La urbanización 4. Bea y Alex
Bea, nuestra MILF, favorita se liga a un yogurín en una fiesta y se lo lleva a casa
Anteriores relatos de la Urbanización
https://todorelatos.com/relato/176550/
https://todorelatos.com/relato/177554/
https://todorelatos.com/relato/179168/
Al final del verano, a mediados de septiembre, en la lujosa urbanización solían celebrar una fiesta de fin de temporada. En el entorno de la piscina, en las instalaciones del bar, era donde se celebraban estas fiestas, partys o como quieran llamarlos. Eran fiestas de alto standing, donde todos los asistentes lucían sus mejores galas. Las mujeres se vestían de fiesta y los hombres de etiqueta, trajes veraniegos e incluso algún smoking que otro. Ese año se había propuesto una fiesta “ibicenca”. Si, de esas pijadas en las que todos van vestidos de blanco como si fueran fantasmas, que lo son por cierto. En los “saraos” de la urbanización se invita siempre a lo mas “selecto” de la sociedad. Defraudadores, empresarios morosos, políticos corruptos, banqueros blanqueadores de capitales, constructores sin escrúpulos, deportistas de élite, sobre todo futbolistas...; lo mas “granado” de la sociedad en la que nos movemos.
En esa fiesta se encontraba Beatriz, por supuesto vestida con sus mejores galas. Un traje blanco, largo y escotado que dejaba ver parte de sus senos. El traje se ceñía al cuerpo de la madura como una segunda piel. Como es natural, ese tipo de vestido no admitía ropa interior ya que se marcaría al estar tan prieto. Al trasluz era semitransparente por lo que con la adecuada iluminación Bea estaba prácticamente desnuda a la vista de todos. El satisfacer su vena exhibicionista fue uno de los motivos para haberse comprado ese traje. Era claro que ese vestido causó sensación en la fiesta. Ver a una MILF, con un cuerpo de infarto, embutida en un traje tan provocativo era un aliciente para volver las miradas tanto de ellas como de ellos. Ellas con envidia en muchos casos y ellos con las lascivia pintada en sus rostros y los deseos de poderse follar a esa exuberante mujer. Lo que no todos sabían es que ella estaba siempre receptiva a un buen polvo y que muchos, y muchas, hubieran podido ser sus amantes pasajeros. Fede, su marido, estaba de viaje de negocios y habían consensuado, como siempre, que podían hacer lo que quisieran en el ámbito sexual, con la condición de contarse recíprocamente los detalles mas escabrosos de sus aventuras. A estas horas era muy probable que Fede estuviera en sus hotel follando con alguna empleada o conocida que se aviniera a ello. Bea, por su parte, andaba de caza. Pretendía pasarlo bien en la fiesta, socializar y establecer redes de contactos para sus negocios, y rematar con un buen revolcón si era posible. Aún no tenía claro con quién podía hacerlo ni siquiera de que sexo sería. Sus vecinos y vecinas quedaban en principio descartados y además Charo, su obsesión, no estaban en la fiesta ya que había salido de viaje con su mujer Pepa.
