La vida de Isabel

Iniciar a un chico joven en el sexo gusta, ser madre satisface, ver tu sueño hecho realidad es una maravilla. Despertar de ese sueño es algo que ya se vera.

La tarde antes me había acompañado mi madre al pediatra con Iván para que le hiciera una revisión, la de los nueve meses y todo estaba bien.

Cuando nació, rubio y con unos ojos azules casi blancos sin llegar a ser albino ella exclamo, rubio como su madre de pequeña y con los ojos igualitos a los de mi difunta madre que en paz descanse.

Mi madre se quedo con Iván la mar de contenta y yo fui a la estación del tren como tantas otras veces.

Dos años antes junto con mi marido y el medico habíamos acordado comenzar un tratamiento de fertilidad pues no me quedaba embarazada, los espermatozoides de mi marido eran escasos y débiles, el tomaba unas vitaminas y yo me trasladaba los miércoles desde Tarragona donde vivimos a Barcelona a una renombrada clínica.

Llevaba seis meses con los dichosos viajes semanales, salía pronto de casa pues el tratamiento comenzaba a las nueve de la mañana, al salir de la clínica sobre las once aproximadamente, donde me hacían reposar después del tratamiento, me aconsejaban relajarme para ello solía pasear un rato mirando escaparates, después comía en un restaurante.

Casi siempre sola ya que no era necesario que nadie me acompañara y después a media tarde regresaba a tarragona, era un trayecto muy cómodo, algo más de una hora.

Ese día

¡Lo vi! Era él no había ninguna duda

. Me pare en la acera y espere que llegara, cuando me vio, nos abrazamos y nos besamos como si hubiéramos estado juntos el día anterior, hacia casi siete años que no nos veíamos, cuando tome conciencia de donde estaba era a escasas dos manzanas de su casa, sin decirnos nada nos cogimos de la mano y caminamos.

Al llegar a su casa, todo estaba igual y nosotros también, me dedique a desnudarlo lentamente, notando como su cuerpo se tensaba a cada roce de mis manos sobre él, a su vez el tomo los tirantes del vestido y los hizo caer de mis hombros, al quedar en el suelo entonces y solo entonces comenzó a besarme el cuello, y puso sus manos en mi espalda, sobre ese camino que tantas veces había recorrido, las piernas me temblaban solo con imaginar lo que se avecinaba.

Aún con los pantalones puestos y yo en ropa interior, me alzo del suelo como una pluma y me llevo a su habitación, por el camino comenzamos un morreo cómplice, para nada desesperado, sin urgencias los dos sabíamos que eso solo había empezado, no como terminaría aunque poco importaba.

Me tendió en la cama, me saque la poca ropa que quedaba mientras él, solo con la mirada me hacia hervir la sangre, cuando se bajo el pantalón vi que seguía sin emplear ropa interior.

Se arrodillo a mi lado y con ternura más que con lujuria comenzó a acariciar mi cuerpo, me rozaba apenas y me llenaba de besos, cuando ya estaba en un estado de excitación insoportable, fue cuando dio el cambio.

Se convirtió en la fiera que había sido siempre, pero nunca antes del momento idóneo.

Se coloco entre mis piernas y primero lamió los pezones que ya estaban a punto de salir disparados, rodeo los pechos con su hábil lengua mientras con sus grandes manos los apretaba para que estuvieran aun mas duros, después sin soltar los pechos fue bajando hasta mi vientre que lamió en toda su extensión, se ensaño con el ombligo como si quisiera penetrarme por ahí con la lengua, eso me vuelve loca.

Cuando note sus manos en los costados, algo mas arriba de la cintura, sabia que había llegado el momento, bajo hasta la entrepierna y lamió primero el interior de mis muslos, yo estaba a esas alturas mas que mojada, después se fue acercando a mi vulva hasta que con pequeños lametazos logro que el ya muy excitado clítoris se irguiera al máximo, tratando de escapar de su capuchón.

Lo mordisqueo hasta que alcance un primer orgasmo, que el no permitió que acabara hasta que le suplique. Entonces se tendió a mi lado y le tome la mano, cuando pude le dije.

