La verga de mi ex

Pasa con algunas personas que cuando el amor se acaba, el deseo de follar perdura a través de los años.

Soñando con su pene, cabalgando sobre él

Con eso sueño cada noche, sintiendo que el deseo cada vez es más fuerte y se apodera de mí. Me palpita bajo las bragas… Siento su sudor resbalar por mi piel, sus manos amasando mis pechos. Pero despierto y no está allí. No tengo valor para llamarle. Aunque sé que me desea. Se muere por volver a follarme, y yo a él. Pero no soy libre y sólo puedo soñar.

Deseo aparecer en la puerta de su piso y cuando la abra, abalanzarme sobre él sin mediar palabra. Antes de que salga de su asombro no parar de besarle… oh sí, ya siento sus húmedos labios recorriendo todo mi cuerpo. Y esa mirada pícara poniéndome a cien. Su polla cada vez más viva, más fuerte lucha dentro de su pantalón por reencontrarse conmigo. Cuánto tiempo vieja amiga!!! Fuera la ropa, tirados al sofá, como perros en celo me acaricia, me lame y me recorre con sus manos. Ya saben lo que me gusta, y como me gusta. Mis tetas entre su lengua, lámelas, cómelas…Mi lengua baja por su torso desnudo, esa verga tan hermosa, tiesa como siempre. Tan grande como la recordaba, busca mi boca. Ya sabe lo que le hacía mi boca. Umm que rica, lamo de arriba abajo, él aprieta mi cabeza contra su miembro, enredando los dedos en mi pelo. Pim pam, pim pam. Sube baja, sube baja. Me monto sobre él introduciendo su ardiente polla en mi coño cada vez más húmedo. Más, más…Sí, sí. Galopo sobre él desatada por el deseo, y él se me clava más dentro cogiéndome fuerte por la cintura… Estallamos en el más fuerte orgasmo que podía imaginar. Oh, cómo me gusta follar contigo.

El corazón me salta en el pecho por la excitación y estoy tan húmeda que lo tengo claro, voy para su casa ahora mismo.