La vida con Sol
Una pareja se conoce en la universidad y juntos pasan unos años muy duros hasta que todo estalla.
OJO, ESTE RELATO PUEDE CONTENER PARTES MORALMENTE REPROCHABLES, ES SOLO UN RELATO, POR LO QUE SI ALGUIEN NO SABE DISTINGUIR LA REALIDAD DE LA FICCIÓN MEJOR QUE LO DEJE AQUI... ;-)
Nos conocimos en la facultad de derecho. Sol era la típica chica muy tranquila y conservadora, no se pude decir que yo fuese la alegría de la huerta por lo que pronto hicimos una buena pareja.
No fue hasta el último año de carrera cuando finalmente ambos perdimos la virginidad en una noche que solo podría calificar de desastre. Nos costó como una hora lograr meterla entera y por mi parte después de 3 minutos de tenerla dentro me corrí sobre su desnuda barriga, cosa que provoco grandes arcadas de asco por parte de Sol que casi la hicieron vomitar, era la primera vez que no solo sentía lefa sobre su cuerpo sino a primera vez que la veía.
Nos costo un poco, pero con el tiempo nuestras relaciones sexuales fueron mejorando y al cabo de unos meses disfrutábamos como locos de nuestros cuerpos en largas sesiones de sexo en cualquier momento que encontrábamos un lugar para hacerlo.
Nos casamos el verano en que acabamos nuestros estudios. Después de una animada fiesta partimos hacía México a pasar nuestra luna de miel. Un viaje que por supuesto estaba muy por encima de nuestra posibilidades económicas, y en el que empeñamos todo lo obtenido en los regalos de boda.
Esa semana a todo tren me dio que pensar, amaba a mi esposa y quería darle una vida por todo lo alto por lo que una noche después de hacer el amor, decidí que iba a estudiar las oposiciones a Registrador de la Propiedad, sin duda el puesto publico que más dinero daba a sus ocupantes.
El plan era sencillo. Sol entraría a trabajar con su padre, reconocido político con un prominente despacho de abogados lo que nos daría una estabilidad económica y yo me enclaustraría a estudiar durante un par de años hasta lograr aprobar las complicadísimas oposiciones.
A pesar de nuestro amor, fueron años duros. Solo disfrutábamos el uno del otro alguna noche salteada y los domingos que era mi día libre y en los que no salíamos de la cama y los dedicábamos a follar como locos. Era realmente frustrante por mi parte ver como Sol crecía a nivel profesional y yo seguía siendo un simple estudiante.
Los periódicos amanecieron con la cara de mi suegro en sus portadas. Se había descubierto que gracias a su puesto en el partido en el gobierno, llevaba años cobrando comisiones por lograr contratos para empresas españolas, comisiones ilegales por supuesto. En cosa de 15 días Antonio, mi suegro, fue expulsado del partido y en menos de 6 meses su despacho tuvo que cerrar pues sus clientes sencillamente desaparecieron. Nadie quería tener relación con el ídolo caído y por supuesto para Sol, el apellido Bengoechea más que la ventaja que siempre había resultado, resultó ser un lastre.
Sol lo intentó todo, buscó trabajo en todos los despachos en los que conocía gente y después de unos meses desesperantes en los que casi estuve a punto de dejar mis oposiciones, Sol logró encontrar trabajo como pasante en una gestoría de barrio. Había pasado de un sueldo de 4000 euros a uno de 800.
Las cosas iban a peor, los 800 no daban siquiera para pagar nuestro minúsculo apartamento, pero la esperanza de tener en tres meses los exámenes nos hacían aguantar.
- tranquila mi amor, en unas semanas se acabarán nuestros problemas – le dije un día de desesperación.
Los exámenes no salieron mal y después de esperar un mes por los resultados, para nuestra desgracia no había aprobado.
Nos pasamos un fin de semana bebiendo y follando para olvidar. No sabíamos que hacer y para no pensar follamos y follamos. Ese fin de semana estrené su culo y fue una experiencia única. Los dos follamos como bestias y creo que tuvimos los mejores orgasmos de nuestras vidas. A pesar del fracaso, Sol me recompensó de la mejor manera que sabía, sintiéndome su amo y señor.
- Paco, no te preocupes. Algo saldrá, déjalo en mis manos, tu sigue estudiando. Has llegado al ultimo examen y eso tiene muchísimo merito, en dos años lo lograremos.
Yo no sabía que hacer pero otra buena sesión de sexo me convenció que por lo menos debíamos de intentarlo.
Sol sin dejar de trabajar en la gestoría empezó a trabajar cuidando a ancianos 4 noches a la semana. Recibía otros 800 euros con lo que por lo menos podíamos llegar a fin de mes, sin ningún lujo, por supuesto.
Cuando la cosa parecía que no podía ir peor, Sol tuvo un accidente. Una tontería de accidente que en una situación normal no pasaría de habernos quedado sin coche y que el seguro cubriese los daños ajenos, lejos quedaban los seguros a todo riesgo. Sol pasó tres días hasta que me confesó que hacía un año que conducía sin seguro por falta de pago.
