La última vecina

Último relato de mi cuenta, por última vez, deleitaros con mi relato

Queridos lectores de Todorelatos, ha llegado el fin de una época, una época marcada en su mayoría por el Covid, pero que yo he disfrutado. Comencé a escribir por aburrimiento sin pensar en lo que estaba haciendo, pero luego llegó a entusiasmarme. A los pocos meses de mi llegada, en Marzo (yo empecé en Agosto), comenzó el Covid y al quedarme encerrado en  casa escribí más relatos, aunque cada vez había un intervalo mayor en el tiempo y comencé a aburrirme de ellos. Ya no me llenaban como antes, no los disfrutaba tanto, lo hacía por una mera obligación hacia vostros, para que tuvierais con qué entreteneros en estos tiempos. He durado aquí 2 años, justos, pues empecé un 22 de Agosto de 2019. Ha llovido mucho desde entonces, han cambiado unas cosas y otras se han quedado igual. Aparte del problema de la falta de motivación, otra causa del cierre de mi cuenta son problemas personales que me están agotando física y mentalmente. Me faltó terminar ciertas sagas, 7 en total, pero por diferentes razones no pude hacerlos, quién quiera saber cuáles son y qué pasará al final de dichas historias que se ponga en contacto conmigo con un correo. Así que nada, me despido de vosotros, he disfrutado mucho esta época y espero que estéis todos bien. Una vecina empezó todo y de cualquier modo debe estar presente para verlo acabar.

Un saludo,

FERNANDO

En el equipo de música sonaba a todo volumen una canción de rock ochentera mientras en la cocina se luchaba una batalla, el hombre, vestido únicamente con unos calzoncillos, contra una sartén de aceite hirviendo con dos huevos y bacon dentro, iba ganando la sartén, ya que cada vez que el hombre se acercaba soltaba chispas hacia la barriga del hombre haciendole retroceder hasta que el hombre, con mucho valor cogió la sartén por el mango y la retiró de la placa, entonces el aceite se calmó y pudo por fin recoger su desayuno

-No se trata de ser más fuerte, sino más listo-le susurró a la sartén

Tocaron a la puerta y se preguntó quién sería, eran las 11, su compañero de piso no volvería hasta las 16 y él no tenía amigos en la comunidad. Cogiendo una bata abrió la puerta y se encontró a la vecina de enfrente, que lo miraba con una expresión de asco total

-Baja el volumen de la música, molestas-dijo ella

-Sí señora-respondió él mirando embelesado el cuerpo de la vecina. Era una cincuentona pero estaba de puta madre. La carne se mantenía todavía en su sitio y vestía muy pijamente, su cabello era rubio casi blanco y cortado por la barbilla, se le puso la polla dura, pero tenía la bata por lo que la señora no pudo notarlo

-Que no se vuelva a repetir-dijo ella dandose la vuelta

El hombre cerró la puerta y apagó la música. A sus 27 años no había encontrado mujer que le pusiera tan cañón en un par de segundos, qué afortunado era su compañero de piso de vivir con semejante pibón. El piso donde estaba era de su amigo, al que conocía de 15 años. Él no trabajaba, pero conseguía el dinero justo para pagar el alquiler, nadie sabía como conseguía el dinero el último día, pero siempre pagaba. Su compañero, Daniel, trabajaba hasta las 16 y cuando volvía estaba en su cuarto jugando a un juego de ordenador, cosa que Fer no entendía, pero le daba igual. Él se levantaba cuando quería, hacía lo que le salía de los huevos y tragaba con las consecuencias, tenía que conocer a aquella señora, saber más de ella, seguro que su compañero la conocía, ya que iban juntos a juntas y tal. Mas tarde le preguntaría, de momento se encerraría en su habitación a su leer. Podía ser un vago, pero era culto y le gustaba leer

