La venganza del pagafantas: la formación.

Siguiente paso, formarme como un hombre hecho y derecho. Gracias por vuestros comentarios tan alentadores.

La noche se hizo corta en parte gracias a la aventura con Puri, por otro lado, una vez en el avión, la azafata me comentó que si quería algo para dormir, puesto que el viaje iba a durar muchas horas, a lo que accedí, quería estar descansado. No sé lo que me dio, pero el caso es que me desperté cuando ya estábamos llegando, estaba hambriento, y la chica me sirvió la comida, no era nada del otro mundo pero al menos pude comer algo. Al poco tiempo tomamos tierra en un aeródromo particular, era raro, fuera había un autobús y nada más.

-        ¿Dónde estamos?

-        No se lo puedo decir, pero hemos volado siete horas.

-        Qué bien.

Por el aspecto de todo, parecía una república ex soviética, más que nada por las letras en cirílico y los vehículos que se veían aparcados. Una vez allí, bajé mi equipaje y vi que había más gente esperando. Nada más llegar tuve mi primer problema, el idioma. Todo el mundo hablaba en inglés allí, y yo aunque no sacaba malas notas, os podéis imaginar que mi nivel de entendimiento y expresión en este idioma era más bien inexistente. Una vez dentro del autobús, me dieron una bolsa done había una pieza de fruta y un par de bocadillos. Como pude seguí las indicaciones de los monitores, que honestamente hacía daño a la vista lo mazas que eran, una vez dentro, fui de los últimos en llegar, vi que había gente de todas las razas, nacionalidades y curiosamente también había tías. Con mucho esfuerzo pude intuir que preguntaban quién no hablaba inglés, sólo unos pocos levantamos la mano, entonces me asignaron un compañero que hablara mi idioma. Se llamaba Juan, su padre era uno de los hombres más ricos de Argentina y él era el hermano díscolo de una larga familia había tenido líos de todo tipo, y su padre harto de él lo mando a este sitio para enderezarlo. Éramos de la misma edad, pero había algo en él que no me gustaba mucho, puesto que enseguida protesto diciendo que no era la criada de ningún gallego, a lo que el instructor le respondió dándole una hostia que lo tiró patas arriba. Una vez dejadas claras las cosas, comenzó su disertación y el pobre Juan empezó a traducirme. No sin antes decirme que por hoy vale pero que me vaya buscando la vida.

-        Buenas tardes a todos, me llamo coronel Black, soy a partir de hoy su jefe de compañía, durante los próximos tres años, estáis aquí porque sois la escoria de la alta sociedad, niñatos malcriados que necesitan convertirse en hombres y mujeres del mañana, llegaremos en tres horas a lo que será vuestra casa durante los próximos tres años. Las normas son muy sencillas, no se necesita dinero ni posesiones, por lo que al llegar pasaréis una serie de pruebas, tanto físicas como psicológicas, se os pasará por la peluquería donde todos y digo todos se os cortará el pelo al cero, llevaréis la misma ropa, comeréis la misma comida, no hay diferencias religiosas, están prohibidas joyas, piercings y los tatuajes, si tenéis alguno se os borrara durante vuestra estancia, están prohibidas las relaciones sexuales, y mucho menos las sentimentales, a partir de ahora sois todos iguales, vuestra formación comienza hoy, si tenéis algún problema os podréis dirigir a vuestro jefe de grupo que se os será presentado al llegar. Vuestro horario empieza a las seis de la mañana donde tendréis cinco minutos para hacer vuestra cama vestiros y presentaros a revista con el traje de deporte. Estaremos haciendo ejercicio durante dos horas, tras las cuales desayunaremos y procederemos a realizar las clases en función de vuestras aptitudes y necesidades, los que no hablen inglés estarán estudiando cerca de tres horas diarias que os la quitaremos de vuestro descanso, hasta que no demostréis un nivel aceptables no tendréis descanso. Durante los primeros seis meses estaréis tendréis formación en ejercicio físico. De momento no necesitáis saber más. Hasta dentro de seis meses no tendréis contacto con vuestras familias, después de ese tiempo, decidiréis si seguir o quedaros. No penséis en escaparos, os encontraremos y además el castigo será terrible. Ahora descansar, en cuanto lleguemos tendréis una actividad frenética, por cierto, los dormitorios  y las duchas son mixtas, no quiero problemas, aquél que piense que puede violar a alguno de sus compañeros será castigado con creces.

Cuando llegamos al sitio en cuestión era como una especie de base abandonada con barracones, pasamos por una fila donde dejábamos nuestras cosas, para pasar a una habitación, donde todos nos quedamos en ropa interior, nos pasamos por la enfermería donde nos hicieron un chequeo completo. Luego pasamos por la peluquería donde nos pelaron al cero a “todos”, para que posteriormente nos metieran en la ducha todo el mundo en pelotas, no veas el corte, cualquiera se empalmaba. Por lo que pude imaginar y posteriormente confirmar esto hacía que la tensión sexual se perdiera, y que viéramos que las mujeres eran unos componentes más del grupo. Una vez limpios, pasamos a recoger nuestra ropa, que estaba marcados en sacos con las tallas típicas, S, L, XL, XXL, y las botas y las deportivas. “Ahora tenéis diez minutos para ir a vuestro barracón y vestiros”, dijo uno de los jefes de sección y preparaos para formar. Durante esos minutos no hubo más tiempo para conocer a mis futuros compañeros.

