La Venganza de Susana

La venganza es un plato que se sirve en un plato congelado

Susana era una de las mujeres más ricas de la lujosa urbanización, vivía “sola” en un chalet de casi 200 metros cuadrados por planta. Su relación matrimonial era nula. El marido era un hombre de negocios un poco turbios, adicto a la “coca”, siempre estaba rodeado de jovencitas, su mujer ya no le atraía nada. Ahora prefería pagar dos veces a la semana, los servicios de una o mas putas de lujo. Su mujer años atrás había sido muy guapa, trabajó de modelo hasta que conoció a Juan. Susana no era nada tonta, a falta de curriculum, sabia utilizar el coño. Cuando vio que cumplía 25 y ya empezaban a no llamarla para los diseñadores importantes, buscó desesperadamente algún millonario, lo encarameló y se lo folló hasta quedarse  embarazada. En ese momento Juan era la envidia de todos sus amigos, una tia buena y cachonda en su cama, dinero a raudales, coche deportivo, etc.

Susana parió a Carlitos, luego Pablo y finalmente a Matías. Tras los tres embarazos, su cuerpo ya no recuperó la silueta de modelo pero con los tres hijos ya tenía una nómina vitalicia. Ell era rubia, pelo corto, alta, pechos grandes, gordita, cintura ancha y  culo voluminoso. Para muchos hombres seguía manteniendo  morbo. Sus años de modelo no habían caído en saco roto, sabia comportarse en público, hacerse respetar y simular tener clase.  El lema de Juan era: "por que follarse a una de 50 si puedes hacerlo con dos de 25 " lo seguía a rajatabla, había repudiado a su mujer.  Los niños habían crecido, estudiaban en un internado en suiza, por lo que Susana estaba sola en el chalet, su marido siempre de viaje y cuando trabajaba en Madrid, se quedaba a dormir en un ático en Arturo Soria, lo utilizaba cómo picadero.

La mujer no era precisamente la Virgen María. Sabia contornear su cuerpo macizo, atraía a los hombres, era una puta cachonda y siempre recordaba la primera vez que le puso los cuernos al putero de su marido. Hasta entonces había sido fiel, incluso sabiendo que su marido se follaba a todo que tuviera tetas.

Esa noche, no tenia nada de especial,  y para combatir el calor del mes de agosto  estaba tumbada en la colcheta dentro de la piscina bebiendo un gintónic,en su mente solo tenia el recuerdo de su primer desliz:

Hacia casi dos años, era una tarde de julio, Susana volvía de Benidorm con su flamante Mercedes descapotable, se sentía cansada y paró en una área se servicios. En el parking había muchos camiones, esto,  era como las estrellas michelín, les daba categoría a los restaurantes de carreteras.

En la entrada había una barra larga en forma de U. Dos camareros dentro la barra y veinti-tantos  clientes, todos varones, camisas abiertas por el calor, camisetas de tirantes, calor,  mucho calor, incluso dentro del bar. El local olía a tabaco y a sudor.  Cuando Susana  con un vestido de hilo muy fresco entró en el bar, los clientes se giraron por acto reflejo, algunos silbaron y otros aplaudieron. Ellla ruborizada, fue hacia la barra sin fijarse que en ese trozo de madera y escai  no había hueco para ella.

La única mujer del bar, estaba entre dos camioneros, uno calvo y gordo con camiseta blanca-amarillenta por el sudor. Su amigo, un grandullón, melena negra sujetada con una coleta, una versión española de Steven Seagal de serie b o z. Ambos de la misma edad, cincuenta y tantos.

  • Estamos de suerte Mario, la reina de la noche se ha fijado con nosotros- dijo el de la coleta mirando con descaro hacia los pechos de Susana.

  • Acércate más preciosidad, los camareros  de estos antros de carretera suelen ser duros de oído. -Dijo Mario

Susana avergonzada se puso entre medio de los dos hombres y sacando fuerzas de su interior pidió una cerveza y medio bocadillo de jamón ibérico. El camarero la devoró con la mirada y sin decir nada se fue a hacia la cocina.

La clientela del restaurante, a pesar de la sorpresa inicial volvió a sus conversaciones. Mientras tanto Susana seguía en medio de los dos hombres. Codo con codo, ellos la miraban y hacían señales entre ellos pasando olímpicamente de lo que ella podría llegar a pensar. Por su parte Susana se veía como una estrella, hacia años que no se sentía así de deseada. Su marido putero por naturaleza, ni la miraba; en cambio ahora era el centro de atención de un bar lleno de hombres.

