La última jugada de Mariano

El era el novio de mi mejor amiga...pero las cosas iban a cambiar...

LA ÚLTIMA JUGADA DE MARIANO

Hola a todos. Mi nombre es Johan, tengo 19 años y vivo en Buenos Aires, una ciudad llena de chicos gays hermosos. Mido 1,78 y tengo un cuerpo marcado por la rutina del Gym, aunque mi mayor atractivo son mis ojos, ya que tengo una mirada muy penetrante. Bueno, basta de charla. Empiezo con esta historia.

Cuando comencé el Colegio Secundario conocí a Jessica. Ella era la típica chica simpática que se llevaba bien con todo el mundo. Era la más linda del curso (si es que no era la más linda del Colegio), por lo que todos mis compañeros andaban detrás de ella. Menos yo, claro, ya que tenía bien definida mis preferencias sexuales. Aunque, para que mi pequeño secreto siguiese siendo un secreto, yo seguía el mismo juego a los ojos de los demás chicos.

Con Jessica pronto nos hicimos grandes amigos. Muchos de los chicos comenzaron a tomarme algo de envidia, ya que compartía bastante tiempo con ella para realizar trabajos prácticos y esas cosas, típicas del colegio. Muchos se preguntaban porque yo no había avanzado aún hacia ella, pero como ya dije, para mí estar cerca de ella no significa nada más que una buena amiga. Además, ella ya me había contado que estaba de novia con un chico llamado Mariano, y que estaba super enamorada de él. Y es con éste que la historia comienza de verdad.

Cierta tarde, cuando estábamos saliendo del Colegio, veo a un hermoso muchacho de unos 18 años (yo por aquel entonces tenía 15), que estaba parado enfrente del edificio. Mediría 1.80 m de alto, rubio, de ojos verdes y un cuerpazo espectacular trabajado en el gimnasio. Ver semejante ejemplar me había dejado como un zombie, solo reaccioné cuando alguien me toco el hombro. Era Jessica y me dice:

-Vení Johan. Te tengo que presentar a alguien.

Yo comencé a seguir a mi amiga, y para mi grata sorpresa, nos dirigíamos hacia donde estaba aquel espectacular tipo.

-Johan, el es Mariano, mi novio. Mariano, el es Johan, un amigo- dice Jessica presentándonos a ambos.

-Hola- es lo único que dijo Mariano extendiéndome la mano. Yo acepté su saludo. Era fuerte como una roca. Su voz era grave, muy varonil y sensual.

-Hola- le dije yo, y al instante me dirigí hacia Jessica:

-Bueno, Jessi, me tengo que ir porque tengo que hacer un par de cosas. Nos vemos mañana-, y me dí vuelta para irme a mi casa.

-Un placer conocerte- alcanzo a escuchar que me dice Mariano.

-El placer fue mío- le contesté sin detenerme, pero mostrándole una sonrisa. La verdad era que estaba bastante apurado por llegar a mi casa y hacer ese "par de cosas" . Esto era: un par de buenas pajas a la salud de ese macho!!!

El tiempo pasó. Los tres años del secundario se fueron en un abrir y cerrar de ojos. Ya para cuando finalizaba el último año, le conté mi pequeño secreto a Jessica, que por fortuna lo tomó muy bien. En el transcurso de esos años ví a Mariano periódicamente, pero nuestras conversaciones no iban más allá del -"Hola"- "Como estás?"- "Bien"- "Chau"-. Sin embargo (y a pesar de tener algunos encuentros con otros chicos), Mariano me seguía fascinando, tal vez porque era algo imposible, así que cuando me la jalaba, la mayoría de las veces era pensando en él. Cuando egresamos del último año, dejé de verlo, hasta que...

Unos siete meses después, una tarde estaba regresando a mi departamento (ya para ese entonces me había independizado e ido a vivir solo) después de un largo día en la Universidad. Como siempre, lo primero que hago es revisar mis mails. Había unos cuantos, la mayoría publicidades y propuestas de mis casuales amantes. Pero había uno que me sorprendío: era de Jessica. Decía algo mas o menos así:

"Hola Johan. Como estás? Espero que muy bien!!

Te escribo este mensaje en medio de una gran felicidad. Mariano y yo te queremos invitar a nuestro compromiso. Es un momento muy especial para nosotros y quisieramos compartirlo con vos. Te esperamos este sábado a las 21:30 hs en [...]

Besos. Jessi."

Al leer esto me puse muy contento por mi amiga...aunque también un poco envidioso, ya que iba a pasar el resto de su vida con ese hermoso hombre y yo no. Sin embargo, la idea de volver a ver a Mariano una vez más y después de tanto tiempo, me reanimó.

