La vida de Lore - El amigo de mi hijo.

Quinta parte del 2020

Hola de nuevo, a continuación, os relataré el siguiente encuentro sexual.

Era un viernes de finales del mes de febrero.

Estuve tranquila por la mañana, tocándome un par de veces y haciendo las tareas domésticas.

A medio día mí marido se tenía que ir a tocar en un espectáculo fuera del país y se llevó a Emma con él, ella tenía que viajar, ya había sospechas de Covid y de una posible crisis en el mundo y bueno, decidimos aprovechar la oportunidad de salir así que se fueron juntos, cogieron un taxi al aeropuerto y no les tuve que llevar, ya que había dado a entender que no me encontraba demasiado bien, pero realmente aprovechando que Juan estaba en el cole e iba a tener la casa para mí sola, quería masturbarme.

En cuando se fueron, sobre la 1 de la tarde, me puse a preparar la comida y he de reconocer que estaba cachonda como siempre, así que me tocaba a medias, a medida que iba preparando champiñones con brócoli y secreto ibérico al horno.

Llevaba una blusa, gordita, pero con cierto diseño de encaje, solo si mirabas muy de cerca creo que se me transparentaban un poco los pezones, pero tenía una típica bata de ir por casa por encima, que me llegaba hasta por debajo de las rodillas.

Y, nada más, eso lo llevaba así para poder tocarme agosto sin tener que esforzarme la mano al metérmela en los pantalones y que luego me duelan las articulaciones, porque casi toda mí ropa era bastante apretada.

Tan tranquila, cocinando, tenía el portátil en la mesa de la cocina, con música, pero con una ventana de porno abierta, recuerdo que veía videos de facefuck, a la medida que me tocaba, también me abrí la bata e iba con el coño al aire.

Creo que podéis asumir que perdí la cuenta del tiempo y mí hijo volvió a casa para encontrarme así, y es verdad, pero no del todo.

Eran ya las 2 y media creo, cuando se abrió la puerta de casa, yo cerré rápidamente el porno, cosa que me dio un ataque de adrenalina fuera de lo común y enseguida me até la bata para tapar mí cuerpo.

Juan había venido, pero sorprendentemente, había venido con un amigo suyo, algo más mayor.

Le conocía, se llamaba Adrián, era un niño bueno, iba junto a Juan a hacer ciclismo en verano y, de normalmente, era la persona con cual mí hijo hablaba siempre por los cascos cuando jugaba a la play y también conocía a sus padres de las reuniones del colegio, y, de la carnicería, ya que su padre tenía una carnicería en el barrio, nos habíamos conocido en una reunión de los padres y desde entonces era la única carnicería a cual mí familia iba, teniendo en cuenta que éramos “amigos” siempre se portaba bien con la carne, nos decía que hay bueno y si había algo que estuviese algo pasado me decía siempre que no lo comprara, un señor bastante agradable la verdad.

“- Hola mama, perdona que no te avisé, pero no cogías el teléfono, quería decirte que quería invitar a Adri a comer con nosotros”

“- Hola cielo, no te preocupes, hola, ¿Adri, como estás, que tal tus padres?” Dije mientras me acerqué a darnos 2 besos.

¿Si, os pensáis que esa noche me folle al amigo de mí hijo? Podría decir que si, que no, dejaros con la intriga, esperar a que leías todo y contaros que no sucedió nada o contaros que sucedió otra cosa, o, directamente podría contaros que tal fue el día hasta que nos acostamos, o no, pero no sé, teniendo en cuenta que estoy indecisa, creo que os diré que pasó para que se país a que esperaros.

Si, esa noche tuve sexo con el amigo de mí hijo.

“- Hola señora Lorena, muy bien, ¿están todos bien y usted?” dijo el muchacho

“- Muy bien, llámame, Lorena, sino me haré sentirme vieja, ¿qué tal os fue el día?” Pregunté yo medio riendo, creo que estaba siendo una madre agradable con los amigos de mis hijos, siempre.

“- Muy bien mama, ¿qué hay de comer?”