Sigues igual que siempre, sabes como volverme loca.

No esperaba una respuesta, solté su mano y encontré su inmenso miembro, lo así aunque la mano no me permitía rodearlo del todo, lo retuve hasta que me sentí con fuerzas para ponerme en cuclillas sobre el y muy despacio ir bajando notando como me habría las carnes, como iba entrando en mi al tiempo que yo regresaba a un tiempo pasado en que eso era lo habitual.

Cuando llegue al fondo note una punzada de dolor, hacia demasiado tiempo que no notaba esa "agradable" sensación de estar completamente llena, en un instante se formaron en mi mente un gran numero de gratas imágenes, comencé a subir y bajar y él me tomo por las caderas para ayudarme.

Fue sensacional como siempre lo había sido, alcance el segundo orgasmo y quede rendida, me abalance sobre su pecho y me acurruque en el, mientras se dedicaba a acariciar mi espalda y besar mi cabello. Quería que el tiempo se detuviera ahí pero eso era imposible, cuando comencé a reaccionar salí de él y le dije.

Tengo que hacer una cosa, me llevara menos de media hora pero lo tengo que hacer.

Me miro, me beso y sin decir nada me ayudo a levantarme de la cama, salí al salón me recogí el cabello en una cola y sin lavarme coloque el vestido sobre mi desnudo cuerpo, encima un sobretodo me calce y salí bajo su atenta mirada, él permanecía desnudo.

Baje a la calle ande unos cincuenta metros y allí seguía estando, un buffet libre donde te cobran a la entrada, pague con la tarjeta fui hasta el baño, me saque el sobretodo que me coloque en el brazo me solté el cabello y salí a la calle otra vez.

Cuando toque en su puerta no habían pasado ni quince minutos, solté mi cabello me saque el vestido y me abrace a él, juntos volvimos a la habitación, entonces por primera vez y aun de pie hablo.

¿Eres feliz, todo te va bien?

No le respondí al acto, solo lo abrace mas fuerte, apoye la cabeza en su pecho y solloce como una niña, no me interrumpió, mesaba mi cabello y hacia mas intenso el abrazo, pero era una sensación de amparo, nada lujuriosa y así cuando me pude controlar deje de llorar y le dije.

¿Feliz? Vivo bien, con un buen hombre que se preocupa por mí pero que no llega mas allá, trata de ser cariñoso pero controla mucho sus negocios, he bajado porque en los extractos de la cuenta conste que he estado comiendo en un restaurante, no me controla a mí es que eso desgrava como gastos de representación para la empresa.

Él repitió la pregunta.

¿Eres feliz?

Mi respuesta fue la única sincera que podía darle.

Seria enteramente feliz si suceden dos cosas, y no es importante el orden, he de tener un hijo y poder seguir viéndote cuando puedas tener un rato para mí.

Entonces y de forma escueta le resumí mi vida en esos últimos siete años que hacia que no nos veíamos.

Me escucho con mucha atención me beso tiernamente me tendió en la cama y me acaricio, su solo contacto me erizaba el vello de todo el cuerpo, en lograr un estado de excitación como el que había tenido antes de la interrupción solo tardo unos minutos, yo manaba flujos en abundancia, se arrodillo entre mis piernas y coloco la planta de mis pies en su pecho.

Con mucha delicadeza me fue penetrando y cuando llego al fondo, aún se abalanzo un poco mas sobre mí para que mis pechos quedaran un poco mas chafados, comenzó entonces un metisaca lento pero largo, casi salía del todo para después llegar al fondo, alcance un tercer orgasmo, no pude reprimir en esta ocasión lanzar un profundo rugido como de animal herido, pues sabia que en este caso él no pararía hasta que el alcanzara su propio orgasmo.

Tardo en llegar mas de lo que recordaba, por un instante pensé que me desmayaría, clave las uñas en la palma de las manos para tratar de evitarlo, cuando comenzó a eyacular lo hizo como recordaba, se derramaba dentro de mi de forma exagerada.