Después de un par de horas de coqueteos sin mayor intención y de haber conocido varios importantes hombres y mujeres de negocios que podían convenirle en un futuro, mientras que tomaba una copa de champán, se fijó en un joven vestido con bermudas blancas y una camisa de lino blanca también que se transparentaba con la luz dejando ver el pecho aparentemente fuerte del chico. Tendría unos 23 o 24 años y se veía muy moreno y atractivo. Pregunto a una de sus vecinas, Cuca se hacía llamar, quien era aquel chaval y le contestó que era Alex, el hijo del constructor Karl Smith Rodríguez, uno de los mas poderosos de la provincia. Bea recordó que había conocido al padre en una fiesta “exclusiva” hacía ya unos años. Una de esas fiestas salvajes de ricos en las que todo vale: vinos carísimos, prostitutas de lujo, actrices y actores famosos que follan por dinero, por mucho dinero, y gente de la alta “suciedad” que se permiten toda clase de excesos porque son la “élite” y a la “élite” todo le está permitido. Bea acudió a la fiesta como invitada y tuvo la oportunidad de participar en mas de una cama redonda durante el fin de semana. Participó también en una sesión de shibari, donde un maestro japones la ató y suspendió durante dos horas para satisfacción de los espectadores y de ella misma. Durante la performance fue besada y manoseada por docenas de asistentes. El maestro logró arrancarle mas de un orgasmo sólo moviendo algunas de las cuerdas que se clavaban en su cuerpo. Algunos y algunas de los invitados la masturbó y folló con sus dedos por sus dos agujeros que quedaban semi expuestos a la vista de todos. Otra mujeres, y un hombre, fueron atados en diversas técnicas y ella participó tocando e incluso consiguió que el hombre, un conocido locutor de radio, se corriera únicamente acariciándole los testículos. Esa acción fue muy celebrada por todos los asistentes que la felicitaron profusamente. Fue un fin de semana muy salvaje y loco y ella quedó derrengada para una semana.
Beatriz quedó prendada de aquel joven y, como un loba de caza, se propuso conquistarlo antes de que acabara la fiesta. Acudió a una de sus amistades para que le presentara al joven y así pudo conocerlo de cerca. Con su habitual manera de seducir comenzó una conversación intrascendente en la que le comentó que conocía a su padre y pasó a alabar la fiesta y a los asistentes para centrarse en halagos hacia él. Le invitó a pasear con ella por los alrededores de la piscina y sus comentarios se volvieron cada vez mas procaces y fuertes comentando, como la que no quiere la cosa, los líos de muchos de los presentes.
-Como te digo Alex, aquí todos están liados con todos y con todas. Esta urbanización es como cualquier otra: todos nos lo montamos como podemos. ¿Ves aquella rubia despampanante? Pues tiene tres amantes que me conste. Un maduro de sesenta, un pipiolo de treinta y una MILF, como yo, de cuarenta. Le van los tríos así que no te sorprendas si la ves marchándose con dos maromos o con una pareja, Supongo que esto no te coge de sorpresa ya que en tu nivel y mundo esto es muy normal.
-La verdad es que si. No me sorprende nada. En mi casa mismamente la promiscuidad es una constante, aunque yo procuro no pasarme. Soy un poco conservador en ese aspecto.
-¿De verdad? No te imagino, siendo tan guapo, que tengas problemas con el sexo.
-No si no lo tengo, pero me gusta mas la tranquilidad que el estar pasando de unas manos a otras. Soy muy selectivo en ese aspecto.
-¿Y tienes algún problema con gente mayor?
-¡Vaya, que directa! ¿Está usted intentando seducirme, Señora Robinson?
-Ademas te gustan los clásicos. Cada vez me estás gustando mas. Te propongo ir a mi casa y dejar este aburrimiento. Te prometo que te lo vas a pasar muy bien.
-Una proposición interesante, sin duda. Pero creo que estás casada y no querría interferir en una relación. Ya te he dicho que en algunas cosas soy muy clásico,
-No tienes que preocuparte de eso, Somos una pareja libre y liberal. Mi marido está de viaje y seguro que ya está follando con alguna y yo tengo sus expresa autorización para hacer lo que quiera.
-¿Autorización? ¿Necesitas autorización?
-Claro que si. Soy la sumisa de mi marido, su esclava sexual. Somos devotos practicantes del sado masoquismo, pero no exclusivamente. Ni soy una esclava a tiempo completo -sonrió al decir al frase-, solo en el aspecto sexual. En la vida cotidiana soy tan dueña de mi misma como la que mas.
-Vaya, si que eres clara, no tienes dobleces. Me estás asustando. No se si me gustaría caer en tus garras sexuales -dijo con cierto temor Alex-.
-No te apures, cariño. Te prometo que te trataré bien y que te haré llegar al cielo. Puedo presumir de ser una experta en ciertas técnicas amatorias.