  • Dime encanto, como has ido a parar hasta aquí? No seas tímida estás entre caballeros del volante - preguntó el grandullón  pasando su brazo por la cintura de ella.

-Estoy de vuelta de Benidorn, me dirijo a Madrid- hizo una pausa, los miró y continuó- estaba cansada y he decidido parar a por un refrigerio.

-Pues nosotros vamos hacia Algeciras, nos quedaremos a dormir en el camión y te aconsejo, si puedes, claro está, descanses un poco. Te apetece un pitillo?- dijo el calvo pasándole un paquete de Camel

Susana se puso un cigarro en la boca," Steven  Seagal" le dio fuego. Ella había dejado de fumar hacia años, desde su primer embarazo, pero la adicción a la nicotina nunca la había perdido, esa calada la mareó un poco. Qué bueno era fumar! Todos estos años reprimiéndose.  El camarero puso su botellín de Mahou encima de la mesa y Mario pidió otra ronda dejando un billete de 20 euros encima de la barra y dijo:

  • Hoy la noche promete, cada dia no se conoce una chica con tanta clase como tú.

Bebieron sus consumiciones, Susana no comió el bocadillo, recordaba de su etapa de modelo que era  de mala educación comer delante de caballeros, si ellos no comían.

Las cervezas iban cayendo una tras otra, el cenicero se llenaban de colillas, "Steven" y Mario no paraban de pedir botellines de cerveza. Ellos la manoseaban por la cintura, ella se dejaba querer, controlaba la situación y cuando ya se encontraba un poco perjudicada por el alcohol fue al baño y esnifó una raya de farlopa. Volvió del baño con el subidón y los hombres aun seguían a pie de barra con otros tres botellines recién servidos.

-Bueno guapísima, todo esta pagado y aquí van a cerrar, en el camión tengo nevera, cervezas y sitio para poder divertirnos los tres.

-Está claro que con este estado, no voy a coger el coche, si insistes, después de estas birras nos vamos a tu camión o al tuyo- dijo Susana envalentonada por energía de la raya de coca.

-Anda cachonda, acércate un poquito más, los del signo zodiaco virgo somos muy sensibles y necesitamos contacto- dijo el Calvo agarrando a Susana por el culo.

Susana seguía en medio de los dos camioneros, sujeta por ambos brazos, una mano le tocaba el culo y la otra le acariciaba la barriga y la base de la teta izquierda. Estaba excitada, no iba a ser la primera vez que se follaba a dos hombres a la vez.

En sus inicios de modelo, había tenido que comer muchas pollas y a veces de dos en dos.  Para ella era fácil conseguir un contrato, nunca tuvo reparos en hacer una o dos mamadas por poder desfilar por una pasarela.

Los tres salieron dando tumbos con rumbo hacia donde estaban los camiones aparcados. Todo estaba en silencio, las cabinas estaban tapadas con cortinas. "Steven" abrió  la puerta de uno de ellos y subieron los tres. Primero subió él, luego Susana, Mario aprovechó a manosear su culo por debajo del vestido, mientras ella hacia fuerzas para llegar a la cabina.

Una vez dentro "steve" y Susana compartieron el asiento del copiloto, Mario en el asiento del conductor. Por hablar de algo, Susana preguntó:

-Este camión tiene dos palancas de cambios de marcha, no?

-No, esta pequeña con forma de polla es el freno de mano. Respondo Mario.

-jajajaa, esto es una polla? Es muy pequeña! - dijo Susana

-Pequeña sí, pero gorda y dura, seguro que a ti no te cabe! Apostó "Steve"

-Oye, guapo, yo he parido tres veces, pocas pollas pueden llegar a sorprenderme ! Contestó Susana.

-Pero que tenemos aquí, a un coñito tragón! Y este de aquí atrás  como lo tienes- le dijo su compañero de asiento, aprovechando la ocasión para meter un dedo dentro del ano de Susana

-Uffff! vas un poco rápido, no? Sueles tratar a las damas de esta manera?- se quejó Susana

-A las que tengo confianza, sí.  Desnúdate, ya es hora de ver lo que hay debajo de este vestidito  -ordenó Marcos

Susana dejó caer los tirantes de sus hombros, como buenamente pudo, se bajó el vestido hasta los pies.  Estaba en ropa interior, delante de dos desconocidos borrachos , dentro de un camión en una área de descanso. Eso le daba mucho morbo.

