La Venganza es Dulce

Me enteré de la infidelidad de mi esposo con la nana de la casa... después de sentirme humillada, decidí vengarme dándole a mi marido una cucharada de su propia medicina... esto cambiaría mi vida sexual para siempre.

LA VENGANZA ES DULCE

Hola, soy Daniela… la esposa de Rafael y jefa de María. He leído los relatos anteriores y parece que como siempre, soy la última en enterarme de que la historia de la infidelidad de este par está en la web y que todos se han enterado de cómo me pusieron los cuernos. En vista de que hasta el momento soy la cornuda, quiero contarles a Uds. cómo fue que me enteré de que las idas a casa de Rafael para almorzar, incluían servirse a María de postre y cómo fue que me desquité con ambos.

Un día a comienzos del verano, poco pasadas las 14:00 hrs. me encontraba en mi oficina (trabajo en las oficinas centrales de un importante banco) y dado que tenía que entregar algunos reportes esa semana, había encargado una ensalada y una coca-cola diet y me encontraba frente al computador analizando unas cifras. En ese momento suena mi teléfono celular y al mirar el visor aparece escrito "Fae" (el nombre con el que cariñosamente me refiero a mi esposo). Contesto cariñosamente: Alooó?, pero no escucho respuesta de Rafael, vuelvo a insistir subiendo el volumen de mi voz, pero no hay respuesta… sólo escucho una especie de roces y ruidos raros, vuelvo a insistir en mi saludo: aló, ¿Rafael?... pero nada, seguro que ha pasado a llevar su celular y ha marcado sin querer la última llamada que realizó (le ha paso otras veces). Hablo más fuerte para que me escuche, pero nada… en ese momento empiezo a poner atención a los ruidos que escucho desde el otro lado de la línea y me doy cuenta de que algo extraño está pasando… siento unos quejidos de mujer: aaah, aah, aah! Y la voz caliente de un hombre que le dice: ¿te gusta putita?, ¿te gusta que te lo meta así?, ¿dime que te gusta?

Pero, que es esto… esa voz es la de Rafael!... el muy hijo de puta está con otra mujer!!, mi corazón casi se detiene, me siento como si me dieran con un palo en la cabeza… ¿pero con qué puta está este maricón?, si hace menos de 1 hora me llamó por teléfono para decirme que iba a casa a almorzar… sigo escuchando mientras la cabeza me da vueltas y comienzo a sentirme mareada… la mujer le responde: me gusta, me gusta!!... ay, ay!! Rafael le pregunta con una voz autoritaria, ¿quién te lo mete rico, putita?, dime, ¿quién te lo mete rico? Y ella le responde, Usted don Rafael!, usted!, por favor no pare!!

¿Cómo?, ¿le dijo "don Rafael"?, esa voz es la de María, la muy puta y mojigata, la empleada de la casa, a la que traje con tanto cariño del sur y en quien confiaba ciegamente me está cagando con mi esposo… no puede ser, debo estar soñando, debe ser una pesadilla, seguro que si me muevo voy a despertar y voy a estar en la cama junto a mi fiel esposo y nada de esto será verdad… no, parece que no es así. Es la realidad… sigo escuchando:

Más, más, por favor Don Rafael, siga así, así, ay, ay, mmmhh!!, mmmhhh!

Eso chiquitita!!, ¿te gusta tener mi palo ensartado?

Ay, sí, siií!!, ay, ahhh, ahhh, aaaaaaaaahhhhh!!!

Y la muy puta se corrió en ese momento. Ya no aguantaba más, la cabeza parecía que me iba a estallar, sentía deseos de vomitar… apagué el celular y con ambas manos apreté mi cabeza, como queriendo evitar que fuera a estallar en pedazos. Lágrimas corrían a borbotones desde mis ojos y un dolor en el pecho oprimía mi respiración… ¿qué hago, qué hago, qué hago? Era lo único que atinaba a preguntarme. Quería salir corriendo, me sentía pésimo, no podía seguir en la oficina… traté de respirar profundo y controlar mis lágrimas. Después de algunos minutos, en que logré controlar el llanto, me limpié los ojos y salí donde mi jefa directa a decirle que me sentía pésimo, que una jaqueca terrible me había venido y que no podía sostenerme en pie… era verdad, ella miró mi cara y debo haber estado tan demacrada, que noté su real preocupación, me dijo que no manejara, que si quería llamaban un taxi para que me fuera a dejar a la casa. Le dije que no, pero ella insistió, así es que accedí. La verdad es que no estaba segura si quería ir a la casa o saltar de un edificio… mis compañeras y compañeros que regresaban de almorzar me vieron y se preocuparon mucho. Me hablaban, pero la verdad es que no los escuchaba… los sonidos me llegaban distantes, como si mi cuerpo estuviera ahí, pero mi conciencia estuviera en otro lado.

