La velada de los camisones de colores (Parte 1)

Mi novia quiere darme una sorpresa para nuestro aniversario. Pero una cosa lleva a la otra y...

Por razones un poco obvias, he cambiado los nombres de las personas que aparezcan en este relato. Esta es la primera parte de una serie de sucesos con mi novia y su hermana. Aparte de eso, a disfrutar.

Era un miércoles. Me levanté y fui a clase. Tengo 22 años y estoy haciendo un grado superior. Soy alto, de pelo castaño, ojos del mismo color y con un cuerpo atlético. No pasó nada interesante durante la mañana y como todos los días, después de clase me volví a mi casa a comer. Después de hacer unos cuantos ejercicios, quede con mi novia. La amo y estamos prometidos. Ese día ella tenía fiesta por la tarde y fuimos a dar una vuelta. Iba vestida con un pantalón negro pitillo, una camiseta blanca, jersey negro y un abrigo negro también. Ella es de altura media (entre las mujeres), rubia, ojos azules, tiene una buena silueta, además de tener unos pechos enormes.

Fuimos al bar al que vamos siempre y tomamos algo mientras hablábamos de lo ocurrido durante el día. Nada muy interesante, pero eso no significa que me estuviese aburriendo, ya que siempre estamos de cachondeo.

A eso de las 8 de la tarde, le llamo su hermana (gemela, por cierto) y se tuvo que ir rápido, ya que algo le había pasado. Me ofrecí a ayudarla, pero me dijo que me fuese para casa. Después de insistir un poco, tuve que marcharme mientras ella se iba corriendo hacia su casa. Según calculé, no pasaron ni dos minutos desde que ella llegaría a casa, cuando me llamó y me pidió que fuese a casa a ayudarlas, que tenía problemas. Y yo como siempre, encantado, me dirigí a su casa.

En menos de cinco minutos llegue y tras tocar el timbre me abrieron. Entre en el portal y subí por las escaleras, ya que vivían en un primer piso. En la puerta me esperaba mi novia con cara de preocupación.

-Ay, mi madre... Ayúdanos Javi.- Me dijo mientras agitaba la mano para hacerme pasar rápido. -No sabemos qué pasa con el agua.-

Debo de decir que yo no soy fontanero, pero siempre he sido un manitas en casa.

-Voy, voy... ¿Qué pasa pues?- Le pregunté mientras entraba en su casa.

-El agua sale marrón... Y no hemos tocado nada.- Contesto mientras la seguía a la cocina.

Allí estaba su hermana, casi idénticas de cuerpo pero esta con el pelo teñido de negro, con un pijama gris y rosa, medio mojado.

-Bueno dejadme esto a mí, vosotras iros al salón y cambiaros.- Les aconseje mientras me quitaba la chaqueta y me remangaba.

Al cabo de media hora, finalicé el pequeño trabajo y fui al salón hecho polvo. Allí estaba las dos. Me senté en el sofá al lado de mi novia, que estaban viendo la tele.

-Ya está. Aunque tened cuidado, y a ser posible esperad un poco a utilizar el agua.

-Pero que novio mas bueno tengo.- Dijo mi novia mientras me daba un pico.

-Hago lo que puedo.

-Gracias Javi.- Me agradeció Marta mientras salía de su cuarto con otro pijama, este era azul. Debo de admitir que si mi novia no me hubiese estado mirando, yo me habría quedado mirando a Marta. Madre mía, que mujer. Aunque era la hermana gemela de mi novia, en ella siempre había algo que te atraía.

Eran ya casi las 9 de la noche, y aunque sus padres no volverían hasta muy tarde, ya que tenían cena, me levanté para marcharme a mi casa. Mi novia fue a su cuarto a buscar algo mientras me despedía de su hermana. Y cuando mi novia llegó esta tenía en la mano un par de pizzas del supermercado.

-¿Por qué no te quedas?- Preguntó mi novia enseñando la comida.

Sin pensarlo acepté, la idea de estar más tiempo con mi novia me atraía, y si además estaba su hermana, pues mejor.

Por lo que me fui al sofá mientras las dos hermanas preparaban la cena.

