La vendedora de seguros.

Como una abstuta vendedora de seguros me convencio de que comprase lo que ella ofrecia.

Era verano y me encontraba solo en  Madrid trabajando. Mi mujer y mi hijo estaban de vacaciones en la playa. Pasaban los días y yo cada vez más aburrido. Todos mis amigos también de vacaciones y yo aquí currando. Del trabajo a casa. De casa al bar a tomar una cervecita. Otra vez a casa. Nada del digno que destacar.

Aquel día no me apetecía ni bajar al bar así que me quede en casa echando una siestecita. Estaba dormido plácidamente cuando sonó el timbre. Mire por la mirilla y era una chiquilla de unos 25 años. Media melenita, rizada, morena, gafas de pasta negra. Llevaba una blusa de cuadros blancos y negros que dejaba ver su tremendo escote.

  • ¿Quien es? - pregunte.

  • Hola, soy de Mapfre. Venia a ofrecerle un seguro de hogar que estoy segura que mejorara las condiciones del que usted tenga contratado en la actualidad.

Yo no soy una persona que abra la puerta a un desconocido y menos si vienen vendiendo algo pero, en aquella ocasión, daba la casualidad que me cumplía pronto el mio y me encontraba a disgusto con él. Además estaba bien buena y yo muy aburrido, así que le pedí que aguardase un momento y que abriría. Yo estaba desnudo ya que hacia mucho calor y me gusta dormir así. Me puse un pantalón corto,  sin ropa interior, y una camiseta blanca de tirantes. Lo primero que pille. Me apresure a abrir la puerta.

  • Hola. Perdona que haya tardado en abrir la puerta pero es que estaba echando una siestecita.

  • Perdone si le he molestado. Si quiere me puedo acercar en otro momento.

  • No por favor, pasa. Una chica tan guapa y educada como tu no molesta nunca.

La deje pasar y cerré la puerta tras ella. Le dije que pasara al salón mientras iba detrás de ella observando su culo perfecto su malla negra marcaba redondo y duro. Le pedí que se sentase en mi sofá y la ofrecí algo de beber. Como ya dije hacia mucho calor.

  • ¿Quieres algo de beber?

  • No señor, muchas gracias.

  • ¿Señor?. Mal empezamos, así no me vas a convencer de que contrate el seguro. Solo tengo 35 años así que no soy tan mayor.

  • No... no... no quería decir eso. Solo es una forma educada de hablar.

Me hizo gracia, se había puesto nerviosa y me apresure a calmarla.

Tranquila niña, no te pongas nerviosa que solo juego contigo. Llámame Juan y de tú, por favor.

Ella asintió con la cabeza. Saque dos vasos con hielo, dos latas de naranja y una botella de vodka. Me apetecía apetecia un cubatilla, con tanto calor.

  • Juan, no debería beber trabajando.

  • Tranquila, no se va a enterar nadie.

Serví una par de vodkas con naranja y me senté al lado de ella. Le preguntes su nombre y me dijo que de llamaba Desi.

  • Bueno Desi, cuentame.

Ella sonrio y comenzó a darme detalles de su seguro, condiciones, precios, etc. Ella bebia de su vaso amenudo, se le sequaba la boca por el calor. Mientras ella hablaba yo intentaba escucharla pero, la verdad, es que no me estaba enterando de nada de lo que decía. Estaba más pendiente de las gotas de sudor que caían por su escote y de las piernas tan bonitas que dibujaban las mallas. Al cabo de un rato ya nos habíamos terminado las copas así que serví otra.

  • No Juan. Más no por favor que el vodka se me sube muy rápido.

  • Calla Desi, que con el calor que hace se suda y el alcohol no sube apenas. Toma otra por favor.

Ella acepto, por su forma e hablar note que si se le estaba subiendo que era lo que yo pretendia, así que, aprovechando que me eche hacia adelante para ver un papel que me estaba mostrando, aproveche para echar un ojo a ese escotazo. Ella se dio cuenta y apretó sus brazos para provocar que sus pechos asomarán un poco más por su escote. No se si fue el calor del verano o el alcohol pero me dio la impresión que estaba receptiva. La somprendí mirandome el paquete. Aprove que volvía a sentarme en sofá para apoyar mi mano en su rodilla a ver que pasaba. No hizo ningún intento de quitarla de allí. Mi mente comenzó a correr más que la situación y mi polla se puso dura en segundos. Ella se percato de mi erección y se quedo mirándola fijamente y solto una carcajada.