Las cosas se desbocaron. En el juicio rápido se determinó que no solo debíamos pagar el siniestro total del otro coche sino una indemnización de 150.000 euros al conductor del otro vehículo por una hernia discal que aparentemente se produjo.
Tuvimos que pedir un crédito avalado por mis padres, que no es que les sobrase y de nuevo por mi parte estuve a un paso de dejar los estudios, pero Sol llorando me pidió que no lo hiciese.
Sol empezó a trabajar durante seis noches a la semana. La verdad es que no sé como lo hacía pero mes a mes iba pagando la deuda y mantener nuestro bajo nivel de vida. Había pasado seis meses y yo seguía estudiando sin para noche y día.
Recibí una llamada telefónica de la comisaria de la calle Luna, Sol estaba detenida y aunque pregunté la razón no se me quiso dar explicaciones.
Salí volando y a pesar del precio cogí un taxi. Me presenté como su abogado y el agente al cargo me indicó que Sol había sido detenida por prostitución. Me quedé perplejo, tenía que haber un error. Mi mujer no era puta, cuidaba enfermos.
Después de una hora de espera Sol salió de una puerta metálica acompañada por una agente, iba vestida con una ropa que nunca le había visto y tenía un ojo morado y el labio hinchado. El agente me explico, sin saber que yo era su marido, que un cliente en el prostíbulo se había negado a pagar y en la reyerta con las prostitutas había recibido los golpes que tenía. Había sido detenida con sus compañeras y el local clausurado. Recibí la citación para el juicio rápido y salimos hacía la parada de autobús. No nos dirigimos la palabra en todo el trayecto.
Pasamos dos días sin hablarnos. Sol salía por la mañana hacía la gestoría y volvía a las seis, evidentemente no tenía ya su segundo trabajo.
- ¿cómo pudiste hacerlo? – le dije el sábado mientras desayunábamos en silencio.
- Tenia que hacerlo.
- ¿Cómo que tenías que hacerlo?.
- Tenia que hacerlo, necesitábamos el dinero y no encontré otra cosa.
Durante horas discutimos, nos gritamos, lloramos, le hice que me confesase todo, me dio detalles incluso que yo no quería oír, y acabamos en la cama declarándonos amor eterno.
Esa mañana me la follé con todas mis fuerzas, Sol me folló con todas sus ansias. Fueron dos horas intensas de tanto amor como de lujuria.
- Paco, tengo que seguir haciéndolo.
- Ni de broma, eso se acabó
- Paco, debemos mucho dinero, tu tienes que estudiar. La gestoría da para lo que da, pero Paco va a ser solo un tiempo de nuestra vida que pasados los años olvidaremos, pero ahora tenemos que salir de esta.
Los discutimos durante horas desnudos en la cama. Sol me chupaba la polla o se la metía en el coño cada vez que la conversación la empezaba a perder. Haciendo de tripas corazón finalmente acepté.
- eso si, no voy a volver a un club. Voy a empezar a trabajar por mi cuenta.
- ¿cómo?
- Por anuncios en webs y anuncios por palabras.
- ¿Y eso funciona?
- Una amiga lo hace y le va mucho mejor. En vez de esperar a babosos que vengan y me follen, elijo con quien me voy a la cama. Una escort más que una puta. Acompañare a los clientes a cenar y luego me los paso por la piedra. Pagan mejor.
- No se- ¿Y donde te los piensas llevar?
- A sus hoteles o aquí a casa.
- No me gusta la idea.
- No hay otra.
Firmamos nuestro acuerdo corriéndome en las entrañas de mi mujer después de joderle el culo durante más de una hora.
Intenté seguir con mis estudios el domingo para recuperar el tiempo perdido. Me resultaba muy difícil no quitarme de la cabeza a mi mujer desnuda recibiendo una polla desconocida.
El lunes Sol volvió a las seis de su trabajo. Se metió en el baño y media hora después salió del baño con uno de sus mejores vestidos de noche.
- hoy tengo a mi primer cliente como autónoma – me dijo un poco avergonzada.
- ¿quién es?
- Que más da.
- A mi si.
- Un empresario de Zamora que necesita compañía para una cena de negocios.
- ¿Y después?
- No lo sé. Lo que él quiera.
Y Sol desapareció. No pude pegar ojo hasta que la puerta de casa se abrió a las ocho de la mañana. Me dio un beso en la boca.
- ya me he duchado en el hotel del cliente, voy a tener que ir a la gestoría en taxi – dijo mientras dejaba trescientos euros encima de la mesa de la cocina.
- Joder – pensé. 300 por una noche. No dije nada.
La historia se repitió todas las noches de la semana, la verdad es que aprovechaba las noches para estudiar más que nunca. No quería que mi mujer volviese de trabajar sin que yo estuviese despierto para recibirla. El saber que Sol entregaba su cuerpo por nosotros me obligaba a estudiar con más ahínco.
Sol dormía en casa una de cada dos noches. Fue después de 10 clientes cuando un sms entró en mi teléfono.
- cielo, hoy llevo a un cliente a casa. No salgas del cuarto de estudio hasta que acabé.