Los dos hombres se abalanzaron sobre ella, el grandullón le arrancó el sujetador con violencia, Marcos le bajó las bragas, eran poco delicados, ella puso sus manos en cada paquete, por el bulto, se apreciaba que tenían buenas pollas. "steve" agarró a Susana y sin delicadeza la puso detrás de los asientos. Allá había una cama pequeña.  Hacia mucha calor y olía mal, las sabanas estaban sucias.

Susana estaba mareada, le faltaba el aire, en esa litera no cabían ni dos personas, ellos eran tres, dos hombres robustos y una mujer metida en carnes. Los camioneros estaban de rodillas metiéndole mano sin contemplaciones. Ella sentía como le metían dedos en todos sus "orificios" , le apretaban las tetas, sus bocas la besuqueaban e incluso uno de ellos la escupía. Su piel estaba mojada de saliva y sudor. Cuando quiso darse cuenta se encontró estirada boca arriba y los dos hombres encima de ella. La aplastaban, Susana se quejó pero uno de ellos le abofeteó la cara. Una sensación de miedo le paralizó, mejor callarse y disfrutar de lo que había. Mientras intentaba relajars su mente, alguien le levantó las piernas y la penetró. Al abrir la boca para suplicar un condón, la otra polla fue a parar en su boca. Ella estaba estirada sin poder moverse en ese catre, sentado encima de su pecho estaba Marcos desnudo obligando a la mujer a chupar su pene. "Steve" de rodillas en la cama tenia las piernas carnosas de Susana encima de sus hombros y le clavaba la polla en su coño.  Estuvieron en esa posición durante 5 minutos, luego los hombres cambiaron su posición pero Marcos la penetro analmente. Susana intentaba disfrutar del momento. Pero no podía, tenia miedo, miedo a contraer alguna enfermedad, miedo a que se les fuera la cabeza y le hicieran daño, a que la volvieran a pegar.

El dolor de su ano era insoportable, su culo era casi virgen, su marido era demasiado macho para follar por el culo, bueno mejor dicho,  ya hacia años que no la follaba por ningún lado. La polla del culo era muy gorda, de golpe sintió como se corría dentro de sus entrañas, el liquido caliente le apaciguó el dolor, por fin se había acabado el sufrimiento.

-"Steve" yo ya me corrido, si quieres te dejo el culo que está a punto de caramelo,

-Allá voy! Dijo Stefe

Susana volvía a sentir el escozor en su culo. "Steve" le follaba el culo con más intensidad pero su polla no era tan gorda, oyó el abrir y cerrar de la puerta de la cabina, estaba sola con el grandullón. Esa enculada estaba mejor, incluso le estaba gustando. Era fuerte pero ya no le dolía, de golpe su coño  empezó a palpitar. Estaba teniendo un orgasmo! "Steve" también se corrió al notar las palpitaciones, sacó la polla del culo y se la limpió con el vestido de ella. El muy cerdo lo utilizaba como un trapo.

El camionero le dio un manotazo en el culo y dijo:

-Preciosa es hora de dormir, aquí no cabemos los dos,  coge tu vestido y vete con cuidado-

Susana no dijo nada se vistió con su vestido manchado de semen, flujos y manchado de algo marrón que no quiso ni averiguar lo que era y se fue a su coche.  Arrancó, se miró en el espejo retrovisor, hacia mala cara, se refrejaba el cansancio, el rímel corrido, le molestaba un poco el culo, dos desconocidos la habían sodomizado y aun tenia sus corridas dentro de ella. Necesitaba una ducha.  Pisó  el acelerador  y se dirigió a Madrid.

Mientras recordaba su primer desliz dentro de su arruinado matrimonio Susana se masturbaba, ya había acabado su bebida, desnuda en el colchoneta,  tocando  su abultado clítoris, estaba en la gloria, solo deseaba una polla larga y dura dentro de ella. Su calentura era tal que no pudo resistirse, salió de la piscina, cogió su móvil y llamó a Ernesto. Un gígolo Sudaméricano, pero no respondió, seguro que estaría dando placer a alguna vecina de la urbanización, él era muy discreto y nunca hablaba de su clientela con nadie. Su tarifa era cara, 600 euros por noche. Valía la pena pagarlos. Susana lo utilizaba una media de dos veces al mes.