-¿Qué tal Ferry?-preguntó Daniel entrando en su cuarto

-Bien, leyendo a Tom Sawyer-respondió Fer encima de la cama en la postura india

-¿Otra vez?-preguntó Daniel

-Otra vez-asintió Fer-por cierto, una pregunta

-Dime

-Cuéntame todo lo que sepas de la vecina de enfrente-dijo cerrando el libro

-¿Qué le has hecho a Lucía?-preguntó Daniel desconfiado

-Nada, simplemente me ha hecho una visita y se me ha puesto...fua

-Eres un asqueroso, no pienso contrate nada-dijo Daniel cerrando la puerta

Le cansaba la actitud de su compañero, ya de jóvenes se había fijado en mujeres, de hecho, en el instituto tenía fama de pajero, lo cual era cierto, las mujeres no le tocaban ni con un palo, y Dani aún pensaría que Fer era virgen sino hubiera sido testigo en la uni de como su compañero se follaba a las universitarias. Pero aquello ya era demasiado, no era como en la uni, ahí, como tocara a alguien, le caería una denuncia de la hostia. Lucía era...peligrosa. Era una de las ricachonas de la comunidad y tenía muy mal caracter, él la había visto de vez en cuando, pero ni de coña se había ella acercado a hablar con él.

-Necesito un remojón tío, llevo muchos años de mala suerte-dijo Fer saliendo de su cuarto

-Con Lucía no. Esta noche nos vamos por ahí-prometió Daniel. Desde que terminaron la uni, 3 años atrás apenas había visto a su amigo y sabía que su rutina de la universidad de follar continuamente se había desbarajado, lo había acogido unas semanas atrás en su casa por pena, aquel escritor venido a menos no tenía a nadie salvo a él

Tal y como había prometido, aquella noche salieron, al día siguiente Dani no tenía que trabajar y podía permitirselo. El garito estaba muy movidito y eligieron unas esquinas donde sentarse y onservar a la gente bailar y ellos muertos del asco sin tener a nadie

-Más vale que nos busquemos a alguien o pareceremos unos treinteañeros salidos buscando jovencitas-dijo Fer

-Yo ya tengo a alguien-dijo Daniel sonriendo

-No pienso sacarte a bailar, ya lo que me faltaba, que me tacharan de gay-dijo Fer

-No hablaba de ti-Dani se levantó y se dirigió hacia el grupo de mujeres que se acercaban a ellos, les pegó cuatro gritos, habló con ellas y volvieron donde estaba su amigo.

Unas amigas de Dani, durante la uni habían sido tan amigos que incluso los habían tachado de novios, aunque tanto Dani como Sandra desmentían los hechos, sin embargo, entre ellos estaba Marta, quien había sido un polvo recurrente de Fer que no había acabado bien

-Mira quién está aquí-señaló Marta, con su cuerpo espectacular y su cabello castaño liso sobre sus hombros desnudos, su vestido negro le cubría las tetas y le llegaba bastante por encima de las rodillas

-Martita-dijo Fer sonriendo levantado del sofá

Marta le dio un bofetón que le giró la cara

-Esa no me la merecía-dijo Fer a Daniel mientras volvía a poner la cabeza recta, le dolía aquel bofetón tan inesperado

-Hola ¿qué tal?-saludó otra amiga de Sandra, Gloria, una gorda que no había cambiado tanto

-Bien Gloria, trabajando sin parar. ¿Te acuerdas de Fer?-preguntó Dani

-Claro que sí, Fer-dijo Gloria con una sonrisa, Fer la sonrió también, pero Gloria cambió su sonrisa por una mueca seria y le dio un bofetón en la misma mejilla en la que Marta le había golpeado

-¿Esa tampoco te la merecías?-preguntó Daniel

-No, esa sí la merecía-dijo Fer

-Bueno, ahora que ya nos hemos reencontrado, bailemos un poco-dijo Sandra

Marta se acercó a él

-¿Piensas sacarme a bailar?-preguntó

-¿Me abofetearás?-preguntó Fer

-Sólo si te propasas-respondió Marta

-Te saco-dijo Fer

Bailaron entre todos e incluso se intercambiaron con parejas con desconocidos. Dani flipó con una de los intercambios que Fer había hecho, una jovencita de cabello casi rubio y largo con un vestido blanco que hacía rebotar sus pechos grandes. Estuvo a punto de avanzar hacia su amigo y decirle que se busque otra pareja, por que sabía lo que iba a pasar ahora. Sin embargo se quedó quieto mientras una pelirroja le tiraba para continuar su baile, demasiado cercano y picantón que se le olvidó el tema de su amigo.

