La venganza del cornudo (2)

Sentía como que mi venganza había fracasado, volvía a tener la misma sensación, que cuando me entere que Cecilia me engañaba.

LA VENGANZA DEL CORNUDO (2)

Parte 2

Sugiero que lean la primera parte del relato, a fin de poder interpretarlo o entenderlo mejor .Gracias

En el momento que Vilma me comenta que es su hijo, fue como si me volcaran un balde de agua fría. Mi rostro se debió de haber transformado, por la expresión de asombro de Vilma.

Sentía como que mi venganza había fracasado, volvía a tener la misma sensación, que cuando me entere que Cecilia me engañaba.

Termine de vestirme rápidamente, y salí de la casa, apenas sin despedirme de Vilma, que estaba cada vez mas perpleja, por mi aptitud.

Tome el auto sin rumbo fijo, me sentía vacío, vague por la ciudad un largo tiempo, mientras trataba de acomodar mis ideas.

Después de no se que tiempo, llegue a casa, me recibió Cecilia, con un calido beso.

Cenamos y después miramos televisión, en un momento mi mujer, me dijo que se iba a acostar, que no tardara que me estaría esperando.

Muy bien –le conteste.

Seguramente hoy no vino ese Juan a visitarla, y estaría caliente con ganas de coger, pensaba para mis adentros.

Para no satisfacerla, me quede mirando televisión hasta bien tarde, cuando llegue a la cama, dormía placidamente.

No dormí demasiado bien, esa noche. Apenas llego la mañana me levante desayune con Cecilia y me fui a trabajar.

Trate de compenetrarme con mi labor, así que me dedique a visitar a varios clientes, de esa manera me olvidaba por momentos lo que me pasaba por la cabeza

Después de unos días con mi rutina, y sin haber tenido sexo con Cecilia, me acorde de Vilma.

Decidí entonces ir a su casa y de paso disculparme con ella, por haberme ido de aquella forma ese día.

Llegue a su casa, en el preciso momento que salía.

Al verme, me saludo no muy bien que se diga.

Evidentemente estaba molesta por mi brusca retirada de los días pasados

Trate de agradarle, he intente darle un beso, a lo que me retiro su cara.

Que te ocurre?

Todavía me lo preguntas, te fuiste como una tromba de casa, sin explicar nada, desapareces un montón de días y llegas ahora como si nada pasara.

Bueno lo que pasa que tuve mucho trabajo, y

Mira no vengas con excusas, si te cansaste de mi, dilo, y cada cual por su lado.

No, no es eso, realmente la paso muy bien con vos. Lo que sucede es que tengo algunos problemas y no los he resuelto todavía.

Esta bien cuando lo resuelvas, regresa..

Me fui, no tenia muchas ganas de discutir, retorne a casa, Cecilia me volvió a recibir con un cariñoso beso.

Me había preparado una riquísima comida, hacia un tiempo que no me hacia esas cosas.

Seguramente el cabron la tenía abandonada, y me buscaba, pero tenia que hacerla sufrir como ella lo hizo conmigo.

Repetí lo mismo de la noche anterior, al ir a la cama, ya estaba dormida.

Sentía que de esa manera me vengaba, aunque deseaba con toda el alma de estar con ella, pero no me lo permitía. Era algo medio morboso con una mezcla de castigo.

A la mañana siguiente, compre unas flores y me fui a lo de Vilma. Al recibirme y ver el ramo su expresión fue cambiando.

Me dio un beso, y nos sentamos en el sillón. Sentía como que tenia que empezar de nuevo, había como una barrera imperceptible que debía eliminar.

Comencé acariciando sus mejillas, mientras hablábamos, notaba que le agradaba, después de un tiempo mi mano busco su rodilla, empezando a ingresar por sus muslos, mi boca se acerco a la suya, obteniendo un calido beso.

Trataba de cambiar mi aptitud, agresiva de la vez anterior, por una más suave y delicada. Creo que era lo justo, después de todo ella no era culpable de nada, y estaba pagando los platos rotos, con mi frustrada venganza.

Aunque por otra parte, lo disfruto y se desahogo después de cinco largos años de vigilia

Continué como si esa fuese la primera vez, trataría de seducirla y hacerla gozar al máximo.

Apenas mi mano se iba introduciendo en su interior, abrió sus piernas lentamente, percibía su estremecimiento, de a poco llegue a su vagina, tenia su braga bastante húmeda.

Ya los besos eran más apasionados, y se incrementaban con más vehemencia, me estaba calentando, tenía mi pija bastante erguida

De a poco levante su falda, apareció su minúscula calza, se la quite con suavidad. Al terminar de hacerlo, cual fue mi sorpresa, se había depilado totalmente su vagina, verla así me excito de sobremanera.

Mi primer impulso fue besarla, la humedad que emanaba me excitaba cada vez mas, a Cecilia no se le humedecía de esa manera.

Mi lengua lamía sus labios vaginales, introduciéndose en el interior, los gemidos de Vilma, eran muy intensos. Sentía con delicia sus jugos que mojaban mis labios.

Al encontrar su clítoris, y lamerlo, Vilma empezó a convulsionarse y gemir de gozo, implacable continué sin respiro, no tardo en exhalar un grito, a la venida de su orgasmo,.

No pare, seguí mas intensamente, Vilma apretaba mi cabeza cada vez mas en su sexo, sus gemidos eran cada vez mayores. Yo no le daba tregua y seguía, sentía que en cualquier momento me venia. Vilma tuvo su segundo orgasmo. Eso me excito más, no lo pude contener y eyacule en mis pantalones.

