La vecina desconocida

Un joven estudiante se excitaba con su vecina de piso hasta que dándose cuenta ella hace que se hagan realidad alguno de sus sueños.

LA VECINA DESCONOCIDA.

Yo me encontraba en ese grupo de chavales no conflictivos, dedicado a mis estudios cuando ellos lo requerían por lo que consecuentemente de calificaciones bastante favorables y sabiendo dar a cada momento lo que requería. Y dando ocio cuando el tiempo y las obligaciones lo permitían, de escasa vida sexual y no porque no tuviese ganas sino tal vez por una tremenda timidez, yo mismo me denominaba “El empalmado” por mi estado bastante habitual de mi pene, el cual estaba algo desarrollado tal vez debido a la cantidad de pajas que habitualmente me satisfacían.

Mi lugar de estudio en casa estaba lógicamente en mi habitación que disponía de una ventana a un patio de luces impidiendo ver la calle por lo que era bastante triste, aunque para su misión como lugar de descanso y de trabajo era perfecto. En unas ventanas de enfrente que siempre se mantenían cerradas últimamente vi luz y dos de ellas abiertas por lo que supuse que la vivienda habría sido habitada.

Transcurridas unas muy pocas semanas en una de las ventanas vi a una mujer claramente delante de un ordenador, era según mi joven criterio una mujer mayor, cuan más lejos, era una adulta de unos 35 años aprox realmente hermosa, cuerpo esbelto pechos un poco más grandes de lo habitual, cintura estrecha y una cara de ojos claros que tumbaban. Yo no paraba de mirarla cada vez que estaba en la habitación frente a la mía, no podía concentrarme y creo que ella se dio perfectamente cuenta de mis miradas algunas veces disimuladas. Más de una vez o bien con cortinas semitranslucidas corridas o la persiana bajada no del todo entreviéndose la figura, se cambiaba de ropa o se vestía, cosa que me provocaba mi empalme correspondiente siendo apagado haciéndome una paja con su correspondiente abundante corrida de jovenzuelo. Llegando al extremo que alguna vez me masturbé mientras la miraba, hoy estoy convencido que ella se daba perfectamente cuenta, sobre todo cuando me venía el orgasmo por la cara que debía de poner y por lo que mas adelante demostraría.

Un buen día cuando volvía del instituto y casi en el portal de casa escuché detrás mia:

.- Hola, tu eres mi vecino mironcito ¿Verdad?.

Reconocí por su figura a mi nueva vecina, aun estaba mejor de lo que yo pensaba, claro que en la calle iba maquillada y arreglada por lo que me pareció guapísima.

.- ¿Cómo te llamas?.

.- Angel.

.- Bonito nombre, ¿Vas para casa?.

.- Si.

.- Todos vamos a casa.

Entramos en el portal saludándonos el conserje y llamándonos al ascensor que era de esos antiguos muy bien conservados de velocidad muy lenta. Entramos en el y cuando fui a darle al pulsador ella me paró la mano y apretó al último piso, comenzando a subir a su lenta velocidad. Sin mediar palabra puso su mano en mi bragueta del pantalón bajando la cremallera e introduciéndola empezó a acariciar mi verga por encima del calzoncillo y con la otra mano cogió la mia y empezó a restregársela por encima de la falda por su coñete. Yo no salía de mi asombro y mi polla empezó a ponerse tiesa.

.- Así me gusta, que responda rápido.

Llegados arriba salimos y la única puerta que había era la de la terraza, cogiéndome de la mano pasamos a ella y nos dirigimos hacia un trastero que estaba abierto, una vez dentro se subió la falda quitándose las bragas y desabrochando la cintura de mi pantalón lo bajó juntamente con el slip, por lo que mi capullo al verse liberado se disparó hacia adelante.

.- Ah!, que pijo tan bonico tienes y es grande para tu edad Angel.

Cogiéndolo con la mano me dio un tirón hacia atrás por lo que me descapulló totalmente haciéndome algo de daño, yo era fimótico y casi nunca la descapullaba entera, alguna vez para hacerme alguna paja lubricada. Se puso de rodillas y me dijo:

.- Es necesario que lo hiciese para poder hacerte bien esto.

Y su boca se llenó con mi polla, lamiéndome el frenillo y haciéndome salir el liquido pre-seminal inmediatamente, ella chupó la cabeza diciéndome:

.- Eres novato en esto ¿Verdad?, no te vayas a correr Angelito.

Se puso en pié y levantando una pierna la puso encima de una caja quedando su peludito coño todo visible y abriendo su camisa me dijo:

.- Ven acércate y chupa mis tetas, no me hagas daño, ya te acaricio tu picha.

Mi boca se volvía loca mamando los pezones y haciéndome salir más liquido pre-seminal.

.- Vamos, métemela que veo que te vas a correr, así, traela ya la pongo yo en su sitio, tu empuja, ¡Ahora!

Mi polla se introdujo en su vagina totalmente suave.

.- ¡Clavala toda coño!, así, empuja, más, más, dame más….

Empecé a notar los típicos escalofríos y pequeños estertores.

.- Ya, ya me viene.

.- ¡Clavala toda maldito mirón!, ¡Echamela bien dentro!

Mi polla se disparó y coincidiendo con cada golpe que le daba hasta el fondo soltaba un fuerte chorro de esperma mientras al mismo tiempo seguía chupando sus pezones.

.- ¡Cabron, me estas mordiendo!, ¡Sigue echando leche!

Yo ya no podía más, me dolían los testículos de la descarga, la saqué e inmediatamente la leche empezó a salirle pierna abajo por su pierna.

.- Te habrás quedado bien mironcete, valla un lechazo que me has soltado. Venga, vámonos ya no sea que aparezca alguien.

Mi primer polvo fue realmente delicioso, las pajas que le siguieron fueron interminables. Ya no volvimos a hacerlo, pero si que con nuestras ventanas abiertas o sin cortinas y através del ordenador nos hicimos via video-chats múltiples pajas mientras nos mirábamos.