Al poco rato, salió Marta de la cocina y se fue a su cuarto. Un minuto después salió mi novia, y se tiro encima mío y empezamos a besarnos. Sin acordarme de su hermana, comencé a tocarle aquellas partes que mas me gustaba tocarle mientras nuestras lenguas se acariciaban entre sí. Pero rápidamente mi novia se levantó y se fue a su cuarto diciendo:

-Cierra los ojos, vas a ver qué sorpresa tengo para ti, jiji...

Yo obediente, los cerré y esperé emocionado.

-Ábrelos.- La voz de mi novia me sobresalto ya que no la había oído llegar.

Cuando la vi me quede sin habla. Allí estaba ella, con un camisón transparente de color amarillo y debajo tenía un sujetador y un tanga del mismo color. Como suelen decir "Provoca más insinuar, que enseñar." Y mi novia lo consiguió. Un bulto asomo en mis pantalones.

-Veo que si.- Dijo sonriendo y mirando mi bulto. -Pero... ¿Qué te parece en ese color?- Dijo señalando de tras de mí. Me giré y allí estaba Marta, con la misma ropa que mi novia, pero de color azul clarito.

Los ojos se me abrieron como platos, y me quede sin aliento al ver a mi tan deseada cuñada vestida de esa manera. No pude evitar mirarla con ojos de deseo, pero en seguida me volteé y mire a mi novia.

-Pero Cris, ¿ Como me dices que haga eso?- Ella no contestó y se limito a reírse como un niño que acaba de gastar una broma, mientras Marta se ponía a su lado, y ahora, aun solo mirando a mi novia podía verla a ella.

-Tranquilo Javi.- Dijo mientras se acercaba. -Es que veras, quería deslumbrarte en nuestro aniversario de novios y no sabía cual elegir así que no se me ocurrió otro modo para que los pudiese comparar bien.- Se colocó a mi lado y comenzó a acariciar mi bulto.

-Pero es que...

-No pasa nada Javi. No me importa que me mires.- Me cortó Marta, y yo inconscientemente me volteé hacia ella, y la mire igual que antes.

-Esta buena Marta, ¿A que si?- Preguntó mi novia también mirándola.

-Si...- Contesté yo mirándola también, pero un terrible silencio cayó en el salón. Hice lo peor que se podía hacer delante de mi novia, y lo hice sin querer. Me esperaba lo peor, y comencé a preparar mis disculpas, cuando mi novia hablo.

-Ya sabes lo que pienso de los tríos, Javi.- Me sorprendió su voz calmada. Ella me conocía y sabia que no la iba a dejar, aunque le molestaba que pensase en otras mujeres. Lo que más me sorprendió fue que parecía dudar de algo.

-Lo siento, Cris.- Le dije mirándole a los ojos, aunque ella seguía mirando a Marta.

-Javi, Marta tiene un problema.- Me dijo mirando a su hermana y esta devolviéndole una mirada de las que matan. -¿Porqué no se lo comentas, Marta?

Ella pareció molesta pero enseguida se acerco a mí, y me encontré rodeado por las dos, y con aquella poquita ropa.

-La cosa es que Richard, no me satisface desde hace mucho tiempo... Y... Bueno...- Parecía nerviosa. Pero no más de lo que estaba yo, que ahora la miraba estando ella a pocos centímetros de mi, y sin que mi novia pudiese vigilar mi mirada.

-Vamos, que Marta quiere que te la folles como me lo haces a mí. Pero claramente no os voy a dejar hacer eso. Pero después de hablarlo durante unos días, hemos pensado en un trió...- Lo dejo caer como si nada, y en seguida lo entendí.

-Cris...- La miré a los ojos. Y ella sin decir nada asintió con la cabeza y me dio un beso.

Cuando ella dejo de besarme noté como una segunda mano acariciaba mi paquete. Y siguiendo el recorrido del brazo descubrí lo que me imaginaba. Allí estaban las dos entrando en calor y yo sin creérmelo.