“- Pues no lo sé, pero huele muy rico, tu madre seguro que es mejor cocinando que mí padre, mí padre solo hace comida marroquí”

Me reí la verdad, su familia llevaba muchos años en España y aparentemente seguían con sus costumbres natales, nada de juzgar, yo también era extranjera, de hecho soy nórdica, mi marido es Italiano, nos conocimos en la boda de unos amigos que teníamos en común cuando yo tenía 19 años, me gustó, le gusté, nos enrollamos, todo el rollo, pero el estaba haciendo unos cursos de música en España y a mí me parecía interesante todo lo que le rodeaba a él, el era un artista, claro que tuve atracción por él, así que nos mudamos juntos a España y, eventualmente, cuando el terminó sus estudios, también encontró empleo y nos quedamos.

Yo fui aprendiendo el idioma y luego seguí unos estudios básicos y empecé a trabajar bastante tarde la verdad, empecé a trabajar con 30 años, hasta entonces, estuve desde que nos mudamos a España, cuidando a nuestros hijos.

Así que no siento nada de malo hacía los extranjeros, pero me daba pena que el muchacho quisiese comer cosas españolas, como cerdo, por ejemplo, pero sus padres se lo prohibían y, debe ser que, a él, tampoco le gustaba mucho la comida de su casa.

“- Pues hay carne rica con verduras en el horno muchachos, pueden ir sentándose ya porque está casi listo” dije yo.

Se sentaron y yo empecé a poner la mesa, me agaché para sacar la bandeja y se me desabrochó la bata, pero no pasó nada raro, ya que estaba de espaldas, me la até enseguida sin que “se vea nada”, pero en ese momento me pasó por la cabeza que podría tener sexo con ese chico, no sé, me sentí ligeramente atraída, no hace falta decir que de cachonda no me faltaba nada.

“- No seas carbón, si ya no juegas nunca conmigo desde que tienes ordenador” dijo Adri

“- Porque ya no juegas con el?” pregunté yo?

“- Pues porque Adri no tiene ordenador, solo play y, como yo ya no juego, no podemos jugar juntos”. Contestó juan

“- Si, pero que de vez en cuando podrías echarte unos partidos conmigo a la play, ¿para qué tanto ordenador?” se quejó Adri.

“- Pues tío no tiene nada que ver, allí tienes todos los juegos y puedes jugar y hacer a lo que quieras, la play es un engaño, si hubiese sabido como es jugar con el ordenador no le había pedido nunca a mis padres una play”, dijo mí hijo.

Bueno, algo era bueno, por lo menos, mis hijos disfrutaban sus ordenadores, independientemente de la polla y los culos que tuve que comerme en el proceso de comprarlos. Que si, es cierto, ya que me había follado y abusado de esa forma, Roberto podría no haberme cobrado los ordenadores, pero no os lo creas, me los cobró igual.

“- Oye pues si Emma y papá no están en casa, porque no os quedáis a pasar la tarde aquí y así Adri puede jugar en el ordenador de Emma contigo y lo prueba” me surgió a mí la idea.

“- A, me encantaría mama, pero no quería molestar” dijo Juan

“- No te preocupes, si no molestias” contesté yo.

“- Muchas gracias, señora…. Lorena, solo Lorena, jaja, puedo llamarte Lore?” preguntó el chaval.

“- Si claro, así me llaman todos”

“- Pues muchas gracias, Lore, pero no sé, mis padres me esperan en casa para esta tarde y de verdad que a mí me da mucha vergüenza y no quiero molestar” dijo el tímidamente.

“- Bueno, vosotros veréis”.

¿La verdad? No pensaba en tener sexo con nadie, pensaba en masturbarme en solitario, pero, quería hacer una cosa por mi hijo, ósea, para que se lo pase bien, si sois padres sabéis que no hay nada mejor en el mundo que ver a vuestros hijos felices, así que le llamé al padre de Adrián para “pedirle permiso”.

No os aburriré contando como fue la conversación, pero he de mencionar que el padre de Adri me tenía muchísimo respeto, a mí marido y a mí, también que a Juan le querían mucho, él se iba muchas veces a comer a su casa, a cambio de Adri a Juan si le hacía ilusión la comida marroquí.