Siguió bombeando pero en este caso las embestidas eran mas lentas y cortas de forma que toda su eyaculación quedo dentro sin derramarse ni una gota, al terminar, puso mis pies a su alrededor se tendió sobre mi y se quedo quieto, apoyo los codos en la cama para chafarme pero poco, ese sofoco de no poder respirar bien por tan agradable mordaza me satisfacía y mucho.

Cuando se retiro de mí note como lentamente iba saliendo algo de su esperma, instintivamente coloque una mano para evitarlo, cuando pensé que las piernas me aguantarían me paso por la cabeza ir al baño pero aun espere un buen rato, lo tenia a mi lado e imagino que los dos pensábamos lo mismo, como nos conocimos.

Fue unos doce años antes, a mis 26 una eternidad para todo lo que había pasado, en esa época trabajaba en correos en Tarragona donde siempre he vivido, una jornada de ocho a catorce de lunes a viernes.

Al terminar la jornada los viernes, casi siempre iba a pasar el fin de semana a Barcelona a casa de una amiga, algunas veces teníamos mas "pasta" que otras, entonces apareció una oportunidad de, pasarlo bien y ganar un dinero extra que servia para cubrir algunos caprichos.

Se trataba de una o dos noches del fin de semana, hacer de striper en el local de una amiga suya, sobre todo regalos de cumpleaños y despedidas de soltero, solo se trataba de bailar y desnudarse hasta quedar solo con un tanga y a veces magrear un poco al homenajeado, ellos además de pagar un tanto por "la fiesta" que incluía las bebidas, colocaban billetes en el tanga, por aquel entonces aun en pesetas.

Una noche hacían una fiesta para un chico enorme que cumplía los dieciocho, cuando casi se acababa y lo estaba magreando pues me lo había "encargado encarecidamente" el que le organizo la fiesta, él me introdujo en el tanga sin rozarme siquiera la piel un billete plegado en cuatro.

Me hizo mucha gracia cuando en el cuarto que usábamos como camerino, vi que era de cinco mil pesetas, pero dentro había una tarjeta que impresa que solo ponía "Juan" y un numero de Mobil, al darle la vuelta había un simple "llámame" sentí curiosidad y lo llame a la mañana siguiente.

Resulto ser muy agradable y quedamos en vernos, fue muy respetuoso incluso me pareció gracioso cuando dijo.

Discúlpame pues mi intención no es ofenderte, sé que soy joven pero quisiera saber ¿Practicarías sexo por dinero, si fuera el suficiente? Tengo claro que ayer solo tenías que bailar y lo hiciste muy bien, pero esto es importante.

Me dejo a cuadros, pero mi respuesta fue sincera.

Citando a Bertolt Brecht dije.

¡Yo qué sé lo que es un hombre!

¡Yo qué sé quién lo sabrá!

Yo no sé lo que es un hombre.

No sé más que su precio.

La puta ya la tienes, solo falta el capitalista.

Entonces me dijo muy serio.

¿Si te proporciono un lugar, tú recibirías solo a chicos pijos de mi edad, todos ellos con

18 años y algunos días

pero solo de esa edad? Podrás cobrar el doble de lo que cobras aquí y mi parte me la darán ellos directamente a mí.

Podemos hacer la prueba, solo esta el tema de que alguno se quiera pasar de listo.

Te aseguro que si se hacen las cosas como yo diga nadie se pasara.

De todas formas me gustaría acostarme contigo, no soy virgen pero casi, he tonteado alguna vez con alguna amiga pero nunca he estado con una mujer de verdad.

Nunca sabré que fue lo que me decidió, si las ganas de aventura o la forma en que me trató.

Me tome unos días para asuntos personales.

Juan alquilo una vivienda amueblada de tres habitaciones en una zona residencial, las tres se amueblaron de igual forma, una cama de matrimonio una pequeña cómoda y un par de butacas y sobre las cómodas una foto "mía con un militar" arreglada por un amigo suyo que estudiaba fotografía.

Él les contaba a sus amigos.