La mujer estaba de los nervios, necesitaba un macho, fue hasta su dormitorio y cuando se disponía a vestirse para salir a buscar lo que deseaba, oyó como se abría la puerta de la entrada del jardín. Se asomó a la ventana y vio entrar el 4X4 de su esposo.  Era la primera vez que llegaba a esas horas de la noche, algo había pasado. Se puso un camisón y bajó al salón.

Al llegar al comedor oyó voces de hombres, no había venido solo, abrieron la puerta,  Juan iba acompañado de tres hombres, de la misma edad los tres, vestidos de traje, pero sin corbata, habían estado bebiendo, apestaban a alcohol, en sus rostros se delataba el abuso de la bebida y de otras substancias.

-Pero mirar quien tenemos aquí, a mi querida esposa, que haces a estas horas despierta? -Preguntó Juan

-Hola Juan, hace mucha calor y no puedo dormir.  Se puede saber que haces tú aquí?- dijo su esposa

-Jajajaja,  buena pregunta, lo habéis oído? Esto es lo que tengo que oír cuando llego a mi propia casa. Respondió su marido

-Bueno, os dejo solos y así estaréis más cómodos . Dijo Susana mientras volvía a subir por las escaleras hacia su dormirlo

-No hace falta mujer, mis amigos tienen sed, prepara unas copas y siéntete con nosotros.- ordenó Juan

-Juan, por favor, déjame ir a dormir, vuestros negocios no me interesan- insistió Susana

-No vamos hablar de negocios, estamos de celebración, hoy hemos cerrado una compra muy interesante y la vamos a remojar. Anda nena mueve ese culo y sirve algo de beber- dijo Juan guiñando un ojo a su repudiada mujer

Susana perpleja por la actitud machista de su aun esposo se levantó del sofá y fue hacia la cocina para preparar unos combinados. Todo era muy extraño, con su marido, yani se hablaban y ahora insistía en tormarse unas copas con sus amigos. Amigos que ella no conocía y no había sido presentada.Puso las botellas en una bandeja y se dirigió al salón. Juan y sus amigos se habían quitado las americanas y estaban sentados viendo una película pornográfica. La pareja tenia varios DVD pornos, años atrás las veían juntos, Susana atónita ante lo que estaba sucediendo, dejó las botellas y se fue a por los vasos y el hielo. A su vuelta los hombres estaban comentando las escenas.

  • Cariño siéntate aquí en medio,con nosotros, mira que te ha preparado Martín  - dijo jose señalando un par de rayas de coca.

Susana miró al tal Martín , era un hombre gordinflón, alto, muy Moreno,  podría pasar por gitano,  tenia una cara marcada por la viruela, era feo de cojones. El hombre sentado a su izquierda era igualito a Martín, podrían ser hermanos, el tercero era igual de alto, pelo Rubio,  fuerte, parecía el más apetecible.

-Juan, has visto las tetas de la rubia, son increíbles, - dijo el Rubio

-Pues a mí no me gustan las tetas de silicona, prefiero las reales, la que se caen cuando se liberan del sujetador- anunció Martín.

  • Vaya! Cómo las de mi santa esposa!- exclamó Juan manoseando los pechos de su esposa.

-Las queréis ver? Mi esposa trabajó de modelo!- dijo riendo el anfitrión

Susana asustada se liberó de las garras de su marido, éste intentó volver a cogerla pero iba demasiado borracho. eso era pasarse de la raya . Llevaba años sin follar con ella y ahora iba de marchito, chuleandola delante de sus amigos. Extraños amigos! Nunca los había visto, parecían salidos de alguna película de Quentin Tarantino.

Martín la agarró de la cintura y la sentó con brusquedad  encima de sus rodillas y le dijo :.

-Quieta preciosa! Tu esposo, al que yo aprecio y desde hoy es mi socio y lo compartimos todo. Entiendes ? Todo! Ha tenido la gentileza de obsequiar mi generosidad invitándome a su casa y tu eres la guinda del pastel. Lo vas pillando?

-Juan dime que eso no es cierto, soy la madre de tus hijos, los he parido a los tres!,  a mí no me puedes tratar como a las putas que te sueles follar- Exclamó Susana con lágrimas en los ojos .

-No Seas tonta, el Sr. Martín ha salvado nuestro patrimonio. La  puta crisis y las gasolineras en las grandes superficies nos han jodido bien. Estos caballeros han invertido mucho capital en nuestra empresa y es de bien nacidos ser agradecidos. Que mejor manera para sellar este pacto que ofrecerles tus encantos, si aun te acuerdas de satisfacer a un hombre-Dijo su esposo.

