La última fiesta
Un tío, una fiesta, la policía... y un rescate que termina convirtiéndome en una estadística más...
Mis padres dormían mientras salí sigilosamente de la casa. Llegué sin problema y en tiempo récord a aquel lugar. Cuando crucé la puerta la música electrónica sonaba a todo volumen, vasos con bebidas alcohólicas rondaban por doquier, incluso si hubiese ido en busca de alguna sustancia ilegal, la hubiese encontrado sin problema, pero no, no es lo que busco esta noche.
¡Era la fiesta del año! ¡No había manera de que me la perdiera! Disfruto enormemente de las fiestas, mis padres son muy restrictivos ¡Nunca me dejan ir y venr a placer!
Fui cuidadosa sin embargo… acepté únicamente bebidas que únicamente abrieran en mi presencia, jamás descuide mi bebida, no aceptar nada, etc. todas esas historias que siempre te cuentan, pues bien ¡Yo si las ponía en práctica! Me declaro fiel seguidora de las reglas básicas de supervivencia
Soy Lizbeth, por cierto, 160 cms de altura, cintura delgada, nalgas firmes y prominentes, de senos... me gustaría que fuesen un poco más grandes, ¡Chiquitas pero entretenedoras! los exhibo con grandes escotes, me siento orgullosa de mi anatomía ¿Por que no lucirla?. Aquella noche usé jeans ajustadísimos, de esos que dejan ver que traes una tanga diminuta, tacones que me marcan mis pantorrillas. No hago mucho ejercicio, pero mi cuerpo es de TENTACIÓN y cualquiera en esa fiesta podría jurarlo.
No faltó quién me invitara a bailar y así comencé la noche, bailando bajo luces intermitentes de colores con la música a todo volumen y mi cuerpo… ¡Disfrutando!
De un momento a otro la casa donde estábamos se encontraba rodeada de patrullas, policías, gente que se aventaba y corría sin control y el altoparlante afuera anunciando que nos tenían rodeados, en unos segundos todo se saliò de control, gente corría en todos sentidos y yo... sentí como sujetaban mi brazo fuertemente y me guiaban a una patrulla dentro de la cual me llevaron a la comisaría.
Todo fué confusión a partir de ese momento. ¡Me estaban acusando de uso de estupefacientes y distribución de drogas! Evidentemente aquello no era verdad, pero todos conocemos la corrupción policiaca…
Estaba yo siendo interrogada, únicamente por hombres que con miradas lascivas comenzaron a revisar mi cuerpo ante mis gritos desesperados y sin que pudiera hacer nada con las manos esposadas a mi espalda.
Uno de ellos abrió mi blusa y dejando parcialmente al descubierto mis senos.
En ese momento se abrió la puerta y una luz se abrió en aquel infierno.
¡Capitán! - exclamó uno de ellos.
¿Que hacen? - preguntó él con cierto dejo de indignación.
Todos se cuadraron y explicaron un poco la situación con desagrado.
Yo suspiré aliviada al ver aquel rostro familiar pues aquél que había entrado, era mi tío. Mi alma regresó a mi cuerpo y me sentí aliviada incluso agradecí internamente.
- Arregla todo - dijo él a uno de los interrogadores - a ésta prisionera me la llevo yo.
Todos ellos asintieron sin mucha gana.
Sin cubrirme me tomó del antebrazo y me sacó de ahí a grandes empujones hasta subirme a su camioneta. Tropecé varias veces con todo a mi paso hasta que me subió a empujones en su camioneta, la cual arrancó rapidamente para alejarnos de ahí. Mi siguente preocupación sería la expliación que le daría a mis padres, pues sabía que él no se quedaría callado
- G-gracias - dije torpemente - si no hubieras llegado.
El simplemente rió, a lo cual yo también reí un poco.
¿Puedes quitarme esto? señalando las esposas a mi espalda.
No - respondió secamente él- y con una mano jaló de mi ropa hasta que descubrió totalmente mis senos.
¡Ey! - grité intentado retirarme, pero él ya tenía fuertemente agarrado uno de ellos.
Me haces daño Luis... ¡Por favor!
Verás Liz… no pude evitar calentarme viendo como esos policías te manoseaban, por cierto lo tengo todo en video, por lo que serás una perrita obediente si no quieres que ese video se lo muestre a mi hermano y mi cuñada y ya sabes que tu madre tiene delicado el corazón…
¡N-no, Luis! - Exclamé aterrorizada - haré lo que quieras.
¡Así me gusta! ¿Que esperabas? por cierto metida en ese lugar con esa pinta de puta…
Luis..
Luis ¡Nada!… Comienza a llorar Liz, pues todo lo que esos policías no te harán, lo haré yo….