Ella no es una "puta" es una señora, que tiene el compañero en los Balcanes en misión humanitaria y necesita el dinero porque los padres de el, reclamaron la soldada que enviaban a la casa que compartían además de que ella necesita "calor humano".

Cada día recibía a dos o tres compañeros suyos de universidad, ellos le daban un tanto por las molestias y ya entonces me pagaba cada uno más del triple de lo que cobraba en el local por una fiesta.

Después de la primera semana, pedí una excedencia de cinco años.

Solo trabajaba de lunes a viernes, pues los fines de semana no hay clase y por tanto no tenían escusa para escaparse, esos días eran para él, quien además era el que la tenia mas larga y gorda, le enseñe casi todo lo que sabe de sexo aunque con el tiempo mejoro y mucho por cuenta propia.

Cada vez que estaba con él era memorable, siempre me sorprendía con algo.

Eso duro tres años, él termino la universidad y yo decidí apartarme de esa vida, cuando se lo explique no trato de retenerme pues tenia muy claro que nuestros caminos debían seguir direcciones diferentes, dos meses después de establecerme en Tarragona otra vez, conocí a quien es mi marido ahora y antes de los treinta estaba casada, apenas nueve meses después.

Salí de mis pensamientos cuando note unos labios en mi hombro, Juan me estaba besando suavemente, mire y solo habían pasado unos pocos minutos y me dijo.

Quiero que seas feliz, de momento hagamos el amor otra vez, después cuando te hayas ido tendré algo más para recordarte y siempre que vengas serás bien recibida, cuenta conmigo siempre.

Cuando comenzó a besarme aparte la mano que aun cubría mi vulva para poder agarrarme a él como a una tabla de salvación, cuando después de una serie de caricias que me volvían loca de forma indescriptible, parecía imposible que hubiera tenido un orgasmo tan solo media hora antes, comenzó a penetrarme pero casi como si no quisiera lastimarme, como si lo hiciera con una embarazada.

El orgasmo en esta ocasión tardo en llegar pero fue una explosión de sensaciones y sentimientos, intenso muy intenso e interminable, los dos llegamos a un tiempo pero ninguno de los dos nos resignábamos a que terminara.

Pero todo llega a su fin hasta lo bueno, nos costo mucho levantarnos, fuimos juntos al baño nos duchamos sin ganas de separarnos, a cada momento nos besábamos hasta que por fin terminamos, me seco el cabello y después nos vestimos, me acompaño hasta la estación del tren, por el camino quedamos para el próximo miércoles, nos besamos por ultima vez ese día y marche.

Al siguiente miércoles, fui a la clínica como cada semana y después pasé el día con Juan, había comprado comida preparada pero con todo, baje al buffet libre a hacer lo mismo que la semana anterior, ese día la despedida fue menos dolorosa.

Estaba deseando que llegara el miércoles para verlo, ese lunes llamaron de la clínica para comunicarnos que el ultimo análisis de orina daba trazas de "embarazo" y que en ese caso debía ir a la clínica pero que seria interesante que fuera con mi marido.

Fui a casa de mi madre y desde allí llame a Juan para avisarlo que ese miércoles no podríamos vernos, le conté la causa y quedamos que lo llamaría cuando pudiera ir sola.

Confirmaron con otro análisis que si estaba embarazada, nos dieron la enhorabuena y nos recomendaron hacer un seguimiento, cuando mi marido pregunto si el trayecto en tren podía ser perjudicial para mi o la criatura, que se encargaría el de traerme cada semana, el medico le aclaro que es mas perjudicial viajar en coche que en tren.

Al siguiente miércoles cuando me reuní con Juan nos abrazamos como lo que somos dos amantes que se desean, el me acarició y me lleno de besos, ese día fue inolvidable como tantos otros pero lo que tuvo de especial es que me llevo a comer a un restaurante del Puerto Olímpico, aunque "cada cual pago lo suyo" no era un tema de dinero, era para evitarme problemas, solo que no quería dejar de mirarme.