Una vez que el taxi partió, le pedí al chofer que no me llevara a la dirección que le había dado mi compañera, sino que me llevara a algún lugar lejos, donde pudiera estar sola y caminar. No sabía qué iba a hacer, sentía un odio profundo. Me daban ganas de pegarle a Rafael y a María. Me puse a llorar… el chofer del taxi, un señor mayor, me miraba por el espejo retrovisor. Después de algún rato de llorar y un poco más calmada, él me empezó a hablar, a decirme que no hay porque llorar, que las cosas que se ven mal en un momento pasan y después vienen cosas buenas, que después de la tormenta siempre sale el sol y etc., etc. De alguna manera su voz calmada y bonachona empezó a fortalecer mi espíritu, al mismo tiempo que mi mente se empezaba a aclarar. Le pedí que me dejara en un Parque por el que pasábamos. Compré cigarros en un pequeño negocio y después de casi tres años, volví a fumar. Con cada bocanada de humo que inhalaban mis pulmones, más claro se hacían mis sentimientos… me sentía humillada, burlada, violentada por el hecho de que mi matrimonio "perfecto" no era más que una farsa… sentía rabia, una rabia que no había sentido antes en mi vida. ¿qué voy a hacer?... pensaba en llegar y golpear a Rafael, darle una buena bofetada a María y mandar de vuelta al campo con un gran letrero de "Puta", para que su familia y el pueblo se enterarán de la clase de mujer que era esta mojigata. Sabía que la madre de Rafael se moriría de vergüenza al saber que su hijo se había metido con la empleada de la casa… seguro que le vendría un ataque si se enteraba de la verdad.

Poco a poco se fue haciendo cada vez más claro lo que quería hacer: Quería venganza! Quería que ambos sintieran la humillación que yo había sentido. No actuaría precipitadamente… tendría que elaborar un plan. Poco a poco me fui calmando y decidí que le ocultaría por un tiempo que sabía de su engaño, reuniría pruebas de su infidelidad y con eso el juicio de separación sería más simple y a mi favor, permitiéndome sacarle hasta el último peso que deseara. Eso haría… le sacaría todo el dinero que tenía. En cuanto a ella, ya buscaría como vengarme, pero estaba segura de que el solo hecho de contarle a su familia y difundir en el pueblo la clase de puta que era, serían suficiente castigo para ella, sentiría la humillación que me provocó al meterse con mi esposo.

La hora había pasado y ya empezaba a oscurecer. Ya más calmada y con este plan general en mente, decidí volver a casa y simular que seguía siendo la cornuda ingenua que ellos creían que era… pero ya me vengaría.

Al llegar a casa Rafael estaba tan atento y cariñoso conmigo como siempre… el muy cínico. Y ella, tan amable y trabajadora como siempre… la muy cochina y mojigata. Si bien me costaba disimular, traté de sacar fuerzas desde mi rabia y concentrarme en ocultar mis verdaderos sentimientos. Esa noche, Rafael intentó aproximarse e iniciar un jugueteo sexual, pero lo rechacé… trate de hacerlo sutilmente, pero con firmeza lo rechacé. Le dije que no me sentía bien y que me dejara descansar esa noche. La verdad es que no dormí mucho, recordaba el diálogo que había escuchado, como la muy zorra se había corrido, cómo el le decía "mi putita"… me imaginaba cómo había sido y me daba más rabia.

Lo que no podía resolver era cómo lo haría para reunir pruebas de su infidelidad. No sacaba nada con contratar a un detective privado, ya que el miserable me estaba poniendo los cuernos en nuestra propia casa. Le daba vueltas y vueltas y en esto recordé que Valentina, mi cuñada, me había contada que a su hijo lo tenía en una sala cuna (guardería) donde disponían de un sistema de cámaras conectadas a Internet para que los padres pudieran ver que estaban haciendo sus hijos y estuvieran tranquilos del trato que le daban ahí. Eso era lo que yo necesitaba, un mecanismo para poder grabar al par de bastardos. Eran casi las 3 AM, y el muy hijo de puta de Rafael dormía como un angelito. Me levanté sin hacer ruido, encendí el computador y busqué en Internet una empresa que instalaba este tipo de equipos. A la mañana siguiente llamé para consultar por el valor de los equipos, el costo de instalación y el funcionamiento de estos sistemas… si bien no era nada de barato, estaba segura que valía la pena gastar ese dinero, pues con esto le haría pagar a Rafael cada peso que tenía.