El día de la reunión llegó. Me presenté puntualmente en la dirección indicada. Allí me recibió la feliz pareja. Le dí un beso y un fuerte abrazo a Jessica deseándole la mejor de las suertes. Por primera vez fui un poco más demostrativo con Mariano, y lo abracé a él también deseándole mucha suerte. Entre mi pensé: "Mmm que rico que estás papito. Como quisiera poder abrazarte por siempre." Luego de ese lapso, la pareja me invitó a pasar, y así lo hice. Dejé mi abrigo en una de las habitaciones y me uní al resto de los invitados.

El transcurso de aquella reunión fue normal. La mayoría de los invitados eran mis ex compañeros de clase, así que nos pasamos la noche contándonos las cosas que nos habían pasado en ese tiempo y recordando las anécdotas de los días de clase. Después de la medianoche, la gente comenzó a marcharse. Como siempre, yo me quedé hasta ser uno de los últimos en irse a eso de las 2:00 a.m. Obviamente que como era sábado, la noche recién comenzaba para mí, y no tenía planeado volver a mi casa, sino ir a uno de los tantos lugares de ambiente que hay en el centro de Buenos Aires para "pescar algo".

Me dispuse a ir a buscar mi abrigo a la habitación donde lo había dejado. Como entraba algo de luz en la habitación, proveniente de la sala, no encendí la de la misma. Ya con mi abrigo en mano, estaba por salir de ahí, cuando me sorprende la inconfundible silueta de Mariano.

-Opa! Me asustaste- le dije algo nervioso.

-¿Por qué ibas a asustarte de mí?- me dijo mientras se dirgía hacia mí.

-Jaja! Tenés razón...Ya me iba- alcancé a decirle. El solo hecho de pensar que estaba solo con él a mi lado en una habitación semi oscura me había puesto al palo!

-Entonces nos tenemos que despedir...- me dice.

-Si, supongo- le digo yo, y ni bien terminé de decirlo, Mariano me toma por la cintura con una mano y con la otra me toca el paquete muy suavemente y me empieza a besarme el cuello...

Yo estaba como loco, no lo podía creer. De repente se detiene y me dice:

-Esperame en tu auto acá a la vuelta. En media hora estoy con vos.

Yo no atiné a decir nada. Cuando reaccioné Mariano, ya no estaba en la habitación, así que salí. Salude a todos los invitados y a Jessica algo apurado y me fui.

Esa media hora de espera se me hizo eterna. En el transcurso pensé sobre lo que habría pasado. Muchas ideas rondaban por mi cabeza. Una cosa era segura: Mariano sabía que yo era gay, pero...que intenciones tendría? Curiosidad? Calentura? Y lo menos probable: algo de Amor? No me importaba demasiado, de todos modos sabía que esa noche íbamos a terminar los dos juntos en la cama. Aunque la verdad es que si había sentimientos de por medio me iba a sentir mejor, ya que realmente siempre me había gustado.

Como disipándome de todas mis ideas, llegó. Se sentó en el asiento del acompañante y los don nos quedamos mudos por unos segundos. Lo miré a los ojos y le dije:

-Y?

-Perdón- me dice –Lo que pasa es que verte de nuevo hoy...cuando me abrazaste....lo había deseado desde que te conocí.

Yo me quedé mudo ante su confesión. Lo único que se me ocurrió decirle fue:

-Pero Mariano...vos sabías que yo...

-Vos que?

-...bueno...que yo era...gay?

Me miró con cara de no entender lo que estaba pasando y me dijo:

-Nnno...la verdad es que no tenía idea...

-Como? Jessica nunca te lo dijo? Ella lo sabía...

-No...la verdad es que nuestra relación está mal....nos comprometimos para intentar salvarla....pero yo se que no va a fucionar...

Y comenzó a llorar. No podía creerlo. Me estaba diciendo todas las cosas que no se atrevía a decir. Como si fuese un amigo de esos de toda la vida, lo abracé. El continuó hablando:

-...nn-no va a funcionar....yyo la quiero mucho....pp-pero...no como antes....me dí cuenta que hay.....otras cosas....

-Te entiendo- le dije yo mirándolo nuevamente a los ojos –No llores más- y comencé a acercarme a su boca y comencé a besarlo como nunca había besado a nadie...con mucha ternura. Nos separamos y yo encendí el motor del auto. Volví a mirarlo y le dije:

-Tranquilo, todo va a estar bien...-

Mi departamento quedaba a unas treinta cuadras de ahí. Durante el viaje no nos dirigimos la palabra, pero pude notar como Mariano se iba tranquilizando. El decirme todo eso había sido duro para él. Y yo lo entendía, porque alguna vez había pasado por lo mismo. En ese momento me di cuenta que en realidad había algo ahí...algún sentimiento escondido. En él y en mí.