Una vez formados, pasamos al patio, donde se presentó nuestro jefe de grupo, el capitán Brown, como habéis imaginado, todos los componentes eran antiguos militares, cada uno en su especialidad, y todos se llamaban por su rango.  En cuanto al grupo, no éramos más de doce personas, de los cuales cuatro eran chicas. De lo que nos dijo, no entendía nada por lo que me prometí que si no quería pasarlas putas, tendría que aprender el puto inglés, gracias a que uno de los compañeros era mejicano pude enterarme de algo, si no, iba a ir jodido. Lo que dijo a grandes rasgos es que era nuestro jefe de grupo, que si existía algún problema era el único interlocutor válido con el resto de los encargados, que procuraría ser justo con todos nosotros y que esperaba lo mejor de nosotros. No obstante sería implacable con la indisciplina y los fallos, habíamos quemado todos nuestros cartuchos, este era el último por lo que deseaba que no lo quemáramos.

Nos fuimos a cenar, era curioso, las diferencias con el resto, a mí me pareció una cena buenísima, en cambio a la casi totalidad de los compañeros les pareció bochornosa. Otra cosa curiosa, es que a dos se les castigó por no tener modales en la mesa, algunos no sabían ni coger los cubiertos. En cierta manera, estaban por civilizar. No tuve mayores problemas con los modales en la mesa, mi abuela me los había enseñado bien, yo sabía incluso pelar la fruta con cuchillo y tenedor, en parte porque mi abuela hasta que se casó con mi abuelo, había trabajado como empleada de hogar con unos marqueses y eso se nota.

Después de cenar, disfrutábamos de una hora de tiempo libre, en ese tiempo nos fui conociendo a los de nuestro grupo, había dos rusos (Sergey y Alexey); cuatro norteamericanos dos de los cuales eran chicas  (John, Adam, Kate y Bibi); dos franceses (Pierre y Nicole), un mejicano (se llamaba Manuel, pero nos pidió que le llamásemos Many) el español que era yo, una alemana (Jutta) y un inglés (Patrick). Creo que tuve suerte con el grupo, al principio no tenía mucha comunicación con ellos, debido al problema del idioma, pero poco a poco, nos fuimos compenetrando a tope, de las tías he de decir que sin maquillaje ni ropa cara y después de que estuvieran rapadas al cero, dejaban un poco que desear, o bien es que no estaba yo para muchas alegrías. Después de las presentaciones, nos fuimos a dormir, al día siguiente tocaron diana al estilo militar, nos vestimos y salimos corriendo con la ropa de deporte tal y como nos indicó el coronel. Al salir, ninguno reparó en hacer la cama, cosa que mosqueó bastante a nuestro jefe de pelotón y nos hizo volver a explicarnos cómo teníamos que hacerlo, dicho esto nos castigó a correr hasta que uno de nosotros vomitara. Nos llevó más de media horita corriendo sin parar, después de las cuales fue la alemana la que nos hizo parar, lo que no sabíamos es que la pobre, tuvo que correr un rato más por débil.

Esa lección no la volvimos a olvidar nunca, después pasamos a la ducha, donde pude observar una cosa, todas estaban perfectamente depilados menos yo, que a su lado parecía un oso, otra cosa que me llamó la atención fue las miradas furtivas de las chicas hacia mi polla, parece ser que Puri llevaba razón, estaba por encima de la media. En cuanto a la higiene personal, los chicos teníamos que ir afeitados correctamente, y desde luego nos pasaban revisiones continuas de limpieza, un fallo un castigo, así, decía el jefe de grupo, siempre nos preocuparíamos por  llevar una imagen impecable, en cuanto a limpieza y no ir desaliñados. Una vez desayunamos, vestidos con el traje de faena, nos cargaron con una mochila de veinte kilos para los chicos y de diez para las chicas, e hicimos una marcha de veinte kilómetros. Una vez de vuelta a la base, mis compañeros disfrutaban de un descanso merecido de media hora y acto seguido se ponían a limpiar el barracón, pero yo tenía que ir a clases de inglés, no penséis que estaba cómodo, el primer día me lleve más hostias, literalmente, que pelos tengo en la cabeza, eso hacía que me esforzara a límites insospechados antes por mí para no tener que “cobrar” más. Siendo honestos, al cabo de tres meses, ya no hacía falta que me tradujeran y para cuando terminamos el primer semestre, me defendía bastante bien hablándolo, cuando pasaron los tres años, lo que me costaba hablar era el español. Durante la segunda semana de trabajo, nos pasaron a un aula y nos sometieron a innumerables test psicológicos  y psicotécnicos, para conocer mejor nuestras aptitudes, además tuvimos que someternos a un par de entrevistas, de esta manera derivaban nuestra futura educación a donde podíamos destacar más, vi como algunos de mis compañeros asistían aliviados, muchos de ellos se comportaban de esa manera por qué no querían ser lo que sus padres les querían marcan. Lo que no sabían es que era una manera de llevarnos a su terreno sin que lo supiéramos, puesto que había un grueso de asignaturas que eran comunes, el resto eran opcionales que ellos nos elegían para que por lo menos disfrutáramos algo de nuestra re-educación. En mi caso, me quedé muy sorprendido, porque nunca pensé que saliese así, habilidades sociales muy bajas, pero en cambio tenía un cociente intelectual muy alto y don de liderazgo, además de tener una capacidad estrategia muy desarrollada.

Durante el primer semestre, mi vida transcurrió así, ejercicio y clases de inglés, en el primer apartado, era también divertido puesto que practicábamos Aikido, según nuestros profesores, más que nada para aprender autocontrol. Así como técnicas se supervivencia y orientación. Era curioso como al cabo de los meses mis compañeras que cuando la primera ducha ellas tenían su pubis sin pelos, algunas habían acabado con más pelambrera que yo, ahora parecían ellas los oseznos.

