La ultima esperanza
Su ángel, se agacho y la cargo entre sus brazos. Mercedes se sujeto a su cuello y se dejo abrazar por sus enormes alas.
Ambos amantes se miraron a la cara en aquel bar.
Esa noche, al salir de su oficina prefirió caminar que ir en su coche a casa. Quiso ir a tomar una copa al bar que quedaba a 2 cuadras de su trabajo; últimamente se había cansado de la vida tan promiscua y viciada que había llevado estos últimos dos años, «si tan si quiera estuvieras aquí conmigo». Al entrar al bar, lo primero que sus ojos vieron fue a un hombre muy guapo sentado en la barra, al final del salón. Ese día no había mucha gente y la música que sonaba era tranquila.
Todo mundo na palma da mão
Com os pés arrastando no chão
Quero ver o mundo sambar
Seja aqui, seja lá
Ver o samba no pé do Japão
Ver o samba no pé do francês
Ver o samba no pé do alemão
Ver o samba no pé português
Na Love Parade em Berlim
Na escola de samba da Holanda
Na percussão do menino argentino
Com Alexandre e seu mundo latino
Com Caetano que é feito de bossa, de bossa
El hombre vestía un pulcro y elegante traje negro. Su rostro era perfecto, tenía unos hermosos ojos azules oscuros, enmarcados por grandes pestañas y una barba de 3 días, la cual le daba el toque varonil más sexy que Mercedes hubiere visto en su vida. Mercedes no sabía que le pasaba, solo sentía que ese hombre la hacía sentir un calor desesperante en su pecho y en su vagina. Tenía el ardiente deseo de ser suya.
El hombre la saludó, primero con la mirada y antes de que ella entrara totalmente al local, se levantó de su asiento y le hizo señas para que ambos salieren y se encontraran en la salida del local.
-Vamos a un lugar más tranquilo- le decía el atractivo hombre mirándola directamente a los ojos.
-Vamos a mi casa- contestaba mientras miraba todo su cuerpo. «Jamas había visto un hombre así».
Era ciertamente varonil, pero su cara perfilada y ligeramente con barba le daba un toque sexy y aire sensual. Sus ojos transmitían una extraña gentileza y nobleza; ni siquiera demostraban algún indicio sexual. Pero por tal ingenuidad y tranquilidad en sus ojos extendian un calor exquisito en todo el cuerpo de Mercedes.
Ambos partieron en silencio a la casa de Mercedes. Primero se dirigieron de regreso a la oficina donde ella trabajaba para después entrar y tomar el coche del estacionamiento. Ella extrañamente se sentía a gusto y excitada con aquel hombre «aquel extraño».
El, la contemplaba en silencio, mientras con sus enormes ojos la miraba como si la estuviere acariciando dulcemente.
Al llegar al edificio, ambos se bajaron y se dirigieron al departamento de Mercedes, nada mas cerrar la puerta de su apartamento, ella se lanzó a sus brazos y trató de quitarle la ropa. El la apartó ligeramente de su cuerpo y le dijo:
- Me han
mandado a verte,"el", te ha dado otra oportunidad para transformar tu vida-
-¿Pero que dices?, "yo te he traído conmigo para tener sexo contigo". Así que te vas desnudando o ¿no eres hombre para satisfacerme?.. Déjate de tonterías.
-No soy un hombre-le decía con su dulce mirada y con una voz tranquila.
-Entonces que chingados eres- Mercedes estaba empezando a enojarse. Lo decía mientras ella se desnudaba, se quitaba la camisa blanca de seda y el sostén; después se bajó la falda y la ropa interior, solo se dejó los tacones quedando totalmente desnuda.
-no, no te quites la ropa, hablemos- decía el hombre mientras apenado veía aquella mujer sintiendo algo que nunca había sentido en su vida. Un ligero calorcito dentro de su pecho que bajaba inexplicablemente a esas partes que ocultaba con los calzoncillos.
-Me estas haciendo enojar- ella se acercaba al hombre.
-Necesito que me satisfagas, para eso te he traído a mi casa-se acercaba más y más al hombre sintiendo un enorme calor en su vientre.
-Espera, no hagas esto. Déjame explicarte realmente quién so... Mercedes lo cayó besandolo intensamente en la boca. Ella se sujetaba a su musculoso cuerpo cubierto todavía con la ropa; trataba de quitarle la ropa de forma agresiva y con muchísima fuerza. A pesar de que el medía alrededor de 1.85, parecía que ella era el hombre y el la mujer abusada.
El sentía que el calorcito en su pecho crecía en segundos y se extendía rápidamente por todo su cuerpo. No podía sentir eso, lo habían dejado transformase en mitad humano para acercarse a Mercedes y parecía que el cuerpo era bastante vulnerable y lo hacia sentir sensaciones placenteras.
-No, yo no puedo hacer esto... Soy tu ángel.