Creo que fueron los 30 minutos más largos de mi vida y no me pude concentrar hasta que oí la puerta, y cuando oí a mi mujer gritar de placer mi estudio se acabó. Sol era una muy buena actriz y por el sonido parecía que se derretía por la polla de su cliente. No salí hasta que la puerta de casa se oyó y Sol desnuda vino a verme. Aun tenía los pezones rojos y empitonados, y de entre sus piernas caía un liquido que no quise pensar que era.
Nos fuimos a la cama donde Sol me chupó la polla hasta que me corrí. Me la hubiese follado pero me daba mucho reparó meterla donde sin duda se alojaba la lefa de su cliente.
Gracias a su segundo trabajo, Sol levantaba más de 1500 euros a la semana, 6000 euros al mes.
900 de alquiler, 1.600 euros de pago de la deuda y 400 euros para vivir. Nos sobraban más de 3000 euros. Sol no solo dejó la gestoría que la estaba matando, no por el nivel de trabajo sino por los madrugones a cambio de solo 800 cochinos euros mensuales, se iba a hacer puta full time y eso no me gustaba nada, era como reconocerse prostituta, ya no era una oficinista que tenía que abrirse de piernas para llegar a fin de mes, sino una puta a tiempo completo.
Nos cambiamos de piso y buscamos algo más arreglado. Sol subió su tarifa, decidió dedicarse más a casados adinerados que a empresarios de provincias. Con ello se ahorraba las cenas y con ello la posibilidad de encontrarse a alguien conocido.
El piso era muy mono. Tenía un gran cuarto para mi para que pudiese estudiar y un bonito salón y una gran habitación con una gran cama.
La primera noche en la que Sol se trajo a su primer cliente, mi mujer chilló como una descosida mientras su cliente la montaba. El cabecero de la cama golpeaba fuertemente la pared mientras se la follaban y durante horas creí que me moría de envidia mientras mi mujer era fornicada. El casado se fue pronto y Sol como ya tenía acostumbrado, entró en el cuarto y me premió con una larga mamada.
Las penalidades económicas había pasado pero cada día me preocupaba más por la seguridad de mi mujer. Fue un martes después de horas de grito, golpes y frases obscenas cuando decidí que debía de poder controlar la seguridad de mi esposa. Aquella noche me había costado no salir de mi cuarto para ver que pasaba, cosa que finalmente no hice.
Con la escusa de comprarme unos libros, salí de casa con dinero, realmente como nunca salía de ella, siempre que lo hacía tenía que pedirle dinero en metálico a mi mujer.
Compre lo más avanzado en cámaras a la disposición de los clientes particulares. Instalé las cámara un día en el que me encontré solo en casa y después de hacer varias pruebas pude ver que en la pantalla de mi ordenador gracias al wifi podía ver enfocada nuestra cama, el sofá del salón y el cuarto de baño.
Pasaron un par de días.
El timbre de la puerta se oyó.
- Paco mi amor, cierra la puerta que viene el cliente – cerré la puerta y esperé a oír la puerta de la casa abrirse.
Encendí la pantalla.
Un hombre de mediana edad se sentó en mi sofá. Sol se ausentó un rato y entró en la pantalla con una copa en la mano. El hombre la cogió y la probó. Sol se arrodilló a sus pies y sin decir palabra, le abrió la bragueta y secando la polla se la metió en la boca y empezó a mamar con ansia.
El hombre le acariciaba suavemente el cogote mientras dejaba caer su cabeza hacía atrás y disfrutaba de la húmeda boca de mi mujer. Parecía que se iba a correr cuando Sol paró de golpe y claramente pude oír en mis auriculares un “llévame a la cama y clávamela hasta el fondo Juan Luis”
Sol entró en nuestra cuarto seguida de su cliente que caminaba con las manos cogiéndose los pantalones abiertos para que no se lo cayesen.
La mujer de mi vida, se puso a cuatro patas, se subió la falda y abriéndose las cachas con las manos y apartando su tanga con un dedo meneó su culo como pidiendo ser envestida.
El hombre no lo dudó y agarrando su polla con la mano empezó a introducirla en el inmaculado culo de mi mujer. Me dejo de piedra que ese la estuviese dando por el culo, nunca me imaginé que algo tan intimo fuese compartido con otro. Nunca imaginé que su culo fuese parte del contrato con sus clientes
Sol disfrutaba a gritos de la follada que el hijo de puta le estaba metiendo, no daba crédito a mis ojos, Sol se sobaba las tetas y se tocaba el clítoris mientras el hombre le daba caña de la buena.
Follaron durante horas, no fue típico polvo de me corro y me voy, no. Fue un polvo largo, disfrutado, sin cuartel y de lo más erótico.
Sol acompañó a su cliente y lo despidió con un largo y profundo beso en la boca.
Mi mujer entró en la habitación y se la mamó profundamente hasta que con mi corrida llené su boca de esperma, esa boca que hace un rato fue invadida por un desconocido.