En pocas palabras, la conversación llevo a decirle que Adri se quedará con Juan, le conté lo de los ordenadores y que pasasen la tarde juntos pero el padre me informo que se estaban lleno al pueblo a pasar el finde semana y que el coche lo tenían en el pueblo para que se lo arreglara un amigo de familia, que se tenían que ir en tren y que el niño básicamente tendría que ir para casa porque a las 5 marchaban. Yo le ofrecí que se quedará el finde y el padre acepto con bastante facilidad, no hubo problema, Adri era su único hijo y, creo que, en cierta medida, el también quería que estuviese contento, no era la típica familia que obligan a sus hijos a vestir de una forma, eran bastante abiertos y por eso a mí me agradaban, tanto ellos como el muchacho.

Así que, dicho y hecho, se lo conté, igual que antes, no os aburriré relatando la conversación exacta que tuvimos, no porque no la recuerde (Claro que no la recuerdo, pero podría inventarme maso menos como fluyó) así que, resumiéndolo, comimos juntos, ellos se fueron a jugar al ordenador, yo me fui al salón a pasar el tiempo, estuve gran parte de la tarde trabajando en el portátil en una cosa que tenía que entregar el lunes en el trabajo y poco más, cuando ya se fue el sol, yo fui a bañarme.

Me bañé, me masturbé, me toqué el culo como de costumbre y por alguna razón, me metí el plug en el ano y lo dejé allí, me pensé que daría morbo pasearme delante de mí hijo y su amigo con esa cosita metida en el culo sin que lo sepa nadie.

Me puse un albornoz y nada más, solía estar siempre en la noche así por casa, un albornoz de los grusesos, nada de mi cuerpo se vería y no estaba en peligro.

“- Hola mama” dijo juan, bajando junto a Adri en la cocina, mientras yo estaba preparando unos macarrones rápidos para cenar.

“- Hola chicos, menos mal que salisteis de allí en todo el día, ¿qué tal Adri?”

“- Pues es una flipada, me ha encantado, muchas gracias por todo de verdad, que sepan los dos que les estoy agradecido, prometo tratar de molestar lo mínimo posible ya que se portan tan bien conmigo”. Dijo el chaval, con muchísimo respeto e ilusión, la verdad, me había puesto contenta el ver que se lo estaban pasando bien y que mí hijo tuviese tan buenos amigos.

En la mesa, mientras comíamos todos sentados, casi que ya no notaba el hecho de que llevaba un juguete sexual en el culo.

“- Mama, vamos a ver una serie nueva que está guay en Disney, ¿quieres verla con nosotros?”

Contesté que no, no me gustaban las cosas de Disney, no me gustaban las películas de superhéroes, pero les dije que pueden estar en el salón, ya que está la tele grande y que así me hacían a mí compañía mientras trabajaba.

Eran como las 9 de la tarde cuando terminamos y nos pusimos a ver la serie.

Si, lo digo bien, nos pusimos a ver la serie, porque entre los dos, me convencieron, que no se qué, que no trata de super héroes, que es Mandalorian o algo así, de Starwars, y que queréis que os diga, cuando yo era joven, Starwars era lo mejor que había, a todos le gustaba, era como lo mejor de la cinematografía sacado hasta el momento, así que lograron convencerme y me puse a ver la serie con ellos.

En mí casa había un sofá grande donde normalmente yo me sentaba con los niños, con una mesita de centro delante, justo de la altura perfecta para subirte los pies encima, los niños y yo colocábamos cojines en la mesilla y nos quedábamos allí con los pies estirados y relajados en el sofá, mientras veíamos la Tele. Mi marido tenía un sillón de los que te agarra las piernas para darte mansajes, el prefería el sillón.

Juan se colocó a la derecha del todo del sofá, Adri en el medio y yo a la izquierda, algo más apartada.

Antes de empezar a ver la peli Adri pidió permiso para ducharse, dijo que el siempre se duchaba antes de sentarse cómodo en su casa, y, le mandé a Juan que hiciese lo mismo y que le prestara ropa a su amigo.

A estas alturas era una zorra madura cachonda, así que saqué 3 mantas para todos, para que nadie se resfrié, pero mí intención era tocarme el puso por debajo de la manta mientras veía esa serie que, no sabía muy bien si me iba a interesar o no.

Nos colocamos de la misma forma en cuando los niños bajaron.