Al final de este periodo teníamos que hacer un ejercicio de supervivencia por parejas. A mí me toco una de las americanas, Bibi, con la que me llevaba muy bien, además me había ayudado mucho con mi inglés. Durante el ejercicio, pronto quedó claro que ella era incapaz de tomar una decisión por lo que yo tuve que tomar las riendas de la situación. El ejercicio constaba en superar una serie de pruebas, el equipo que las superara dentro del tiempo máximo, podría disfrutar de un domingo de descanso, por lo que el premio se hacía goloso, el tiempo máximo para realizar el ejercicio era de tres días. Comenzamos un lunes a las seis de la mañana, no llevábamos más que una cantimplora un pocho de agua, un mapa, una brújula y un cuchillo. Debíamos estar de vuelta el antes del jueves a las seis de la mañana, los últimos repetirían el semestre. A la salida, Bibi salió corriendo, y yo la detuve, con el consiguiente cabreo de mi compañera.

-        Tony, ¿por qué no corres?; -dijo Bibi enfadadísima.

-        Ven y siéntate aquí conmigo. –Le respondí.

-        No hay tiempo…los demás ya han salido corriendo.

-        Bibi, para hacer bien este ejercicio hay que trazar una estrategia y ver por donde atacar.

-        Pero todos han salido corriendo…

-        Ya, pero sin criterio cuando quieran darse cuenta harán las pruebas desordenadamente y eso les hará perder.

-        Bueno pues tú diras, dijo Bibi.

-        Es sencillo, mira el mapa con los puntos por donde hay que pasar, yo soy partidario de ir al más lejano, para luego ir haciéndolos conforme nos acerquemos, ahora debemos pensar cuál es el camino más corto, rápido y seguro.

-        Toni, Por lo que veo lo tienes muy claro, siempre que preparemos una estrategia podremos triunfar. Adelante compañero.

Salimos corriendo marcando un paso cómodo que nos permitiera ir sin prisa pero sin pausa,  para nuestra sorpresa, nuestra empresa iba a ser más compleja de lo que en principio imaginamos, el punto más lejano sabíamos que estaba a casi veinte kilómetros por cañadas y senderos, al final de la tarde, llegamos, sin haber parado a comer más que frutos que vimos en el bosque. Llegamos a la prueba, que era una auténtica chorradilla de hacer cálculo rápido mientras hacíamos flexiones, no tenía más dificultad al menos para mí, de todas maneras el instructor encargado de la prueba, nos dijo que el equipo formado por los dos rusos llevaba hecha ya cerca de cinco pruebas y nosotros sólo una, por lo que decidimos, que descansaríamos un rato, andaríamos hasta llegar al otro punto de la prueba, y una vez allí dormiríamos hasta hacer la prueba. La prueba era un fuerte de Bibi y tampoco fue a mayores. El premio de esta prueba fue un bote de comida pero no teníamos abrelatas, al final nos las apañamos para abrirla con nuestro cuchillo. Pudimos comer algo y descansar un par de horas.

Durante el segundo día hicimos prueba tras prueba, curiosamente, nuestra estrategia estaba dando mejores resultados de lo esperado, puesto que hacia las tres de la mañana llegamos al campamento, con todas nuestras pruebas realizadas y las pruebas pertinentes de las mismas. Nuestro capitán no daba crédito, no sólo habíamos ganado, sino que batimos el record de tiempo.

-        Bien hecho reclutas, ahora id a daros una ducha y mandaré que os den algo de comer, mañana estáis dispensados de trabajos, como premio adicional…

-        Muchas gracias, capitán. –Dijimos los dos al unísono.

Nos duchamos, mientras hablábamos de lo que echábamos más de menos de la civilización, en mi caso era algo simple,

-        Una cervecita,

-        Yo dejar de tener toda esta pelambrera, mientras me mostraba una mata inmensa de pelo entre sus piernas, pero de verdad, me gustaría tener una polla tan grande como la tuya entre mis piernas.

-        Bibi, aún con esa pelambrera te la metía entera, pero sabes que no podemos, no te creas que no me faltan ganas.

Sin más, me acerqué a su coño peludo como el solo y le hice una limpieza de clítoris, corriéndose ella en menos de medio minuto, ella me hizo lo propio con mi polla, la verdad es que era una experta mamadora de pollas. Yo tampoco aguanté mucho, además la corrida fue enorme, pero ella se lo tragó como si nada.

Por cierto, no os he descrito a Bibi, era alta muy delgada, sin muchas curvas, con pechos menudos pero muy bonitos, sus pezones rosados y alta tanto como yo, su cara era fina y preciosa rematada con una (bueno, lo que era gracias a nuestro look militar), una melena morena, unos ojos verdes esmeraldas que no hacía sino hacerla más guapa, y todo ello con la dentadura más perfecta que jamás he visto en mi vida.

Al día siguiente, estuvimos de relax, dentro de lo que allí era relax, pudimos ver la cara de los segundos cuando nos vieron allí. A los rusos no les hizo ninguna gracia, al final del tercer día tres parejas no habían terminado, con lo que tuvieron que repetir el semestre, la verdad es que no me daban ninguna envidia. Los mandos hacían una pequeña fiesta siempre que se terminaba el semestre, donde a las chicas se les permitía vestirse de chicas, amén de depilarse, maquillarse un poco, me lo pasé muy bien en especial bailando y riéndome con los compañeros, había encontrado a verdaderos amigos en especial Many y Bibi.

Los familiares podían hacer la primera visita en seis meses, en mi caso como sabían que no vendría nadie, se me permitió hacer una llamada telefónica a quién quisiera así que llamé a Puri ya Pepe.

-        Hola Puri, soy Tony, ¿qué tal todo?.

-        Hombre, que alegría de saber de ti, es una pena que Pepe este de viaje, se ha ido a cazar con unos amigos.

-        Bueno, tampoco pasa nada, es que como podía hacer una llamada, he pensado en vosotros, dile que he llamado y que estoy muy bien.

-        Eso ya lo sé, jajajaja, además el recibe los informes mensuales de la escuela, parece ser que están muy contentos con tus progresos.

