La venganza

Como me vengué de mi ex, pero lo mejor para mi también de su mujer.

LA VENGANZA

Nunca fue mi intención, pero acabé vengándome de mi ex y sobre todo y lo más importante para mi, de su mujer.

Era todo para mi. El amor de mi vida. El hombre con el que quería compartir el resto de mis días. Llevábamos más de cinco años de novios y nuestra intención era la de casarnos y formar una familia. Pero todo se truncó de repente un día de agosto de 2001. Me dejó, dijo que no era feliz y ahí se acabó todo. Yo tenía 28 años. No hubo más explicaciones ni más porqué. Lo pase fatal, perdí 10 kilos en 15 días y multitud de cosas más que voy a pasar de contar porque sería toda una tragedia. Más tarde descubrí que me había dejado por una alumna.

Conocí a otra persona y comencé una nueva relación. Todo era aparentemente normal en mi vida. Pero en abril de 2004 me enteré de que EL iba a casarse con esa alumna por la que me había dejado y no pude evitar llamarlo. Conseguí su móvil gracias a mi hermana y lo llamé. Le dije que necesitaba hablar con él antes de que se casara y quedamos para esa noche. Nos vimos en su coche. Mi casa tiene una salida por delante y otra por detrás en el patio que da a una calle sin salida y allí nos vimos. Mi pareja actual estaba fuera por motivos de trabajo. Quedamos a las 11. Al principio los dos estabamos muy tensos y muy a la defensiva. Pero poco a poco el ambiente se fue relajando y después de echarnos en cara las miles de cosas que no nos dijimos en su momento, empezamos a recordar buenos momentos y a ponernos tiernos. Nos dieron las tres de la madrugada. Ahora se que debería haberle pedido en ese momento que no se casara, pero no lo hice.

Él se casó el 1 de mayo de 2004. Pero por casualidades de la vida, su recién estrenada esposa no estaba muy a gusto en nuestra ciudad y se pasó casi todo el verano en casa de sus padres en la capital. Mi nueva pareja es una persona muy liberal e independiente por lo que hacemos muchas cosas por separado. Así fue como empecé a bajar a la playa con mi ex y a tomar café y a pasear y a un montón de cosas que compartimos ese verano. El 20 de septiembre de ese mismo año estabamos en su coche charlando en la calle de atrás de mi casa y se me ocurrió decirle que pasara a ver mi cocina nueva ( mi pareja estaba de viaje) y él entró. Fue nuestra perdición. Siempre hubo mucha química sexual entre nosotros y ese hombre me pone como ningún otro. Despierta en mi sólo con su voz sensaciones indescriptibles.

Le dije que le seguía queriendo y él me abrazó. En ese momento sentí que moría en sus brazos, me besó y yo me dejé besar. Esos besos me llevaron al pasado y a recordar lo que me gustaba follar con ese hombre. Ya no había vuelta atrás, estabamos calientes, encendidos y necesitábamos el uno del otro. Empezó a tocarme las tetas metiendo sus manos bajo mi camiseta, mis pezones se pusieron muy tiesos (tengo unos pechos bastante grandes y me encantaba que él me los tocara y chupara) y cuando quise darme cuenta tenía su dedo acariciándome el clítoris.

Yo ya estaba supermojada y a él notar lo empapada que estaba le hizo aumentar su excitación. Su polla, esa polla que me volvía loca se notaba debajo de su pantalón en todo su esplendor y yo que intuí sus ganas de salir de su prisión, la liberé del pantalón y del calzoncillo y me la metí enterita en la boca. Que ganas tenía de mamársela a ese cabrón. Me encanta esa polla que tiene: negra, grande, dura como el acero. UMMM me vuelve loca. Tan loca que ya no paré de chupársela hasta que se corrió. Me tragué hasta la última gota de su leche. Pero tras eso me entró un gran remordimiento y le pedí que se marchara. Gran error por mi parte, porque no descargué mi gran calentura y eso nos llevó a vernos otra vez, y otra y otra... Bueno pero eso ya es otra historia...