A lo largo de los meses fue muy duro ver a Sol fornicar con unos y otros, la verdad es que tenía unos cuantos clientes fijos, e incluso dos o tres más que fijos. Se llegó incluso a follar a dos hombres a la vez, algo que unos años antes no hubiese ni imaginado. Me la hubiese machacado al verla doblemente penetrada si no hubiese sido porque sabía que se extrañaría al ver que de mi nabo no habría una gota de lefa cuando me la mamase al acabar. Nunca me pareció que fingiese mientras era follada, incluso en la mayoría de las ocasiones ella era quien pedía una u otra cosa. Nunca me pensé que una puta pudiese pedir que le comiesen el coño y Sol no había noche que no lo exigiese a pesar de siempre llevar un roll muy complaciente y sumiso con sus amantes/clientes.
Habían pasado dos años y yo estaba a días de volverme a examinarme. Habíamos pagado el 60% de la deuda contraída e incluso teníamos ahorros. Le pedí en varias ocasiones que bajase el pistón y que se prostituyese menos, Sol me contestó que hasta tener la nota en la mano nuestro futuro era incierto y que necesitábamos el dinero.
Me examiné y he de reconocer que fue muy duro verla y oírla follarse a sus clientes encerrado en mi cuarto sin nada que hacer hasta que ella acababa. Fueron unas semanas terribles.
La nota salió de improvisto, una semana antes de tiempo. Sol tenía cerrada todas las noches y según me dijo le dio pena cancelarle al que tenía que recibir aquella noche. Había aprobado.
Otra vez el tal Juan Luis la sodomizaba con fuerza mientras Sol mamaba una gran polla con una ventosa clavada en el cabecero de la cama. La noche acabó con el hombre corriéndose en su boca mientras Sol se clavaba aquel gran dildo, que a veces usaba con sus clientes, nunca conmigo, y moría de placer presa de un fuerte orgasmo. Pasaron media hora abrazados recuperándose del grandísimo polvo que acaban de echar. Fue la media hora más larga de mi vida.
Celebramos la fiesta de mi aprobado. Cenamos en el mejor restaurante de Madrid y al llegar a casa me ofreció lo mejor de su repertorio sexual. Quedé totalmente exhausto después de reventar a mi mujer por el culo y por el coño.
Me otorgaron el registro de Aranjuez, no es que fuese el mejor destino de España, pero estaba a 50 km de Madrid y eso nos permitía vivir en la capital del país, cerca de los nuestros. Nos cambiamos de casa y alquilamos un pequeño adosado en Aravaca. Sol pensaba que era mejor dejar el piso de sus fechorías.
La vida iba viento en popa. Yo era el señor registrador de un pueblo señorial, y mi mujer había pasado de ser una puta de lujo a la señora del señor registrador.
Fue una tarde de abril cuando después de solucionar en la oficina todos los asuntos que tenía, cogí mi recién adquirido mercedes y recorrí los 50 kilómetros que separaban mi casa de Aranjuez.
Aparqué en la calle pues pensaba sorprender a Sol con una cena romántica. Me volvía loco volver a casa con tiempo para poder tomar a mi mujer como a ella le gustaba. Lejos quedaba aquella chica tímida a la que le dolía el alma cuando trataba de metérsela. A estas alturas era ella la que me sorprendía con nuevas posturas, nuevos deseos e incluso nuevos juguetes. No era raro llegar de Aranjuez y encontrármela a cuatro patas un con un doble dildo que metía y sacaba una maquina que se había comprado y que perforaba sus dos agujeros con un ritmo endiablado. Era realmente satisfactorio el llegar de trabajar y recibir una buena comida de polla mientras mi mujercita se derretía victima de la técnica moderna.
En el segundo piso se oían gemidos y el cabecero de nuestra cama golpear contra la pared de nuestro cuarto. Pensé que Sol estaría de nuevo cachonda esperándome. Me quedé de piedra al ver que el famoso José Luis, uno de sus clientes del pasado, tomaba a mi mujer por la cadera mientras le perforaba el culo con su ya conocida polla. Mi mujer con los ojos en blanco gritaba de placer y pedía que se la metiese más rápido, que se la metiese hasta el fondo. 2500 euros descansaban sobre la mesita de noche. El tal José Luis me miro sin parar de deslomar a mi mujer.
- a ver campeón creo que te has equivocado de día, seguro que has quedado con esta ramera mañana y no hoy - me dijo entre jadeos confundiéndome con un cliente de la puta.
Sol que no podía dejar de mover su culo facilitando con ello las penetraciones de su amante y me miraba mientras de su abierta boca le caía baba que manchaba el colchón.
Salí de la habitación, baje a la cocina, cogí un cuchillo y subí de nuevo a la habitación. Me acerqué a la cama, cogí del pelo a follador de mi mujer tirando de su cabeza hacía atrás, con un golpe de muñeca le seccioné el cuello de un tajo. José Luis paró en seco el mete saca a mi mujer y calló sobre ella regando toda la habitación de sangre.
Sol empezó a gritar presa de un ataque de nervios apartando el cuerpo de su amante y apartándose de mi.
- tranquila mi amor, tranquila. Esto no va contigo, esto es solo para él – le dije mientras soltaba el cuchillo e intentaba acercarme a ella pasando sobre el cuerpo inerte del cabrón.
Logré abrazarla y Sol lloró sobre mi hombro durante más de una hora.
