La vecina de mis tios (Parte 1)
Como llevé a Julia a casa una noche cualquiera.
Empezaré a contar la historia de la mejor manera posible, desde el principio. Me llamo Roberto, mido 1.80m, soy moreno, tengo una complexión normal y ahora vivo en León, en una urbanización de chalets junto a mis tios, María y Paco. Vivo con ellos ya que en Zamora, donde he vivido toda la vida, no se podía estudiar la carrera que yo quería y me tuve que matricular en León.
Al principio no me gustaba mucho la idea porque dejaba atrás a mi familia y amigos, y empezar de cero en una ciudad que no conozco no era de mi agrado. Pero se me pasó rápido ya que hice rápido amigos en la universidad y mis tios me prestaron uno de los dos coches para poder desplazarme a cualquier sitio con total libertad. La verdad que con mis tios eran todo ventajas, no me ponian normas ni horarios y como yo no daba problemas y ayudaba en las labores de la casa no tenia porque cambiar la situación.
Gracias a eso muchas noches salía con mis compañeros de clase a tomar algo a algún bar o a casa de uno de ellos, ya que vivía solo en un piso que le dejaron sus padres cuando empezó a estiduar en la universidad. Eso hacía que muchos días llegara a casa de madrugada, y así fue como conocí a Julia. La mayoría de las veces cuando llegaba a casa coincidía con ella que se iba a trabajar, nos saludabamos con un simple ¡hola! y cada uno seguía su camino.
Julia es la vecina de mis tios, es divorciada y vive con una de sus hijas. Es una mujer de 56 años morenita de piel, con el pelo castaño a la altura de los hombros y unos ojos negros que hipnotizan. No tiene un cuerpo escultural ya que le sobra algún kilo de más, causado por la edad, su culo (para mi) es perfecto ya que tiene las caderas anchas y es bastante carnoso. Pero todos sus atributos quedan eclipsados por sus fabulosas tetas, son muy grandes y duras y tiene el pezón moreno y pequeño.
Una de las veces que llegué a casa después de venir de tomar unas cervezas vi a Julia como estaba guardando una caja bastante grande en el coche y al ver que no podía fui a ver si podía ayudarla.
Yo: "Buenas noches vecina, ¿te hecho una mano?".
Julia: "Si, por favor", me digo angustiada.
No se como pero al final conseguimos guardar la caja después de probar mil formas.
J:"Muchas gracias vecino, tu eres el sobrino de María y Paco, ¿verdad?" Inmediatamente se acerco a mí para darme dos besos, y fue ahí donde note la dureza de sus tetas.
Yo: "Si, soy Roberto".
J: "No se si que hubiera hecho con la caja si no apareces". Me dijo con sonriendo.
Yo: "No te preocupes vecina, para eso estamos". Nunca me había fijado en Julia, ya que siempre la veía con un abrigo largo y no llamaba la atención. Pero fue notar aquel par de tetas en mi pecho y ver a Julia como mujer.
J: "Bueno Rober te dejoque llevo prisa, que tengo que ir a Salamanca a ver a mi hija y llevarle la cuna", me dijo señalando la caja que acababamos de meter en el coche.
Yo: "Pues que tengas buen viaje entonces".
J: Muchas gracias tesoro, ya nos vemos". Me dijo antes de darme un nuevo beso de despedida, en el cual pude volver a notar aquellas maravillosas tetas.
Entre en casa y me quede pensando en Julia y por supuesto en sus tetas, lo que hizo que me tuviera que hacer una gran paja antes de acostarme.
Al día siguiente en la comida le dije a mi tia que me había encontrado con la vecina y a raíz de ahí empezamos una conversación sobre Julia. Me contó que era una mujer jovial y dicharachera, pero que desde que su marido le dejo por una compañera de trabajo bastante más joven que ella tuvo un bajón que la hizo no salir de casa salvo a trabajar y poco más, y que si no llega a ser por el apoyo de su hija Eva no sabe que hubiera sido de ella. Pero que poco a poco va a mejor y parece que vuelve a ser ella.
La conversación mi tia me dio que pensar, empecé a sentir un poco de lástima sobre la situación que había vivido Julia y lo mal que lo tuvo que haber pasado. Aunque por otro lado saber que estaba divorciada, y que no tenía pareja hizo volar mi imaginación.
A los pocos días al volver de la universidad ví el coche de Julia aparcado delante de su puerta, por lo que dedeje que ya había venido de visitar a su hija. Salí del coche y vi como estaba recogiendo el jardín, llevaba puesto unas mallas negras que le marcaban el culo a la perfección y una sudadera vieja, en la que se notaban sus grandes pechos. Tras tal imagen decidí ir a hablar con ella.
Yo: "Buenas tardes Julia. ¿Que tal fue el viaje?"