P- ero Luis, por favor… lloraba desesperada con el rostro descompuesto.
Te convertiste en una mujer deseada y yo…
¡Soy virgen! - grité desesperada intentando obtener un poco de simpatía mientras un torrente de lágrimas rodaban por mis mejillas.
¡Entonces me gané la lotería! ¡Esta noche te estrenaré como mujer y como PUTA! ¿Quien mejor que yo para hacerlo Liz, alégrate!.
Detuvo la camioneta en medio de la nada.
- ¡No Luis! ¡Por favor! ¡Luis! ¡Te lo ruego!
Bajó de la cabina para abrir mi puerta y llevarme cargada sobre su hombro.
De alguna manera y pese a mis gritos, súplicas y llanto, terminé desnuda y con las manos sujetas a la parte superior de la caja de carga de su camioneta justo debajo de la ventana trasera supongo que tiene experiencia en ésto.
Él es robusto y fuerte, no le supuse un gran reto. En su rostro se veía la lujuria que no contenía, el gusto por hacer aquello que estaba haciendo, el goce y el disfrute, el rostro de un Luis que desconocía.
- No quiero golpearte Liz, pero si he de hacerlo lo haré sin dudarlo - advirtió. Es tu primera vez despuès de todo, intenta cooperar y disfrutar.
Se quitó la camisa, él era realmente peludo, aquello me causó repulsión de inmediato, por lo que lo pateé con todas mis fuerzas en el abdomen ocasionando que se tambaleara un poco.
Sujetó mis piernas firmemente y comenzó a besarlas, las separó y se ubicó entre ellas.
- Excelente intento Liz.
Sujetó mis senos entre aquellas manotas y comenzó a apretarlos, frotarlos, para después acercarse a morderlos….
- Apuesto que no te imaginaste así tu primera noche, pero sientete afortunada, tendrás a un macho desvirgandote en lugar de un adolescente que no sabe lo que hace.
Entonces sentí como mordió el costado de uno de mis senos con mucha saña ocasionando que un alarido desgarrador saliera de mi garganta.
- ¡Aghhhhhh! ¡Auuuuuu! Luis - lloré y supliué entre sollozos- P-por favor…
Pasaba su rasposa lengua sobre mis senos los cuales mordía fuertemente y sin piedad. Aquello dolía muchísimo….
P-por favor Luis detente no diré nada.
¡Claro que no dirás nada! - me reprodujo entonces el video que tenía en su celular.
Tomó mi cuello entre sus manos, cerrando el agarre lentamente, disfrutando hasta que mi rostro reflejó el terror que sentía ¿Sería capaz de matarme? Sin embargo yo confiaba en él y ahora estaba ahí….
D-detente por favor - haré lo que digas…
Abre la boca ordenó….- así lo hice - escupió entonces en ella. Bien Liz todo es mejor si cooperas, incluso quizás hasta lo disfrutes..
Se desnudó entonces y comenzó a tocar mis sexo.
- ¡Estás más seca que éste desierto!
Continuaban rodando raudales de lágrimas por mi rostro.
Separó mis piernas y mis labios para ubicar la cabeza de su verga en la entrada de mi abertura. Desee estar en algún otro lugar cuando comenz a empujar. Aquello comenzó a doler terriblemente, apreté los dientes lo más que pude hasta que sentí como asió mis caderas y en un solo movimiento metió toda su verga dentro de mí.
Inevitablemente un grito de dolor salió de mi garganta.
- ¡Ayyyyyyyyy!
Comencé a llorar, cada embiste se sentía como papel de lija hasta que después de un tiempo me acostumbré al dolor, al asco y a la furia que estaba sintiendo.
- ¡Estás realmente apretada! si no me controlo…. ¡Aghhhhhh PUTAAA! ¡Hiciste que me corriera!
Con su puño comenzó a golpear mi abdomen….
¡Ay!! ¡Au! ¡Detente! ¡Por favor! ¡No hice nada!
¡Igual lo mereces por ser tan puta!
Continué llorando mientras él regresaba a la cabina por un cigarro. Se sentó a un lado mío expulsando su cochino humo directo a mi rostro.
La segunda ocasión que metió su verga dentro de mí, el semen que aún se encontraba dentro ayudó a que ésta se deslizara con más facilidad. Esta ocasión tardó más y no por ello resultó menos doloroso.
Cada embestida dolía física y emocionalmente, no podía creer que aquella bestia estuviera haciendo eso ¡A mí Su lengua invadía mi boca, la cual le daba paso únicamente para evitar que me volviese a golpear, con sus manos pellizcaba dolorosamente mis pezones y podía sentir su aliento y su hedor sobre mí provocándome terribles náuseas.