Fer había encontrado a una joven mujer y haciendo uso de sus dotes (oxidadas) de seducción consiguió camelarsela y metersela en el bolsillo, el siguiente paso sería llevarsela al baño, y así lo hizo, le dio la sensación de que la joven estaba un poco suelta y ligerita, pero le dio igual. Nada más traspasar el baño de mujeres cerraron la puerta y se morrearon y la empujó contra los lavabos metiendo la mano por debajo de la falda del vestido blanco

-Eh, encerraos en un cubículo por lo menos-gritó una mujer

Fer le gruñó y la joven le empujó a un cubículo cerrandolo

-¿Por donde nos habíamos quedado?-preguntó ella

-Iba a desnudarte y tú me la ibas a mamar-respondió él

Sin emitir respuesta ella se agachó frente a Fer y le bajó la bragueta y luego le sacó la polla del pantalón, una polla de 17 cm con dos huevos colgando por detrás, abrió la boca y se la metió, aunque no pudo con toda. Mientras tanto él acariciaba el cabello de la chica y le pidió que subiera los brazos, ella accedió y él le cogió el vestido y se lo sacó por la cabeza, interrmpiendo la mamada un momento, que luego retomó cuando tuvo sus tetazas al aire, cayendole con una perfecta gravedad, aunque tenía las bragas puestas

-Joder, me estás poniendo to' loco-dijo él mientras su polla se endurecía más aún

-Siempre lo consigo-dijo ella sonriendo. Abandonó la mamada y pasó a pajearle con fuerza

-Cuidado, que me haces daño-dijo él, qué fuerza tenía aquella chica

La chica bajó la intensidad y empezó a acariciarle los cojones con delizadeza mientras que Fer se agarraba a las paredes del cubículo con los ojos cerrados. El chorro de semen salió con fuerza y golpeó a la mujer en la cara y le resbaló por toda la mejilla hasta los labios, ella recogió el semen con la lengua y se lo llevó a la boca. Empujó a Fer, que cayó sobre el retrete y se sentó sobre su polla, con las bragas aún puestas y la polla aplastada entre ellas y la camiseta de Fer

-Me la vas a meter y va a ser el mejor polvo de tu vida-dijo ella

-Eso habrá que verlo-dijo él

-Te aseguro que será el mejor, soy una diosa del sexo-dijo ella apartando las bragas de su entrada descubriendo su vagina depilada y sus labios húmedos, estaba cachonda

-Te la chupo-dijo él

-No, no te voy a dar ese placer de comerme el coño, toma este condón y métemela-dijo ella

-¿Me pones tú el condón?-preguntó él juguetón

-No, ya bastante que te la he comido y tocado-dijo ella

-Qué genio hija-dijo él cogiendo el envoltorio

Se lo puso y dirigió su polla a la entrada de la vagina metiendola de golpe

-¿Y si te quitas las bragas del todo?-preguntó él

-Ni lo sueñes-dijo ella poniendo sus brazos detrás de su cabeza, por lo que las tetas se quedaron enfrente de Fer, él no pudo resistirse y se las chupó, se metió el pezón izquierdo dentro de la boca y lo lamió mientras cogía la otra teta con la mano. Ella le daba pescozones en la cabeza para que la soltara, pero él tenía mucho pelo y los golpes apenas le dolían, por lo que ella dejó de intentarlo y echó la cabeza hacia atrás expirando. A ella le gustaba dominar en el sexo, no permitía que nadie hiciese lo que aquel chico estaba haciendo, pero él era el doble de grande que ella y tenía más fuerza, no tenía duda de quién ganaría en una pelea sexual, y aquello la enervaba, pero se dejó hacer.

