La urbanización 3. pepa y charo
Conocemos los comienzos de otra de las parejas que viven en la peculiar urbanización.
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Pepa es comandante de línea aérea. Antes fue piloto de caza, llegando al grado de capitán, siendo la primera mujer que consiguió pilotar un eurofigther del ejército del aire. Con 35 años pasó a la reserva y se convirtió en piloto civil comandando un avión de pasajeros. Cubre la ruta transoceánica hacia Latinoamérica por lo que pasa largos periodos sin poder regresar a su casa. Ella y Charo se casaron ya hace un par de años. Se conocieron en un viaje. Charo estaba trabajando dos semanas para unos clientes en Buenos Aires y Pepa descasaba un par de días en su mismo hotel. El encuentro fortuito tuvo lugar en la piscina cuando Charo casi se le cae encima al tropezar con una tumbona de la piscina. Como consecuencia de la caída Charo se torció el tobillo y, ayudada por ella, se desplazaron a la enfermería del hotel donde le vendaron el pie. Sólo era una ligera torcedura. Para agradecer su ayuda, Charo la invitó a tomar un cóctel en el bar de la piscina y allí fueron las dos, la primera cojeando visiblemente y la segunda ayudándola a andar. Enseguida entablaron una conversación basada en trivialidades para continuar con confidencias mas personales sobre trabajo y amistades. A Charo le fascinó su profesión y se interesó por sus experiencias en el ejército del aire. Pepa le contó que en una ocasión, en una misión de la OTAN en el espacio aéreo polaco casí entró en combate al interceptar dos cazas bielorusos que intentaban hacer que un avión comercial desviara su ruta a un aeropuerto de ese país. El avión volaba de Estambul a Varsovia y en el pasillo aéreo bieloruso había sido conminado a aterrizar. La cercanía con el espacio aéreo de la UE le había permitido entrar en él y los cazas detrás, lo que constituía una violación de los tratados internacionales. Por eso una patrulla de combate española había sido enviada a interceptar los aviones. Por suerte los cazas invasores se retiraron y no tuvieron que utilizar sus armas. Pepa le confesó que la subida de adrenalina fue increíble y que nunca había sentido nada así antes. Susurrando le dijo que fue mejor que un orgasmo, el sentir que podía disponer de una potencia de fuego y qué podía usarla le cambió las percepciones. La excitación fue máxima y, debido seguramente a las copas, en confidencia le contó que una vez aterrizado su aparato, en las duchas, estuvo masturbándose varias veces del calentón que le había producido el casi enfrentamiento. Esto puso a Charo en clara predisposición a tener algo con esa mujer. Sólo tenía que averiguar si tenía alguna oportunidad con ella. Después de alabar las acciones de Pepa en combate, con gran precaución pasó a sondearla sobre su posición actual como comandante. Llevó la conversación hacia los tópicos de los pilotos y las azafatas diciendo:
-Claro, esos tópicos son para los pilotos hombres. Tu como eres mujer no te lías con azafatas, en todo caso con azafatos y como también está el tópico de que todos son gays pues lo llevas claro en ese aspecto.
-No te creas - le respondió Pepa-. La mayoría no son gays y tiene sus rolletes con las compañeras en ocasiones. Y por mi parte se cumple el estereotipo y si que me enrollo cuando puedo con la tripulación
-¿En serio? ¿Te tiras a los azafatos?
-No he dicho que me enrollara con los azafatos.
-¡Vaya, entonces con las azafatas! ¿Eres lesbiana entonces?
-Muy bollera, chica. Desde pequeñita. ¿Y tu preciosa?
Esa pregunta tan directa dio pie a que Charo contara parte de su vida sexual manifestando que era bisexual, pero que prefería a las mujeres y, sobre todo, si eran como ella: fuertes, poderosas y agraciadas. Porque Pepa era muy guapa y con unas formas mas que interesantes. Se mantenía muy en forma y tenía unas tetas estupendas que sólo ocultaban el sujetador del bikini. Pepa deslizó su mano con cuidado hacia la mano de Charo, acariciándola suavemente con los dedos, como jugando. Charo, ya sin recato, dejó caer su mano izquierda sobre la pierna derecha de Pepa y subió un poco acariciando el muslo. La piloto no dijo nada y siguió hablando como si no pasara nada. Las caricias subían de intensidad y de posición, hasta que la mano se posó en la braguita del bikini y comenzó a moverla muy lentamente, jugando con los dedos a separar los bordes y dejarlos caer.
