La urbanización 2. Charo.
En la lujosa urbanización se van contando las historias de sus habitantes. Esta vez le corresponde a la escultural Charo, objeto de deseo de Beatriz.
En el anterior relato se narra una historia de Beatriz, recuien llegada a la urbanización.
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Charo, como ya sabemos, es una atractiva mujer, de corte andrógino, y que vive con su esposa Pepa en la casa adyacente a Beatriz y Federico. Su trabajo es muy absorbente, pero siempre saca tiempo para relajarse en verano en la piscina o practicar sus ejercicios físicos entre los que están el entrenamiento en las artes marciales. Es cinturón negro segundo dan de karate del estilo Shōtōkai . Pese a que tiene piscina propia, a Charo le gusta ir a la piscina comunitaria que es el centro de reunión de todos los pijos y guapos de la urbanización. En realidad va a la piscina porque es una exhibicionista a la que le gusta que todos se fijen en su cuerpo y, desde luego lo consigue. Para ello siempre llega en topless con sus tangas diminutos que le cubren estrictamente los labios de su depilado coño. Su pecho es breve y muy musculado y el resto de su cuerpo fibroso y espectacular. Su altura es también un incentivo para ser vista, lo que consigue tanto con hombres como con mujeres. En ese aspecto le gusta que la miren indistintamente del sexo, aunque sus preferencias se decanten por las féminas.
La piscina es un escaparate de cuerpos a cual mas perfecto, y retocado. Las mujeres, de todas las edades pero tendiendo hacia la madurez, toma el sol y se bañan en topless exhibiendo sus mamas y sus operaciones unas a otras. Que si este pecho me ha quedado mas bajo, que si me han retocado el pezón, que si mira, mira como me han dejado la barriga, toca, toca verás que firmeza. Esas son conversaciones de niñas ricas que se prodigan sobre todo la principio del verano, Charo apenas participa porque ella no está operada. A sus 35 años todo lo que tiene su cuerpo está conseguido a bases de ejercicio y esfuerzo físico. Pero si que le encanta que le cuenten cosas las otras mujeres y que le permitan tocar esas grandes obras de arte de la estética. Por ejemplo, Sarita, una mujer de unos 55 años, con mas operaciones de las que Charo hace en bolsa al día, se hizo esta primavera un aumento de pecho, quedándole unas tetas que ni las de Sabrina Salerno. A su marido le encantarán, pero en ella, que no es muy alta sino mas bien lo contrario, le queda fatal ese tamaño. Pero si que son agradables al tacto, como se encargó de comprobar con gran deleite Charo cuando Sarita le propuso palparlas. Es curioso observar la relación entre las mujeres y ella. Todos saben que es lesbiana y está casada con una mujer, sin embargo no les importa que se toquen o se soben con ella aunque sea minimamente. Eso con los hombres no pasa. No están yendo por ahí fardando de su operaciones ni tocándose las pollas para ver como hace efecto esa nueva pastillita milagrosa. Pues las mujeres si que se lo enseñan todo, hasta una vez sorprendió la conversación de una de las mas mayores, Rosa, que rondaría los 65 años, contaba como se había reconstruido los labios del coño y, separando la braga del bikini se lo enseñaba a una de las parroquianas. Ésta le comento que realmente parecía una jovencita y que su marido se lo comería como si fuera una chica nueva. La madura contestó que si, que a su “niño” le había gustado mucho ese cambio de look y que se lo comía muy a menudo. Berta, la que estaba a su lado le dijo: -Pues que suerte tienes hija. A mi ya no me lo come y además me lo comía de pena. Es que los hombres son muy burros y no tienen ni idea. Para eso si que somos buenas las mujeres. Sabemos que es lo que nos gusta y sabemos como darle placer a otra.
-¿Pero cuantos coños te has comido tú, vieja puta?
-En épocas mas de uno y de dos. ¿Qué pasa que tú no?
-No hija yo siempre he sido de hombres, no me he comido nunca un coño. Y a mi edad ya no creo que lo haga.
-
Pues nunca digas de esta agua no beberé, este coño no comeré o esta polla.
Las dos comenzaron a reírse a grandes carcajadas mientras que Charo se sonreía de los cotilleos de las dos. Berta se dio cuenta de la reacción de Charo y se dirigió a ella.
-¿Charo, te has enterado de lo que decíamos? ¿Que te parece de lo que las tías seamos mejores comiendo coños? Tu tienes experiencia en ello así que ¿qué dices?
-
Pero que bruta eres. Soltarle así eso a la chica, que poco sensible eres, jodía.
