdomen a esa muchacha, sentía como una pierda super dura hay dentro de ella.

La chica estaba bastante delgadita, yo no le echaría más de 50 kilos y, se sentía y se notaba perfectamente la puta de esa polla como abultaba por encima del ombligo de esa pobre muchacha que permanecía totalmente callada.

“-Ven y béseme la polla” le dijo a Claudia y con un movimiento hábil, se dio la vuelta, tumbándose en el sofá con la chica quedando de piernas abiertas encima suya, totalmente empalada.

“- Y tú, cómeme los huevos un rato” Dijo el …

Si, es verdad lo que estáis pensando, a mí también me sorprendió en el momento como no dejaba de humillarme de formas que ni siquiera imaginaba posibles.

En esa pose, con su polla apuntando hacia arriba, pero la chica tumbada de espaldas a él se notaba muchísimo tras su abdomen en donde acababa y el recorrido del pollón por dentro de esa muchacha.

Claudia se coloco en frente, no de rodillas, más bien agachada, de piernas abiertas y, riéndose, le empezó a lamer el abdomen a su hermana, en frente del capullo.

Básicamente le estaba lamiendo la polla tras el estomago de su hermana y, el empezó a moverse hacia arriba y hacia abajo haciendo que la tripa de la chica temblase como olas.

Esta empezó a gemir, cosa que me tranquilizó, por lo menos no estaba muerta, mientras Claudia seguía con la lengua sacada en frente del abdomen de la otra, esperando que la embistiese y se salga en relieve el pollo para que se le marque el relieve y entonces lo besaba y relamía, pero se reía, para ella era como un juego.

Yo obedecí y me coloqué por debajo de ella, me hice hueco entre las tetas de Claudia que estaban colgando en frente de su hermana, de piernas abierta, empalada, y le lamí los testículos a Roberto.

Me dio curiosidad y, también la lamí el coño a Débora, creo que, por empatía, pero, aquello no era muy agradable la verdad, había babas y sudor por todas partes y, estando casi atrapada, pasaba mucho calor.

Al paso de un rato, hizo que nos colocáramos como antes y dejar a Débora en postura de perra, vi el enorme agujero que el pollón dejó tras él.

“-Venga Clau, te toca” dijo el.

“-Pues vamos” dijo Claudia, demasiado alegre, demasiado entusiasta, moviendo el culo hacia arriba y abajo como señal de “quiero ya”.

Claudia tenia algo más cuerpo que su hermana, no se le notaba igual que a ella, pero lo mismo, se la metió toda tirando de sus manos hacia atrás mientras yo me coloqué en la postura en cual estuve antes.

Se sacó la polla del ano de Claudia y me la metió en la boca.

“- Mójala bien” mandó él.

Y entonces lo sentí.

Si, creo que es obvio lo que pasó, no me gusta realmente hablar de ello, pero supongo que tengo que hacerlo porque es parte del relato. Sabia a mierda.

Había mierda de los culos de esas 2 mujeres en la polla de él, no mucha, pisquera tropezones, pero el sabor, el sabor me mataba, sabia amargo, era asqueroso, yo me estaba tocando el coño tratando de excitarme para aguantar aquella locura.

Ese día en la tarde pensé que iba a tener una polla hasta la campanilla así que no comí nada, pero no me esperé que relamiese la mierda de Claudia y de su hermana, si llego a haber comido algo, habría vomitado de cabeza, porque arcadas no me faltaban, pero a él, no parecía importarle ni lo más mínimo, lo hacia con tanta naturalidad, como si lo habría hecho antes 1000 veces, como si eso fuese lo más normal del mundo.

No me dio tiempo a “limpiarla” por completo, que se lo volvía a meter entera en Débora, y de vuelta en mí boca.

Es asqueroso y humillante, lo sé, no me gusto, lo admito, pero una parte de mí estaba excitada.

El puto mocoso, me trataba la cabeza como si fuese un culo demás, para el no había ninguna diferencia entre el ano de Débora, de Claudia o de mi boca, para el mí cara no era nada más que un trozo de carne con un agujero por donde meterse la polla, igual que los culos de las otras 2 chicas.

Me gustaría decir que pasó algo más, pero no fue así, se corrió sin más dentro de Débora, me hizo limpiarle la polla de esperma y lo que quedaba de Débora, mientras Claudia relamía las nalgas de su hermana por donde se salía lentamente leche.

Y, en cuando el glande quedó limpio y aparentemente Claudia se trago felizmente toda la corrida, el se fue a su mesa y dijo que podríamos irnos cuando quisiésemos, así que nos fuimos.

Nos vestimos, nos limpiamos con el mismo paquete de pañuelos húmedos que unas semanas antes estaba usando para limpiarme el coño y la cara y nos fuimos … y me fui … me fui sin follar, me fui habiendo solamente … me fui sabiendo que me follo la boca como si fuese un culo cualquiera y sin más, sin importarle nada mí bien estar.

“-Te llevamos en coche?” Dijo Débora que se estaba montando en uno de los coches que había fuera.

“- Gracias, prefiero ir andando” dije yo…porque … porque me sentía super mal y humillada, me sentía super humillada al mirarlas a los ojos y saber que lo que paso es de verdad real y no una película.

Me fui andando a casa, tan tonta e impactaba estaba que se me olvidó que, si quisiese ir andando, tendría que andar 30 kilómetros, así que pedí un Uber que me llevó, incluso, llegue a mí hora para que mí familia no sospechara nada.

Una cosa es cierta, al salir, ninguna de las 2 chicas no andaba con normalidad.

En todo el viaje a casa no dejé de pensar en como podría volver a la oficina y verla la cara a Claudia, no cabía en mí cabeza, solo pensaba en eso.

En eso y en que me humillaron, me denigraron, OTRA VEZ y ni siquiera me follaron, razón por cual esa noche en la bañera, me masturbé … creo recordar que 4 veces seguidas, pero simplemente no podía parar, no habría parado si no fuese porque llevaba ya 1 hora dentro y me dolía la piel por lo agrietaba que estaba.

Continuara…