Fer le dio la vuelta y la tumbó en el suelo poniendola a cuatro patas mientras le cogía el pelo por detrás y tiraba de él

-Para bruto-gritó ella

Pero Fer en vez de parar le dio golpes en el trasero, ese trasero que se contoneaba de manera tan deliciosa mientras bailaban y que le había tocado en más de una ocasión aquella noche. Daba fuertes penetradas e intentaba llegar hasta el fondo de la vagina abierta, aquella joven era demasiado liegerita de cascos, a saber cuántos habían pasado por aquella vía, aunque ni le importaba, él a lo suyo.

-Me vengo-avisó

Se salió del coño y se quitó el condón, pajeandose en la cara de la chiquilla

-Quita guarro-dijo ella, aunque no pudo evitar que el semen le cayera por toda la cara-Qué asco

Fer se tumbó sobre el retrete mientras la chica se limpiaba con un klínex de su bolso

-Estás muy viejo ¿estás hiperventilando?-preguntó a Fer

-Ojillo, tengo 27-respondió Fer

-Menudo abuelo-dijo ella sacando cigarro y mechero

-¿Tú cuantos años tienes?-preguntó él

-16-respondió ella con indiferencia mientras chupaba el filtro del cigarro

-¿16?-preguntó él atónito levantandose

-No parecía importarte tanto mientras me follaba por detrás-respondió-¿Repetimos por el culo?

-Oye tío ¿donde se ha metido Fer?-preguntó Marta

Se habían reunido los cuatro (Marta, Gloria, Sandra y él, Dani) en unos sillones de cuero, aunque su amigo estaba ausente

-No lo sé, lo he visto irse a los baños con una niña-respondió él

-Cada vez hay más adolescentes por aquí, maldita puta-dijo Marta sentandose molesta

-¿Te molesta mucho que Fer se haya encerrado con una más joven en los lavabos?-preguntó Sandra

-No, pero sí que vengan niñatos, seguro que ni tenía carnet-dijo Marta

-Fer tampoco tiene-dijo Dani

-Sí que tiene, si me llevó a dar unas vueltas-dijo Marta

-Se lo quitaron, por conducción temeraria-aclaró Dani. Se acordaba de aquel suceso

-Bueno ¿nos vamos Sandra? Este idiota ha vuelto a joderme-dijo Marta

-Sí vámonos-dijo Sandra. Marta tenía ganas de volver con Fer, lo suyo había un rollete universitario que le había calado hondo, aunque al parecer a Fer le daba igual, ya que estaba con otra

-Yo me quedaré un rato más junto a Dani-dijo Gloria pasando su mano por el torso de Dani

El timbre sonaba muy alto y no paraba, era ininterrumpido, y muy molesto. Fer se levantó de la cama entre gruñidos y maldiciones, eran las 10, demasiado temprano para molestar

-Como sea uno de esos venderores ambulantes se va a meter lo que quiera vender por el culo-dijo en voz baja mientras cogía el picaporte y abría

No era un vendedor ambulante. Era la vecina de enfrente, igual de arreglada que siempre, pero aquel día echaba humo por la nariz

-¿Cómo te atreves? Hijo de puta-le gritó mientras le golpeaba los brazos y el pecho

-Señora, pare ¿Qué mosca le ha picado?-preguntó Fer

-¿Qué qué me ha pasado? Serás desgraciado-dijo ella

-No la entiendo. Está loca. Son las 10 de la mañana y ha venido usted a despertarme y a golpearme. Exijo una explicación-dijo Fer

-¿Una explicación? ¿qué quieres que te explique? ¿que te has follado a mi hija vil y cruelmente haciendola sangrar? ¿qué has estrellado tu coche en el mío?-preguntó la vecina

Fer sonrió y se acordó de aquello, a la salida de la disco había cogido el coche de Dani y se había largado a casa dejandole tirado mientras se enrrollaba con la gorda Gloria, le hubiera gustado ver la cara de su amigo cuando viera que no estaba el coche en el parking

-¿Encima te ríes?-preguntó ella

-No es lo que usted piensa-respondió Fer

-Has violado a mi hija y me has roto el coche. Voy a denunciarte-dijo ella

-Oye, su hija de inocente tiene poco, que el coño lo tenía más abierto que una autopista sin peaje-respondió Fer

