La ventana indiscreta

Hola a todos.

Hacía tiempo que no me decidía a escribir un relato, pero me estaba haciendo una paja y recordé lo que me sucedió hace unos años.

Yo estaba felizmente casado, y aunque tenía buen sexo me encantaba disfrutar mis ratos de soledad viendo algo de porno y masturbarme sin prisas jejje.

Una tarde volví del trabajo y sabía que iba a estar un par de horas solo, me fui al salón puse una toalla en el sofá corrí las cortinas, puse porno en el ordenador y empecé a masturbarme, no recuerdo exactamente lo que estaba viendo, pero si recuerdo que estaba desnudo de cintura para abajo, con mi polla muy dura y empezando a soltar esa baba que suelta cuando estás muy excitado, que te recorre todo el rabo y acaba mojándote los huevos. pues en eso hacia como un cuarto de hora que me estaba pajeando cuando sonó el timbre de la puerta. yo no esperaba a nadie así que dije no será nada importante y como no hay cosa peor que te jodan una buena paja (bueno si un buen polvo), dije no me levanto a abrir ni de coña, bajé un poco el volumen del video y seguí dándome tranquilamente, pero el timbre volvió a sonar, entonces dije a ver quien es, sin levantarme del sofá dije ¿quién es? Y respondieron desde el otro lado de la puerta tu vecina del 2º D, dije yo joder que querrá esta ahora, yo no sabía ni quien era.

Me puse los pantalones y Sali abrir, allí estaba la vecina era una chica morena de unos cuarenta años, vestía una camiseta blanca y una falda vaquera, me dice ¿puedes dejarme un poco de harina? Estoy haciendo un pastel y se me acabado solo necesito q me dejes un poco.

Si le dije pasa hasta la cocina como se suele decir, de camino a la cocina me dice.

-No sabía a quién pedírsela, pero mi ventana coincide con la tuya y vi que estabas entonces dije se la pediré a mi vecino.

Me quedé blanco y le dije ¿me estabas viendo ahora?

Si corriste las cortinas, pero no del todo y se rio con cara de vicio y dice todos nos masturbamos, no te preocupes pero no con las cortinas sin cerrar del todo jejeje.

Yo no sabia ni que decir y me dice ella ¿te pajeas viendo porno?

Le dije si la verdad y ella me respondió yo no puedo ver porno normalmente no suelo estar sola, de hecho, me da mucha envidia ver como te pajeas tu todas las tardes cuando vuelves de trabajar, y le dije yo  ¿qué ha pasado hoy? Y me respondió que me he quedado sin harina.

Mi polla no podía estar mas dura y creo que ella estaba empapada y le dije ¿quieres ver lo que estaba viendo?

Respondió que sí, fuimos al sofá y le di a continuar al video que estaba viendo, en el video un tío se estaba follando a una madurita a cuatro patas, la judía duro y la agarraba de el cuello, ella me dijo me encanta q me follen así, sácate la polla y pajuate, no será la primera vez q te veo y se rio. Yo le hice caso y me quedé desnudo de cintura para abajo otra vez, empecé a pajearme otra vez mis huevos estaban empapados y ella sentadita a mi lado quieta mirándome a mi y a la pantalla del ordenador, le dije no es justo que yo este así y tu no hagas nada, y ella me dijo si quieres te lo acabo yo y yo le dije ¿y tú? Y ella dijo mira como tengo el coño y se echo la braga a un lado se paso dos dedos y me los enseño empapados, y me dice pero yo no puedo hacer nada tengo gente en casa, venga que te acabo la paja, empezó a acariciarme los huevos con una mano y con la otra me agitaba el rabo subiendo de arriba abajo su mano se había empapado de mi jugo y sonaba chas chas chas, le digo joder como suena y me dice antes se oía desde el otro lado de la puerta.

Que paja me estaba haciendo, me acariciaba el culo con la mano que me cogía los huevos y no paraba de pajearme, de jugar con mi capullo hasta que llego el momento que me puso una mano en el vientre y me dijo córrete que tengo que irme.

Solté un litro de lefa, los chorros saltaron para todos los lados porque ella no soltaba mi verga, le dije ¿te he manchado? Y me dijo la corrida solo me ha caído en las piernas y se limpio con la toalla que estaba en el sillón. Y me dice enérgicamente vamos anda dame la harina que he venido a por harina y me voy llena de leche jejeje.

No volvió a pedirme harina, pero desde aquel día no volví a cerrar las cortinas para pajearme