-No lo dudo, Beatriz. No lo he dudado ni un momento. Si te soy sincero te diré que desde que llegué me he fijado en ti, en ese vestido que llevas, en que no llevas ropa interior y que, en definitiva, estas muy buena.
-Ya, muy buena para ser una vieja. Te ha faltado rematar la frase.
-No te subestimes. Estás muy buena sin mas, Señora Robinson.
-Pues tu estás mucho mejor que Dustin Hoffman con tu edad. Espero estar a la altura de Anne Bancroft que, por cierto, me encantaba como actriz. Vamos chico, no me hagas esperar mas que voy a mojar todo el suelo.
Ambos se separaron de la piscina y lentamente fueron andando hacia la casa de Bea. No hablaban. No se miraban. Iban en estado de excitación esperando cruzar la puerta para lanzarse el uno contra el otro y devorarse.
Nada mas entrar comenzaron los besos, besos húmedos, besos devoradores que no dejaban rincón de sus bocas sin explorar. Las lenguas se mezclaban y los labios chupaban y absorbían todo con imparable lujuria. Bea comenzó a quitarle la ropa a Alex prácticamente a tirones y después de introducirle la lengua hasta el fondo de la boca lo empujó suavemente hasta el sofá del salón dejándolo sentado y en calzoncillos. Se despojó rápidamente de su vestido y quedó en pelotas en un momento únicamente vestida con sus sandalias. Cuando se las iba a quitar, Alex la interrumpió y le pidió que no se las quitara que le daba mas morbo verla vestida únicamente los pies.
-¿Te gustan los pies, pequeño Ben? -haciendo alusión al papel de Hoffman en la película El Graduado que ya habían comentado antes.
-Me vuelven loco. Y los suyos son preciosos Señora Robinson.
Ella se acercó meneando su cuerpo y levantando la pierna derecha acercó el pie al paquete de Alex frotando la suela con su polla que ya estaba erecta. Él suspiró complacido del tratamiento. Bea paró el movimiento y le ordenó que se pusiera de pie y se quitara los calzoncillos para mostrar su rabo y sus huevos. Alex obedeció y mostró una polla no excesivamente grande pero si gruesa y llena de venas.
-Hazte una paja para mi -dijo Bea-. Como le pide Maribel Verdú a Gael García Bernal en la película Y tu mamá también. Esa escena siempre me ha puesto caliente al máximo. Hazlo, que yo te vea mientras me toco. Machácatela, por favor.
Alex comenzó a masturbarse lentamente moviendo su mano de arriba abajo descapullando su glande poco a poco y volviendo a cubrirlo. Bea miraba sus movimientos mientras que se tocaba el clítoris también con lentitud. Quería prolongar su placer contemplando el cuerpo de su amante mientras que este se meneaba el rabo con deleite. Se acercó a él y se arrodilló hasta llegar a la altura de la verga. Sacando la lengua lamió la punta del glande percibiendo el sabor salado del líquido preseminal. Se recreó en los laterales del prepucio mientas Alex se sujetaba la polla por el tronco y la movía con su mano lentamente de arriba abajo. Por fin, introdujo el grueso capullo en su boca, succionando con sus labios mientras que jugaba con la lengua lamiendo del glande. Estuvo así unos momentos hasta separarse y agarrando la polla con una mano arrastró lentamente a Alex hacia un cuarto mientras le decía que se pusiera en sus manos que disfrutaría como nunca lo había hecho. Alex estaba alucinado y a merced de aquella mujer que le estaba mostrando cosas que nunca había experimentado.
Alex se acostó en la cama de matrimonio del cuarto y Bea le dijo que esperara, que enseguida volvía. Tumbado en la cama, con una erección impresionante, esperaba pacientemente a su pareja eventual que no se hizo de rogar y apareció vestida con un microtanga que dejaba su sexo abierto y un sostén que dejaba sus grandes y operadas tetas totalmente al descubierto. Un collar de cuero completaba su atuendo y se había cambiado de sandalias llevando ahora usa mucho mas altas de tacón anudadas a la pantorrilla.