-¿En tu cuarto o en el mio? - Soltó Charo de improviso- Me has puesto a cien con esa manita. No me puedes dejar así.
-Mejor en el tuyo, seguro que será mejor que el que nos da la compañía. Y así no se le ocurrirá aparecer a ninguno de mi tripulación.
-Bueno, si es una azafata guapa podemos unirla a la fiesta.
-Muy lista estás tú -respondió riendo Pepa-.
En el ascensor las miradas que se dirigían eran de puro deseo. No se metieron mano porque no estaban solas, pero era lo que hubieran deseado. Nada mas llegar a la habitación se dieron el primer beso. Un beso voluptuoso y muy sexual en el que entrelazaron sus lenguas explorándose mutuamente con insistencia y glotonería. Se desnudaron la una a la otra con rapidez y se dirigieron a la cama con gran velocidad con el ansia de amarse con furia. Charo empujó a su pareja a la cama y comenzó a desnudarse. Se quito el pareo y el breve sujetador mostrando sus casi musculosas y pequeñas tetas. La braguita del bikini pasó al suelo casi de inmediato mientras Pepa miraba con deseo a su ligue y le conminaba a acercarse a su lado con gestos. Charo se acercó lentamente, recreándose en su cuerpo para solaz de Pepa, Ésta le dijo
-Buen cuerpo, fibroso y musculado. Me encantan tus tetas tan firmes y pequeñas y tu culo. Me gustaría que te hicieras una paja para mi. ¿Te gustaría exhibirte para mi? ¡Por favor!
A Charo le pareció curioso que en una primera cita le pidieran esa fantasía, pero con la excitación que tenía y su carácter exhibicionista decidió hacer lo que le decían y empezó a tocarse lentamente.
-Si quieres que me haga una paja, aquí de pie, delante de ti, tienes que quitarte el sujetador. Quiero verte las tetas para “inspirarme”.
Pepa dejó sus pechos al descubierto rápidamente para seguir disfrutando de la visión erótica de su amante.
-Te gusta mirar y a mi me gusta que me miren. ¿Ves como está de brillante mi coño? ¿Ves como me excita hacerme una paja mientras que me miras? Espero que te este gustando lo que ves, porque cuando termine te pondré este coñito en la boca para que te lo comas entero. Mira mi clítoris, está excitado y en erección. Me encanta frotarlo así, lentamente, mientras que me acaricio las tetas. ¿Quieres ver mi culo? Lo tengo firme y fuerte. Mira. Mira bien porque también te pediré que me lo comas y chupes. ¿Y mi ojete? ¿Te gusta? Me encanta meterme los dedos dentro mientras me sigo masturbando con la otra mano.
Charo se introducía los dedos indice y medio en su trasero. Estaba inclinada ofreciendo la visión de su culo y su vagina a Pepa que se seguía tocando, no ya las tetas, dándose placer en su sexo por encima de la tela de las braguita del bikini que estaba muy mojada.
-Joder, zorrita, veo que tienes la braga encharcada. ¡Quítatela y chúpala! Quiero que te pruebes mientas me corro. Así, así. Pasa tu lengua bien por dentro. Chúpala toda. Joder, joder. ¡Me corrooooo! ¡Mira como me corro!
Después de su orgasmo, Charo, se abalanzó sobre la cama y con una mirada de vicio se sentó encima de la cara de Pepa y sólo le dijo “Cómetelo todo, chúpame, muérdeme, fóllame con los dedos”.
Pepa se empleó a fondo con su boca y lengua mientras que introducía dos dedos en la vagina de Charo. La penetración se volvió mas fuerte cuando sintió que su amante estaba a punto de volver a correrse,lo que hizo ruidosamente en pocos minutos.
Mas relajada, Charo unió su coño con el de Pepa y empezaron a hacer la “tijera” frotándose mutuamente. Con lo húmedas que estaban las dos el roce era muy agradable. Se agarraron de las manos para tener mas control y, frenéticamente, movieron sus pelvis hasta que las dos consiguieron un orgasmo casi simultáneo. Se abrazaron y se besaron y cayeron rendidas una encima de la otra.