-        ¿qué tal te instalaste en mi casa?

-        Bien, pero he de decirte que al principio tuve algún problema con tus ocupas.

-        No me digas, que par de desgraciaos.

-        Pues la verdad es que pasé dos semanas muy moviditas, porque los muy cabrones se habían contratado a un cerrajero y vivían en tu casa tan ricamente. No veas la cara de gilipollas que puse cuando me los encontré allí.

-        ¿ Pero siguen viviendo a mi costa?, no me lo puedo creer.

-        No, ya no, Pepe, moviendo unos hilos consiguió una orden de desalojo en tiempo record.

-        O sea que.

-        Ya no viven allí, al final al cabo de un mes me instalé y tan ricamente, además los vecinos están encantados conmigo. Porque ellos eran muy problemáticos. El otro día tu querida ex se me acercó y me preguntó si sabía algo de tí.

-        Y tú ¿qué le dijiste?

-        Que no te conozco, que yo he alquilado el piso a través de una agencia. Ella simuló estar triste, parece ser que ha preguntado por ti por todos lados, ahora se da cuenta que ha sido una zorra contigo.

-        Mira, la quise con locura, pero después de lo que me hizo, sabes que te digo, que todo lo que le pase le está bien empleado.

-        Me alegra que pienses así.

-        Bueno te dejo, un beso grande, dile a Pepe que he llamado.

-        Seguro, adiós un beso, en la polla, jajaja…

-        Ojalá, aquí no me dejan ni hacerme pajas. Jajaja.

Después de dejar el teléfono, Bibi, orgullosa me presentó a sus padres, ellos fueron muy correctos y educados, pero me di cuenta que sobraba allí, entendía que querían estar con su hija. Así que me despedí.

El siguiente semestre fue ya mezcla de formación y de trabajo físico sin olvidar nuestras clases de Aikido, que me encantaban, además era de los alumnos más aventajados. Fue durante este semestre teníamos clases de cultura general, estudio entorno económico, nociones básicas de economía básica, y cosas como gestión de emociones.

Me iba muy bien, pero tuve un problema grave con un compañero del barracón de al lado, el caso es que el tío iba muy salido, y quiso propasarse con una compañera, yo pasaba por allí y la defendí. El tío era una bestia parda, de lo peor que había por allí, al final nos liamos a hostias, y salí perdiendo, pero al menos conseguí que dejara a la chica en paz, pero me dejó una costilla rota y una semana de hospital. El violador se gano una paliza tremenda de sus propios compañeros de barracón puesto que el acto hacía que castigaran a todos a limpiar las letrinas por no evitar esas conductas.

Estuve una semana en la clínica, lo bueno de la clínica es que la enfermera pasaba olímpicamente de las relaciones entre alumnos, además permitía visitas “privadas” de los alumnos enfermos. Ni que decir que la primera en venir fue Bibi, ella se fue a visitarme y la enfermera le pidió que se quedara una hora conmigo ya que tenía que hacer cosas con el coronel, luego me enteré que el coronel se la follaba todos los días a la misma hora.

Bibi decidió que debía darme un baño, puesto que llevaba una semana sin ducharme y olía realmente mal, con lo que agarró una esponja y un barreño de agua caliente, con sumo cuidado me desnudó completamente y comenzó a frotarme con una dulzura que nunca había sentido antes, imagino que era la misma sensación que sentían los samuráis cuando eran bañados por sus geishas. El cuidado con el que lavó mis partes más íntimas, fue de lo más sensual, tratándolo como si de porcelana se tratara, para acto seguido pedirme que me diera la vuelta, y siguió por mi culo, dándole un tratamiento como si de un bebé se tratara, no aguantaba mucho más, así que decidí devolverle el favor, bajándole los pantalones y comencé a jugar con su clítoris, al final terminó por correrse. Una vez compuesta ella siguió con mis pies, una vez limpito, decidió que necesitaba centrarse más en una zona en concreto así que me regaló una comida de polla formidable, me corrí como un cerdo, pero ella se lo volvió a tragar sin más miramientos, sin más comentarios, agarró un frasco de vaselina que había por ahí y tras untarme sin más mi polla y lubricarse bien, se sentó a horcajadas y dirigió mi aparato a su culo, “sin sorpresas, ok”. Era una gozada ver el bamboleo de las tetas de mi amiga y sobretodo la cara de gusto que ponía, la muy cachonda, mientras ella con una mano jugaba con su clítoris, creo que era una recompensa justa a todo este tiempo de puteo. La verdad es que era la primera vez que tenía auténtico sexo anal, y me encantaba, pero era Bibi la que llevaba la voz cantante en este tema, yo simplemente me dejaba hacer y a pesar del dolor, era más intenso el placer, además fue sumamente cuidadosa de no hacerme daño, se nota que estábamos en la misma onda los dos, nos compenetrábamos rítmicamente. Al final llegamos al orgasmo al mismo tiempo. Una vez recuperados, yo la besé en la boca y dije:

-        Gracias Bibi, ha sido un gran regalo.

-        No, gracias a ti Tony. No sabes lo importante que me siento a tú lado.

-        Bibí, es la primera vez que tengo sexo con una mujer sin que me pidan nada a cambio.

-        Claro idiota, -dijo realmente enfadada, como que esto no es sexo, sino hacer el amor.

-        ¿Entonces esto es lo que se siente cuando de verdad te importa una persona?.

-        Pero vamos a ver Tony, ¿tú de dónde has salido?. –Me di cuenta, que no sabíamos nada el uno del otro.

-        Yo del arroyo, le dije entre risas.