El día siguiente era viernes y Rafael estaría fuera de la casa (volvía el sábado al medio día), así es que sería el momento adecuado para que instalaran los equipos. Les pedí que pasaran a instalarlos después de las 19:00 hrs., así es que apenas llegué a casa le pedí a María que saliera a hacer las compras del mes al supermercado y que me llamara cuando terminara para ir a buscarla. A los 5 minutos que ella salió, llegaron a instalar el equipo… decidí instalar cámaras en los lugares donde yo creía más probable que tuvieran sexo, esto era en la sala y en nuestro dormitorio (2 cámaras en cada uno). Me explicaron cómo funcionaba el sistema, cómo podía grabar y me dieron una clave de seguridad para que pudiera acceder a Internet. Ese fin de semana hice algunas pruebas para probar que todo funcionara bien… y así fue, así es ya estaba lista para iniciar mi venganza.

El lunes de la semana siguiente, Rafael me llamó como siempre a eso de las 13 hrs. para decirme que iba a casa a almorzar y que después volvería a su oficina. Yo estaba en mi oficina, así es que cerré la puerta y me conecté a Internet. A eso de las 2 de la tarde apareció Rafael en la sala, se sentó en el sofá y María le trajo un café. Ella se sentó al lado de él, y empezaron a conversar muy tiernamente. Yo estaba muy indignada, el sentimiento de humillación volvía a aflorar, pero sabía que tenía que ser fuerte y pasara lo que pasara, viera lo que viera ese día, no podía dejarme llevar por la emoción, tenía que ser dura y vengarme.

Terminó su café y abrazó a María. Ella se acomodó tiernamente sobre él y él la empezó a besar suavemente en el rostro y luego un gran y apasionado beso en la boca que ella respondió gustosamente. Mientras la besaba, él empezó a sacarle el delantal que llevaba y, para mi sorpresa, la muy puta no llevaba abajo más que sostén y un diminuto calzón negro. Ahí estaba ella, echada sobre el sofá de mi sala y mi marido la estaba besando y acariciando. A pesar de la rabia que me inundaba, siendo objetiva tenía que reconocer que María tenía un bonito físico. Pelo negro y largo (que llevaba atado con un moño), lo que junto al negro de su sostén y calzón resaltaban sobre su piel más bien blanca, de caderas anchas y angosta cintura.

Rafael le había sacado los senos por sobre el sostén y en cada mano tenía uno de ellos afirmados con fuerza, mientras pasaba alternadamente su boca desde una teta a la otra, lamiéndoselas y besándoselas como desquiciado.

Al pasar a la segunda cámara podía ver que ella estaba con los ojos cerrados, disfrutando como Rafael le mamaba las tetas. Podía ver claramente sus senos, eran más pequeños que los míos, pero también generosos, tenían una aureola pequeña y un pezón no muy grande. Al hacer zoom pude ver cómo Rafael pasaba su lengua dando pequeños círculos alrededor de su pezón erecto y después jugaba un rato utilizando delicadamente sus dientes, tirando suavemente con ellos y luego los envolvía con sus labios carnosos… conecté los audífonos al PC y subí el volumen del audio… se podía escuchar claramente los suaves quejidos de ella: mmmhh… mmmh… mmmhh!

Mientras seguía besándole los senos, empezó a bajarle la bombacha. Con la ayuda de María esa fue una tarea muy fácil. Mientras continuaba el jugueteo de su boca en los pezones de María, el empezó a tocarle la vulva… podía apreciar el movimiento de la mano de Rafael y como de vez en cuando sus dedos la penetraban, al mismo tiempo que de la boca de María se escapaban unos: aaaahhhh!!!…. después que estaba bastante caliente, Rafael se arrodilló y mientras ella seguía sentada, le abrió bien las piernas y empezó a chuparle la zorra en forma descarada. Los quejidos de María aumentaron en frecuencia e intensidad: mmmmhhh!!!, mmmmhhh!!, mmmmhhh!!, aaaahhh!!, aaaaahhh!!