-Bufff, preciosa -habló Pepa- ha sido toda una experiencia. Me ha gustado mucho que tomaras la iniciativa. Veo que te va la dominación, o al menos tomar el control. Me gusta eso, la verdad.
-¿Si, te gusta que te manden y dominen? ¿Y que te castiguen si lo haces mal, te gusta también'
-¿Dices el sado? Pues no lo he practicado casi. Algunos azotes que he dado y me han dado y una vez me ataron y estuve así varias horas mientras me follaban. Fue una experiencia interesante. No hubo dolor, no me gusta, pero si un morbazo increíble de estar a disposición de mi amante sin poder hacer nada.
-Pues con ese cuerpazo que tienes no me importaría tenerte a mi merced por horas. Te haría cositas que ni te imaginas, pero que te gustarían mucho.
-No lo dudo querida, pero tendrá que ser otro día y en otro país. Me tengo que marchar a mi habitación y recoger mi equipaje. Vuelo dentro de 6 horas. A ver si puedo dormir algo.
-Quédate aquí te prometo que te dejaré dormir.
-Gracias pero no. Si me quedo terminaremos follando otra vez y tengo que descansar, que no quiero que me pase como a Denzel Washington. Te dejo mi número de teléfono, llámame si te apetece y coincidimos. Cuando estoy en España vivo en Madrid..
Pepa se despidió con un beso mas casto que lascivo y dejó a su amante para ir a su habitación. Cuando llegó se encontró que en la puerta había alguien. Era Rosy, una miembro de su tripulación, que la interpeló de manera cortante.
-¿Donde has estado tanto tiempo? Te he estado esperando y llamando a tu cuarto desde hace mas de 4 horas. ¿Con quién has estado?
-¿Que te pasa? Te dije que no me esperaras, que no teníamos nada mas que decir ni hacer. No me montes un número y márchate a tu habitación que volamos en 6 horas y quiero descansar. Tu deberías hacer lo mismo.
Rosy la agarró por un brazo par impedir que cruzara la puerta que acababa de abrir.
-A mi no puedes tratarme así, usarme y después dejarme tirada como un clinex. Eso no te lo voy a consentir. ¿Dime que te pasa conmigo? ¿Por qué no quieres hablar de lo nuestro?
-Porque no hay nada nuestro. Nos hemos acostado media docena de veces, pero eso no quiere decir que tengamos una relación mas allá de follar. !No me jodas Rosy, que no somos unas niñas! El sexo es bueno contigo, pero hasta ahí. No tengo intenciones de mantener una relación estable contigo, ni con nadie en estos momentos. Y contigo han sido momentos muy buenos pero no quiero iir mas allá. Por eso no habrá mas encuentros, ni mas relación que la estrictamente profesional si vuelves a estar en mi tripulación. ¿Está claro? Y ahora me voy a dormir que necesito estar en forma para el vuelo. Te aconsejo que hagas lo mismo.
-¡No por favor. No me dejes así! ¡Haré lo que me pidas. Seré tu sirvienta, tu esclava si es necesario, pero no me dejes! ¡Te amo!- dijo Rosy gritando.
-¡Entra, maldita sea. No des el espectáculo!- Después de que las dos entraran y Pepa cerrara la puerta de la habitación, se encaró con la joven y le dijo:
-¿Pero de qué vas chiflada? ¿Qué dices de ser mis esclava y que me amas? ¿Te has vuelto loca? ¡Esto no es normal ni sano! ¡Vete a tu cuarto ya y duerme un poco! Hablaremos cuando volvamos a Madrid.
Rosy se quedó en medio del cuarto y sin moverse empezó a quitarse la blusa. Debajo no llevaba nada por lo que mostró sus lindas tetas con los pezones erizados de la lujuria que llevaba. Cuando inició el movimiento para desprenderse de su falda, Pepa la detuvo agarrándole la mano y conminándola a que dejará de hacer eso.
-¡No seas idiota, Rosy. Así no va a mejorar nada. No estoy enamorada de ti, no seré tu amante, ni tu pareja. Vete a tu cuarto y ya hablaremos
-¡De eso nada! Me he ofrecido a ti mas de una vez, te he ofrecido mi amor y me has rechazado. ¿Quién te crees que eres vieja puta? ¿Crees que puedes jugar conmigo? Te equivocas.