-        En serio, no eres como yo, yo estoy aquí porque era una auténtica arpía, y culpaba a mis padres de todo, vamos la típica historia de una niña rica y mal criada, pero tú eres distinto. Además nunca hablas de tu vida, actúas a veces como si todo te importara una mierda, menos cuando crees que no es justo. Llevas una semana en el hospital, por haberte enfrentado con un tío que te dobla el tamaño, cuando lo normal en un niño rico era que hubiera pasado, porque podría haber sido sometido a un castigo. Pero tú no.

-        Mi vida anterior es muy rara, no creo que te gustara mucho los detalles, es posible que me dejaras de querer.

-        Mira tío, al final aquí todos somos iguales, vestimos igual, dormimos juntos, si hasta en algunos casos tengo más pelos en las piernas que tú, la única diferencia estriba en que tengamos más o menos “algo”. Hemos sido compañeros de fatigas dando todo el uno por el otro. Yo era una cabrona, que nunca he necesitado sacrificarme para conseguir nada, en cambio tú has dado siempre el 200% de ti, ¿de dónde sales?, no es normal, tienes dinero, eso es indudable, pero no eres el tipo de persona que viene aquí. No vienes por haber sido castigado, tú esto lo ves como algo especial, nunca te quejas, nunca protestas, joder si hasta te gusta el rancho de mierda que nos dan para comer.

-        Mi mentor, me pidió encarecidamente que no dijera nada a nadie de mis orígenes, no estoy metido en ningún lío ni nada por el estilo, pero si sabes esperar pacientemente, cuando estemos fuera te lo explicaré.

-        Ok, cariño dame un beso.

La enfermera casi nos pilló besándonos, pero al ver que Bibi había hecho su trabajo, pues no hizo más que decirle que se fuera a sus quehaceres. A los pocos días de recibir el alta decidí que tenía que mejorar mis conocimientos de lucha, por lo que seguí practicando aikido, pero era sumamente ineficaz tal y como había visto con el bestia parda, además me sentía amenazado por el violador frustrado, necesitaba mejorar mi forma de pelear por lo que pudiera pasa. Por lo que en siguiente semestre cogí una asignatura que era un tipo de lucha cuerpo a cuerpo llamado hapkido, la verdad es que no era una asignatura atractiva para nadie excepto yo, puesto que estaba solo en clase, cosa que me vino de cine, ya que con la base del aikido, en el semestre me había convertido en un máquina. El profesor era un bestia y acababa todos los días con magulladuras y moretones, entendía por qué nadie quería coger esta asignatura, pero yo estaba decidido a aprender, tanto disfruté con ella que al final decidí seguir con ella durante hasta el final de mi formación, gracias a Dios.

Así transcurrió otro año y medio, de sexo lo único que hubo fue lo que habéis leído, al final del cuarto semestre y para acceder al tercer año, teníamos que pasar un examen de reválida, donde todas las asignaturas contaban. Durante el cuarto semestre estudiamos como animales, menos mal que tenía mis clases de Hapkido para poder evadirme, los que pasábamos la reválida, pasábamos al último curso, que era fuera de la base y según comentaban los mandos era la mejor parte, los que no, simplemente se iban. Bibi y yo estábamos mucho tiempo juntos, con los estudios, repasando exámenes, habíamos sacado buenas notas en las asignaturas, pero eso era sólo el 30% de la nota, te la jugabas a una carta. Fue salvaje la presión a la que fuimos sometidos, fomentando la competitividad entre compañeros, el motivo es que había un número determinado de plazas y se entraba por exclusivo orden de notas, una sola décima, te dejaba fuera, por lo que había una sensación de desconfianza entre nosotros terrible. Eso hizo que tomara cartas en el asunto con mis compañeros, una tarde los reuní y hable claro:

-        Amigos, no podemos seguir así, la unión nos puede hacer fuertes, hay que aprovechar nuestras sinergias de grupo para mejorar nuestros resultados. Si vamos cada uno por nuestro al final, ninguno de nosotros triunfará.

-        Entonces ¿qué propones?.-Dijo uno de los rusos.

-        Simplemente que trabajemos en equipo, por ejemplo podíamos hacer un régimen de tutorías donde el que esté más fuerte en una asignatura apoye al que esté más flojo.

-        ¿De dónde sacamos el tiempo?, dijo la alemana.

-        Entre la noche y el día no hay pared, tenemos dos meses para preparar el examen, si lo conseguimos entraremos todos. Si nos acostamos un par de horas más tarde para hacer las tutorías estaremos cansados sólo dos meses, pero ya descansaremos, tenemos que sacar el máximo de nosotros mismos y para eso el grupo ha de apoyarse mutuamente. Además estoy seguro que estos deben de tener incentivos por resultados, si no, ¿a qué viene ser tan estrictos en todo?

-        ¿Pero el toque de queda? , Dijo otro de los rusos.

-        Soy el jefe de barracón, si es para estudiar y si no armamos jaleo, los jefes lo entenderán. Si es necesario tendremos una reunión con nuestro mando y le haremos una solicitud formal.

Al final todos estuvieron de acuerdo, porque el que más o el que menos tenía alguna asignatura coja. Esa misma noche solicité una entrevista con nuestro jefe y le expuse el sistema de tutorías y que para ello tuve que vestírselo muy bien, tuve que sacar lo mejor de mí. El jefe accedió, es más, nos dijo que no entendía como a nadie se le había ocurrido.