Intenté absorber mis gritos tanto como pude, sin embargo cuando sus embistes se intensificaron para que él se corriera, no pude más que gritar desesperada entre el horror, la impotencia y la desesperación ¡Quería que aquello se detuviera!.
Nuevamente sentí como aquel líquido viscoso y caliente estaba dentro de mí.
Regresó a la cabina.
- Abre la boca - ordenó y así lo hice.
Depositó un pastilla y me dió un sorbo de agua.
- No quiero que un descuido tuyo vaya a traer un escuincle a este mundo ¡Te juro que si sales embarazada te lo sacaré a golpes! ¡Traga!
Cerré fuertemente los ojos ¡rogaba para salir de ahí!
Escuché un sonido metálico.
Colocó esposas en mis tobillos y los amarró a la altura de mis manos manteniendo bien abiertas mis piernas
- Probemos ahora tu culo - dijo él.
¿Tenía caso luchar?
Escupió en varias ocasiones mi ojete e introdujo uno de sus dedos arrancando nuevamente un alarido de mi parte.
- ¡Luis detén esto! ¡Piedad! Lloraba y gritaba a todo pulmón.
Tomó su celular y me hizo varias fotos más.
Esto es en caso de que quieras denunciarme hija de puta.
¿Que te he hecho? por favor…
Tengo tiempo deseando hacer ésto Liz, te he visto convertirte en una atractiva y deseable mujer y sabía que jamás acederías voluntariamente… Si no estás disfrutando a éste macho, bueno... es tu problema ¡Puta!.
Forzó ahora dos dedos sin importarle mis gritos de clemencia. Sentí a continuación su verga guiada por su mano y como lo forzó a la entrada de mi culo.
Me retorcí intentando impedir aquella invasión. Tomó entonces mis glúteos entre sus manos y separó lo más que pudo, sentí las yemas de sus dedos presionar hasta que sus uñas se enterraron en mis glúteos.
- Después de ésto estarás lista para servir a cualquiera, deberías de ser más agradecida. Te llevaré con mis compañeros seguro pagaran muy bien por unas horas contigo.
En cada ocasión que sentí como empujaba para abrirse paso un nuevo grito salía de mis entrañas, nadie pudo escucharme.
Me destrozó por completo y bombeó hasta que logró correrse nuevamente después de lo que para mí fue eterno.
Me dejó en aquella posición mientras el se recuperaba fumándose un nuevo cigarro respirando de manera agitada para terminar apagando éste en uno de mis gluteos ante mis gritos de dolor.
- ¡Noooooooooooo! ¡Aghhhhhhhhhhh!
Se paró frente a mí para mirarme de frente, tomó entre su mano su verga y orinó sobre mí.
Lloré, grité y maldije, pero nada pude hacer.
- Eres mi puta, no lo olvides… Esta no será la última vez que nos veamos, me servirás a mí y a quién se me antoje.
Soltó las esposas con mi voluntad ahora quebrada.
Nos condujo a un motel de mala muerte para que me aseara. Por entre mis piernas corría sangre, semen y suciedad…
Sin importar las veces que me lavé me sentía terriblemente sucia, mis ojos se habían secado de tanto llorar.
Salí de ahí y él estaba esperando.
No seas tímida, ahora somos más cercanos - sonrió lascivamente. Sacó su verga comenzó a mastrubarse mientras me vestía para tomarme por el cabello e hincarme frente a él
¡Toma tu cena puta, abre la boca y traga!
Así lo hice, ¿Podía hacer algo más? Caminaba con dificultad y todo mi cuerpo estaba lleno de moretones.
Llegamos a mi casa donde mi mamá y mi papá me esperaban, ya que por la hora les llamó para avisar.
Él les contó una historia haciéndoles creer que me había rescatado de ser acusada de posesión después de haber cobrado muchos favores con sus contactos. Mi deplorable condición se la adjudicó a la fiesta y mi tendencia al libertinaje…Se despidió y se marchó de ahí contando con el incondicional agradecimiento de mis padres.
En ese instante mi papá se quitó el cinturón y comenzó a golpearme sin piedad, mientras que mi mamá tomó un palo e hizo lo mismo, sin siquiera escuchar mi versión de los hechos.
Antes de quedar inconsciente, recordé sus palabras cuando bajé de la camioneta: “Eres una basura ahora no vales nada”. Desperté en el suelo de mi habitación, no podía moverme, entonces recordé el infierno que había vivido, me arrastré entonces hasta el baño para tomar un baño.
Me senté en el suelo de aquel lugar y vi correr mi propia sangre debajo del chorro de agua caliente, la sangre proveniente de mis muñecas abiertas, mientras recordaba lo sucedido la noche anterior, prefería morir a permitir que el me continuara usando a voluntad.