Rosy le dió una fuerte bofetada a Pepa. Ésta totalmente desprevenida, trastabilleó y dio con la cabeza en un borde de la mesa perdiendo el sentido momentáneamente. Cuando despertó tenía un fortísimo dolor de cabeza en el lado derecho. Desorientada, abrió los ojos y vio que estaba en su habitación atada a la cabecera de la cama por las muñecas, los tobillos también estaban atados a los pies de la cama. Tanto las muñecas como los tobillos estaban ligados por medias de las que usaba ella. Estaba vestida con el bikini que había llevado durante todo el día. De repente oyó una voz que le decía:
-¿Ya estás despierta puta? Menos mal que no te he matado porque me habrías privado de divertirme contigo. Te ofrecí hacerme tu esclava y ahora tu vas a ser la mía. Voy a disfrutar de lo lindo contigo, zorra de mierda. Te amaba y ahora te odio con toda mi alma. Te vas a enterar de lo que es bueno, guarra asquerosa.
-Pero ¿te has vuelto loca? ¡Suéltame, esto es un secuestro! ¡Suéltame ahora mismo o iras a la cárcel!
Si me sueltas te prometo que no diré nada, podemos hablar de esto y...
-Calla, puta. Calla.- Rosy seguía con la blusa abierta luciendo sus tetas. Se agachó y se bajó las bragas dirigiéndose hacia Pepa, a la que propinó una brutal bofetada y le abrió la boca introduciendo las bragas en ella. -Come mi sexo, puta- Cogió uno de los pañuelos que había en la maleta y la amordazó con las bragas aún en la boca. Pepa estaba aterrada. -no sabía que podría hacerle aquella psicópata y estaba seriamente preocupada por su vida.. Si pudiera soltar alguna de sus manos, pero las ataduras eran fuertes y ya estaba notando como se incrustaban en sus muñecas paralizando sus manos.
Rosy se desnudó por completo y comenzó a tocarse mientras decía:
-Me da mucho placer tenete a mi merced. Me voy a correr sólo de pensar las cosas que te voy a hacer. Te voy a follar por todos lados. Te meteré el puño por tu culo hasta destrozártelo como tu me has destrozado a mi. Te voy a azotar todo el cuerpo para que sepas lo que se siente al ser vejada. Eres una puta que se tira a cualquiera y pudiéndome haberme tenido a mi te liaste con esa flacucha musculada. Si, te vi en la piscina ayudando a la mosquita muerta.
Riendo como una loca, cogió un cinturón de la maleta y le dijo: “ahora toca sufrir, te voy a dejar las tetas mu nbonitas a correazos”. Se acercó a la cama y de un tirón le arrancó el sujetador. Comenzó a propinar fustazos en las tetas y la barriga de Pepa. Esta se debatió inútilmente intentando escapar del suplicio. De repente se oyeron golpes en la puerta y una voz que decía: “Servicio de habitaciones. Traigo el albornoz que me ha pedido, comandante.” Rosy quedó desconcertada un momento, rápidamente tapó a Pepa con la sábana, le susurró: “si te mueves te mato” y se dirigió a la puerta diciendo “Un momento, ya le abro”. Cuando se abrió la puerta se encontró con Charo que, sin mediar palabra, le propinó una patada en el vientre que la llevó hacia el centro de la habitación mientras se doblaba por el golpe. Vió como la cama se agitaba y se dio cuenta inmediatamente qué es lo que pasaba. En una maniobra largamente practicada en el gimnasio, aprisionó con su brazo el cuello de Roys e hizo presión con el otro en una presa de estrangulamiento. Rosy se debatió intentando golpear la car y cuero de Charo, pero esta tenía perfectamente controlada la llave de cuello y no cejó hasta que la chica cayó sin sentido. En ese momento la soltó y se apresuró a destapar la cama viendo a Pepa que se agitaba descontroladamente.
-Tranquila cariño. Ya pasó, te suelto la boca y te desato.
-Arffff -gimió Pepa- gracias a que has llegado. Esta hija de puta loca me iba a torturar y no se si matar. Será cabrona. Está como una cabra. Te agradezco que hayas llegado a tiempo. Mira como tengo ya las tetas de los correazos y sólo había empezado. Y, a todo esto, ¿como has llegado tan providencialmente, eres vidente o algo?