Estuvimos trabajando a destajo durante los dos meses siguientes, fue un sacrificio tremendo, pero al final, las notas más altas del curso salieron de nuestro barracón, pero hubo una pega. El violador bestia parda del otro barracón había conseguido igualar las notas de Bibi, con lo que había que desempatar. Al resto de los jefes de sección les jodió bastante que el nuestro hubiera implementado el sistema de tutorías y que les hubiesen dejado fuera. Por lo que los muy cabrones, decidieron que se solucionara con un combate cuerpo a cuerpo. Yo al enterarme me enfadé mucho, sin perder tiempo, solicite una entrevista con mi jefe de grupo y solicité ser yo quien la sustituyera, disponía sin gastar el favor que quisiera de los mandos, por evitar la violación de la chica, por lo que los jefes no les quedó más remedio que acceder, probablemente me dejaron para no tener que dar explicaciones a los padres de Bibi aunque también porque sabían que ya había sido hostiado por el bestia, nos dieron dos días para preparar el combate, mis amigos estaban apesadumbrados porque yo les había ayudado a conseguir un objetivo y ellos no podían devolverme el favor. Pero Bibi, me pidió que lo dejara. Yo no quise.

-        No lo hagas, por favor, Me dijo Bibi entre lágrimas.

-        No me voy a echar atrás, ahora no. Entramos juntos y saldremos juntos por la puerta grande.

-        Eres un cabezota Tony, no quiero que te haga daño, si te quedas idiota, no cuidaré de ti.

-        Si trabajamos en equipo, le ganaremos.

Era su líder, eso estaba claro, pero ya no había marcha atrás, lo único que pudieron hacer fue hacer de sparring para preparar el combate, pero yo había estado formándome en Hapkido, con lo que el bestia parda no contaba, además le dije a mis compañeros que alimentaran su ego, para que se confiaran, la trampa estaba en marcha. Estaba preparando la estrategia según mi libro de cabecera durante los últimos meses, “El arte de la guerra”. Juntos evaluamos sus puntos débiles y fuertes para preparar el combate, todos aportaron su grano de arena. Como mi contrincante era un chulo, por otro lado teníamos una espía que era la chica a la que intentó violar. Ella nos dio pelos y señales de por qué me partió la cara la última vez, había practicado Muai Thai desde pequeño y eso le hacía muy peligroso con los codos y las rodillas, pero era muy lento, conclusión: como en Rocky IV había que talar el árbol ruso.

El día del combate supuso un acontecimiento, se hizo día de descanso especial,  la pobre Bibi, no quiso ir, la verdad es que todos odiaban al bestia parda, con lo que tenía ganado al público. El combate empezó y yo comencé a trabajar sus articulaciones inferiores. Con patadas secas y rápidas, le fui trabajando poco a poco, evitando que me alcanzara, para ello tenía que tener mil ojos, el no alcanzarme lo enfurecía y eso le hizo ser cada vez más impreciso en sus golpes, por fin vi mi oportunidad, en un puñetazo fallido, pude agarrarle y realizarle una luxación de hombro, podía haber parado el combate, pero el orgullo le hizo no hacerlo. Estaba a punto, pero no debía precipitarme, ahora era un animal herido. De hecho me alcanzó por confiado y casi me vuela la cabeza, estuvo a punto de destrozarme la nariz. Estábamos jodidos los dos, realmente jodidos. Pero un nuevo fallo, hizo que le derribara al suelo, allí conseguí, abarcar su cuello con mis brazos, por lo que pude realizarle una estrangulación sanguínea, aguantó como un jabato, pero yo estaba realmente fuerte y al final el pobre se desmayó.

Había ganado, tenía la cara hecha un Cristo, pero era el ganador. El primero en felicitarme fue el profe de Hapkido, había supuesto un triunfo para él, porque nadie quería dar su asignatura, seguramente ahora tendría colas. Bibí acudió llorando a mis brazos, y mis compañeros me levantaron a hombros como a un torero. Fue alucinante, pocas veces hasta ahora me había sentido tan importante, ahora era un auténtico líder, tal y como decían mis los resultados de mis psicotécnicos.

El último año fue fantástico, era lo que ellos llamaban “refinamiento”, había asignaturas muy dispares, durante el año y medio anterior había habido de todo y encaminado a la empresa, sabíamos analizar inversiones, conocíamos el funcionamiento de los mercados de valores y los de materias primas, sabíamos de derecho societario, analizábamos balances y cuentas de explotación de empresas valorábamos y realizábamos tanto planes de negocio como estratégicos, estábamos preparados para empezar a ocupar puestos de responsabilidad en las empresas. Había sido un trabajo duro pero el premio era el “refinamiento”. Tenéis conocimientos, ahora hay que saber trabajar en las fiestas y en las distintas reuniones de ocio, nos dijo el coronel.

Esta parte se hacía fuera de la base, nos llevaron a un recinto con que era una mansión de la leche, cada uno tenía su propia habitación, con un vestuario completo para cada ocasión, había asignaturas como equitación, golf, tenis, conducción de vehículos deportivos, modales en la mesa, cómo vestirnos para cada ocasión, gestión de agenda, etc. Pero lo importante era el proyecto fin de curso, que suponía un 80% de la nota.

El trabajo en cuestión era multiplicar una cantidad de dinero determinada por dos, si se conseguía estaba matemáticamente graduado, si no te penalizaba de manera que si sólo conseguías  un 50% de beneficio estabas fuera, para ello, había que conseguir las informaciones, la verdad es que nadie había conseguido entrar directamente, yo la verdad es que lo que hice fue reunirme con mi gente y hacer la misma propuesta, ahora no había numero cerrado, si aprobabas terminabas y punto. Por lo que era mejor trabajar conjuntamente, esto hizo que pudiéramos pasárnoslo mejor. Además trabajábamos como una auténtica corporación, todos los días a primera y a última hora del día hacíamos reuniones para compartir la información analizarla y tomar decisiones como un auténtico consejo de administración, cada uno hacía su labor, a mí me eligieron para hacer el papel de presidente del consejo, por unanimidad.  Fui un jefe exigente, reprendía a los que no conseguían sus objetivos, pero al mismo tiempo los alentaba. El resultado no pudo ser mejor, al final de curso habíamos roto todas las expectativas, conseguimos un 80% de los resultados. La verdad es que trabajábamos bien juntos.