María empezó a mover su cuerpo en forma descontrolada… las piernas de ella estaban sobre los hombros de Rafael, mientras él estiraba sus brazos y manos hasta agarrarle los senos, estrujándoselos. Podía apreciar claramente como ella movía su pelvis hacía Rafael y contorneaba su espalda después que Rafael pasaba la lengua sobre su clítoris. En cada movimiento de pelvis ella le "enterraba" su sexo a Rafael.

Ahí estaba ella, tirada sobre mi sofá, con sus piernas abiertas y la cabeza de mi marido entre sus piernas. Pero algo extraño y desconcertante me estaba ocurriendo, ya que en vez de estar hirviendo de ira por lo que estaba ocurriendo, me estaba excitando con lo que estaba viendo y escuchando… sentía un cosquilleo en mi cuerpo y particularmente en mi entrepierna y podía sentir como mis bragas empezaban a humedecerse.

Él seguía besando su sexo y los quejidos de ella iban en aumento. En ese momento Rafael se sacó la camisa y se bajó sus pantalones y calzoncillos y pude ver su pene erecto. Se masturbó con una de sus manos mientras seguía chupando el sexo de María y luego dirigió su pene y se lo clavó con fuerza y decisión. Ella emitió un profundo y largo gemido, mientras Rafael iniciaba un rápido mete y saca. La verdad es que la imagen era realmente excitante (de sólo recordar ese momento se humedece mi zorrita). Yo podía apreciar a Rafael de rodillas -con sus pantalones y calzoncillos a media pierna- sobre María que se encontraba sentada-recostada en el sofá, enfrentándolo, con sus piernas abiertas. Desde la cámara lateral podía apreciar los glúteos de Rafael, que debo reconocer me han gustado siempre, ya que son redonditos y muy duros… y a pesar de los años y un par de kilos que ha ganado desde que nos casamos, aún se ve realmente delicioso.

Rafael empezó a hablarle mientras la penetraba, lo que al parecer la excitaba más:

R: ¿Te gusta mi putita, te gusta que te lo meta?...

M: Sí, síiiií.

R: Vamos, más fuerte, que no te escucho, ¿te gusta?

M: aaaahhh, Sí Don Rafael, me gusta, por favor siga así, así!! …. Aaahhh!!, no pare por favor, aaaahhhh!!!!!

R: Dale putita, dale, disfruta, disfruta

M: aaaaahhh, aaaaaaaaaaahhhhhhhhhh!!!!

En ese momento ella estalló en orgasmo largo y sonoro, mientras el prosiguió por algunos instantes penetrándola, hasta que acabó en su interior y poco a poco ambos cuerpos se fueron calmando.

No se pueden imaginar cuan caliente estaba con todo este espectáculo, verdaderamente hirviendo… mis bragas estaban empapadas y me sentía incómoda en esa situación. Necesitaba tranquilizarme, así es que cerré la sesión (ya había grabado suficiente). Respiré profundo y traté de calmarme, pero las imágenes regresaban constantemente a mi cabeza, no permitiendo que me pudiera concentrar bien en mi trabajo durante toda la tarde.

Al llegar a casa esa tarde traté de pasar lo más natural posible, pero no pude evitar desquitarme: de María, reprendiéndola duramente por no haber lavado aún una blusa que quería usar al día siguiente y de Rafael, habiéndole negado nuevamente la posibilidad de tener sexo esa noche (aunque la verdad sea dicha, también fue un sacrificio para mi, pues necesitaba urgentemente sacarme la calentura que llevaba encima).

A día siguiente la situación fue más o menos la misma, recibí la llamada de Rafael avisándome que iba a casa a almorzar, me quedé en mi oficina durante la hora de almuerzo, le puse llave e ingresé a revisar las imágenes que estaban siendo emitidas desde mi casa. Al cabo de un rato pude ver a Rafael y María que se sentaron sobre el mismo sofá del día anterior y rápidamente los besos se transformaron en caricias. Ella se sacó a ropa y quedó con un coqueto y juvenil conjunto de tanga y sostén, se paró frente a Rafael y empezó a moverse sensualmente, movía las caderas y levantaba el culo y lentamente empezó a sacarse el sostén, mientras Rafael –quien ya se había bajado los pantalones y calzoncillos- se tocaba su larga y gruesa verga. Luego ella se arrodilló y empezó a lamer lentamente su glande, para luego bajar y empezar a lamer delicadamente sus testículos y subir con su lengua recorriendo su pene, hasta llegar a la punta del pene y esparcir con su lengua los líquidos pre-seminales que salían de su excitada verga.