-No, nada de eso. Te has dejado el móvil en mi cuarto y yo sabía el número de tu habitación porque vi tu llave electrónica. Pensé que lo necesitarías y he venido a traértelo. Cuando he llegado me he sorprendido por una risa muy extraña, he pegado la oreja a la puerta y la he oído decir que te iba a dar correazos. Se me ha ocurrido lo del servicio de habitaciones y ha funcionado. La gilipollas ni se ha dado cuenta que no tenía acento argentino.
-¿Esta muerta?
-No, está sin sentido. Le he aplicado una llave de estrangulamiento. Corta la circulación de la sangre y el cerebro se queda momentáneamente sin riego. Nada grave. La se hacer muy bien. Ahora ¿qué vamos a hacer con ella?, porque está muy loca la hijaputa.
-Vamos a atarla a la silla y ya verás como no tendremos mas problemas con ella. Tengo una perfecta idea para librarme de esta psicópata.
Cuando Rosy despertó estaba atada desnuda en una silla. Se agitó y vió a las dos mujeres enfrente de ella, comenzó a temblar de miedo.
-Por favor no me matéis, no quería hacerte de daño. Te quiero mucho Pepa. Por favor..
-¿Me quieres? Pues es una forma extraña de demostrarlo, secuestrándome y pegándome. Escuchame, puta chiflada, esto es lo que va a pasar. Voy a usar el cinturón con el que me has golpeado y te voy a dar un buena tunda en ese precioso cuerpo que tienes. Después nos comerás los coños a Charo y a mi, hasta que nos corramos en tu puta boca. Sabes que soy capitana del ejército del aire en excedencia y tengo amigos muy bragados en el ejército. Después de lo que va a pasar aquí te irás a tu habitación y te preparás par el vuelo. Cuando lleguemos a Madrid solicitarás cambiar de destino pro motivos personales. No te volverás a acercar a mi de ninguna de las maneras. Si no haces todo lo que te he dicho, algunos compañeros míos te buscarán y, simplemente, desaparecerás de la existencia. No te denunciaré, pero que sepas que esto no es un farol. Desaparecerás. ¿Entendido?
Rosy asintió con la cabeza mirando con miedo a las dos mujeres. Pepa empuñó el cinturón y empezó a soltar golpes en las tetas de Rosy. Ésta gemía con cada golpe. Charo observó que, lejos de sentirse molesta, parecía que le gustaba. Los gemidos eran cada vez mas obvios al ser azotada.
-A la zorra le están gustando los cintazos. Mira como está de agitada. ¿Te gusta que te peguen, puta?
-Si, por favor. Me lo merezco. Deme duro comandante, se lo suplico- gimió la azafata.
-Joer, zorra, si te gusta es inútil que te de correazos. Quería castigarte, pero así es imposible.
-Déjamela a mi- dijo Charo.- Levántala de la silla y que se ponga de pie con las piernas abiertas. ¡Ahora verás, puta colgada! ¡Agarrala por los brazos.
Rosy fue puesta de pie y de dos patadas Pepa le abríó las piernas.
-Por muy masoquista que seas, puta, te voy a dar una patada en el coño que estoy segura que no te va a gustar.
Charo se colocó en posición de combate, flexionó la pierna derecha y soltó su pie en un mae geri que se estrelló con una fuerza brutal en la vagina de la prisionera. Ésta se levanto casi 30 centímetros mientras que gritaba con fuerza debido al impacto. El golpe hizo que se doblara en dos y cayera al suelo agarrándose sus partes mientras que lloraba de dolor.
-Cuando te recuperes, vístete, o vete desnuda y quítate de mi vista. Recuerda que si te veo otra vez desaparecerás. Lárgate para siempre. En el avión ni te me acerques.
La mujer recogió su ropa, como pudo se vistió, aún doblada por el dolor, y abandonó la habitación casi arrastrándose.
-Joder que bestia eres, Charo. Esa patada me ha dolido hasta a mi.
-Era lo que se merecía esa gilipollas. ¿Quien se creía que era secuestrándote y torturándote? ¡A tomar por saco con la tía. Y encima masoca! Pues así se va a calentita.
Charo decidió quedarse en la habitación por si la colgada volvía para vengarse y acompañar a Pepa al aeropuerto a las pocas horas. Durmieron un rato y se despidieron en el control de equipajes con la promesa firme de volverse a ver en Madrid.
CONTINUARÁ