Dejamos el cadáver de José Luis tirado en nuestra cama. Nos fuimos al baño y nos duchamos. Discutimos sobre la conveniencia de llamar a mi abogado, un viejo compañero de carrera o que hacer.
- Paco. No he pasado yo tantas penalidades para en poco tiempo perder todo y teniendo que ir a visitarte a la cárcel. Olvídalo.
- Pero Sol, si me entrego ahora la pena va a ser menor.
- Solo habrá pena si nos pillan.
- Pero Sol mi amor, es mejor que me entregué. Si me ayudas y nos pillan, nos pillan, ósea que no será un problema únicamente mío, sino de los dos.
- Lo sé y lo asumo Paco, tu eres mi hombre, el amor de mi vida y no podría vivir sin ti.
- Pero si es así Sol, ¿qué hacía este hombre en nuestra cama?
- Cobrar por follar – me dijo fríamente.
- Pero…
- No lo entenderías.
- Acabo de matar a un hombre por no entenderlo. Por favor cuéntamelo.
- Sabes Paco que me vi obligada después del accidente a buscar una salida a nuestra desesperante situación económica. La más obvia era que tu dejases tu sueño y con dos sueldos tardaríamos pero lo lograríamos, pero antes muerta que eso.
- Lo sé.
- Déjame hablar. No tuve más remedio que meterme a trabajar en un puticlub. La verdad es que fue muy desagradable pues al no tener experiencia logré trabajo en el primero que vi. Me tuve que pasar por la piedra a toda clase de piojosos y chungos que no podrías ni imaginarte. Cuando fui detenida logré dar un cambio en mi vida con tu complacencia. De verdad, fue como el día y la noche. Sentir que un caballero me llevaba a cenar y después me llevaba a un buen hotel donde me hacía el amor toda la noche no solo me gustó sino que empecé a sentir cosas que nunca antes había sentido.
- ¿Cómo que cosas?
- Como se usada, pero usado con respeto. Con el tiempo empecé a cansarme de estos paletos de provincias. Efectivamente educados pero con poca vida, además de empezar a cansarme de cenar con tíos con prisa por meterme la polla en el coño y que casi no me dejaban disfrutar de los fabulosos restaurantes a los que me llevaban. La cosa cambio cuando empecé a recibir en casa y empecé a tener clientes fijos, en su mayoría hombres casados, que me ponían mirando a Toledo noche si y noche también. No es que no te quiera Paco o no disfrute contigo en la cama, sino que estos hombres me sacaban la puta que llevo dentro y que siempre he llevado. Me gusta que me usen y que me hagan disfrutar Paco, y tu no me usas. Tu nunca podrás usarme.
- No crees.
- No, y déjame hablar. Empecé a tener clientes fijos y de verdad es que cuando tenía cita con más de uno andaba todo el día cachonda pensando lo que iba a pasar desde el momento que cerrase tu puerta. Al principio el dinero nos venía bien, pero al final no era más que una excusa para ser penetrada sin pausa día si y día también.
- ¿Y entonces?¿Por que me la chupabas?
- Por que te quiero.
- Tenías que haberme visto, disfrutaba como una loca, me volvía loca ser ensartada por esas pollas y correrme como una marrana – si Sol supiera de las cámaras.
- Me hubiese gustado – dije yo sonriendo.
- Cuando aprobaste intenté dejarlo y lo logré durante un tiempo, pero un día me encontré a José Luis de compras, el cual cuando supo que me había retirado que me ofreció quintuplicarme mis emolumentos. Mis pezones casi reventaron mi camisa al saber que un hombre de éxito, que podría tener a la mujer que quisiese gratis iba a pagar por mi semejante cantidad. Me llevó a un hotel y después de dejar el dinero sobre la mesita de noche me montó toda la tarde y me hizo recordar los orgasmos de tu época de estudiante.
- Y la tuya de puta
- Paco, no me gusta esa palabra.
- Lo siento cielo.
- Pues la historia no va mucho más allá. Llamé a cuatro de mis antiguos clientes y les dije que me había retirado pero que aceptaría romper el retiro por 2500 euros la noche. Si querían hacerme gozar, si querían disponer de mi, si querían someterme, debían de pasar por caja. Uno dijo que no podía llegar, y le colgué. A los otros dos y a José Luis me los follo y me los follo bien follados pero por dinero. José Luis era el que más repetía al mes.
- Sol, me rompes el corazón.
- ¿Por infiel?
- No, por eso no, es más, no te lo considero, no sientes nada por estos hijos de puta, sino por no habérmelo contado. Yo lo hubiera entendido. Siempre lo hemos hablado todo.
- Lo siento – me dijo mientras me besaba.
Aquella noche follamos los dos con bestias de nuevo embadurnados de la sangre de José Luis al que empujamos fuera de la cama. Sentir el sexo de mi mujer atenazando mi polla mientras ella me arañaba la espalda me puso a cien. Sol empezó a correrse sin parar cuando después de un pequeño descanso volví de la habitación con un juego de esposas que le puse a su espalda mientras tumbaba su pecho contra la mesa del comedor y abría sus piernas con violencia para incrustar mi polla en su culo. Tanto a Sol como a mi nos puso muchísimo usar esa noche aquellas esposas.