El año transcurrió muy rápido, la fiesta de graduación es y será uno de los mejores recuerdos que tendré en mi vida, tanto los mandos como los compañeros, me eligieron para hacer el discurso en nombre de los alumnos, pero para mi sorpresa, esta vez vino Pepe a verme.

-        Enhorabuena, estoy realmente orgulloso. No sé porque pero sabía que lo ibas a conseguir.

-        Gracias Pepe, la verdad es que no sé cómo voy agradecerte este favor. Salgo siendo otra persona.

-        ¿Qué quieres hacer ahora?

-        Me he dado cuenta de dos cosas, la primera, que valgo para estudiar, por lo que quiero completar mi formación con un máster, cosa que haré el año que viene. La segunda, que necesito unas vacaciones de al menos seis meses. Estoy invitado por Bibi a visitar los Estados unidos, siempre he querido cruzar ese país de punta a punta con un deportivo, ahora me puedo permitir hacerlo, por cierto ¿cómo está Puri? –note que mi amigo se ponía muy nervioso.

-        Bien, lo del master lo vamos a sustituir trabajando conmigo durante un par de añitos, si te parece bien, ahora necesito un socio. Sabes me estoy haciendo viejo y cada día me vuelvo más perezoso. Ahora disfruta con tus amigos, mañana por la mañana quiero tener una conversación contigo.

-        Ok, ¿mañana a qué hora quieres que quedemos?

-        Mañana nos vemos en el avión que nos lleva a casa, por cierto sale a las diez de la noche, con lo que tienes que estar preparado en la puerta del hotel a las seis de la tarde, durante el viaje hablaremos de un par de cosas importantes, además tengo que rendirte cuentas de tu dinero.

-        Vale, mañana nos vemos en la puerta del hotel a las seis de la tarde.

Al final del día había una pequeña fiesta privada para nosotros en una suite del hotel, estábamos muy tensos, era la primera vez en tres años que teníamos una fiesta sin límites. Pero yo necesitaba hablar con ellos, desde hacía un par de meses llevaba barruntando una idea que quería compartir con mis amigos, así que les pedí un momento de atención.

-        Primero quiero agradeceros los tres años que he estado con vosotros.

-        No, gracias a ti estamos aquí. Te debemos mucho. -Dijo Manny

-        De eso nada, ha sido una labor de equipo.

-        Sí, pero tú has sido nuestro líder, -contestó Sergey.

-        ¿Eso es todo?, -dijo Bibi con cara graciosa.

-        No, lo que quiero ofreceros es que nuestra relación siga adelante, hemos demostrado que podemos ser buenos, muy buenos. Os propongo que nos asociemos.

-        Asociarnos ¿para qué?, dijo Jutta.

-        Bueno, hemos sabido invertir nuestro dinero en el juego, cada uno tiene sus contactos en su país y conoce los mercados, en este caso yo soy la excepción, pero puedo conseguirlos. El caso, es que quiero hacer una corporación donde todos estemos implicados como socios a partes iguales. Os propongo que cada uno de nosotros ponga cinco millones de dólares somos doce, empezaremos con sesenta millones y ver hasta dónde podemos llegar. Haremos reuniones mensuales y estaremos conectados vía video conferencia, semanalmente, para tomar decisiones. Cada uno tendrá encomendada una tarea para poder hacer su trabajo. Estoy seguro de nuestras capacidades y si lo hacemos bien, podemos sacar un rendimiento bestial a nuestro capital, muchos de vosotros no queréis seguir con los negocios de vuestros padres, o bien estáis deseando demostrar lo que podéis hacer por vuestra cuenta. Por separados somos buenos, juntos mucho mejor, que opináis. Pensarlo y esta noche, me contáis.

-        No hace falta, dijeron casi a la vez.

-        Yo digo que sí, -dijo Pierre.

-        Nosotros también, pero con una condición, dijeron los rusos.

-        ¿Qué condición?, dije yo.

-        Que tú seas el presidente del consejo.

-        ¿Yo?, dije con cara de incredulidad.

-        Sí, dijo Patrick, estoy con ellos, tú eres un líder nato y además sabes sacar lo mejor de nosotros.

-        Estoy de acuerdo, dijo Jutta.

-        Y nosotros, dijeron el resto.

-        Si es lo que queréis, adelante, pero renovaré el cargo semestralmente por unanimidad, si hay alguna duda por parte de vosotros, nos iremos relevando en el cargo.

-        Conforme, dijeron todos.

-        Después de seis meses, creo que todos necesitamos vacaciones y asentarnos con nuestras familias, nos juntaremos con los estatutos de conducta de esta sociedad. Y la pondremos en marcha. Ahora la fiesta.

-        Bieeeeeennnn.

La noche empezó bien, pero el golfo de Manny, se trajo a cuatro tías impresionantes para que amenizaran la fiesta, de manera que éramos ocho para ocho. Al final, hicimos lo que no nos habíamos atrevido a hacer en las duchas, nos pusimos en pelotas todos y comenzamos a magrearnos, la más atrevida fue la alemana que enseguida estaba comiéndoles la polla a los rusos, diciendo ¡por fin tengo una polla en la mano!, la francesa estaba con el Mejicano y el inglés, para sorpresa nuestra, John (el americano) estaba comiéndole la polla al francés, tampoco es que le importara mucho a nadie la verdad. Kate la otra americana hacía lo propio con el otro americano, Adam. Yo obviamente quería a mi chica, Bibi para mí y estábamos en el suelo haciendo un sesenta y nueve. Estábamos haciendo una orgía en toda regla. De los otros sólo os puedo dar algunos retazos de lo que hicieron, pero he de decir que Kate era una maestra en la doble penetración. El grupo fue un todos contra todos comenzaron a follar como no lo habíamos hecho en los tres últimos años.