-No te preocupes, no hay molestia ninguna -dijo Charo-. Contestando a vuestra pregunta si que creo que las mujeres lo comemos mejor y te lo dice una experta que ha comido y que la han comido muchas veces.
-Ya hija pero perdona, y no te ofendas, a ti no te lo ha comido nunca ningún hombre. Así que no puedes comparar.
-Bueno, eso no es totalmente así. He tenido algunas relaciónes con hombres, aunque la mayoría ha sido con mujeres. Y, dada mi experiencia con los dos sexos he decir que nosotras ganamos por goleada.
-Vaya, Charito, así que te gusta la carne y el pescado. ¡Mejor, así tienes mas posibilidades de elegir!, dijo Rosa entre risas.
Charo, riendo también, contó que su historia con los hombres se remontaba a sus años de la universidad. Siempre le habían gustado las mujeres, de hecho tuvo su primera novia con 15 años y había ido encadenando noviazgos hasta entrar en la universidad cuando rompió con su anterior pareja. Se calló, sin embargo, lo que había provocado esta ruptura. Serena, que era su nombre, era un sádica maltratadora a la que le gustaba hacer cuanto mas daño mejor. No sólo daño físico, lo suyo no eran juegos sexuales sino verdadero daño, sino también daños psicológicos. Afortunadamente Charo se dio cuenta mas tarde que pronto del carácter de “vampiro” de su novia y consiguió dejarla de un día para otro. Así que cuando entro en la universidad a estudiar económicas llevaba el lastre de una relación muy tóxica que pudo compensar rápidamente con la amistad de Pedro, un estudiante de Derecho, pijo y con mucho dinero, pero muy buena persona. Con él tuvo su primer polvo heterosexual. Y si bien no fue glorioso fue mas agradable de lo que hubiera imaginado. Fue su primera penetración con una polla real, aunque anteriormente había utilizado consoladores. Fue también su primera relación como ama dominante. Había sido en parte sumisa con la sádica Serena, pero aquí Pedro fue su sumiso en sus relaciones sexuales.
Pedro era un tipo fuerte. Muy alto y practicante de artes marciales. Precisamente fue él el que la introdujo en la práctica del karate, fue su primer sensei. Una de las cosas extrañas que hacían era practicar desnudo las katas e incluso combatir así. Decía que era una manera de entrar en contacto realmente con la naturaleza de las disciplinas marciales. Podían hacerlo sin problemas ya que el tatami donde entrenaban estaba en la casa de Pedro, su familia era lo que se dice muy desahogada económicamente hablando, eran ricos en definitiva, y en la casa había de todos los caprichos que proporcionaba el dinero. Charo asumió ese gusto y practicaban juntos tanto las posiciones como el kumite posterior. Y, claro, eso acababa casi siempre envueltos en sudor y en el suelo del tatami follando como locos. Uno de los días de entrenamiento y después de un combate particularmente duro, Charo era una gran luchadora ya, se tumbaron después de la sesión de entranmiento en el tatami y Pedro se acerco para besarla. Ella, que estaba cansada de la paliza, le pegó un empujón para que la dejara en paz. Pedro insistió, pero ella le dio dos palmadas fuertes en el trasero. Y él volvió a insisitir con lo que se ganó otros azotes. Charo se dio cuenta que eso parecía gustar a su amigo y le palmeó de nuevo el trasero a lo que Pedro respondió con un gemido de satisfacción y gusto.
-¿Te gusta que te azoten?, preguntó.
-Pues la verdad es que si, me encanta. Si no te importa pégame suavemente.
-No conocía esa faceta tuya de sumiso -Charo se lanzó- ¿o es sumisa?
-Sumisa ama, dijo en voz baja. Soy muy sumisa.
-Vaya, quien lo hubiera dicho. Una preciosa sumisa en mis manos. Yo lo he sido. Ya te he contado lo que me hizo sufrir esa puerca, Pero yo no soy así si te gusta te prometo que te te trataré bien. Serás mi putita consentida. ¿Te gustaría eso Pedrito?
-Si mi ama, nada me gustaría mas.
-¿Qué experiencia tienes?, porque yo como ama tengo ninguna y no quiero pasarme ni que estés incómodo.
-Pues poca. He tenido relaciones con alguna chica y con dos chicos que me han tratado muy mal en el sexo. Pienso que han sido relaciones de dominación pero sin ningún tipo de afecto, solo pretendían humillar y dominar porque sí. Al primero le rompí la nariz de un puñetazo después de una sesión en la que me intentó degradar y el otro se fue con un dolor de huevos que todavía se tiene que estar acordando. En cuanto a la chica fue mas dulce y tranquila, pero la cosa no cuajó. Me gusta sentirme dominado, en manos de alguien. Eso me encanta, pero desde luego no se me pasa por la imaginación ser un pelele a las ordenes de un imbécil, o de una idiota. Todo consensuado y si me apuras con cariño y mucho respeto. Y creo que tu eres esa persona capaz de proporcionarme esas sensaciones. Follando eres muy buena y creo que yo no lo hago mal, sería para mi un gustazo que probáramos, ama. Si me aceptas como “sumisa”.
