La venganza (2)

Cornuda pero satisfecha

Ramiro me había dejado muy cachonda y con ganas de más. El pobre había servido para mi primera venganza pero lo que se dice disfrutar poco me había hecho. A las 10 llegaron mis primeras pacientes de la mañana. No les presté mucha atención la verdad, seguía pensando en el cabrón de mi marido y en mi sed de venganza.

Ramiro había saciado mi primer arrebato pero aún me quedaban otros tres mínimo para igualar la vejación de mi marido. Además, el viejo del bar tampoco me había saciado de verdad.

Conforme avanzaba la mañana la idea me iba gustando más. Ya seleccionaba menos los protagonistas, quería aprovechar también para que sacaran la guarra que llevaba dentro y que Ramiro destapó muy poco.

La consulta continuó sin pena ni gloria, hasta que llegó la hora de comer. Siempre comía en mi casa con mi marido mientras mis hijos estaban en el comedor pero hoy necesitaba otro polvo y le mandé un wsap. "voy a comer algo rápido fuera que tengo la consulta a tope. Un beso". No tardó mucho en contestarme "vale, entonces subo a la ciudad a hacer unas compras, volveré a final de la tarde".

Agarré el bolso y salí a la calle, entré en el super antes de que cerrara para poder comprar algo de pan para hacerme un bocadillo y poder comer sin ir a casa. Al entrar en el super lo tenía decidido. Era un pueblo pequeño, cualquier hombre que hubiese en el super me valdría para mi plan ya que sería conocido para mi marido.

Enfilé el primer pasillo y no había nadie, en el segundo al fondo ví a Ricardo, el profe de educación física de mis hijos, un imponente joven musculoso. No me quise precipitar y ojeé el tercer pasillo para ver a David un chiquillo con la mayoría de edad recién estrenada. En el cuarto estaba Vicente, el padre de mi vecina y abuelo de la putita que se había follado mi marido, estaba con su mujer.

Me estaba sintiendo muy guarra y por eso me decidí por Vicente. Que me comiera al profesor era lo logico pero a mi marido le dolería más con Vicente.

Me acerqué a ellos y saludé

CRISTINA: Hola, buenos días que tal están, hace tiempo que no les veo que no vienen por casa

MUJER: Hola Cris, parece mentira verdad, viviendo dos calles más abajo lo poco que nos pasamos por allí. La niña ya estudia fuera y viene poco y nuestra hija ya está criada, jajaja

La niña estudia demasiado pensé para mi, cerda!. Mientras hablaba con su mujer intenté mirar todo lo eróticamente que pude a Vicente pero no estaba funcionando. No prestaba atención a la conversación y me lo estaba poniendo muy dificil. Continué comprando y vigilando hasta que por un instante se quedó solo. No tenía nada que perder, si Vicente fallaba tenía más hombres esperando asi que podía lanzarme sin miramientos. Apunté mi teléfono en un papel, me acerqué a él y le susurré en bajito.

CRISTINA: Vicente, ahora me voy a ir, mireme bien el culo cuando me vaya, si le gusta... a las 4 estaré en casa. Este es mi telefono, escribame y me vestiré como quiera para usted.

Con ojos como platos, Vicente se marchó rápidamente asustado.

Seguí comprando cuando de repente ví que mi movil vibraba. Era Vicente, si que se había dado prisa. "Llevo mucho tiempo pensando en tu culo Cristina". Le contesté inmediatamente "a las 4". "Estoy en la puerta de tu consulta. No puedo esperar más". Me sorprendió su mensaje, me excitó. Le había calentado bien. En menos de dos horas me iban a follar de nuevo en mi consulta.

Mientras bajaba la acera ví a Vicente al lado de la puerta. No dijo nada me acerqué abrí la puerta y entré, el pasó detrás. Me volví para volver a pasar la llave. Cuando habia cerrado con llave. Me miró con cara muy seria

VICENTE: Me gusta tu culo, era eso lo que querias oir?

CRISTINA: Ya se que le gusta, Vicente.

VICENTE: Me gusta tu culo casi tanto como a tu marido el de mi nieta

Mi cara se desencajó, Vicente lo sabía...

CRISTINA: Cooomo?

VICENTE: Que eres una cornuda Cristina que tu marido se está follando a mi nieta

La rabia me estaba matando, como siempre, la victima es la última en enterarse...

CRISTINA: Y usted como sabe eso, confío en mi marido - dije en tono muy poco convincente

VICENTE: Porque fui yo quien se le entregue en bandeja, yo soy el que le consigue los polvos a tu marido, el me lo pide y yo se lo doy a cambio de unas pequeñas cosas

Ahora si que estaba desencajada, no podía más y empecé a llorar

CRISTINA: Que cosas?

VICENTE: El me consigue pollas porque, querida, no me gusta tu culo, no me gustan las mujeres

Me senté, callada y petrificada acabé mirando para Vicente, el mundo se me venía encima

VICENTE: De todas formas, he venido aquí para decirte que medio pueblo suspira por tu culo y yo puedo ayudarte en tu venganza, pídemelo y lo haré. Aunque si me has traido aquí es porque ya la querías comenzar, guarra.

Vicente se dio media vuelta abrió la puerta y se fue acera abajo. Tardé unos minutos en componerme, mi marido y mi vecino tenían una red de amoríos entre los dos desde hace no se cuanto tiempo y no se cuanto de grande. No me lo podía creer, la cosa era más grave de lo que pensaba. Me pasó por la cabeza marcharme lejos con mi hijo, pero supongo que la curiosidad y el ahondar hasta el final pudo más.