Y si, lo demás del relató, puede ser cliché, pero Adri estaba allí, yo estaba cachonda, Juan estaba super friki con la serie, nos acercamos y nos tocamos un poco, aunque nada sexual, pero no sé, necesitaba sentir a alguien, sentir el calor de alguien, me sentía sola, en ese momento, no me importaba que Adri fuese el amigo de mi hijo ni que eso parecía sacado de una película porno.

Dije que me duele la espalda y que quiero tumbarme en el sofá, así que Juan se hecho todo hacia la derecha posible, Adri le siguió y yo acabé tumbada en el sofá, con las piernas un poco en alto en el borde del sofá y con la cabeza en el hombro de Adri, que alzó la mano y me “abrazó” en su inocencia.

Poco sabía el que tenía parte del brazo por encima de mis tetas y eso me ponía cachonda, pero, no era así.

Creo que Adri era un chico muy listo, porque no creo que dije la verdad cuando dije que el no sabía por donde pasaba su mano, ya que le notaba inquieto, cachondo, asumía que está cachondo.

Para Juan todo parecía normal así que ningún problema, lo último que quería era ser una madre degenerada, a pesar de mis impulsos de mujer. En ese mismo instante quería tener sexo, no me importaba con quien.

Yo tenía una manta por encima, manta por debajo de cual, poco a poco Adri metió la mano.

Estuvimos en total viendo la serie por varias horas, hasta la 1 de la mañana si no recuerdo mal, durante todo el tiempo, no nos dijimos ni una palabra. Pero no hicieron falta las palabras.

Adri metió su brazo por debajo de la manta que había encima mía, muy lento y yo, me quite parte del albornoz hacia la derecha para que pudiera sentir mi piel directamente tenia la palma de la mano colocada en una costilla mía, sin tocar nada sexual, pero, tocándome la piel directamente.

Yo con una mano me acariciaba el pussy y era un reto que el chico no sintiese los movimientos que estoy haciendo.

Su codo quedaba totalmente colocado en una teta mía y, poco a poco se estaba moviendo la mano, hacia arriba. No sé si lo hacía, pensando que yo no me daría cuenta, o porque, o es que simplemente no podía resistirse, pero yo tampoco.

Con mí otra mano le agarré el brazo y se lo coloqué en mí pecho izquierdo, por debajo de la manta y el albornoz que tenía puesto. Si, tal cual, tenia la mano colocada en mí pecho, rozándome el pezón, pero no se movía, no me lo agarraba no nada, y yo, giré la cabeza para mirarnos.

¿Nos miramos y me miró en plan “Te estas enterando de lo que estoy haciendo?” y fue a retirar la mano, pero yo se lo impedí.

En ese momento en nuestras miradas, aunque apenas podíamos vernos ya que no daba más que la luz de la tele, fue un: “Si, me estoy enterando, agárrame la teta” “De verdad, ¿no te molesta?” “No, tócame si quieres” que nuestras miradas se transmitieron.

Así que el chico me agarró el pecho con fuerza. ¿Mis pezones estaban bastante erectos y yo, bastante cachonda, y el chico? Jugando con mí pezón como si fuese un juguete. No tenía del todo claro si me gustaba o me molestaba, pero tenía claro que está cachondisimo.

Yo me incorporé, aun teniendo el brazo de Adri sobre mí hombro y me coloqué el codo frente a su pecho, colando mí mano derecha en los pantalones que Juan le había dado, bastante anchos la verdad. Le toque la polla, se la agarre disimuladamente.

Estaba bastante “tocha”, no me lo esperaba, era un buen miembro, se la acaricie un poco, saque la mano, despacio, despacio me relamí la palma y la llené de saliva para luego volver a meterla en sus pantalones y poder moverme la mano en su polla con más delicadeza, que entre mís babas, sudor y flujo preseminal, estaba bastante mojado aquello, incluso de vez en cuando, sin que se note, sacaba lentamente mí mano para relamerme la palma y volver a mojarla, pero aprovechando tambien para sentir el sabor de los genitales de un hombre, ya que lo anciaba bastante.

Bueno llegados aquí, como ya lo tenéis super claro, si que tuve sexo con Adri, lo reconocí delante de todos al principio del relato, dejando de lado la intriga.

Pero no del todo, quiero que haya un poco de intriga también, no va a ser todo solo sexo, así que la continuación de este relato será lo siguiente que suba.

Continuará…