Estaba impresionada, María sabía chupar una verga como la mejor de las putas. Podía ver en mi computadora como ella se tragaba entero el pene de Rafael, quien tomaba con sus manos la cabeza de María y la ayudaba a subir y bajar por su verga. Podía sentir como mi clítoris empezaba a hincharse y mis jugos vaginales empezaban a correr y mojar mi tanga. Sin casi darme cuenta, mi mano se deslizó bajo mi falda y entre mis piernas y mis dedos índice y medio buscaron bajo mi tanga la forma de calmar mi deseo… mientras María se sentaba sobre la verga de Rafael, mis dedos masajeaban delicadamente mi clítoris.

Rafael aferraba el culo de María y lamía sus tetas, mientras ella se movía rítmicamente sobre él. Al poco rato ella empezó a acelerar sus movimientos y sus suaves quejidos calientes no demoraron en empezar a ser abiertamente gritos de placer: AAAAAAHHHH!!! AAAAAHHH!!!, AAAAAHHH!!! ACABÉ, ACABEEEEEEÉ, AAAAAAHHHHHHH!!!!

Al observar y escuchar esto no pude dejar de meter mis dedos en mi caliente concha y meterlos y sacarlos tratando de estimular mi punto G… Mordía mis labios para no proferir sonidos y ser escuchada por algún compañero que pasara cerca de mi oficina... creo que esta situación también sumaba para que mi calentura fuera máxima. En un desborde de calentura, puse mi pierna izquierda sobre el escritorio y con mis piernas totalmente abiertas empecé descarada y velozmente a masajear mi clítoris, mientras que con mi mano izquierda apretaba fuertemente el pezón de mi seno derecho.

Grité sin gritar. Con mis ojos cerrados y mi boca abierta alcancé un orgasmo monumental, pero ningún sonido salió de mi boca (al menos eso creo).

Después de calmarme un poco, pude ver como el par de bastardos seguía teniendo sexo, pero habían cambiado de posición y Rafael estaba ahora dándole a María … por el culo!!!. Yo jamás le había permitido a Rafael la penetración anal, aunque él muchas veces y hasta el cansancio me lo ha pedido, lo cual en más de alguna ocasión había incluso generado fuertes discusiones. ¡Como gozaba esa perra!… era claro que estaba disfrutando que Rafael le metiera su pija por el culo… y estoy seguro que a Rafael eso lo ponía realmente caliente, tanto así que no tardó en acabar, terminando con una especie de espasmos y doblando su cuerpo hasta apoyar su pecho en la espalda de María.

Bueno, les voy hacer el cuento corto para que no se aburran mis queridos y calientes lectores. Esta situación siguió por casi una semana, salvo por dos días en los cuales Rafael tuvo reuniones. Todos esos días grabé sus sesiones, las cuales en lo fundamental eran similares. Ya tenía suficiente material para vengarme. Pero algo extraño había empezado a suceder en mi… me daba cuenta que observar a mi marido con la puta de María me excitaba de sobremanera. Si bien esos días rechacé a Rafael todas las noches, andaba caliente casi todo el día… y la noche. No podía dejar de pensar en lo que había grabado… y en ocasiones revisaba los videos con la débil justificación que eran para ver la calidad de las pruebas, pero en el fondo no quería pensar que era por el placer que me provocaba. Así es que después de pensarlo mucho y de sincerar mis sentimientos, decidí llevar a cabo mi venganza… pero de una forma muy especial

La mañana de aquel día que cambiaría nuestros días, me contacté telefónicamente con un muchacho que se dedicaba a prestar servicios sexuales a mujeres (no crean que lo había utilizado antes, pero por Internet hoy puedes encontrar cualquier cosa). Aparecía un set de fotos en las que se apreciaba que tenía un físico muy cuidado y muy bien dotado (25cms. según se anunciaba). Acordé con él que pasará a verme a eso de las 20:00 hrs. a un elegante hotel que quedaba cerca de mi oficina y donde a temprana hora ya había reservado y pagado una suite.