  • Jajajaja.

  • ¿Que ocurre Desi?

  • Creo que te ha gustado mi seguro.

  • Si, es bastante interesante pero me tienes que incluir un plus si quieres que lo contrate.

Me pregunto de que se trataba y sin pensarlo mas salte al ruedo. Cogí su mano y la lleve a mi polla. Ella se quedó seria y paralizada por unos instantes, pero se giro hacia mi, me miro a los ojos, cojio su baso y se bebió de un trago todo lo que le quedaba y comenzó a frotar mi polla por encima del pantalón. Como os dije no llevaba slep y el pantalón era de tela fina. Así que ella pudo apreciar claramente el estado de mi polla. Ni larga ni corta, pero si bastante gruesa. Ella se mordio el labio inferior y yo me acerque para tratar de besarla. Ella me recibió un poco fría al principio pero pronto paso a besarme como si de su novio se tratase. Aproveche para ir desabrochando su blusa y quitársela. Sus tetas eran grandes y perfectas. Tendría como una talla 95 o 100.    Comencé a acariciarlas mientras nos besábamos. Ella daba pequeños gemiditos. Sentado yo en el sofá hice que se sentase encima de mis piernas con las suyas a cada lado de las mías. Ufff, que delicia de coño marcaban esas mayas. Me encantan las chicas con mayas. Comencé a acariciar su precioso culo por encima de la tela y aproveche a dejar libres sus senos. Esas preciosidades quedaron a la vista justo enfrente de mi boca, así que me di un festín con ellos besando, lamiendo, subcioando y mordiendo sus grandes pezones, duros como piedras. Ella seguía con sus pequeños gemiditos y apretaba su cuerpo contra mi acariciando mi apoya con su sexo. Me puse de pies y la quite la malla. Ella me quito el pantalón y me empujo de nuevo al sofá colocándose de rodillas frente a mi. Me la agarro y comenzó a pajearme por unos instantes, dando pequeños lametones a mi glande. Yo estaba alucinando de lo que me estaba pasando y de como había cambiado mi aburrida tarde. Continuo chupando mi capullo metiéndoselo dentro de su boca y, poco a poco, se la trago entera. Bajaba hasta llegar a mis huevos y subía hasta dejar solo mi capullo dentro de su boca, momento que aprovechaba para juguetear con su lengua.

Así estubimos un rato hasta q estaba apunto de correrme y tube que retirarla de ahí para evitar ese desenlace. La cogí he invertí las posiciones. Ahora ella estaba recostada y yo era el sumiso de rodillas. Me coloque entre sus piernas y aproveche para acariciarla, desde sus dedos hasta sus caderas pasando por cada centímetro de su piel. La bese la cara interna de sus muslos y pase a besar su sexo por encima de su tanga. Lo chupe y lo mordi por encima de la tela. Ella estaba ansiosa porque dejo de acariciarme el pelo para echar a un lado su tanga. Umm, que preciosidad de coño rosita, jugoso y todo depiladito. No pude más. Tenia que saborearlo y poniendo mi lengua dura la introduje dentro de Desi. Ummmmm, gimió ella agarrando mi cabeza y empujándola contra ella. Lamí todo lo que pude, mordisquee y subcione su clitorix y comencé a follarla con mis dedos. Ella se extremecia y gemía de placer. Primero con mi índice y corazón y para finalizar añadi mi anular dándole duro hasta que se corrió como una perra llenando mi boca de sus jugos.

La deje descansar un ratito. El tiempo justo para ir a la habitación, enfundarme un condón, y volver al salón. Cual fue mi sorpresa al encontrarmela a cuatro patas en mi cheslong, con ese precioso culo en pompa pidiendo guerra, ya sin tanga, así que sin mediar palabra me conloque detrás de ella, apunte y de un solo golpe le chave mi verga hasta el fondo. Comencé a follarla despacio y acelerando poco a poco, siempre profundo. Ella gemía cada vez más y cuando me faltaba poco, lubrique mi pulgar con mi saliba, jugueteé con su ano y cuando percibí que a ella no le molestaba lo metí entero dentro de su culo. Ella comenzó a gritar como una posesa, corriéndose de nuevo mientras le dava por sus dos agujeros. Clavo su cabeza en el sofa mientras terminaba su orgasmo y cuando se percató que me iba a correr se retiró, y dándose la vuelta, me arranco el condón y se metió mi polla en su boca de nuevo, mamandomela de forma increible y haciéndo que me corriese en su garganta, brotando chorros de semen por la comisura de sus labios. Caí rendido en el sofá a su lado casi sin fuerzas, abrazándola mientras acariciaba su cuerpo.