-Bésala.- Me dijo Cris empujándome la cabeza para que la acercase a Marta. Ella cerró los ojos y se acerco a mí. Nos besamos como cuando éramos novios (Sí, Marta y yo salimos antes de que yo estuviese con Cris, pero aun éramos jóvenes y no llegamos a tener relaciones sexuales de ningún tipo). Disfrute de aquel beso como ningún otro. -Oye, que yo también estoy. -Dijo Cris, separándonos y besando a Marta. Aquello no me lo esperaba y el ver a Cris y Marta besándose, me puso más excitado de lo que ya estaba. No pude apartar la mirada de sus labios mientras ellas jugaban con sus lenguas.

Aproveché el momento para bajar mis manos y tocar a la vez sus hermosos culos. Aquello todavía lo tengo guardado en la mente, fue un momento que nunca olvidare. Cuando se separaron Marta parecía que se había quitado el nerviosismo de encima y, al igual que Cris, las dos estaban completamente húmedas. Y mientras Cris se agachaba entre mis piernas y comenzaba a quitarme el pantalón, Marta se quito el camisón y el sujetador. Cris casi fue perforada por mi pene cuando salió de mis calzoncillos, ya que en ese momento estaba viendo los pechos de Marta. "Madre mía" Pensé en aquel momento.

Marta volvió a sentarse a mi lado y me puso sus pechos a la altura de mi cara, para que empezara. Sin esperar un segundo agarré uno de sus pechos mientras comenzaba a besarle el otro. El aroma que desprendía Marta, me embriago tanto que casi no pude darme cuenta que mi novia había comenzado a hacerme una mamada. Yo me perdí entre los pechos de Marta un buen rato, hasta que esta decidió bajar entre mi piernas y ayudar a mi novia.

Las dos comenzaron a hacerme una mamada. Iban cambiando de sitio, sus lengua chocaban mientras acariciaban la punta de mi pene. Nunca había sentido el tener dos bocas en mi pene, y aquello fue increíble. Iban realizando todo tipo de cosas para excitarme más de lo que ya estaba.

-Javi, cómemelo...- Dijo Cris pícaramente mientras se levantaba.

-Trae, trae...- Le dije mientras me tumbaba en el sofá. Marta termino por quitarse el tanga a la vez que mi novia se desnuda completamente. Esa es una imagen que nunca olvidare, las dos hermanas completamente desnudas y sin vello púbico, recién depiladas. Marta volvió a su "trabajo" mientras Cris me ponía su vagina en mi cara, para que comenzase a comérselo entero. Estaba completamente húmeda. Aproveche aquella situación para tocarle los pechos a Cris y de vez en cuando acariciaba la cabeza de Marta.

-Cris, ¿Puedo?- Preguntó Marta mientras seguía masturbándome.

-Sí, pero espera.- Dijo mi novia mientras se levantaba y se daba la vuelta quedando de cara a Marta. -Quiero verte.

Marta se sintió un poco avergonzada al saber que iba a cabalgarme mientras su hermana la veía. Aunque aquello no le impidió, posar su caderas sobre mi y bajar lentamente para sentir la primera penetración. Después lentamente, Marta comenzó a bajar y subir, mientras mi novia disfrutaba viendo a su hermana siendo penetrada por mí.

-Joder, Cris... Es muy grande...- Dijo Marta entre gemidos.

-Ya te avisé.- Le contestó Cris, también entre gemidos.

Sin darse cuenta, se agarraron las manos y comenzaron a besarse. Sus gemidos se mezclaban y hacían que yo me excitara aun mas. Minutos después, mi novia se corrió con de un enorme gemido acompañado del gemido de su hermana que también se había corrido. Cris se levantó, mientras que Marta aprovecho que ella ya no estaba para tumbarse sobre mí. Ambas respiraban fuertemente y parecía agotadas.

-Javi, ahora quiero yo.- Me aviso Cris levantándose y apoyando su manos contra la pared, y sacando su culito.

Sin molestarla mucho, aparte a Marta y la deje tumbada encima del sofá mientras me acercaba a mi novia por detrás de ella.

-No te creas que te vas a librar de mi.- Le dije al oído.

-Eso espero.- Rió mi novia.