Nunca me había ocurrido algo así, ni con mi Cecilia. Nos quedamos un rato descansando, mi cara continuaba pegada a su sexo, todavía todo húmedo.

En un momento, Vilma me toma con sus manos la cara, y la lleva a sus labios, para besarme.

Diciéndome a continuación,

Mi amor, acabaste sin poder introducirlo, ya te lo compensare con creces.

Te confesare algo, pero no te rías, nunca he gozado tanto como recién, aparte de que es la primera vez en que me hacen el sexo oral, jamás creí que se disfrutara de esta manera. Realmente eres un maestro en esto.

Al rato me saco mis pantalones, me limpio los resto de mi semen, y me hizo la madre de las mamadas, si las anteriores fueron buenas esta la supero, las que me hacia mi Cecilia ni se asemejan

Me fui, con un beso muy apasionado de despedida.

Regrese a casa, Cecilia volvió a repetir lo de las noches anteriores, pero seguí llegando a la cama, cuando ya dormía.

Así fueron pasando las semanas

Una mañana voy hasta lo de Vilma, como estaba sola todo el día, decidí quedarme, mas tiempo.

Estábamos en la cama, después de haber tenido bastante sexo, cuando abre un cajón de la mesa de noche, en el instante que veo un consolador.

Que es eso?- le pregunto

Se ruboriza un poco, y me dice

Mi amiguito nocturno.

Desde cuando lo tenes? Le pregunto

Desde que dejaste de venir ese tiempo, necesitaba desahogarme .Cosa que con los años lo había olvidado.

Sacalo, quiero que lo uses.

No por favor, me da vergüenza – Me dice Vilma

Vamos, a esta altura de los acontecimientos, no nos vamos a asustar

Ante mi insistencia, sumado a que le empezó a fascinar la idea, no tardo en sacarlo del cajón.

Imaginarme colocándoselo en su vagina me excitaba.

Se tiro de espaldas, abrió sus piernas, y comenzó a introducirlo en su vagina, que ya estaba bastante lubricada.

Comenzó con un lento pone y saca, sus mejillas estaban rosadas, debía sentir una especie de pudor y excitación a la vez, al verme que la observaba ávidamente.

Realmente me fascinaba, con mi Cecilia jamás había experimentado esto.

Después de mirar un largo tiempo, no pude mas la gire, y mientras Vilma continuaba, con su masturbación, yo se la introduje por su culo. Gritaba, pero esta vez de placer.

Se revolcaba como loca, esa doble penetración, la convulsionaba, no se las veces que se corrió, pero yo continuaba con mi vaiven

A mi me costaba eyacular, por la veces que lo habíamos hecho ese día, por lo que tarde bastante tiempo en hacerlo.

Cosa que favoreció a Vilma, cuyo gozo se prolongo bastante tiempo, teniendo una serie de orgasmo, siendo el último, en el momento de mi eyaculacion.

Nos quedamos tirados un rato largo, para recuperar las energías.

Vilma, cada vez estaba más agradecida, por todas las cosas que la llevaba a incursionar.

Me vestí, me despedí de ella y regrese a casa.

Con Cecilia la cosa seguía igual, noche a noche repetía la misma escena.

Seguí con esa tesitura, Cecilia trataba de conquistarme, pero continué impertérrito a sus propósitos, mi venganza debía continuar, aunque seguía queriéndola.

Posiblemente si me dijera la verdad, la perdonaría y todo seria como antes.

Una mañana decido ir a lo de Vilma, al recibirme noto que estaba llorando

Que te pasa? - le pregunto

No nada, nada – me responde

Dímelo, después de tanto, tiempo creo que tenemos confianza

Después de un rato la convencí, y comenzó a contar.

Si, esta bien, te lo diré, pero no es fácil

Que pasa nos descubrió Juan? Pregunte

No, pero es referente a el

Que paso

Mira es muy duro y mas para una madre, es homosexual me lo acaba de confesar .Yo lo sospechaba de hace mucho, pero me negaba a creerlo.

Sentí que se me aflojaban las piernas, y el alma retornaba a mi cuerpo.

Estuvo yendo un tiempo a casa de una amiga, creo que se llama Cecilia y le confeso que se había enamorado de otro hombre. Era algo que no quería aceptar.

Se sintió muy contenido por esta buena chica, que lo ayudo mucho, y fue superando su problema.

Vilma continuaba, pero ya no la escuchaba.

Me despedí rápidamente de ella y corrí a casa, había dudado de mi pobre Cecilia, que mal que estuve, tendría que haber hablado .primero y no llevarme por los cuentos de mi hermana.

Compre unas flores, no quería perder un instante, llegaría mucho mas temprano de lo habitual, la sorprendería, la llenaría de besos y le explicaría en parte lo que me paso..

Abrí la puerta de casa, no estaba en la sala ni en la cocina, corrí al dormitorio.

El espectáculo que vi, casi me hace vomitar, a mi amada Cecilia, con un tipo en la cama, cogiéndola por su blanco y delicado culito.

Quien ese tipo, puta de mierda – le digo, lleno de ira.

Puta de mierda¡¡¡ Este tipo esta aplacando mi calentura, que vos no me sacas hace bastante, además de ser el detective que contrate, para seguirte y descubrir que te cogias a una tal Vilma.

Me dejaste caliente por mucho tiempo y esta es mi venganza, querido Eduardo. Me hiciste cornuda y yo te estoy haciendo a ti

Tire las flores y salí como loco de la casa.

Trate de calmarme, ya había pasado por esos síntomas similares.

Una vez que pude razonar, supe muy bien que hacer.

Descubrir quien era la mujer de este detective hijo de puta, que persuadió a mi pobre Cecilia. Y cogérmela bien cogida, para vengarme.