-Claro que si “muchachita”. Se me ocurre que podrías vestirte con lencería atractiva, un tanguita, unas medias y un liguero. ¿Te gustaría eso?
-Ummm, me encantaría. Pero tendría que comprar de todo.
-Pues vamos a comprarlo mañana, pero esta tarde me vas a follar como dios manda. Así que ponte a ello que me has puesto muy caliente.
Charo estaba confusa porque había descubierto una faceta interior desconocida hasta ese momento. ¿Podía ser dominante, y además con un chico? ¡Pero si a ella le gustaban las mujeres! ¿Podía haberse enamorado o al menos encariñado con un tío? Bien es cierto que el tipo era guapo y fuerte, pero a ella nunca le habían parecido anteriormente atractivos los hombres. Y encima se había sentido fuerte con él, como nunca lo había sentido. No era el dominar a alguien, era la sensación de poder estar en un plano de igualdad en el que se le reconocía un estatus como mujer ante un hombre. Era una sensación nueva. Había que vivir el momento, ya la racionalizaría mas adelante.
Al día siguiente los dos acudieron a un sex shop a buscar material de fantasía y de dominación. Con sus pocos años, 19 y 21, era algo violento el entrar en un sitio así. Bien es cierto que era 2005 y las cosas habían cambiado mucho con respecto a años anteriores, pero no había aún la libertad actual y los temas sexuales, si no eran tabú, estaban coartados en cierta medida. En la tienda había de toda clase de artilugios, películas de vídeo y DVD, prendas de sado-maso, dildos de varios tamaños y formas; una panoplia de artículos para toda clase de juegos sexuales. Charo se encaprichó con strap-on y lo incorporó a su compra. Se dirigieron a la empleada que estaba en el mostrador, una chica muy pálida con atuendo y apariencia gótica y con unas formas muy rotundas.
-Hola- dijo Charo- queríamos llevarnos esto -colocó el artilugio en el mostrador- y podrías decirnos donde está la ropa interior.
-Ah, esa está aquí en las vitrinas de detrás y en el mostrador. No la ponemos en las estantería por si acaso. Son muy fáciles de ocultar. -¿que habías pensado, guapa?
-Pues quiero algo clásico, un bonito tanga, unas medias negras y un liguero. Pero no son para mí -miró con picardía a Pedro-, son para él. Quiero vestirla muy sexi a mi amiguita.
-Ya entiendo. Eres muy alto amigo, o ¿prefieres que te llame amiga?
-Como quieras, dijo Pedro. Me gusta de las dos maneras.
-Pues estas medias de rejilla te irán muy bien para esas piernas. El liguero no tiene problema, será negro de este estilo -sacó un liguero con brocados en negro- y en cuanto al tanga necesitaría saber que tamaño tienes, porque dependerá de lo que haya que tapar.
-Que tape poco -dijo Charo- y sobre todo que enseñe todo el culo. Lo tiene muy bonito. ¿Quieres que te la enseñe para así ver las medidas?
-
Bueno, si no tiene inconveniente...
-Claro que no lo tiene. ¿Aquí mismo o en otro sitio?
-Pasad un momento aquí detrás, esto es como un probador. Veamos el material -dijo sonriendo-.
Pedro se desabrocho los pantalones y bajó la cremallera para sacar su polla de los calzoncillos y mostrarla a la dependienta. Ya tenía una erección descomunal y salió como un resorte.
-Vaya, nuestra amiguita ya está cachonda. Y tiene un buen rabo. Va a ser muy difícil encontrar nada que tape eso y los huevos. Pero yo os recomiendo un tanga trasparente, porque creo que mejor será que se vea todo y que en reposo intente ponerse la polla hacia un lado. Se verá pero le cubrirá algo. Y otra cosa: ¿no crees -dirigiéndose a Charo- que estaría mas guapa depilada? El pubis, los huevos y el trasero. Incluso las piernas y el torso. Yo la depilaría entera.
-Pues no se, ¿tu como lo ves guapa? ¿Te depilas?
-Lo que tu digas, a mi no me importa.
-Ummmm -dijo la dependienta- veo que aquí hay una sumisa en potencia. Eso me gusta. Y con un chica tan imponente como tu tener una sumisa debe ser fantástico.