Pasados unos minutos le ofrecí asearnos ya que entre el homenaje y los calores propios del verano imaginaros la mezcla de sudor y fluidos que había en nuestros cuerpos. La acompañe al cuarto de baño donde prepare la ducha y la invite a pasar. Allí bajo los chorros de agua comenzó el segundo asalto. Ella agarro mi pene que aun estaba en relajación después de la desgarda del salón. Comenzó a masajearlo con su mano abarcando todo a la vez, mis huevos y la pequeña picha que se me queda en relajación. Ella pasaba su mano desde mi pubis hasta casi mi ano. Cosa que pudo hacer poco tiempo porque mi polla rápido emergió de nuevo dispuesta a dar guerra de nuevo. Mientras yo acariciaba su coño que comenzaba a estar húmedo de nuevo, no solo por los chorros de agua. Besándonos mientras acariabamos nuestros sexos dejamos pasar unos minutos así, poniéndonos a tono. Comencé a lamer sus pechos de nuevo por los que resvalaba el agua calentita. Al morder sus pezones ella se volvía loca, presionando mi cabeza contra sus senos. Me puse de rodillas y me comence a saborear de nuevo su delicioso coño. Metiendo todo lo que pude mi lengua en su interior y moviendola en círculos rápidamente dentro de ella. Pasados unos instantes comenzó y extremecerse y gritar como poseída corriéndose de nuevo en mi boca. Esta vez no pude saborearlo bien ya que sus fluidos se mezclaban con el agua, no dejándome tener su verdadero sabor. Cuando terminó de temblar me hizo que me reincorporara. Se puso de cunclillas en la ducha y se dispuso a mamarmela lo más profundo que pudo. Cuando me sentí preparado tire de su pelo hacia arriba poniéndola de pie, hice que se girara y que apollara sus manos a cada lado de la ducha. Ella puso su culito en pompa, humedecí mis dedos con saliva y acaricie su ano con un dedíto lubricandolo. Acontinuación introduje mi dedo corazón penetrándola poco a poco hasta que noté que ya podía añadir el anular. Ella gemía de gusto con cada introducción que le practicaba. Pasamos un rato asi y su respiración era cada vez más rápida, más caliente. Sentí que ya deseaba mi polla y me dispuse a dársela. Apunte mi glande en su culo y comencé a empujar hasta que entró mi capullo entero. Ella emitió un pequeño grito:

  • Ayy.

  • ¿Estas bien?

  • Ve despacio, no suelo usar esa puerta. Jijiji (se ríe).

Sigo empujando despacio y salgo cuando apenas no ha entrado ni la mitad. Sigo entrando en su culo despacio y sin profundizar por un rato hasta que sin darme cuenta noto que toda mi polla penetra su trasero y comienza a disfrutar de ello. Ella baja su mano y comienza a masturbarse mientras yo bombeo en su culo, cada vez más fuerte, más rápido, más profundo. Ella mete sus dedos dentro de su coño y se pajea fuerte y profundo. Desi comienza a gritar de placer corriéndose de nuevo, lo que a mi me extita tanto que no puedo aguantar más, corriendome entero en su culo, llenándola de mis chorros calientes de semen. Ella se desploma al suelo de la ducha arrastrándome con ella. Allí quedamos mojandonos el agua hasta que nos recuperamos y nos reincorporamos. Terminamos de ducharnos, secarnos y vestirnos.

Pasamos al salón y continuamos hablando del seguro sin hacer referencia a lo que había pasado, hasta que ella se empezó a empeñar en que firmase el seguro más completo y caro de los que disponía. Yo me negué y en ese momento la dulce niña se convirtió en una astuta chantagista. Me dijo que si no contraba el seguro se pasaría cuando estubiese mi mujer para contarle. Así que tengo un seguro de hogar más caro que el que me quería quitar. Al menos no ponen pegas ante ninguno de los partes que les he presentado y además la contratación mereció la pena por el tarde que pasé.