El día transcurrió normal, lo cual también significaba que había estado espiando lo que pasaba en mi casa después de almuerzo, por lo que mi excitación era muy grande. Apenas se cumplió la hora de salida tomé mis cosas y partí directo a la habitación del hotel. Estaba nerviosa, excitada… mientras esperaba que llegara Antonio (así se llamaba el muchacho), aproveché de arreglarme un poco. A las 20:30 hrs. en punto llamaron a mi habitación. Al abrir la puerta, un hermoso hombre de unos 30 años, alto y moreno, vestido casualmente pero con elegancia y de voz grave y seductora me estaba hablando. La verdad es que no recuerdo bien como fue que se presentó, pues yo estaba muy nerviosa en ese momento… dudaba de si esa era la forma de vengarme de Rafael. Pero mientras dudaba, el ya había entrado y cerrado la puerta. Me comenzó ha hablar, dijo algunas cosas simpáticas y ya estábamos sentados en el sofá que tenía la habitación. Yo seguía nerviosa y creo que él se dio cuenta, así es que me siguió hablando y hablando de nada relacionado con sexo, lo cual me permitió relajarme un poco y apreciar su belleza. Tenía el tipo del clásico modelo italiano, elegante y varonil.

A medida que él fue notando que me relajaba, empezó a acomodar mi cabello y a pasar suavemente sus manos por mi mejilla y oreja. Me empezó a hablar más lento, con una voz un poco más grave… y yo empecé a dejar que me sedujera. Acercó su boca y sus carnosos labios buscaron los míos… yo lo acepté con gusto. No necesitaba hacer mucho para que despertara nuevamente en mí el fuego que me había estado consumiendo toda esa semana… empecé a sentir como mis bragas empezaban a mojarse. Sus manos recorrían mis senos por sobre mi blusa, la que luego empezó a desabotonar con notable maestría. Imágenes de Rafael y María juntos venían a mi mente, pero lejos de desconcentrarme, hacían que me sintiera más excitada.

El se levantó brevemente y sacó su camisa. Un cuerpo varonilmente musculoso quedó expuesto. Se acercó nuevamente a mí, me levantó del sofá y comenzó a besarme mientras sacaba totalmente mi blusa. Se puso detrás de mí y mientras besaba deliciosamente mi cuello, podía sentir sobre mi espalda el tamaño de su virilidad.

Una de sus manos empezó a colarse bajo mi falda y después de acariciarme un instante por sobre mi húmeda braga, delicadamente me la sacó.

El se bajó su pantalón y se quedó en un diminuto sunga. Le toqué su paquete y le dije autoritariamente que se lo sacara. Me obedeció sumisamente… disfrutaba realmente el poder que tenía sobre Antonio, me excitaba sentir que era yo quien controlaba la situación. Su ENORME y gruesa verga quedó expuesta ante mí, se la toqué delicadamente, moviendo mi mano para despertar su deseo, el que no tardó en encenderse, pues podía sentir cómo se endurecía y erguía. Me dijo que fuéramos a la cama, pero me negué. Le dije "No, quiero hacerlo en el sofá. Tomándole firmemente su verga- lo miré a los ojos y le dije, "quiero que me lo metas por el culo". Él me miró y una hermosa sonrisa se dibujó en su bello rostro.

Fuimos al sofá, el me quiso sacar la falda, pero le dije que sólo me la subiera. Puse mis rodillas sobre el sofá, mis brazos apoyados sobre el respaldo y mi hermoso culo expuesto para ser penetrado por primera vez. Sí, esta era parte de la venganza… le entregaría mi culo a otro hombre, no a Rafael

é

l siempre me lo había pedido, pero sería otro el que desvirgaría mi ano.

El comenzó a estimularme con delicados besos en mis glúteos y con uno de sus dedos tocaba deliciosamente mi clítoris. Luego acercó su pelvis a mi culo y con su pene comenzó a golpear mis labios vaginales… uhhh! Que rico se sentía, su pene estaba duro como un palo y sentirlo azotando mis labios y clítoris era un verdadero placer. Mi sexo rápidamente empezó a mojarse… los golpes eran cada vez más seguidos y cada vez un poquito más fuerte…. Ahhh! Luego comenzó a azotarme los glúteos, sus 25 cms. en plena extensión se sentían exquisitamente castigando mis carnosos glúteos y ya comenzaba a necesitar que me penetrara, así es que se lo ordené "métemelo, ahora!"… me obedeció inmediatamente y mmm!!

mmm!! Que rico

lentamente fue enterrando su rígido miembro en mi caliente y húmeda carne, haciéndome gozar cada centímetro de su portentosa masculinidad.