-¿Te gustan mis zapatos? Lame mis dedos, venga.
Bea subió la pierna hasta poner su pie a la altura de la boca del chico que comenzó a lamer los dedos, saboreando cada uno de ellos.
-¡Ummm, que gustito das pervertido mio! ¡Como me gusta! Déjalo ya y túmbate en la cama boca arriba. Te voy a atar las manos a la cabecera con estos dos pañuelos -dijo Beatriz mientras que procedía a anudar las muñecas a la cabecera de la cama. -¡Ves, como estamos hablando de películas, esto es lo que le hace Sahron Stone a Michael Douglas antes de follárselo en Instinto Básico!
Alex se dejó hacer con su verga cada vez mas firme. Fue sujetado con los pañuelos a dos anillas convenientemente colocadas en el cabecero. Bea contempló el cuerpo atlético del chico y con una mirada de puro vicio subió a la cama y se colocó abriendo las piernas encima de su boca mientras le decía “cómeme todo pequeño. Empieza por los labios y termina en el clítoris. ¡Vamos, hazlo!” La lengua del chico comenzó a lamer y sus labios a chupar los equivalentes de la mujer. Se entretuvo mucho tiempo en la rajita y de repente lamió y chupó el clítoris de la mujer propinándole unos suaves mordiscos que llevaron a un primer orgasmo de Bea que se corrió con fuertes gemidos mientras se pellizcaba los pezones. Movió su pelvis hacia adelante y susurró “ahora chupa mi culo, prepáralo para ser follado”. Mientras que Alex se afanaba con su lengua ensalivando y penetrando con el agujerito, ella se acariciaba el coño y se masajeaba el clítoris en busca de su placer. Con un profundo suspiro se retiró de la cara del chico y anunció con firmeza que empezaba lo bueno.
-Bebé, después de que me has puesto el culito a tono quiero empalarme esa hermosa polla en mi agujero. Espero que te guste que te folle con mi culo mientras que me ves acariciarme sin que puedas tocarme. Te aseguro que es una deliciosa tortura que te va a dejar sin fuerzas.
Beatriz comenzó a clavarse la verga lentamente, bajando muy despacio hasta que la tuvo entera en su interior. Comenzó muy despacio a rotar de izquierda a derecha subiendo un poco cada vez. Todo muy lentamente, recreándose en el momento y observando los gestos de su amante. Éste estaba excitado como nunca. El roce de las paredes del ano era muy fuerte y su polla parecía que se ajustaba cada vez mas y mas fuerte al agujero. Bea comenzó a moverse un poco mas rápido imprimiendo una lenta rotación de cuando en cuando. Alex gemía de gusto sintiendo como le exprimían el miembro lentamente produciéndole un placer desconocido hasta ese momento. La madura se tocaba los pechos y pellizcaba sus pezones y los de él. Con la otra mano se torturaba el clítoris frotándolo e incluso pellizcando con fuerza. Ella gritó con fuerza con un intenso orgasmo y ordenó a su amante que se corriera en su interior. .”Vamos, córrete ya. Quiero que me llenes de leche mi culo. Quiero sentir ese chorro caliente dentro de mi. Venga, córrete ya, no puedo esperar mas!”
Con unos movimientos cada vez mas violentos Alex no pudo soportarlo mas y comenzó a eyacular con gran fuerza mientras gritaba de placer. Por su parte, Beatriz consiguió un nuevo orgasmo y se mantuvo presionando el pecho del hombre mientras sus ojos se ponían en blanco debido al placer tan intenso que experimentaba.