Cuando llegamos, lo invité a pasar y le dije que se pusiera cómodo. Se sentó en el sillón en silencio y yo me dirigí a la cocina para llevarle algo para tomar. Volví a living y me senté junto a él. Su mirada estaba fija en el suelo. Le dí el vaso y comenzó a tomar. Cuando terminó, con una mano tome su rostro para que me mirara a los ojos, y le pregunté:

-Estás mejor?

Mariano me sonrió y me dijo:

-Si, gracias.- Y nos quedamos un segundo mirándonos, hasta que él cerró los ojos y se dirigió a mi boca. Yo hice lo mismo. Comenzamos a besarnos muy apasionadamente. Mi sueño se estaba haciendo realidad. Pero era algo diferente a lo que había imaginado. Yo siempre había pensado en él con mucho morbo. Pero al momento de tenerlo ahí las cosas eran diferentes. En realidad quería hacer el amor con él, porque así lo sentía. No era solo sexo. Había algo más...

Estuvimos besándonos y abrazándonos unos cuantos minutos, hasta que me paro y lo levanto a él para que me siga. Sin dejar de besarnos, lo llevé hasta mi habitación. Seguí besándolo con pasión y cuando estaba por empezar a desabrocharle la camisa, como por un impulso le dije:

-Estás seguro de que querés seguir?

El me miró a los ojos. Me sonrió y me dijo:

-Si, si mi amor...esperé esto por mucho tiempo...

Volví a besarlo con pasión mientras desabrochaba su camisa. El hizo lo mismo conmigo. Seguimos besándonos y acariciándonos hasta que nos sacamos toda la ropa y quedamos solo en boxer. Muy lentamente nos fuimos acostando en la cama, quedando yo encima de él.

Fui bajando lentamente de sus labios a su cuello, y luego a su velludo y fuerte pecho. Comencé a chuparle las tetillas delicadamente mientras el me acariciaba la cabeza y daba suspiros de placer. Los dos parecíamos estar en una sensual danza erótica, uno arriba del otro frotando nuestros miembros por sobre los boxer que aún los aprisionaban.

Seguí pasando mi lengua por todo su pecho. Su perfume y su aroma a macho caliente me ponían a mil. Luego volví a su boca. Nuestras lenguas estaban en una constante lucha por llegar a la garganta del otro. Sin dejar de besarlo, me puse de costado para estar más cómodo. Una de sus manos comenzó a acariciar mi cintura y comenzó a bajar mis boxers. Yo hice lo mismo.

Tomé su pija con locura. Era enorme, hermosa, dura y caliente. Volví a bajar besando su pecho hasta llegar hasta aquel delicioso instrumento había deseado por tanto tiempo. Lamí su enorme cabeza sintiendo todo su calor, hasta que fui metiendola toda en mi boca. Mariano no dejaba de decirme:

-Siii...siiii....así mi amor.....ahhhh.....como me gusta...

Yo ya no aguantaba más. Quería que él dejara toda su carga dentro de mi garganta, así que empecé a mamar su falo con más frenesí. Él se dio cuenta de lo que yo quería, pero cuando estaba por correrse, me apartó.

-Esperá, quiero probarlo yo-, me dijo.

Yo sin resistirme me senté sobre su pecho y le ofrecí mis 22 cm, los cuales él empezó a chupar. Se metía mi pija hasta la garganta mientras gemía como loco. De a ratos la sacaba de su boca y chupaba mis huevo, pero siempre volvía a comerse mi falo.

-Ahhhh....ahhhhh....sii papi.....asiiiii.....ahhhhh....que rico........ahhh-, le decía yo.

Al parecer, el también quería ya que me descargara, y por supuesto yo no me opuse. Comencé a dar movimientos más y más rapidos hasta que empecé a estallar dentro de su boca. Dos, tres...siete trallazos de leche caliente que Mariano gozó hasta la ultima gota. Casi al mismo tiempo siento como cinco chorros calientes llegan a mi espalda. Mariano había acabado junto conmigo.

Saqué mi pija de su boca y me dirigí a tomar los restos de esperma que había en su falo. Me acosté a su lado y comencé a besarlo nuevamente con pasión. Nuestros mecos se mezclaron en nuestras bocas. Así estuvimos unos minutos hasta que los dos estuvimos de nuevo al palo y listos otra vez para la acción.