-Eres un cerdo, hijo de la gran puta! Tu no puedes obligarme a nada. Nuestro matrimonio es una mierda, tú no eres ni marido, ni padre, ni amante mío. Me tienes en casa, como si fuera tu criada, bueno ni eso, tampoco pasas nunca por aquí, solo me tienes para cuidar de los chicos.  Protestó Susana

-Vives en chalet de la hostia, tu coche, tu visa oro, etc. Gastando pasta a chorros con tus chorradas. Si no hubieras estado viviendo a todo lujo a lo mejor hoy no estaríamos en esta situación. No eres más que una puta mal criada, ahora lo que quiero de ti es que seas amable con mis socios- dijo a grito limpio Juan

Mientras el matrimonio discutía acaloradamente, Martín manoseaba a la mujer. Susana no se resistía, era inútil, el Rubio se puso en pie delante de Susana y dijo:

-Lo de sacar los trapos sucios delante nuestro no es elegante, ahora somos todos una gran familia, vosotros, nos necesitáis y nosotros a vosotros. Lo entendéis? Anda, guapa sácame la polla y chúpala un poco. Ya veras como te gustará.

Susana, ardiente por naturaleza, no le faltaba ganas de saborear esa polla, el plan no era malo, tres tíos para ella sola. Había un problema, no podía dejarse llevar por su lujuria, tenía que disimular, tapándose la cara como si estuviera llorando, dijo que no, pero le apartaron las manos y recibió una fuerte bofetada.

-Escúchame, esto es fácil, lo que tienes que hacer es relajarte un poco y disfrutar, tu marido te ha vendido como a una puta de lujo, nos ha contado lo guarra que eres. Así que no te hagas la estrecha.

Juan se había quitado la camisa, su pecho aun era musculoso, las horas de gimnasio no habían caído en balde, agarró a su mujer por el pelo y la arrimó a la bragueta de su amigo Rubio.

-Estos  señores van hacer contigo lo que les de la gana, se muy bien como te pateas mi dinero con gígolos de 600 euros el polvo. -Le amenazó su esposo

Susana miró a su marido sorprendida, era verdad y él lo sabía, entonces agacho la mirada y desabrochó el  pantalón del hombre que tenia enfrente, usaba bóxers blancos, los bajó, tenia la polla a media erección, sin tocarla con la mano se la introdujo en la boca. A Ernesto, el gigoló, le gustaba así y a ella también, la verga se hinchaba dentro de la boca, ella succionaba suavemente, con los labios apretaba un poco la piel para sacar el prepucio, entonces con la lengua acariciaba el capullo.

-Joder con la guarra de tu mujer! La chupa de vicio, si sigue así me la pondrá dura sin Viagra- dijo el Rubio riendo.

-A mí cuando me la chupaba lo hacía hasta el final, la muy puta se lo bebía todo. -Grito juan completamente desnudo.

Susana seguía sentada encima de Martín, ya no tenia el camisón, se lo habían arrancado, desnuda en medio de los tres,  seguía lamiendo con desespero la polla del rubio, no tardaría mucho en correrse, estaba dura como una piedra, se movía dentro de su boca, era una señal inequívoca de que si seguía con ese ritmo constante se correría en seguida. Sus pechos estaban siendo manoseados por Martín y su "hermano gitano".

-Me corro!!! - Gritó el rubio agarrando con fuerza la cabeza de Susana, esta no pudo apartarse y recibió el chorro caliente en su boca.

Susana tragó parte de la corrida, y la sobrante le resbalaba por la comisura de sus labios, había salido abundante semen, entonces unos dedos con las uñas pintadas de rojo cogieron el semen de la cara de Susana y se lo puso en la boca.  La mujer perpleja levantó la cabeza para ver de quien eran aquellos dedos pintados que tenia en la boca.

Enfrente suya tenia una mujer altísima, de espaldas anchas, poco pecho,  pelo largo, lacio de color negro azabache, los rasgos de la cara eran poco femeninos, solo llevaba puesto la ropa interior, el sujetador rosa de la talla 85 le iba grande, apenas tenía cintura, el tanga era rosa y tenia un bulto como si escondiera una polla debajo de la tela.

-Cariño, te presento a Esmeralda, colombiana, - le presentó su marido.

-Esmeralda enseña a la zorra de mi mujer lo que escondes debajo de tus bragas.