Sol llamo a la asistenta para que no viniese. A José Luis lo metimos dentro de una alfombra regalo de una prima de Sol, cubrimos la alfombra con plástico de embalar y lo cargamos en mi coche nuevo que yo había metido en el garaje.
Sol y yo limpiamos la casa durante la mayor parte de la noche. La casa quedo como los chorros del oro. La día siguiente y casi sin dormir, yo con el cadáver en el coche fui a trabajar. Camino de Aranjuez, paré en Cobo Calleja, el mayor polígono industrial con almacenes chinos de Europa y compre dos palas de gran tamaño. Sol a su vez salió a comprar un nuevo colchón. Había quemado la mancha de sangre con un soplete de cocina de manera que la mancha había desparecido en el tremendo agujero que había provocado en el mismo. Los chicos de la tienda que llevaron el nuevo retiraron el segundo que visto su estado debió de acabar directamente en la basura.
El día fue duro pero logré acabar a las tres. Recogí a Sol en casa y después de dejar la maleta en el asiento de atrás, el maletero estaba lleno, nos dirigimos a Illescas, a la finca de mi amigo Lolo, bueno del padre de Lolo. Típica finca de torero a la que nunca iban y de vez en cuando nos dejaban para ir a descansar y hacer el amor.
Una vez instalados y con el 4x4 de la finca, recorrimos las 300 hectáreas de terreno hasta que encontramos una zona apartada de los caminos rurales privados de la casa y fuera de toda vista.
Me follé a Sol hasta pasadas las tres de la noche después de una cena ligera. Cuando me levanté aun y viendo su oscuro ano entre sus desnudas nalgas mientras aun dormía me dieron ganas de sodomizarla allí mismo, pero el trabajo me esperaba.
Cavé durante todo el sábado y parte del domingo. Echamos el cuerpo rígido de José Luis a más de cuatro metros de profundidad sin ninguna ceremonia. Llené el agujero durante las siguientes tres horas para a continuación ducharme y partir hacía Madrid a donde llegamos pasadas la una de la mañana.
Una semana después del viaje a Illescas empezó a oírse en la prensa sobre la desaparición de José Luis Barhieño Zubiria. Conocido empresario del sector del transporte por carretera, divorciado, con dos hijos y del que no se sabía nada desde la semana anterior. El ABC explicó que la policía estaba mosca pues al ser uno de los pocos españoles con teléfono móvil, no se le podía seguir la pista. La policía sospechaba de la mafia búlgara que últimamente presionaban a los transportistas del país.
Nunca nadie nos preguntó por él.
Nuestra vida había vuelto a la normalidad. Yo registraba propiedades, Sol participaba en actividades sociales y solidarias y en sus ratos libres se prostituía con sus clientes. Esta vez ya con mi consentimiento. Me encantaba follarme a mi mujer mientras me narraba los polvos que le echaban y las locuras que hacían con ella en la cama. Como puta fina, como puta bien pagada, pero puta al fin de cuentas, sus dos clientes le daban los suyo de manera salvaje y ella disfrutaba de ser un juguete en sus manos. Me contaba mientras yo la penetraba como la ataban, como le daban latigazos en sus nalgas, como le mordían los pezones hasta casi hacerle daño o como llegaron a mearle en la boca.
En casa aunque salvaje el sexo era más hogareño, menos radical. Sol disfrutaba contándome como era montada y yo me excitaba sobremanera oír sus historias mientras emulaba las hazañas de sus amigos.
Había pasado cuatro años cuando al llegar a casa me encontré a Sol mirando con la cara alucinando la televisión de nuestro salón. Se había cortado el pelo muy corto y estaba extremadamente atractiva. Sobre la mesa un montón de DVD´s. La cara de Sol era un poema.
- ¿cómo es posible esto Paco? Me dijo mientras señalaba la televisión.
En la pantalla Sol era fornicada con saña por uno de sus actuales clientes, bueno en realidad ya eran clientes cuando se grabó el video. Yo miré la escena con estupefacción y no di crédito. Era las imágenes que había capturado pero no grabado años antes para poder observar a mi mujer. No me atreví a confesar nada, es más no dije palabra mientras una a una y a velocidad rápida íbamos pasando cada una de las pelicular parando en las escenas más sonrojantes para mi mujer, pero que ella no parecía disgustar ver.
Acabamos follando en el salón de casa mientras en la pantalla era ella con el pelo largo quien disfrutaba de la polla de dos de sus clientes quienes a la vez la penetraban e incluso la insultaban por puta. Jodimos durante horas antes de sacársela del culo y meneándomela antes sus ojos le dejé su cara impregnada de lefa que Sol recogía con la boca.
- ¿de donde has sacado esto? – pregunte.
- Me lo ha mandado un anónimo.
- ¿así por las buenas?
- Así por las buenas no, más bien por las malas. Los discos venían con una nota en la que decía que tenía copia de los dvd’s y que o le daba una noche de pasión como las de las películas o las hacía publicas.