-Pues la verdad es que no lo se. Estamos empezando. Es una relación muy especial. Yo soy también sumisa, y hasta hace poco lesbiana exclusiva, pero tener a este amigo tan imponente y disponible me ha hecho recapacitar muchas cosas.
-Mira chica, no te conozco pero me da la impresión que eres una bisexual de libro y me da la nariz que él también y además con un punto fetichista. No soy quien para dar consejos pero creo que os iría estupendamente si aceptáis que en el sexo está todo permitido siempre que sea motu proprio. Si alguna vez queréis venir por aquí y no tendré inconveniente en hacer un trío con vosotros. A mi también me van las tías y ver a este garañón en ropa interior debe ser un morbazo. Lo dicho. Os pongo estos artículo, incluyendo este par de tangas y que disfrutéis. Y también os vais a llevar estos dos DVDs de sado. Son alemanes y a mi me han gustado mucho. Podréis coger ideas de ahí.
Cuando llegaron a casa de Pedro, Charo se emperró en que se vistiera inmediatamente, pero tuvieron que dejarlo para el día siguiente ya que tenían clase y no les daba tiempo. Charo ordenó a su nuevo sumiso que por la mañana fuera a clase con el tanga, las medias y el liguero puestos que quería tenerlo disponible y caliente hasta que llegara la tarde y pudieran desatar sus instintos. Ella estaba todo el día con una desazón interna. Excitada al máximo pero sin saber bien como canalizar esa furia que le consumía.
A las 4 ya estaban en la casa de Pedro y se encerraron en su inmenso cuarto. Ella le ordenó que se desnudara. Quería ver si había cumplido sus ordenes. Se libro de su jersey y su camisa y después los calcetines y los pantalones. Charo observó el breve tanga transparente, que apenas cubría un rabo que ya empezaba a reflejar una incipiente erección. Las medias y el liguero completaban el atuendo que quedaba un tanto extraño, por no decir ridículo, para un hombre tan fornido y alto como él. Se acercó a él y le acarició por encima del tanga. Este estaba húmedo, el líquido preseminal hacía ya acto de presencia y sonrió al comprobar que la verga se ponía dura casi inmediato. Era imposible que la escueta tela le tapara todo y el glande y parte del tronco salió fuera del tanga. Era una vista muy interesante con el tronco apretado y el capullo, ya rojo intenso, mostrándose por arriba.
-¡Uyyyy, se te sale todo por fuera! ¿Te estás calentando, putilla? ¿crees que te mereces tener una erección? Si casi no te he tocado. Ni se te ocurra correrte antes de tiempo. Por cierto, para mañana deberás depilarte el pubis y los huevos, o mejor te depilaré yo. Te haré un afeitado completo. Voy a disfrutar mucho dejándote pelado como un maniquí. La cera en las piernas la dejaremos para mas adelante.
Pedro estaba cada vez mas excitado. El tanga no podía ya contener nada de su pene que estaba totalmente erecto. La tela le causaba ya mas dolor que placer y estaba deseando que Charo se lo quitara. Ella cogió una de las fustas que habían comprado y se acercó por detrás al esclavo. El primer fustazo fue en la nalga derecha que inmediatamente adquirió un color rosado. El segundo fue en la otra nalga y así fue cambiando hasta 20 golpetazos no demasiado fuertes. Pedro gemía a cada golpe y se excitaba cada vez mas. Charo le ordenó que se quitara el tanga de una vez y sus atributos quedaron libres. Con su mano derecha agarró los testículos y los apretó jugando con ellos.
-¿Te gusta que te aplaste la bolitas? ¿Prefieres que te retuerza la pollita un poco? ¿Eh, viciosilla?
-Lo que tu digas, pero no me hagas daño, por favor
Agarrando la polla comenzó a masturbarlo lentamente y de repente la agarró mas fuerte y la retorció de manera brusca hacia un lado y otro. Él pegó un respingo y se retorció sobre todo cuando con la otra mano agarró los testículos y los apretó lentamente mientras sonreía por el sufrimiento del esclavo. Pedro se retorcía de dolor, pero cada vez se excitaba mas con las caricias proporcionadas por Charo.
-Después te follaré con el consolador, pero primero quiero dilatarte el culito. ¡Ponte a cuatro patas, preciosa! El pecho en la cama y de rodillas en el suelo.
Ella se acerco y le dio a chupar el dedo índice para después bajar hacia su ano introduciendo el dedo completamente. Una vez dentro empezó a girarlo para dilatar el recto. Ahora acercó dos de sus dedos a la boca de él para que los ensalivara para repetir la operación varias veces. Por fin consiguió introducir tres de los dedos.