Empezó a torturarme de placer, sacando y metiendo lentamente su miembro sólo hasta el glande… se sentía como si sacaran una flecha de tu cuerpo y la volvieran a meter, pero el dolor era placer. Estaba extasiada de placer, pero no olvidaba mi venganza, así es que le ordené "Métemelo por el culo"… junto con decir esas palabras tomé mi teléfono celular que había dejado junto al sofá y marqué el número de Rafael.

Hola Daniela

Vamos, métemelo por el culo!

Daniela?

Aayy, si así por el culo!

Daniela, dónde estás? , qué pasa?

AAAgghh!! Penétrame despacio por favor!

DANIELA, DÓNDE ESTÁS?, QUÉ MIERDA ESTÁ PASANDO, CONTÉSTAME!!

Mmmm!! Aaahhhh, aaahhh! Escuchar la voz nerviosa e iracunda de Rafael, recordar lo que me había hecho y sentir ese maravilloso pene penetrando mi culo me hacía experimentar un placer especial… el placer de la venganza y del sexo combinados de manera exquisita.

Aaaahhh!!, aaahh

DANIELA, POR LA PUTA, QU

É ESTAS HACIENDO!! …CONTÉSTAME POR LA PUTA MADRE!!

Antonio se aferraba a mis caderas y penetraba cada vez más profundamente en mi -hasta ese día- virgen culo.

Aaaahhhh!!, sí así, Aaaahhhh!! Aaaaaaahhhh!! Mmmm!!

DANIELA POR LA CRESTA, CONTÉSTAME!!!. CONTÉSTAME PUTA DE MIERDA!!

Esas palabras fueron un delicioso afrodisíaco… Rafael recibiendo un trago de su propia medicina y yo, disfrutando como una verdadera puta!

Seguimos con Antonio un rato más, no sé cuanto tiempo más Rafael estuvo escuchando, pero después de alcanzar un delicioso orgasmo tomé el teléfono y ya había cortado.

Me vestí, le pagué a Antonio y dejamos el hotel… tomé mi automóvil y me fui a casa para ver la cara de Rafael.

Llegué a la casa como a las 23:00 hrs. y Rafael estaba esperándome… mientras yo bajaba del vehículo lo vi salir disparado a buscarme, con una cara de energúmeno que prometo que me asusté.

DONDE ESTABAS PUTA DE MIERDA?, QUÉ TE HAS CREIDO?

Sacando fuerzas de no sé donde le respondo indignada:

CÓMO QUE QUÉ ME CREO, CÍNICO!!! NO ME VENGAS A HACER ESCENITAS AQUÍ. O ACASO CREES QUE NO SÉ QUE TE ACUESTAS CON LA PUTA DE MARÍA???!!

Su cara cambió completamente, se descolocó con lo que le dije

SÍ, NO ME VENGAS AQUÍ CON PELOTUDECES!! SÉ QUE ME ESTÁS ENGAÑANDO CON ESA PUTA QUE SE LAS DA DE MOSQUITA MUERTA!

NO TRATES DE JUSTIFICARTE, SABES QUE ESO NO ES CIERTO, CON QUIÉN HAS ESTADO CULEANDO TODO ESTE RATO, PUTA!!!

SÍ, PUTA, ESO ES LO QUE SOY… PERO FINA, NO COMO ESA ATORRANTE CON LA QUE TE ESTÁS METIENDO Tڅ Y NO TRATES DE NEGARLO, PUES TENGO TODO GRABADO Y TE VOY A SACAR HASTA EL ÚLTIMO PESO QUE TENGAS EN EL DIVORCIO!!

Eso no se lo esperaba. Las palabras "divorcio" y "último peso" lo dejaron completamente descolocado, así es que aproveché ese momento para entrar a la casa y contra-atacar:

VOY A LLAMAR INMEDIATAMENTE A ESA PUTA PARA QUE VENGA ACÁ Y RECONOZCA CÓMO ES QUE SE ACUESTA CONTIGO CADA VEZ QUE VIENES A ALMORZAR A LA CASA.

Tomé el citófono que conectaba con la habitación de María:

MARÍA, VEN INMEDIATAMENTE, TAL Y COMO ESTÁS!!