¿Hacerlas publicas?, sería una drama. No porqué a Sol le importase mucho el que dirán, pero yo acaba de ser nombrado vocal de la asociación española de registradores de la propiedad y el partido en el gobierno, que años atrás habían echado a mi suegro, ahora me tentaban para ocupar un puesto de privilegio en la lista por Madrid.
- ¿qué vamos a hacer?
- ¿Qué vamos a hacer?, pues follármelo, que voy a hacer.
- No lo veo.
- Si mi amor, será un polvo como con los clientes pero sin pagar en euros sino en discos. Pero, ¿de donde han salido estas películas?
- Yo instalé unas cámaras en casa para vigilarte.
- Para espiarme dirás
- No, por tu seguridad.
- Bueno, hay que solucionarlo - me dijo cortándome.
- Por mi no lo hagas mi amor
- Lo hago por los dos, si esos videos salen a la luz, son tan fuertes que se harán virales y ¿a que no sabes quien sale mucho de ellos follando con la nena?
- Lo sé.
- Ya, ¿y como las tiene el que las tenga?
- Por el wifi, me imagino.
- ¿el wifi?
- Si, a mi me llegaban a mi ordenador a través del wifi, y me imagino que alguien lo pirateo y grabo lo que iba viendo.
Sol quedó a través del email con su chantajista. Este le pidio que le esperase desnuda y a cuatro patas en un hotel del centro, el cual mi mujer ya conocía de sobra.
Sol me confesó que estaba totalmente mojada ante a idea que se la follase un follador desconocido y que casi le salé del coño una catarata de flujo cuando oyó que la puerta se abría. Nadie avanzó de la puerta durante un minuto y cuando salió del espacio muerto de la entrada de la habitación, un chico joven con una capucha de cuero, tipo sado, entro en la misma llamándola zorra. Sol se estremeció.
El oculto chantajista le metió un dedo en el culo y poco a poco empezó a meterlo y sacarlo sin el menor cuidado por no hacerle daño. Es más procurando hacérselo cosa que a mi mujer le encantó. Metió un segundo, metió un tercero y cuando Sol se corrió el chico le endiño una larga pero delgada polla hasta lo más profundo de su ser. El chico le agarró de las caderas y empezó a darle sin miedo ni pausa.
Follaron como animales. Sol disfruto especialmente cuando con su lengua le comió el coño rozándole con la cremallera que la careta tenía en la boca, sus partes rosadas y haciéndola morirse de gusto y de dolor a la vez.
El enmascarado acabó su sesión de sexo corriéndose en su cara. Despidiéndose con un azote y un paquete de DVD’s.
Al llegar Sol a casa la monté cuando me contaba lo bien que se lo había pasado y lo bien que habíamos hecho poniendo el coño.
Diez días después un mensajero nos cortó un buen polvo. Salí con una toalla tapándome lo mínimo dejando a Sol despatarrada en el sofá esperando por mi y tocándose su abultado sexo con un dedo para mantener el horno caliente.
El paquete era para mi mujer. Firme el recibo y volví al salón donde Sol se dio la vuelta nada más verme entrar. Mi mujer me ofreció su dilatado culo que tomé con rudeza y violencia. Lo tomé sin soltar el sobre. Una vez mi polla empezó a desgarrar el apretado culo de Sol abrí el mismo y me quede a cuadros cuando leí la nota que había en interior.
“me gusto mucho lo de semana pasada. Quiero repetirlo”
La breve nota dejaba claro que tenía el disco que acompañaba la nota.
Sol quedó con su amante. Le convenció que quería ser montada en un coche en el monte del Pardo, uno de los picaderos más grandes de la ciudad. Sol le pidió que le esperase aparcado en un camino pasado el mojón del kilometro 5, sentado desnudo en el asiento del copiloto.
Conduje mi coche hasta el Pardo. Deje a Sol a la entrada del camino y seguí unos kilómetros donde aparqué. Baje paseando hasta el kilometro 5 dándole tiempo a los amantes. Cuando entre en el camino pude ver un Ford fiesta de cuatro puertas aparcado a un lateral de camino. Sol botaba desnuda sobre un cuerpo tumbado en el asiento del copiloto. Gritaba como una loca a punto de alcanzar un orgasmo mientras unas manos agarraban firmemente su pechos. Deje que Sol disfrutase antes de actuar. Solo tuve que abrir la puerta de atrás, agarrar por la frete a mi ex vecino y rebanarle el cuello de lado a lado. La sangre lo dejó todo perdido incluidos la cara, los pechos y barriga de Sol que se corrió como una posesa temblando de placer. La polla del vecino se desinfló sin que Sol aún en estasis se sacase la minga del coño.
Me saqué el anorak y se lo di a Sol. Volví sobre mis pasos y recogí mi coche. Sol salió entre los arboles y se subió en el Mercedes.
En Aravaca después de a través de la M-40 llegar a casa no logramos pasar del garaje, follamos como condenados aún envueltos en la sangre de nuestro antiguo vecino. Sol aullaba de placer mientras le poseía como una condenada.
Desde luego, la muerte de Matías Fernández Ruiz había sido la noticia del día y de los días precedentes.
