La ventana testigo

Ese dia muy distinto a los demas me sucedio lo que nunca hasta ese momento imagine.

Claudia y yo

Estábamos ahí en aquella época que parece a la vez tan lejana y que cerca estuvo en donde las casas en las que tenían un patio delante de las puertas de entrada aun no tenían rejas y para los cuales eran propicios para todo tipo de aventura de amor

Habíamos llegado a su casa luego de nuestra salida de noviecitos caminando por las calles del barrio, nos sentamos en la orilla de la puerta y comenzamos hablar acerca de un sueño que ella había tenido y que le daba vergüenza de comentar, pero luego de mi insistencia empezó a relatar lo soñado, en donde yo era el protagonista del suceso, y era el que la estaba excitando en ese sueño al darle un beso en su pezón, pero en una circunstancia que no recordaba como había surgido ese relajado reposo. Este hecho hizo que en la noche anterior sintiera una sensación jamás antes experimentada, esa situación se me presento propicia para plantear el tema que había querido hacer bastante tiempo, mi pregunta fue si le había gustado y me asintió con la cabeza y le propuse que tal era si experimentábamos lo que soñó, con una contestación tajante me dijo que no, pero yo no quería salir de este tema así que insistí nuevamente una y otra vez hasta que la convencí de solo intentar unos segundo y si no le gustaba nunca mas se lo pediría hasta que ella me lo solicitara e inmediatamente ese día me iba, es así que se desprendió un poco el cierre del saco que llevaba puesto y comenzó a subirse la remera de abajo hasta que dejo descubiertos los senos, pero tapados por el corpiño rosa que ella llevaba, luego se subió un poco el cierre del saco para disimular por si llegaba aparecer alguien y antes de que me dijera algo o se arrepintiera acerque mi boca a sus pechos y empecé a besar las partes descubiertas del seno sin llegar aun a lo deseado, continué así unos segundos hasta que pude llegar con esfuerzo de los labios hasta un pezón, es en ese momento que deje de besar y comencé a pasar mi lengua lentamente por la tetilla, a pesar de lo apretujado de esa situación pude mirarla y observar como tenia los ojos cerrados en forma placentera y de cara relajada ahí me di cuenta de que esta situación podía ir mas lejos y comencé a bajar mi mano por su muslo en forma de caricias hasta que sin darse cuenta yo le estaba frotando su vagina, se resistió un poco pero me insistencia pudo mas, esto duro unos segundos hasta que un ruido de pasos rápidos nos hizo ser racional nuevamente, inmediatamente se subió el cierre del saco se paro y se acomodo el pantalón me puse de pie y le pregunte si esa sensación era la del sueño, me dijo que no, pero rápidamente le hice otra pregunta de que si le había gustado y me dijo que si, entonces le propuse seguir y me contesto que se iba a fijar como estaba la situación adentro de la casa y que luego saldría nuevamente, antes de que entrara le comente que se pusiera algo mas cómodo y asintió con los hombros que iba a haber

Cuando salió allí estaba ella con una pollerita tableada de color azul que apenas le cubría los cachetes de la cola ahí nomás mi instinto hizo que la abrazara y la sostuviera fuerte de la cintura y empecé a besarla sin parar y en forma excitante y mientras hacia esto iba caminado hasta que la arrincone en la abertura de la puerta del pasillo, que estaba oscura, sin dejar de besarla comencé a acariciar toda su cola y a jugar con su bombacha hasta que tan grande fue el placer que sentí por tocar esa suave piel que comenzó mi desesperación de tenerla, ahí enseguida la di vuela la encorve un poco, le subí apenas la pollera hasta la mitad de la cola, le corrí la bombacha hacia un costado para no bajársela, entonces me baje el cierre del pantalón saque mi pene y lo coloque entre las dos nalgas de la cola y comencé a frotarla sin penetrarla, ella hundió la cintura apoyo las dos manos en la pared del portal y comenzó a mover la cola para adelante y para atrás, solté mis dos manos de la cintura de ella subí una hasta sus senos para apretarlo y con la otra la subí hasta mi boca, moje con saliva mis dedos y comencé a frotarle la vagina, enseguida se humedeció y ella comenzó a moverse mas lentamente, abrí los ojos que lo había cerrado un instante y la vi que estaba mirando hacia la ventana de la casa del frente, gire mi mirada para allá y con la luz de la luna observe de entre las cortinas una figura de curvas que se contoneaba al ritmo de nosotros dos y allí estaba claudia la vecina cómplice de la mirada de ella, disfrutando de lo que estaba sucediendo, luego mire a claudia me moje los dedos y comencé a frotarle nuevamente la vagina, esto hizo que ni bien moviera mi mano dos segundos para que se produjera el orgasmo de ella y ante ese movimiento placentero empecé a derramar mi esperma por entre las nalgas voluptuosas, para luego esparcirse por toda su pierna, mire para la ventana y claudia ya no estaba, la limpie con mi pañuelo, nos besamos de una manera diferente a los días anteriores y me fui pensando en lo que acabábamos de hacer y en la silueta interesante de la ventana