Yo en cambio, sobaba las tetas de mi chica mientras ella me lamía los huevos, no tardé en bajarme a su almeja, rosada y rebosante de flujo vaginal, Bibi no pudo más que correrse, y yo por fin quería meterla en su conchita, así que dirigí mi polla y la taladré, la sometí a mis movimientos de bamboleos, mientras ella gemía como una bestia, jugando con su clítoris. Ella me regaló otro orgasmo, así que la di la vuelta y seguí taladrándola a lo perrito apoyada contra la mesa.

El tema se fue calentando de manera inesperada, puesto que la muy zorra de la alemana había conseguido dejar fuera de combate a los rusos, que al no estar acostumbrados al alcohol y a las mujeres, y los pobres habían perdido el conocimiento. Así pues, mientras Bibi se comía la boca con la teutona, yo decidí que era hora de taladrar el coño de la germana, sin más cambie de compañera y le introduje mi polla, no sé lo que dijo, pero creo que se refería al tamaño de mi polla, porque la empecé a taladrar como un bestia, mientras ellas jugaban a chuparse los pezones. No aguanté mucho más así que descargué sobre las dos, que agradecidas se intercambiaron mi semen a base de besos, yo quería más pero necesitaba recuperar un poco, así que las dejé que ellas solas se animaran.

Al cabo de un cuarto de hora yo estaba a punto para volver a la acción, durante ese tiempo vi como la francesa recibía dos pollas en su coño, ¡joder que bestia!, y ellos tan contentos. Pero yo tenía a mis dos amantes listas para ser enculadas. Así que agarrando crema del cuarto de baño por cortesía del hotel, me embadurne bien la polla, y comencé mi trabajo de lubricación, no quería sorpresas de última hora, por lo que me emplee a fondo con mi chica mientras ella hacía un sonoro sesenta y nueve con su amiguita. Una vez lista, la empalé por la puerta trasera, la cabrona de la alemana alternaba el coño de Bibi con mis pelotas, al cabo de unos minutos, Bibi se derrumbó sobre la alemana con un orgasmo brutal. Para agradecer su buen hacer agarré a Jutta y repetí la operación, mientras Bibí, le comía sus tetas. La muy zorruna, una vez la penetré por su lindo culo, no sé como hizo pero lo cerro dejándome atrapado, y procurando más placer a mi pobre polla. Bibi a su vez me agarró las pelotas y me introdujo un dedo por el culo, cosa que me gustó y mucho el masaje de próstata, dada la situación, me corrí enseguida. Estábamos para el arrastre por lo que nos quedamos dormidos hasta el día siguiente.

A la mañana siguiente, recogimos nuestras cosas y nos despedimos, sin no antes crear unas cuentas de correos electrónicos para estar informados así como pasarnos nuestras direcciones y teléfonos, para poder estar en contacto. Una vez solos, le dije a Bibi que quería tener una relación más seria con ella, pero que tenía que arreglar unas cosillas antes. Noté que no le hizo mucha gracia, pero era necesario por ello le dije a mi chica.

-        Bibi, yo quiero entrar por la puerta principal en casa de tus padres, no por la de atrás. Por lo que me has contado de ellos, son gente muy recta y chapada a la antigua, necesito que me respeten y no quiero que de ninguna manera piensen que soy un sinvergüenza que vengo a por tu dinero.

-        Ok, pero júrame que me vas a ser fiel.

-        Sabes de sobra que no hay, ni habrá otra.

-        Ahora lo dices, pero seguro que….dijo entre lágrimas.

-        Te prometo que te llamaré todos los días.

-        Ya puedes hacerlo si no quieres que te corte las pelotas.

Me despedí de ella con apasionado beso, y noté como su padre me miraba con ganas de partirme la cara, pero eso es normal ella era su niña y a mí me conocía de haber estado en una especie de reformatorio. Por lo que no me molesté por eso, si me molesté cuando me cogió a parte y me pregunto:

-        Hijo, ¿qué intenciones llevas con mi hija?, ¿vienes a por su dinero?

-        No señor, yo tengo mi propio dinero, no sé siquiera quién es usted ni a lo que se dedica, pero si le rogaría que me permitiera salir con su hija.

-        Curioso, nunca antes me lo habían pedido, pero no puedo permitirme hacer eso el primero que se cruza por su camino y menos un mejicano vago y oportunista.

-        ¡SEÑOR!, en primer lugar, no soy mejicano, soy español, la nación que descubrió su continente, en segundo lugar, no sabe nada de mí como para decir que soy un vago o maleante,  y espero que no se moleste, pero he de coger un avión.

Estaba enfadado por la conversación que había mantenido con el padre de Bibi, pero sabía que no podría enfrentarme con él si quería mantenerla. Ya en el avión, Pepe termino por joderme el día.

-        Tony, ayer me preguntaste por Puri, sé que os llevabais muy bien, no puedo ocultártelo.

-        Hace casi dos años que desapareció y no sé nada de ella, parece ser que tus queridos amigos se han vuelto a instalar en tu casa y la policía se ha desentendido totalmente del caso,  porqué había dejado una nota donde dejaba todo y deseaba que no la buscaran, ya sabes que nosotros teníamos una pequeña relación, he buscado por todos los sitios y nadie me ha sabido decir nada. Estoy realmente jodido por ella.

-        Joder, vaya par de cabrones, te juro que esto lo van a pagar con creces, mira tú por dónde que la formación militar de estos años nos va a servir de algo.

-        No hagas tonterías, esos dos están metidos en negocios muy chungos.

-        No pienso hacer ninguna tontería, he de saber que paso con mi amiga.

-        De momento voy a necesitar reintroducirme en mi barrio.

-        ¿cómo vas a aparecer tres años después?

-        Ya me inventaré algo.

Continuará....