J:"Hola tesoro. Bien, he llegado esta mañana y como hoy no trabajo he decidido poner al día la casa. Fui a ver a mi hija que está embarazada y ha llevarle la maldita cuna, jajajaja". Me dijo riendose.
Yo: "Me alegro que fuera bien y que te hayas desecho de la caja". La dije siguiendo con la broma.
J: "¿Tú que tal has pasado estos días?"
Yo:"Pues bien, entre la universidad y los amigos".
J:"Amigos y amigas, ¿no? Me dijo con una sonrisa picara.
Yo:"Jajajaja, pocas amigas he conocido desde que he llegado, a ver si cambia la dinámica"
J:"De eso no tengas duda, un chico como tu no creo que tenga problemas con esos temas", me dijo sonriente.
En ese momento llego la hija de Julia, salió del coche con mala cara diciendo que se encontraba mal y entro en casa.
J: "Rober voy a ver que le pasa a Eva, nos vemos", me dijo preocupada entrando en su casa.
Yo:"Ok Julia, que se mejore tu hija".
Estuve varios días sin saber nada de Julia, ya que no coincidíamos y tampoco conseguía ninguna excusa para visitarla y así poder recrearme con sus fabulosas tetas, o el culo en su defecto. Pero como siempre suele pasar, la volví a ver de la forma más casual.
Un viernes salía de fiesta con mis amigos ya que era el último fin de semana antes de los examennes, y salíamos a comernos el mundo. Pero la noche se trunco pronto, uno de mis amigos bebió más de la cuenta y antes de las 3:00 a.m. le tuve que llevar a casa para que durmiera la borrachera. Una vez le deje en casa empezó a llover como si se fuera a acabar el mundo.
Chafado como estaba después de que la noche fuera un fiasco conduje a casa. A mitad de camino vi a una mujer andando por la calle con un paraguas, y como iba despacio pude ver que era Julia, mi vecina. Toque el cláxon y ella al reconocer el coche corrió hacia él y se metió dentro mientras cerraba el paraguas y lo dejaba en la parte trasera del coche.
J: "Eres mi salvador cariño, menuda estaba cayendo". Me dijo antes de darme dos besos mientras dejaba el abrigo empapado en los asientos de atrás.
Yo:"Ya te digo, si no aparezco no se como hubieras llegado a casa.¿Que haces por la calle a estas horas, y así de guapa?". Le dije mientras me fijaba en el vestido que levaba puesto, era de tirantes y negros y dejaba ver un escote de infarto, en el cual me quede mirando unos segundos y creo que ella se dio cuenta.
J: "Gracias por el piropo, no me acuerdo de la última vez que me dijeron uno". Me dijo sonriendo.
Yo: "Es que hoy estás mas guapa de lo normal", volvi a insistir, ya que tras verla así de arreglada mi polla empezó a ponerse dura y me hubiera tirado a ese par de tetas en ese mismo instante. "Me vas a contar de donde vienes o es secreto".
J: "Jajajaja, si yo ya no tengo secretos. Vengo de casa de una amiga que hemos estado cenando con unas compañeras de trabajo, ellas se han ido a tomar unas copas pero yo ya estoy mayor para eso..."
Yo: "¿Mayor? Tonterías, y más hoy que estás espectacular".
J:" Ya no tengo edad para esas cosas, que ya no soy como una de tus amigas de 20 años que tienen las tetas y el culo en su sitio. Ese tiempo ya paso". Esto último lo dijo con cara de pena.
Yo: No digas esas cosas, a parte por lo que parece las tetas si las tienes en su sitio, ¿no?".Le dije sonriendo mientras le miraba los pezones, que estaban empitonados.
J:Se los miró y me dijo "será la humedad, jajajajajaja. O las cuatro copas de vino que me he tomado, que se le suben a una a la cabeza".
Yo: "Jajajajaja, será eso". Menos mal que se lo tomó bien, porque pensé que me había pasado de la raya con ella.
J: "¿Tú donde vas? Si tienes plan con alguna chiquilla dimelo y me voy andando a casa, que parece que ya no llueve tanto".
Yo: "No te preocupes, yo también iba ya a casa que ya va siendo hora de dormir".
En ese momento Julia suspiro y dijo, "quién tuvuera 25 años menos...".
Yo: ¿Que quieres decir con eso Julia?
J: "Nada tesoro, cosas que se me pasan por la cabeza, pero no te preocupes que son tonterías". Me dijo mientras me acariciaba la cara.
En ese momento me paralice, ya que toda mi sangre se me fue a la polla tras aquella caricia y no hablamos más durante el camino de vuelta a casa. Una vez que aparque me fui a despedir de Julia, pero cuando me giré para hablarla me la encontré mirando mi paquete fijamente.
Yo: "Perdón Julia, es que hoy estás increible".
J: "Calla". Y echandome la mano a los huevos me dio un beso que me dejo pegado al asiento.