-Ya estás muy abierta, creo que es hora de follarte profundamente con el juguetito que hemos comprado. Ya verás como te gusta. Pero no quiero que te toques la pollita. Quiero ver si eres capaz de correrte mientras te sodomizo.
-Lo que quieras, ama. Estoy muy preparada y cachonda. Te ruego que me folles muy fuerte. Procuraré correrme como me ordenas.
Charo se colocó el strap on y se lo mostró a Pedro.
-Todo esto va a entrar en tu culo y tu no vas ni a chistar. Estarás calladita mientras te enculo-.
Después de embadurnarlo con crema lubricante, comenzó a introducir el consolador en el esfinter de la sumisa. Pedro gimió cuando entró la punta.
-Ya está, putilla, ya entró la punta, ahora entrará el resto despacito hasta que mi pubis choque contra tus huevos. ¿Ves, despacito da mucho mas gusto? Quiero que mi esclava goze mientras la follo, no me gusta que sufras innecesariamente. Ya está todo dentro, ahora te voy a follar sacándolo todo entero y volviéndolo a meter de golpe. Te va a gustar mucho, ya verás.
Comenzó un rápido mete y saca en el culo de Pedro. El consolador entraba y salía sin ningín tipo de oposición y tanto él como ella cada vez disfrutaban mas. Charo lo follaba y le daba algunas palmadas en el culo que ya estaba rojo. En una de las acometidas, dejó el aparato dentro de su trasero y le atrapó los huevos con una mano comenzando a jugar con ellos, apretando y soltando, mientras se movía mas lentamente en su trasero con un suave vaivén entrando y saliendo. El sumiso estaba en la gloria y las maniobras de su ama lo estaban llevando a un punto de no retorno. Así se lo comunicó a su folladora.
-Ama, estoy a punto de correrme, Por favor, déjame que lo haga. No me he tocado como me has ordenado, pero me estás llevando a que no pueda parar con esos movimientos. Por favor, permítete desahogarme.
-Me encanta que te guste, putona, me encanta follarte el culo y apretarte las pelotas. ¡Correte cuando quieras! ¡Tienes mi autorización! ¡Córrete ya puta, córrete!
Aceleró el movimiento, que se volvió salvaje penetrando profundamente en su culo. -Dame tu corrida, echa toda tu leche fuera. ¡Vamos zorra, córrete ya!- Al oír estas palabras, comenzó a eyacular mientras gritaba de placer. Fue una corrida copiosa que llenó el borde de la cama de semen espeso y abundante. Ella tuvo también un orgasmo de tanto roce del strap-on con su coño y de la situación de morbo generada. Cayeron los dos derrengados en la cama, Charo sobre Pedro y este de rodillas apoyando el pecho en el colchón.
-¡Joder, que polvo! -Dijo Charo-. Ha sido la hostia. ¿Que te ha parecido?
-Uffffff, -contestó Pedro- nunca me había corrido así con nadie. No pensé que podría hacerlo sin tocarme. Eres una fantástica ama folladora.
Charo había rememorado esos momentos ante sus vecinas de urbanización. Omitió los detalles escabrosos, pero si contó su relación con Pedro y sus polvos que fueron variados y muy intensos.
-Vaya aventuras con ese tal Pedro, y después de tener varias novias- Dijo Rosa-. ¿Y que fue de él?
-Pues no le seguí la pista. A los cuatro meses conoció a un tipo que tenía una buena polla, por lo visto, y se fueron a vivir juntos. Lo vi varias veces en la universidad y estaba, según me contó, muy feliz con él. Lo último que supe hace un par de años es que tenía un despacho de derecho de la empresa, con lo que supongo que debe irle muy bien. Bueno chicas me tengo que marchar que tengo que empezar a trabajar dentro de poco y quiero comer algo antes. Has sido muy interesante la charla. Esperemos reptirla.
Las otras mujeres se despidieron de ella emplazándola cualquier otro día a sentarse con ellas en la piscina y “cotillear” de todo y de todos. Cuando despareció de su vista, Rosa comentó con las demás que parecía una modelo de bebidas isotónicas con esa musculatura y su escaso pecho.
-¿Sabéis? -cuchicheo- creo que Beatriz, la que se instaló hace uno par de meses en la casa que era de los Partal, bebe los vientos por ella.
-Pues no sabía que fuera lesbiana, o mejor dicho bi. Esta urbanización se está volviendo Sodoma y Gomorra.
-¿Se está volviendo? Siempre lo ha sido, o quieres que te recuerde algunas cosillas tuyas...
Continuará.