La vaca puta 2
Me quedo preñada
Otra mañana comenzaba en la granja, y como ya era costumbre, me levantaba, mugía, y me iba a mi zona de desayuno a cuatro patas por supuesto, porque como ya sabréis soy una vaca, y las vacas nos movemos a cuatro patas. Hacía ya un tiempo del intento de preñado de mi Amo, pues como una buena baca tenía que dar terneros. Cuando llegué a por mi desayuno no se hizo esperar, pues poco después apareció mi Amo somnoliento por la puerta.
Se acercó a donde yo estaba, y sin tener que darme ninguna orden, pues él ya se había encargado anteriormente de adiestrarme bien, le saqué la polla, y sin manos me puse a chupársela. La verdad es que era el mejor desayuno que cualquier vaca como yo podría desear, y lo tenía cada mañana.
Succionaba con fuerza, pues aquella mañana me había levantado con mucha hambre, y tanta fue la succión que mi Amo me agarró la cabeza y controló la mamada que le estaba dando, aunque también tuvo el detalle de acariciarme el pelo a modo de salido por la mañana.
Parecía que ya se había despertado completamente, pues me empezó a follar la boca sin ningún tipo de consideración, pero lejos de quedarme atrás, pues servía para complacer a mi Amo, relajé mi garganta y la abrí bien, para que él pudiera usar mi boca como un agujero más, a su placer. No tardó mucho en correrse dentro de mi boca, y yo tragar como la guarra que era, sin desperdiciar ni una gota de su semen, pues era lo más preciado para mí.
- Bien puta vaca, hoy viene el veterinario a hacerte las pruebas de preñado, más vale que me des una alegría, -recibí un par de buenos azotes-.
- MUUUU MUUUUU -ya no tenía permitido decir palabras, pues era una vaca completa, y las vacas no hablaban-.
- Vamos a limpiar ese lomo guarra, que estás hecha toda una cerda -agarró del anillo de mi nariz, y me llevó a la parte de fuera-. Límpiate bien marrana.
- MUUUU.
Me enchufó con la manguera, y pude sentir el agua congelada que daba sobre mi cuerpo, provocando un frío congelador. Con el poco jabón que me había dado, me froté bien todas las partes del cuerpo, pues no quería defraudar a mi Amo, y cuando él consideró que ya era suficiente, apagó el agua y se acercó a mí.
- Ahora a ordeñar vaca, que yo he de ir a desayunar cerda -volvió a coger el anillo de mi nariz, y me llevó a la máquina ordeñadora con las otras vacas-.
- MUUUU MUUUU.
- Cállate cerda, sólo sirves para esto, y te pone como una jodida guarra el hacerlo, ¿o crees que no huelo tu coño encharcado de ti?
- MUUUU MUUUUU.
Me preparó las ubres para engancharme a la máquina, y enseguida noté la succión en mis pezones, y como la leche fluía a través de ellos, lo que provocaba que me pusiera aún más cachonda de lo que ya estaba. Sentía que mi cerebro rebosaba placer, y quizás haya gente que no entienda mi estilo de vida, pero a mí me encanta, disfruto con ello, y mi Amo también.
Oí abrirse la puerta, para después oír como mi Amo saludaba a otro hombre, pues aunque no le veía, distinguía su voz masculina y grave, profunda. Tras un rato de oír ruidos a mis espaldas, sentí como alguien acariciaba mi coño, y qué placer, no quería que parara.
- Mea cerda -recibí un fuerte azote en el culo-.
- MUUU MUUUU -sin pensármelo dos veces, mee-.
Por el sonido diría que caía sobre algún recipiente, pero no le dí mucha importancia. Volví a sentir las caricias en mi coño, y a oír un par de risas a mis espaldas, a costa de que estaba muy cerda siempre, cachonda todo el día. Sentí una presión fuerte, algo estaba intentando entrar dentro de mí, lo que provocó que mugiera con cierta fuerza, y que mi Amo me diera varios azotes para que me callara.
Con un poco de esfuerzo, consiguió entrar y por cómo se movía, intuí que era una mano y un brazo lo que estaban dentro, pues cada vez se metía más profundo. Recuerdo esta muerta de placer, con la boca abierta, la lengua fuera, las babas deslizándose fuera de mi boca, y con los ojos en blando de placer. Me estaba tocando todo el interior, tanto que acabé corriéndome como la cerda que soy, mojando completamente al veterinario, y recibiendo varios azotes de mi Amo como castigo.
- Bueno amigo mío, creo que tu vaca está preñada, pues el útero parece algo hincada, pero mañana te daré los resultados de los análisis, y saldremos de dudas.
- Gracias amigo, ¿has oído eso puta vaca? ¡Estás preñada!
- MUUU MUUUU.
Oí como los dos se alejaban de mí, y yo no podía parar de pensar en que por fin podría complacer a mi Amo completamente, así que hoy por fin sería mi ceremonia de marcado, como las vacas, ya nada me diferenciaría con ellas.
Al regresar mi Amo me quitó la ordeñadora, y se llevó silbando la leche para desayunar, mientras yo me tumbé boca arriba, y no paraba de masturbarme, me sentía tan caliente, tan puta, tan cerda, tan suya. Cuando volvió y me encontró mastubándome, no le hizo mucha gracia, así que me dio la vuelta y me azotó el culo hasta que sentí como si ardiera el infierno mismo en mis cachetes.
Se sacó la polla, y colocándose, me folló mientras tiraba de mi pelo para que levantara la cabeza, y viera en el espejo que había colocado delante de mí, la puta que era, la vaca, la cerda, la guarra, la zorra en la que me había convertido, y no podía parar de sonreir, había encontrado mi lugar en la vida, y no iba a dejarlo por nada en el mundo.
Acabó dentro de mí, deleitando mi coño empapado y corrido incontables veces ya. Soltó mi pelo, y cogiendo de la anilla de la nariz me sacó fuera y me llevó a una mini cuadra en la que no me podía mover. Me tapó los ojos, y sólo podía oír el crepitar de algo, pero no acababa de identificar el sonido, aunque pronto descubriría que era.
Lo sentí, mi culo ardía peor que en el infierno, intenté moverme, salir corriendo, pero aquellas paredes de madera lo impedían completamente, además de que mi Amo se había asegurado de dejarme bien sujeta. Las lágrimas rodaban por mis mejillas y no podía parar de mugir y chillar, pues quería que aquello acabase.
Dejé de sentir la presión en mi culo, pero seguía doliendo horrores, aunque el jarro de agua fría alivió momentáneamente esa sensación. Mi Amo me sacó de allí, y me abrazó como si de una niña se tratase.
- Ya está puta vaca, ahora ya estás marcada. Ya nadie podrá apartarte de mi lado cerda, prometo cuidarte siempre puta mía.
- Muuu… muuu…
- Lo sé perra tranquila, todo estará bien.
Continuará, si te ha gustado deja tu comentario para ayudar a que la historia continúe...