Mas calmada extrajo de su trasero la polla ya semierecta de su amante y se reclinó sobre el pecho de él besándolo suavemente en los labios. Procedió a desanudarle las manos y se abrazó al cuerpo que tenía debajo. Las caricias se volvieron mutuas y las manos del chico recorrieron la espalda y las nalgas de la mujer. La empujó suavemente y la colocó boca arriba palpando a continuación los pechos y la barriga del ella, haciéndole suaves masajes centrándose en los puntos mas sensibles. Bee le conmino a que le sobara las tetas con fuerza. Sus pechos eran muy sensibles y le encantaba que las apretaran y amasaran con rudeza.
-Házmelo duro. Me encanta que me las estrujen hasta que duelan. ¡Aprieta los pezones. Así. Así!
Bea gemía de dolor y placer mientras Alex le apretaba los pechos fuertemente y le retorcía los pezones.
-¡Fóllame las tetas, le dijo de repente” ¡Métela entre las dos y fóllame!-
El chico se puso en cuclillas e inserto su pene entre los pechos. Ella apretó los laterales de sus tetas y él empezó un mete y saca con movimientos lentos. Cuando llegaba al final su glande llegaba a la lengua de ella que, con la punta, lo lamía. La verga comenzó de nuevo a ponerse dura con los movimientos que se incrementaron rápidamente. Frotaba y frotaba cada vez mas rápido en el estrecho canal creado por la presión de los pechos mientras que ella sacaba la lengua todo los posible para alcanzar la punta del grlande en cada acometida.
-¡Joder, joder. Voy a correrme de nuevo! -Gritó Alex- ¡Abre la boca que te la voy a llenar! ¡Ahhhh que gusto joder! -Gimió mientras que se sacudía presa del orgasmo y largos chorros de esperma caían en la boca y cara de la esplendida madura. Le agarró el miembro y lo acercó mas a la boca para extraer las ultimas gotas de semen con gran placer. Él, después de esta operación, se dejó caer a su lado exhausto, mientras que ella se volvía para mirarlo mientras se limpiaba la cara con los dedos y los chupaba para eliminar la lefa.
-Joder Bea, eres un diosa del sexo. Te aseguro que ha sido uno de los mejores polvos de mi vida. Tu culo me ha exprimido a modo y después follarte las tetas ha sido como un sueño. Eres una gran folladora y no tienes inhibiciones. Me has dejado impresionado.
-Gracias cariño. No veas como me levanta eso el ego. Ten en cuenta que ya me veo en decadencia y que me cuesta mucho mas trabajo que a una jovencita hacer según que cosas. Pero me lo he pasado muy bien contigo. Y veras cuando se lo cuente a mi dueño, le va a encantar.
-Lo de tu dueño me tiene impresionado. Según entiendo eres su esclava pero sólo en cuestiones sexuales. En todo lo demás sois una pareja liberal. ¿Es así?
-Mas o menos. Yo soy sumisa de mi marido y también practico el rol de ama con algunas personas, sobre todo si son mujeres. Obviamente soy bisexual y he follado con mujeres hombres y transexuales. Con heteros, con homos, con lesbis... En definitiva con todo aquel que quiera pasar un buen rato No me cierro a nada y en mis 50 años he tenido experiencias de todas clases. No me gusta el dolor por el dolor y los juegos de dominación sólo van encaminados a procurarme placer a mi y a mi amo o a mi esclava. El torturar con sadismo es de psicópatas y yo comprendo ni al que somete ni al sometido. Esa es mi vida sexual, llena de “depravaciones”.-Terminó riendo Bea-.
-Si quieres puedes quedarte a dormir aquí y mañana rematamos la cosa en el desayuno. Ahora estoy muy cansad y me apetece dormir bastante..
-Te lo agradezco, pero me voy a dar una ducha y me marcho. Tengo que estar en Madrid mañana por la tarde y necesito recoger cosas de mi casa antes de viajar.
Alex se ducho y vistió y se despidió de Bea con un profundo beso y un susurrado “gracias amor, ha sido increíble”.
Bea se durmió recordando su encuentro con aquel joven tan guapo que, probablemente, no volvería a ver. Mañana sería otro día para gozar.
CONTINUARÁ.