Me dirigí nuevamente a su guerrero y lo lubriqué con mi lengua. Luego me volví hacia Mariano, lo besé y le dije:

-Te quiero...dame todo-

Y comencé a meter su miembro en mi hoyito. Primero su cabeza, y de a poco todo el tronco se fue abriendo camino. Me encantaba sentirme lleno de su ser. Fui subiendo y bajando lentamente, sacando primero hasta la mitad del falo. Y luego, cuando el ritmo fue en aumento, su pija entraba y salía completamente de mi ojete. A todo esto, Mariano había tomado mi pija y había empezado a masturbarme. Estuvimos un par de minutos realizando este fabuloso rito. El ritmo aumentaba cada vez más. Las piernas de Mariano se tensan y su falo palpita dentro de mi. Yo seguía el sube y baja como un animal salvaje. De pronto, me toma por la cintura con una de sus manos y con la otra me sigue pajeando, ahora de forma furiosa. Nuestros músculos se tensan y siento como un fuerte trallazo de leche caliente baña mis entrañas. Al instante mi pija comienza a escupir de forma bruta el blanco elixir. Así estuvimos hasta que nos vaciamos por completo.

Yo saqué la pija de Mariano de mi hoyo y comencé a sentir como su semen se escurría por mi colita. Su pecho estaba empapado por mi eyaculación. Volví a acostarme a su lado. Lo besé y abracé tan fuertemente que yo también me manche con mi propia leche.

-No tenés idea de lo mucho que disfruté....de lo mucho que esperé por esto...-, le dije.

-No. Yo fui el que esperó demasiado...-

Nos volvimos a besar y nos abrazamos hasta quedarnos dormidos.


Ya habían pasado algunas horas de aquella sesión de amor y sexo. Había parecido un sueño. Un sueño por fin hecho realidad. Mariano se había despertado. Yo estaba aún dormido. Lentamente, se fue metiendo por debajo de las sábanas y comenzó a lamer mi miembro hasta que éste adquirió su posición de guerra. Yo había despertado y noté por sobre las sabanas como Mariano se comía mi falo con dulzura. Lo destapé y comencé a acariciar su pelo. Él dejo de mamarme y fue subiendo con besos por todo mi cuerpo hasta llegar a mi boca.

-No puedo esperar más....quiero que me hagas el amor-

Y al terminar de decir esto se puso en cuatro patas en la cama ofreciéndome su hermoso culo. Como sabía que era su primera vez, comencé besando su hoyito para lubricarlo. Mi lengua se fue abriendo paso mientras Mariano suspiraba extasiado. Cuando me dí cuenta de que ya estaba listo, me puse detrás de él y apoyé la cabeza de mi tranca en su ojete. Dudé por un instante.

-Dale mi amor....lo quiero- me animó Mariano.

Así que lentamente fui metiendo la cabeza. Mariano dio un pequeño grito de dolor. Yo no quería hacerle daño, así que fui metiendola de a poco para que su culito virgen se acostumbrara a mi pija.

Una vez que la tenía toda adentro, comencé con unas suaves embestidas que Mariano respondía con pequeños gritos de dolor que pronto se convirtieron en gemidos de placer. Las embestidas eran cada vez más y más fuertes. Mi pija iba a explotar dentro suyo.

-Ahhhhhhhhhhh...........siiiiiiiiiiiii.............ahhhhhhhhh......mi amorrrrrrrrr........ahhhhhhhhhhh........ahhhhhhhhhhhhhh

Y llené su culo con mi esperma caliente. A todo esto Mariano se había estado masturbando y había acabado sobre las sábanas. Sin embargo, algunos restos de su leche habían quedado en su mano, la cuál yo tomé y lamí lentamente. Nos besamos otra vez y me dijo:

-Esperé tanto tiempo....te amo....vamos a escaparnos donde no nos encuentre nadie....donde estemos solo nosotros, los dos solos-

Yo me quedé atónito por lo que me había dicho. No podía creerlo. Solo atiné a decir:

-Pero...que va a pasar con Jessi...-

-Ya lo sabe-

-¡¡¡¿Qué? ¿Cómo decís?!!!-

-Si...ya lo sabe....tu invitación solo fue un invento...necesitaba una excusa para verte....perdoname....te mentí-, me dijo avergonzado.

Y al decirme esto, yo hice lo que cualquiera hubiese hecho en mi lugar. Lo besé con pasión y nunca más lo deje ir.

Gracias a todos aquellos que se comunicaron conmigo felicitándome por mi primer relato "BATMAN: NOCHE ARDIENTE EN GOTHAM CITY". Me alegro mucho que les haya gustado, y espero que este les guste tanto o más que ese. Ya saben, para comunicarse conmigo escríbanme a: queerasme@datafull.com