La venganza de mi sobrino hacia mi hijo (golpiza)
Después de obligarme a complacerlo y humillar a mi hijo, mi sobrino termino su acto forzado de una manera violenta
Después de masturbarse y llegar plácidamente al orgasmo; mi sobrino había pedido algo imposible de aceptar para mi hijo. Quería que el sin hacer nada nos viera hacer el amor. Mi hijo estaba rojo de tanta furia, y yo no sabía que decir. Estaba totalmente expectante ante la posible reacción violenta de parte de mi hijo ante aquella atrevida propuesta. Esta bien, puedes hacerlo, solo no la lastimes te lo pido por favor -dijo mi hijo agachando la cabeza-. Era la primera vez que veía a mi hijo sumiso ante alguien. Lo estaba haciendo por mi, porque realmente me amaba y se preocupaba por mi. No te preocupes primito, todo lo que le voy a hacer le va a encantar -dijo mi sobrino-. Mi hijo apretaba su mandíbula y los puños reteniendo todo si coraje, sabía que si lo golpeaba podría denunciarnos y todo resultaría mucho peor. Al menos deja que se vaya, el no tiene que ver esto -dije a mi sobrino-. El te robó de mi lado, por supuesto que tiene que ver esto; tiene que sentir lo que yo sentí cuando te vi con él. Mi sobrino se quitó por completo lo que llevaba puesto y quedó totalmente desnudo enfrente de mi. Su polla lucía rebosante y brillante ante mis ojos. A pesar de todo yo ya no lo veía con la misma emoción. Mi hijo se sentó en el lugar que estaba ocupando anteriormente mi sobrino y no hizo más que observar sin poder hacer nada al respecto. Mi sobrino me tomo del cabello y me dijo -ven y comete la polla que más te gusta perrita-. Yo me agaché y me puse frente a su verga mirándolo de frente. Podía oler el semen seco en él. Mi sobrino me tomó más fuerte del cabello y me dijo -ponte a mamar y hazlo bien o llevo esas fotos a la policía-. Yo comencé a chupar su pene de manera descuidada haciendo que mi saliva empezará a salir como miel pegajosa desbordándose y colgando de su miembro. Dile a tu hijo que esta es la verga que más disfrutas , dile cuánto te gusta comerme la verga y cuánto disfrutas beberte toda mi leche como la puta gatita que eres; ramera de mierda -dijo mientras metía su polla brutalmente hasta el fondo de mi garganta, haciendo topar sus testículos en mi barbilla y provocando que lágrimas brotarán de mis ojos-. Mi hijo estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para no golpearlo y yo sabía que debía obedecer lo, aunque no hubiera ningún poco de verdad en mis palabras. Yo saqué su pene de mi boca y dije -esta es la verga que más me gusta comerme, tu leche es la única que disfruto beber y masticar la cuando está más espesa-. El se rió y le dijo a mi hijo -ves, tu mamita me disfruta más a mi que a ti.
Mi sobrino siguió fornicando mi garganta y yo solo me tomaba de sus piernas y recibía aquellos violentos embates de su verga entrando y saliendo de mi garganta haciendo que mi boca fuera taladrada brutalmente. Después de diez embestidas siempre iba hasta el fondo y lo metía entero. Disfrutaba cada momento que me sacaba una lágrima porque eso hacia sufrir a mi hijo. Su pene era lo suficientemente grande para hacerme llegar al punto de querer vomitar. Después de follarme duro por la garganta decidió sujetarme fuerte de mi cabeza jalando mi cabello fuerte desde la base y dijo gritando -¡trágatelo todo hija de puta!-. Metió profundamente su pene por varios segundos sin sacarlo y yo comencé a llorar de nuevo involuntariamente. El no sacaba su miembro y yo ya no podía respirar. Mi sobrino me sujeto aún más fuerte sin soltarme y yo no pude retenerlo más. Me despegue con fuerza de mi sobrino y vomité en todo el suelo de la habitación. Mi sobrino se reía y mi hijo preocupado me preguntó -¿Mamá, te encuentras bien?-. Yo estaba escupiendo con la cabeza agachada y la cabeza casi en el piso, lo último de mi vómito. Mi hijo me sostuvo el cabello muy tiernamente para que mi cabello no se manchara. Mi sobrino se hecho a reír y se masturbaba para no perder su erección.
-Te dije que no la lastimaras imbécil.
-No la lastimé, así le gusta a ella ¿verdad?
-Si hijo, no te preocupes así me gusta rudo.
-Te lo dije primito, ella disfruta mucho de mi verga.
-Ya tengo tu lechita lista tía, di ah.
Yo abrí mi boca y empuje a mi hijo fuera del alcance de mi sobrino. Dame tu leche mi amor la quiero toda -dije mientras sacaba enteramente mi lengua llena de saliva y juntaba mis senos para mi sobrino-. Tienes una cara de perra que no puedes confiar ella tía, seguro que no somos los únicos que te coges puta de mierda. Mi sobrino se masturbo más intensamente. Su mano se movía a toda velocidad de arriba abajo hasta que por fin dejó caer sobre mi lengua aquel engrudo caliente sobre mi lengua. A mí sobrino le gustaba beber y eso ocasionaba que su semen se hiciera grumoso y pegajoso a más no poder. Si semen lleno por completo mi boca haciendo que se saliera de ella. Yo casi me volvía a ahogar con ella pero como pude la pase. Mucha de su leche se quedó pegada en mis dientes y garganta, sobretodo los grumos tan chiclosos. Mi sobrino veía como caía su semen q mis senos y lo frotó encima de mi cuerpo. Esta perra ya la marqué como un perro -dijo mientras se echaba a reír-. Pero ahora la voy a preñar como a una -añadio-. Eso no puede hacerlo imbécil porque mi madre va a tener un hijo mío, de su verdadero hombre. Oh ya veo, ahora todo toma sentido. Te acostaste con la puta de tu madre y le hiciste un niño. Vaya que están enfermos. Una cosa es acostarse con una prima o con una tía, pero con tu madre y embarazarla. Hermano eso es enfermizo. Mi hijo ya no pudo contener su ira y golpeo de una manera tremenda a mi sobirno dejándolo en el suelo totalmente inconsicente. Yo me vesti y le dije a mi hijo que llamara a una ambulancia. Parecia que mi hijo le habia fracturado varios huesos de la cara a mi sobrino y estaba muy mal. Continuará