La vecina se giró y le cruzó la cara de una hostia

-No hable así de mi hija-dijo ella

Fer se cansó de aquello y tiró de la mujer metiendola dentro de la casa y cerrando la puerta

-¿Se puede saber qué hace?-preguntó ella

Fer le dio una hostia que la dejó atónita, aquel niñato le había puesto la mano encima. ¿Cómo se había atrevido? Fer la cogió de los brazos y la llevó a la habitación y allí la tiró en la cama, por mucho que ella se revolviera y le arañara. Ella era más mayor que él, pero él había ido al gimnasio en la uni y aún conservaba la fuerza y los bíceps, pese a su alimentación de comida basura, por lo que Lucía no pudo zafarse. Fer le sacó el pantalón a tirones, le arrancó las bragas y le comíó el coño. Estaba seco y con el vello rubio recortado. Ella se revolvía y le hacía la tarea difícil, hasta que sintió la lengua del joven en su clítoris, cómo conseguía estimularla y calentarla, se relajó y dejó de luchar

-Todas caen como moscas cuando hago esto-pensó Fer mientras seguía lamiendo el coño de la mujer pasando la lengua por recovecos abandonados tiempo atrás. Por la posición en la que estaba podía ver a la mujer, cómo tenía la boca abierta y los ojos cerrados, cómo sus pechos se quedaban firmes sin moverse apenas. Puso las manos en las caderas de la señora y la atrajo hacia él, ella pasó sus piernas por sus hombros y le dio acceso para que Fer pudiera jugar con el culo, cosa que él no desaprovechó y metió un dedito por el agujero estrellado, provocandole gemidos de placer, ya estaba por acabar, lo presentía, y así fue. Con un fuerte orgasmo, Lucía se corrió por todo lo alto

-Qué cabrón-dijo ella tumbandose en la cama revuelta

Fer la limpió bien y se tragó su corrida y subió por su cuerpo. Le quitó la chaqueta y la blusa dejando sus pechos a la vista, sostenidos por un sujetador muy recatado

-No-dijo Lucía sin convicción cogiendo a Fer de la ropa de la noche anterior (Fer estaba tan borracho que había dormido con la ropa puesta)

-Si lo estás deseando-dijo él deteniendose sobre su boca. Sus narices se tocaron y sus labios descendieron hasta los de Lucía, se juntaron y se besaron apasionadamente. Fer abandonó su labor en el sujetador para sujetar la mandíbula de la señora mientras ella invertía la situación y se ponía encima de él

-Joder con dominar-dijo él

-Cosas de familia-dijo ella desabrochandose el sujetador. Sus dos pechos cayeron junto a los ojos de Fer, que los miró hipnotizado. Tenía los pezones duros y cuando los pellizcó, ella soltó un gemido de placer, por lo que continuó haciendolo de vez en cuando mientras intercalaba lamidas y mordisquitos en sus tetas. Mientras el chico se entretenía con sus tetas ella se detuvo a pensar lo que estaba haciendo. Había tocado el timbre con la intención de cantarle las cuarenta a aquel joven y ahí estaban los dos, follando, y ella con el coño húmedo y con la polla de aquel energúmeno dandole golpes en la espalda.

Dejó a Fer disfrutar un poco más con sus tetas y luego se bajó de él y le cogió la polla. Su hija no había querido darle detalles de la polla y ahora ella se sorprendía, 17 cm, gorda, abrió la boca y se la metió mientras él le empujaba la cabeza hacia abajo, qué gilipollas. Pasó la lengua por el glande y por el frenillo, luego bajó por el tronco y por último los cojones, para ello tuvo que sacarse la polla de la boca y bajar hasta sus huevos albergandolos los dos en la boca y moviendolos, volvió a la polla y le dio una última mamada antes de que se corriera copiosamente en su garganta sin avisar

-¿Cómo vas?-preguntó él

-Bien-respondió ella tragandose todo el semen

Empujó a Fer sobre la cama y se sentó encima suyo, con la polla palpitando bajo la entrada de su coño. Ella pasó su vagina por toda la polla y mojó su vello con el semen que no había limpiado de la polla del joven

-¿Quieres meterla?-preguntó ella con la entrada sobre la polla

-Sí-respondió Fer

-Pídemelo-dijo ella

-Déjame que te la meta-dijo él

-Deseo cumplido-respondió ella bajando de golpe y llegando al fondo.