Esmeralda se bajó la goma del tanga y apareció un pollón descomunal. Grande y grueso, con el glande en forma de cabezón. Lo primero que hizo Susana al ver ese trozo de carne fue babear, luego miro hacia arriba y era chocante, un cuerpo de mujer pero con “tranca”.  Esmeralda se dio la vuelta y Susana pudo contemplar su culo, era un pompis delicioso, respingón con las nalgas apretadas. Martín obligó a Susana a poner su boca dentro de esas nalgas.

-Come este culo, está un poco dilatado porque nos lo hemos follado hace apenas dos horas. Déjalo bien limpio zorra!

La señora de la casa, acató la orden del gitano, incrustó la boca dentro de la raja, sacó la lengua y empezó a lamer como si se tratase de una perra lamiendose una herida, Esmeralda con sus dos manos, abrió las nalgas facilitando la labor de Susana.  El morenito tenía razón, ese culo, de vez  en cuando escupía gotitas con sabor a semen, era un sabor entre amargo y dulzón. Susana se estaba tragando el semen de tres hombres desconocidos. Semen "embotellado" dentro del culo de un travesti . A los pocos minutos se giró y con la polla totalmente erecta se la puso dentro de la boca, era una polla larga y muy dura, la tragaba entera, Esmeralda empezó a follar su  boca hasta que por fin se corrió dentro.

Juan riendo abrazó al transexual  y se lo llevó como si se tratase de su novia hacia el sofá de enfrente. Susana miraba a su marido agarrado a esmeralda, sobándole todo el cuerpo, chupando sus tetillas,, subía su boca por el cuello de Esmeralda y le daba pequeños mordiscos.  Su marido estaba haciendo los mismos preliminares con el travesti que lo que hacía con ella años atrás.

La pareja se tumbó en él sofá de piel , de los mordiscos pasaron los morreos apasionados, parecían dos adolescentes, se metían mano el uno al otro. Juan pajeaba a Esmeralda y esta jugaba con el culo peludo de Juan, le introducía la yema del dedo índice y lo sacaba,, luego se lo puso hasta la mitad del dedo bombeaba un poco y lo volvía a sacar. Después, lo probó con dos dedos y el ojete dio de sí y se los tragó.

Susana estaba viendo el espectáculo y no daba crédito de lo que estaba sucediendo justo enfrente suyo. Su marido, el gran empresario, macho por naturaleza, racista, clasista, militante del partido político más de derechas que había en España, Estaba siendo mancillado por un "travelo"! No podía ser verdad. Debía de aprovechar esa oportunidad, entonces se le ocurrió una idea. Sacó el móvil con disimulo y apretó el botón de grabar vídeo, dejó el móvil apoyado en la cubierta enfocando hacia el sofá.

Esmeralda harta de besos de ese hombre con mal aliento, lo agarró por la cabeza y le hizo bajar a su pene. Apretó su cabeza contra su cintura y Juan solo tuvo que abrir la boca para introducirse ese polla hasta la campanilla. La felación era intensa y de vez en cuando se le escapaba la polla de la boca. Pero se la volvía a meter, la colombiana seguía con sus dedos dentro del culo de Juan. Pasados unos cinco minutos mal contados, Juan se tumbó boca arriba encima de la mesa de centro, Esmeralda se puso entre sus piernas y las levantó,  ahora tenía a Juan con las piernas abiertas y apoyadas en sus hombros, no se lo pensó dos veces, con su mano derecha hurgó un poco entre las nalgas del anfitrión, separó bien los cachetes y puso su pene en la entrada del orificio estrechó, este al notar como algo más gordo que un dedo en su entrada, se cerró un poco, pero Esmeralda tenía mucha práctica y apretó un poco más e introdujo la punta de la polla.  Juan resopló y fue en ese momento cuando la colombina le dio una gran bofetada en la cara y ante tal evento de sorpresa le metió toda su polla dentro.

Juan gritaba de placer o de dolor, eso no se sabía, pero no hacía nada para apartarse, de los gritos, pasó a los jadeos, ahora ya parecía algo más placentero. Su " amiga " se lo estaba follando, delante de su mujer y sus nuevos socios, que no hacían nada. Solo de vez en cuando miraban a la pareja y decían algo gracioso.

Susana ya tenía suficiente, no quería que la pillaran grabando con el móvil. Esa iba a ser una buena prueba para un posible juicio de divorcio o para un buen chantaje.  Estaba hasta los cojones del marido y de vivir en esa jaula de cristal. Disimuladamente, cogió el móvil y se fue hacia su dormitorio. Cerró la puerta con llave y se fue directa la  cama.