Sol y yo seguimos con nuestra vida. El viernes pensábamos irnos de vacaciones al campo. Era jueves y yo tenía que acudir a la oficina a cerrar una par de temas. Sabía que Sol por la tarde se veía en el hotel Villamagna con uno de sus clientes.
Sol entró en el hotel un poco después de comer. Subió directamente a la habitación que le había llegado al whatsapp. Se desnudó mientras miraba fijamente a los ojos de su cliente. Este le esperaba desnudo con la polla en todo lo alto. Una pastilla de viagra a tiempo hacia milagros en temas de amor. Sol levantó la pierna y empezó a acariciar su depilada raja. Miró hacía la mesita de noche donde vio un pequeño montón de billetes de 500 euros. Si dio la vuelta apoyando su pecho contra la cristalera, su amante se levantó de la cama y agarrando sus antebrazos los amarró con una correa. Otra correa le pasó por su boca cerrándose en su nuca y dejando sus fauces abiertas, se agachó y le metió dos dedos en el coño. Colocó dos correas en sus tobillos y la dirigió a la cama. Ya tumbada en la cama, unió las correas de sus tobillos con los de su muñeca dejando a mi mujer totalmente inmovilizada y con su coño a disposición de cualquiera que quisiese disfrutar de sus agujeros. Un vibrador de gran tamaño profanó su ano sin ningún tipo de precalentamiento previo. Sol mordió la correa. Su cliente, Mateo, lo sacó de golpe. Sol dio un fuerte suspiro. Mateo espero a que su culo se volviese a cerrar y cuando estuvo punto lo metió de golpe de nuevo en el esfínter de mi mujer. Estuvo jugando a este juego durante más de una hora hasta que el cuerpo amarrado de mi mujer tembló victima de un orgasmo.
La posición debía de ser difícil, pero el cliente se folló a mi mujer durante horas. Sol se corría como una puta que era. Tenía 32 años y jamás había tenido un cuerpo tan apetitoso ni tan deseoso de polla.
Mateo amaba someter a mi mujer, bueno, a mi mujer y a otras como ella pero me imagino que más baratas. Siempre volvía a casa con cardenales y agotada, pero extremadamente feliz y 2.500 euros más rica.
El cliente la estampó contra la cristalera, la ponía mucho follarse a mujeres a la vista de todos, aunque en un piso 14 poco se veía desde abajo. Mi mujer estaba con sus pecho apretados contra la cristalera y su pubis tocando el cristal igualmente. Mateó se la metió por el culo. Sol abrió los ojos como platos. La estaba matando de placer como siempre, era una gozada ver la puesta del sol de Madrid desde esas alturas mientras un hombre la poseía duramente. En la calle tres coches de policía delataban la presencia de alguna autoridad extranjera en el hotel.
El cliente se corrió en la cara de Sol haciéndole lamer los huevos antes de dejarla de ir al baño.
Ambos se ducharon y bajaron a la recepción. Ambos tenían un poco de tiempo y pasaron por el bar a tomarse una.
- joder no se que ministro de republica bananera estará hoy aquí – dijo Sol mientras probaba el daiquiri.
- ¿Por?
- Tanta policía.
- Bah.
Hablaron durante un rato, Mateo pagó la cuenta y le acompañó a la salida del hotel. Le abrió educadamente la puerta y le dejó paso. Sol dio un paso a la calle cuando una fuerte mano la cogió por la nuca y de un fuerte empujón la tiro sobre el capó de un coche de la policía secreta aparcado de mala manera al lado de la puerta.
- pero oiga – grito Sol
A Sol le arrancaron el bolso mientras una mano aplastaba su cara contra el metal del coche, una fuerte mano cogió una de sus muñecas y guiándolas a su espalda le cerró una esposa en su brazo, otra mano cogió la otra mano y la hizo unirse a su gemela. Sol sintió un espasmo cuando notó el click de las esposas al cerrarse en sus carnes
- Esto es un atropello – grito Mateo.
Un policía dio una patada en cada una de las piernas de mi mujer dejándolas abiertas, un policía de uniforme recorrió el cuerpo de mi mujer buscando objetos cortantes. La mano que sujetaba su cabeza perdió presión lo que aprovechó mi mujer para dar la vuelta a la cabeza. Por lo menos 6 policías la apuntaban con sus armas.
- me duelen las muñecas – grito mi esposa que por segunda vez en su vida estaba esposada si tener una polla a pocos centímetros de su coño.
- Cállate zorra – y siendo cogida por las axilas fue levantada del coche e introducirla en un coche Z, dejando a Mateo con cara de tonto.
Yo fui detenido a la salida de mi trabajo, lo mío no fue tan espectacular. Simplemente entraron en mi despacho, me hicieron levantar, me leyeron mis derechos y salí de allí esposado.
Por lo visto, nuestro viejo vecino tenía más copias en casa de los polvos de Sol, no tuvieron más que sumar una y una y después de comparar en tiempo record los restos de ADN encontrados en el Pardo, principalmente del coño de Sol, con los restos que habíamos dejado en una botella de agua mineral tirada por Sol en una papelera y una colilla tirada por mi en la calle.