Absorta en mis pensamientos saque mi telefono móvil del bolsillo y le mandé el vídeo de Ramiro a Vicente. "Yo ya he empezado mi venganza". Vicente no tardó en contestar "Que guarra eres, quieres más verdad, Ramiro no te dio lo tuyo?"

"SÍ, quiero mas cabrón, dime que hago". Tardó un poco en contestar pero a los cinco minutos tenía el mensaje

"Vete a casa, ponte las mallas del gimnasio, sin bragas. El resto elige lo que tu quieras. Vete corriendo al estanco, entras y le dices si puede darte un vaso de agua"

El estanquero?, si era el viejo más desagradable del pueblo. No podía ser... pero una fuerza me invitaba a probar.

En diez minutos estaba preparada, el estanco estaba cerca asique corriendo no me iba a cansar. Llegué y abrí la puerta, el viejo, sentado en una silla en la esquina del negocio me miró con indiferencia.

CRISTINA: Buenas tardes, me podría dar un vaso de agua que vengo un poco fatigada

El viejo levanto la mirada, me miró de arriba a abajo y su cara cambió, media sonrisa se escapaba de su fea cara.

ESTAN: Claro, Cristina, pasa dentro que te la sirvo.

Me lo dijo aciendo ademán de que yo pasara delante para poder ver mi culo en profundidad. Entré dentro de la barra y continué por una puerta que llevaba a un pasillo hacia lo que sería su casa. Me guió a la cocina y me sirvió un vaso de agua. Mientras yo lo bebia, el sentado en una silla de la cocina empezaba a tener una erección importante. Si, era una polla grande.

ESTAN: No deberías dejarte guiar por Vicente, tu, una casada y madre de familia que parecias tan recatada...

CRISTINA: De que me está hablando?

ESTAN: No dejas de mirarme la polla, tendré que sacarmela para que la veas mejor.

El estanquero se sacó su miembro y notó como mi gesto cambió, quedé mirando fijamente ese pollón

ESTAN: Ven, está así por ti Cristina

Dejé el vaso en la mesa y me acerqué, sin mediar palabra me puse de rodillas, la agarré con las dos manos. No sabía por donde empezar. De repente, me agarró por mi melena fuerte y tiró de mi cabeza para atrás. Me dolió, di un grito, pero él rápidamente lo acalló metiendome su verga en la boca. No me cabía, me estaba follando la boca con violencia y casi no podía respirar.

ESTAN: Traga joder

Conseguí poco a poco abrir mi boca para poder meterme semejante polla. En un momento que me dio de tregua, tomé aire pero me dio una bofetada que me puso a cien.

ESTAN: Todas las casadas recatadas sois iguales joder, solo quereis polla y más polla. Apoyate en la mesa y sacate esa malla

Hice lo que me mandó y me bajé la malla dejando mi coño expuesto

ESTAN: Y viene sin bragas, te voy a romper el coño

me dió dos cachetes antes de meterme la lengua en el coño y en el culo, me salio un gemido de los grandes. Se apartó y rápido ensartó su polla en mi coño. Empezó a bombear su enorme mastil dentro de mi. Era un pollón y yo no podía más. Gritaba y gemía como una loba. El me agarró la melena y tiró de mi cabeza para atrás mientras me follaba

ESTAN: El sucio viejo te esta rompiendo el coño, puta casada.

Que me usara así me estaba poniendo más y más caliente, ya solo podía gemir y gemir antes de que se viniese mi primer orgasmo. Me corrí cuando me soltó el pelo y me azotó de nuevo

ESTAN: Por este culo suspira todo el pueblo joder pero ahora lo tiene un viejo verdad cerda

Con mi corrida no podía ni hablar, el seguía bombeando y parecia que no tenía fin. Me saco su miembro, me agarró de las muñecas y me llevó a una especie de colchón que tenía tirado. Se acostó

ESTAN: Sientáte en mi polla quiero ver tu cara

Cabalgue la polla del estanquero con unas ansias que en mi vida puse con mi marido estaba gozando de lo lindo, me iba a hacer correr dos veces ese viejo sucio que por fin se decidió a sacarme el top y dejarme con las tetas al aire. Levantó su cabeza y llevó mi boca a los pezones. Me los mordía mientras lo cabalgaba, eso me estaba poniendo más y cada vez me movía más rápido

ESTAN: A ti te hacia mucha falta el rabo joder, estas desatada. Ahora si que me vas a hacer terminar

En mi estado de extasis ya me daba igual donde se corriera, yo ya lo había conseguido de nuevo.

ESTAN: Aún no has dicho una palabra. Que pasa que las casadas putitas sois mudas. Háblame cerda me dijo mientras volvía a tirar de mi melena hacia atrás

CRISTINA: Me pusiste a mil cabrón. Me tienes para ti.

Me tiró más fuerte del pelo

ESTAN: Te encanta mi polla verdad?

CRISTINA: Siiiii, quiero tu rabo para siempre joder

El estanquero se corrió en mis adentros y me soltó, caí exhausta en el colchón. Que follada, me había hecho sentir cosas que en mi vida había sentido, y dos orgasmos. Ese viejo feo y gilipollas me había follado como en realidad me gusta, como una auténtica perra.

ESTAN: Te vas a ir sin algo con lo que demostrarle a tu marido que te has vengado?

CRISTINA: Mi marido ya me da igual.

Le dije mientras ponía mi malla y salía del estanco hacia mi casa.