María llegó rápidamente, vestida en una camisa de dormir rosada que le llegaba hasta la rodilla y con una cara de susto, al vernos discutiendo acaloradamente. Yo no la dejé entrar en confianza y apenas se acercó le disparé con toda la ira que tenía acumulada:

AQUÍ ESTÁS PUTA, ASÍ QUE TE ACUESTAS CON MI MARIDO. LA MOSQUITA MUERTA… YO QUE TE DÍ LA OPORTUNIDAD DE TRABAJAR, DE SALIR DEL CAMPO… TE ABRÍ LAS PUERTAS DE MI CASA Y TE ENTREGUÉ MI CONFIANZA. ¿ASÍ ME PAGAS, SIENDO LA PUTA DE MI MARIDO?.. ¿QUÉ CREES QUE DIRÁN TUS PADRES CUANDO LES CUENTE QUE SU HIJA REGALONA ES UNA GRAN PUTA?

Terminé de decir esto y ella se puso a llorar. Rafael saltó inmediatamente, diciéndome que María no tenía la culpa, que la culpa era de él y que teníamos que resolver el problema entre nosotros. Pero yo estaba indignada, así es que me acerqué a ella la tomé del pelo y la hice arrodillarse:

NO LLORES! … NO QUERÍAS SER UNA PUTA!!… ENTONCES VEAMOS QUE TAN BUENA PUTA ERES.

Diciendo eso me levante la falda (estaba sin bombacha, húmeda y sucia aún de los jugos que me había provocado el sexo con Antonio) y tomándola del pelo le acerca su cara a mi vulva.

VAMOS, CHÚPAME ENTONCES PUTA!!… VAMOS, CHUPA, SI NO QUIERES QUE TE MANDE DE VUELTA A TU CASA Y LE CUENTE A TUS PADRES, CHÚPAME, PUTA DE MIERDA!!.

Después de eso, se puso a chupar suavemente mi bulba. Rafael estaba sorprendido y sólo atinaba a mirar. Toda la situación me producía una morbosa excitación. Sentir el poder que tenía sobre los dos, María sollozando mientras su lengua lamiendo mi bulba y me limpiaba los líquidos que me había producido la hermosa verga de Antonio. Con fuerza empujé a María para que se tendiera en el suelo y me puse en cuatro patas sobre ella… mostrándole mi culo a Rafael, le dije: ´NO QUERÍAS VERME ASÍ, CON OTRA MUJER… BUENO, VEN Y MUESTRAME SI ERES TAN HOMBRE PARA PODER CON AMBAS A LA VEZ".

Rafael no tardó en reaccionar, se acercó por detrás mío, se sacó su pantalón y boxer y con mucha prestancia trató de penetrarme por el culo, pero lo detuve duramente

"NO, POR EL CULO NO!!… PARA ESO TENDRÁS QUE HACER MÉRITOS"

Sin chistar, direccionó su ya erecto pene a mi zorrita y me penetró con fuerza, mientras María seguía lamiendo, ahora con más ritmo y sin sollozos.

Si alguien me hubiera dicho 1 semana antes que yo estaría así como estaba en ese momento, lo hubiese abofeteado diciéndole que no me conocía. Pero la verdad que la que no sé conocía era yo… que placer más delicioso sentir los lamidos de María y el pene de Rafael… que placer sentir la verga de Antonio azotando mis nalgas y penetrando mi culo. Sí, la que no se conocía era yo… quizás son muy pocas las mujeres que saben cuan putas pueden llegar a ser… o quizás lo intuimos y no queremos reconocerlo, por eso nos escondemos en el matrimonio, la fidelidad, el amor, el pecado y todas esas pavadas que nuestros mayores nos metieron en la cabeza y que nos alejan del placer del sexo duro y salvaje.

Mmmmmhh!... qué rico!!.... dale, más rápido!!! …. Aaaahhh!!!

Rafael aceleraba el ritmo y profundidad de la penetración y María aceleraba el movimiento de su lengua sobre mi clítoris….

Aah, aah, aah, mmm, aaah…. Aaaaaaaaah, aaaaah, aaaaaahh

Sintiendo a ambos exploté de placer y soltando todo, grité y grité, mientras alcanzaba un intenso orgasmo que me hizo eyacular sobre la cara de María.

Fue realmente una dulce venganza la que tuve… después de esa noche nuestra vida sexual cambió y durante varios años hemos hecho unos tríos deliciosos, que en otra ocasión les contaré. Ojalá les haya gustado este relato, que se hayan mojado y masturbado como yo lo he hecho al recordar esos momentos y espero sus comentarios y calificaciones. Un beso a todos.