Él la cogió de la cadera y la llevó hacia sí inclinando su cuerpo mientras se la follaba, mantuvo sus ojos en los de ella, pardos mientras ella movía el culo de forma sensual

-¿Te gusta?-preguntó ella

-Me encanta-dijo él moviendo las manos y amasando el culo de su víctima

-Qué travieso-dijo ella

Se agachó para besarle y le dejó acceso para que le metiera un dedo por el culo

-Los movimientos que haces con el culo...vas a hacer que acabe pronto. Muy pronto-dijo Fer

-Eso espero, pero espero que antes me hagas acabar a mí-dijo Lucía aumentando el ritmo de sus movimientos, estaba super caliente

Pese a que llevaba no más de 5 minutos follándosela se corrió como una loca manchando la cabeza del capullo de Fer, él le respondió de la misma manera llenandole el coño de leche a la señora, que nada más recibir la semilla se echó sobre su cuerpo y le acarició el pecho mientras Fer aún le metía el dedo por el culo y su polla se desinflaba en su interior

-Lo siento, no debería haber entrado así-dijo ella

-No pasa nada. Yo siento lo de su hija, y lo del coche-respondió él

-Llegó a casa llorando, diciendo que la habías violado-dijo ella

-No fue así. Es cierto que follamos, pero todo bajo su consentimiento, incluso llevaba ella el contol-respondió él

-¿Es cierto lo que dijiste sobre qué no era virgen?-preguntó ella

-Sí. No lo es, no es tan inocente como le ha hecho ver-dijo él

-Bueno, tengo que irme-dijo ella

-No. Quédese aquí-respondió él

-¿Me deseas?-preguntó ella

-Claro que sí-respondió él

Hizo que volviera a tumbarse y la atrajo hacia su cara, sin sacar la polla de su coño aún. Ahora que la miraba de más cerca se daba cuenta de pequeños detalles que le habían pasado inadvertidos durante el sexo. Unas pequeñas arrugas enmarcaban sus ojos avellanas, igual que en las comisuras de sus labios donde se juntaban aquellos labios tan sensuales, no pudo evitarlo y la besó sin control, ella no se lo impidió

-Qué suertudo es el cabronazo de su marido-dijo él

-No tengo, estoy divorciada-dijo ella

-¿Y eso?-preguntó ella

-¿No lo sabes?-preguntó ella

-No, soy nuevo por aquí-respondió él

-Bueno, hace 5 años se largó con una más joven-dijo ella

-¿Más joven? Ese tío es gilipollas-dijo él

-Yo ya he entrado en los 50, su nueva mujer tiene 35-respondió ella

-¿Entonces está sola?-preguntó él

-Sí, mis hijos viven con él ya que el padre los consiente más que yo-dijo ella

-Suele pasar-dijo él

-Sin embargo la niña vino anoche a casa y me contó lo que había pasado-dijo ella

-Tal vez me pasé dandole por culo-dijo él

-Le sangra y se ha quejado toda la noche-dijo ella

-Bueno, si eso ha hecho que vinieras hacia aquí y folláramos, volvería a hacerlo-dijo él

-¿Conmigo?-preguntó

-¿Porqué crees que sigues aquí después de que yo me haya corrido?-preguntó él

-Pero si estoy vieja-dijo ella

-Y yo joven, nos complementamos, además, a la mami aún no le he roto el culito-dijo sonriendo

-¿Me harás tanto daño como a mi hija?-preguntó ella

-Solo si me lo pides-respondió él

-Tuve un novio que le encantaba darme por culo y nunca lo consiguió, y mi marido no estaba interasado en esa práctica-dijo ella

-Entonces...-dedujo él

-Soy virgen, así que cuidado con él, no seas muy rudo-dijo ella

-No lo seré-prometió él

Lucía se levantó y se sacó la polla desinflada del coño procando la salida del semen de su interior, pero ella se limpió con los dedos y luego volvió a mamar la polla hasta que estuvo lista para su nueva incursión. Se puso de espaldas a Fer y se preparó para meterla, pero el joven le pidió que se diera la vuelta