Y sin avisarle la penetre por su vagina. Mantuve un buen ritmo, ni muy rápido ni muy lento, pero cada penetración hacia que mi novia soltase un gemido. La verdad es que mientras me follaba a mi novia no pude evitar acordarme de lo del sofá y aquello hizo que aumentara mi velocidad, por lo que antes de lo que mi novia esperaba volvió a correrse entre gemidos, aunque yo no pare, pero si baje el ritmo. Fue entonces cuando otro gemidos, me hicieron girarme, y ver como mi cuñada se masturbaba a si misma mientras veía como yo penetraba a su hermana.

-Mira lo excitada que está tu hermana.- Le dije a mi novia, la cual se giró lentamente mientras se intentaba recuperar de su anterior orgasmo. -¿Qué te parece si le ayudas?- Le pregunté sabiendo que me diría que no, pero por probar que no faltara.

Y para mi sorpresa, aquello pareció motivarla y excitarla al mismo tiempo, ya que note como su vagina volvía a humedecerse en grandes cantidades. Por lo que aun manteniendo mi pene dentro de ella, la levante, y la acerque hasta su hermana. Esta vez, mi novia estaba a cuatro patas con la cabeza hundida en la vagina de su hermana, la cual gemía y se pellizcaba los pezones, mientras yo seguía penetrando a Cris. Esta es otra de las imágenes que nunca olvidare. De nuevo, las dos hermanas alcanzaron el orgasmo juntas, entre gemidos.

-Ahora dale a ella.- Me dijo Cris, sorprendiéndome a mí y a Marta. Aunque yo, me acerque a mi cuñada y tras colocarla en una mejor posición la penetré.  Al igual que con mi novia, mantuve un buen ritmo, mientras Marta, cada vez gemía mas y mas fuerte.

Y entonces, apareció Cris a mi lado y comenzó a besarme. Después hizo lo mismo con Marta, y se puso a nuestro lado apoyada en el posabrazos del sofá mientras comenzaba a masturbarse. Aquello me excito mucho al ver como mi novia se masturbaba viéndome penetrar a otra chica, y que encima esa chica fuese su hermana. Además parecía que le estaba gustado lo que veía ya que sus gemidos, casi alcanzaba a los de Marta.

Marta y yo nos miramos a los ojos y tras unos segundo ella se lanzo a mí y nos comenzamos a besar mientras la seguía penetrando. Después me abrazo y colocó su cabeza de manera que Cris no la viese y me susurro:

-Ojala hubiésemos hecho esto antes de dejarlo... Siento envidia de Cris...

No podía contestarle, ya que sino mi novia se hubiese enterado que algo pasaba, y lo único que pude hacer, fue darle la mejor follada que pude. Sus gemidos pasaron a gritos de placer y como si se hubiese dado cuenta de mi que era mi contestación me beso fuertemente.

-Ey chicas... Me voy...  A correr...- Les dije como pude. Cris se acerco a nosotros mientras le penetraba a Marta por última vez. Entonces saque mi pene de la vagina de mi cuñada y me masturbe para sacar todo mi semen, el cual salió disparado sobre el cuerpo de Marta, desde los pechos hasta el ombligo.

Para mi sorpresa y la de Marta, mi novia comenzó a chupar el cuerpo de Marta llevándose por el camino mi semen. Paró en sus pezones para chuparlos y morderlos un poco, y finalmente con algo de corrida en su boca, le dio un beso a Marta la cual agradeció que llevase mi semen en su boca. Aquello era algo que siempre quise ver y me volví a excitar, pero estaba tan cansado que no me moví. Por el contrario, Cris se dio cuenta y comenzó a hacerme una mamada pero paro poco después. Nos quedamos los tres sentado en el sofá, una a cada lado y yo abrazándolas a las dos.

-Tengo que admitir que ha sido increíble.- Susurro Cris, rompiendo el silencio.

-Y que lo digas.- Le contesto Marta.

-Lo mismo.- Contesté yo.

Nos quedamos un rato mas así, los tres juntos, hasta que finalmente, Marta, que aun mantenía mi semen en su cuerpo, se fue a dar una ducha, y mi novia y yo nos vestimos. Cuando Marta, salió del baño, me despedí de las dos y me fui a mi casa.

Había sido una increíble velada. Nunca me imaginé que algo a si me fuese a ocurrir. Después de aquello mi relación con Cris y Martas fue la misma, aunque yo creo que mi relación sentimental con Cris mejoró después de aquello.