Regresamos a su casa y esa tarde no hicimos el amor, fue sexo con desesperación, como si fuera la ultima vez, en esta ocasión, si que pude gozar haciéndole una buena mamada tragando todo su semen pues ya no era necesario mas que para calmar mi deseo, también me pudo encular de forma brutal, que es como realmente me gusta que lo haga sin mimos ni delicadezas, lo que vulgarmente se conoce como "romper el culo".

Hasta que llegue al séptimo mes en que comenzaron a acompañarme, mi marido unas veces y mi madre otras, nos veíamos aunque solo fuera una vez en semana, después lo tuvimos que interrumpir, nació Iván y cuando fui a la clínica de fertilidad donde un ginecólogo, también me hacia el seguimiento.

Cuando acabo la cuarentena comencé a tomar anticonceptivos, de todas formas no podía amamantar al niño pues mi marido insistió en que era mejor que lo hiciera un ama de cría y así no se me estropeaba el cuerpo tanto.

Entre el tratamiento de fertilidad y el reciente parto, el riesgo de un embarazo había aumentado y no era aconsejable tener otro tan pronto, a fin de cuentas ya tenia 38 años, sin ser "vieja" pero ya no era una niña y decidieron que me tenia que cuidar, para ello iba a un gimnasio varias veces en semana, aunque los días no se correspondían a un patrón.

Solo había un día de la semana en que no acudía nunca al gimnasio, era los miércoles.

Después de eso para no estar ociosa, convencí a mi marido para colaborar en una ONG con sede en Barcelona, iba casi todos los días, Iván se quedaba con mi madre, con la tata o con las dos y en algún momento del día me encontraba con Juan y teníamos nuestros grandes momentos.

Un día al regresar a casa encontré en la habitación de la plancha, donde guardo una caja con cosas de cuando era mas joven sobre todo fotografías, la única en que aparezco con Juan fuera de su lugar, que era un sobre de papel de seda, eso me alarmo y con ella en la mano recorrí la casa.

Mi marido estaba en una salita a oscuras y cuando hablo me sobresalto.

No se como se llama ni es algo que me interese, si te hace feliz a mi también, solo te pido una cosa y ni siquiera es discreción sé que la tienes, si algún día decidieras dejarme por favor no os llevéis a Iván, tiene su mismos ojos así como su pelo pero lo quiero y lo querré siempre como hijo mío.

Jamás he dudado de ti aunque nunca has estado aquí del todo, hoy cuando he ido mas pronto a casa de tu madre a buscar a Iván, estaba dormido y tu madre miraba un álbum de fotos donde aparecías tu de pequeña, la carita es la misma que la de Iván pero tu pelo siempre se veía moreno.

Cuando tu madre a comenzado a llorar, viendo que me había fijado la he tranquilizado diciéndole que no pasaba nada y que nunca te lo comentara.

Al despertarse el niño, hemos venido a casa, mientras jugaba en el cuarto yo he encontrado esa foto que traes en la mano.

Desde entonces y con el beneplácito de mi marido, ya puedo ir a Barcelona cuando no tengo otra cosa mejor que hacer, sin excusas de ninguna clase y estar con Juan quien tiene muy claro que lo nuestro es solo sexo, muy bueno pero sexo a fin de cuentas y que Iván es "

hijo de mi marido

".

Cuando estoy en la cama con mi marido tenemos sexo, pero del mismo tipo de siempre.

Cuando le pregunte a Juan como lo hacia para tener siempre tiempo para mí su respuesta fue.

Cuando nos separamos monte una empresa, que ha ido creciendo evolucionando y que prácticamente funciona sola, hay dos chicas que coordinan el trabajo de ocho jóvenes mas, "multifunción".

Están acreditadas como escoltas, son todas universitarias con al menos tres idiomas y se dedican a acompañar a visitantes Españoles o extranjeros que vengan a hacer negocios aquí, cubriendo "todas" sus necesidades.

Mi única función en la empresa es supervisar la selección de nuevas candidatas, cuando alguna nos deja para irse con un cliente, que la contrate con mejores condiciones que las que tiene aquí, o simplemente que la quiera para él.

¿Eso puede ser un problema para ti?

Sabes que no, lo que tenemos ahora durara lo que tenga que durar y después…………………….