-Quiero ver tu cara-se excusó

Abriendo las piernas al máximo, se metió la polla por el pequeño agujero con cierto dolor, pues nadie había entrado por ahí antes. Fer le había cogido una mano y con la otra se apoyaba en la rodilla del joven. Dolía, dolía horrores, pero era solo la cabeza y debía meterla toda. Con paciencia consiguió metersela toda y solo profirió unos gritos más de dolor. Finalmente estuvo toda dentro, sentía la mirada del joven sobre ella y entonces empezó a sacarla y a volver a meterla, ella puso los ojos en blanco y él le dio la vuelta y la folló a cuatro patas para facilitar la movilidad de ambos, tenía celulitis y algunas estrías, pero le dio igual y siguió rompiendole el culo hasta que se corrió dentro suya. Cuando se la sacó y le dio la vuelta ella estaba llorando, pero no de dolor, a ver sí, pero lloraba también de placer

-Ya está-dijo ella-culo roto

-Culo roto-repitió él

A Lucía no le dio tiempo a decir nada, la puerta se abrió y Daniel entró en la habitación hecho un energúmeno

-Robaste mi coche cabrón, tuve que llevar a Gloria andando a casa, me invitó a entrar y follamos, no le he pasado tan mal en mi vida, qué asco de gorda, esta me la devuelves-dijo Daniel. Se quedó paralizado viendo la estampa. Lucía desnuda en la cama de su amigo tapandose los pechos mientras que Fer tapaba a Lucía con la sábana, olvidandose de su propia desnudez

-Hola ¿qué tal?-preguntó Fer con calma

-Ehhh, hablamos luego, voy a ducharme-dijo Dani

-Perfecto-dijo Fer

-Debería irme-dijo Lucía cuando Dani cerró la puerta

-Quisiera repetirlo, otro día-dijo él

-Yo también, toma-dijo ella

Cogió su bolso del suelo y sacó un billete que dejó sobre la mesa

-No cobro-dijo él

-Pero yo pago cuando me lo hacen sentir bien-dijo ella

Se intercambiaron los teléfonos y ella se vistió con sus ropas, aunque Fer le quitó las bragas, un anticipo. Salieron al rellano entre las dos casas y allí Fer besó a Lucía y ella le devolvió el beso

-Nos vemos-dijo ella

-Nos vemos-repitió él

Esperó a que Lucía cerrara la puerta de casa y luego cerró él la suya. Cuando Daniel salió de la ducha ya tenía el desayuno listo para dos

-Te has follado a la vecina-dijo él

-Y a su hija anoche-dijo Fer

-Te iba a decir que era su hija, pero una pelirroja hizo que me olvidara de ti-respondió Dani

-Así que una mujer hizo que te olvidaras de mí...estoy celoso-dijo Fer

-¿Tú has pensado mucho en mí esta noche?-preguntó Dani

-Constantemente-respondió Fer

-Maricón-dijo Dani en broma

-Tú más-rió Fer

-Hay quién no está nada contenta contigo-dijo Dani

-¿Quién?-preguntó Fer

-Marta. Te fuiste a follar y no le dijiste nada-dijo Dani

-¿Está celosa?-preguntó él

-Aún te tiene muy presente-dijo Dani

-Lo nuestro acabó hace 3 años, yo también pienso en ella, pero como una amiga, nada más-dijo Fer

-No la quieres-dijo Dani

-No como quiero a Lucía-dijo él

-Chico, la conoces de un día-dijo Dani

-En un día ya me he enamorado-dijo Fer

-Llama a Marta y aclarale lo vuestro-dijo Dani

-Necesitaré su número-dijo Fer recogiendo todo

-También necesitas una ducha-dijo Dani

-Voy a ello-dijo Fer

Se encerró en el lavabo y se llevó la mano al bolsillo sacando la braga de Lucía. Se la llevó a la nariz y aspiró el aroma de aquella madurita