Mercedes se separó mirando fijamente su cara «mmm... una cara de susto».
-jajajajajaaja.-Mercedes estalló en una carcajada unos minutos, cuando se calmó, volvió a acercase al hombre caminando de forma felina y ya sin reirse.
-Si, eres un ángel demasiado sexy que me va a llevar al cielo con esto que tienes aquí. Dijo apretando ligeramente su duro miembro, parecía mas como una sobada fuerte. El sintió un escalofrío placentero.
-no, basta.- le decía retirándole sus manos de su miembro.
-Soy tu ángel y te lo voy a demostrar-.
La hizo hacía atrás retirándola de el a una distancia considerada...
El hombre se quitó su saco, la corbata y se desabrochó la camisa blanca. Cuando quedó desnudo del torso. Extendió sus hermosos y musculosos brazos y un ligero grito de dolor salió de su boca con una mueca de dolor en su cara.
Unas alas de color blanco muy grandes salieron lentamente de su espalda, el color de las alas era hermosamente marfilado en blanco, con una luz intensa que iluminaba la estancia.
Flashback
Mercedes era una mujer guapísima, a sus 30 años ya había conseguido lo que muchas mujeres a esa edad hubiesen querido; ella tenía: belleza inigualable, un trabajo donde ganaba lo suficiente como para tener un apartamento en una de las zonas mas lujosas de Alemania, un carro que a pesar de no ser de los mas lujosos, era un deportivo. Esto lo había tomado por decisión propia, ya que tampoco quería despilfarrarse comprando cosas innecesarias.
Mercedes trabajaba para una de las compañías más poderosas de su país; ella era gerente general del departamento de transporte y embalaje.
Creció en una familia de clase baja-media, a pesar de que tuvo una infancia feliz siempre deseo tener más de lo que sus papás podían darle. Ellos desgraciadamente murieron jóvenes en un accidente en carro,cuando Mercedes cumplía la mayoría de edad lo único que le dejaron a Mercedes fue su casa y una mísera pensión. Al ser hija única no tenía que compartirla con nadie. Ella había quedado totalmente sola. Mercedes no asimilaba su realidad ni su tristeza debida por el fallecimiento de sus padres.
Unos meses después, con mucho esfuerzo y haciendo uso de su gran inteligencia, se ganó una beca en una de las universidad con mas prestigio del país.
A la universidad asistían puros jovenes con muchisimo dinero y una minoría del 10% becados, como ella, que con mucho esfuerzo podía estar en un lugar como ese.
La diferencia era que Mercedes superaba toda esa falta de dinero y ropa modesta con su espectacular belleza. Siempre con mucho carisma, su actitud algo déspota y arrogante era un imán perfecto para sus compañeros.
Mercedes medía alrededor de 1.70, tenía un cuerpo precioso, menuda con pechos y nalgas proporcionales a su esbelta figura, sus pechos en especial un poco más grandes de lo que Mercedes quería, pero llamaba más la atención con esas poderosas esferas. Su hermosa cabellera negra, le llegaba algo arriba de la cintura, ligeramente ondulada todo hacia una perfecta combinación con su precioso rostro. Tenía lo que se dice una baby face, ojos grandes y brillosos color aceituna con sus largas pestañas, nariz pequeña y perfilada y una hermosa boca con labios delgados y carnosos de color fresa; siempre conservando un toque de ingenuidad.
Ella sabía el poder de atracción que tenía y lo usaba siempre que podía para obtener lo que quisiese.
En la universidad muchos jovenes babeaban por ella, algunos sinceramente muy arrogantes y pedantes para su gusto. Y
a tenía suficiente con su propia pedanteria, necesitaba a alguien que contrarestara su personalidad.
Entonces encontró a Pedro, Pedro era el típico chico lindo, con pocos amigos, nerd y de buenos sentimientos, que de alguna manera nunca encajaba en ese circulo de gente fresa y cool «siempre hay uno o dos en las universidades». Mercedes desde que lo vío pensó que sería muy buen partido, por experiencias pasadas no quería tener algún pesado encima de ella ni quería soportar ningún tipo de abuso por parte de nadie.
Así que ella fue la que empezó a hablarle y a motivarlo para que el se animara a salir con ella.
-Hola, me puedo sentar aquí- le decía mientras veía un asiento a su lado vacío.
-mmm...hola.... Si eh perdona.-le contesto Pedro, admirando a esa belleza de ojos hipnotizantes.
-Me llamo Mercedes, tenemos algunas clases de la carrera juntos-le decía con una gran sonrisa y extendiendo la mano.
-Mucho gusto, yo me llamo... -Pedro- contesto ella quitando la palabra y dejandolo algo impresionado.-
-Sabes mi nombre.... Yo este...--Tranquilo, jejeje. Si es que eres muy inteligente y a mi, me gustan los hombres intelectuales, desde que te vi, supe que tenía que acercarme a ti.
-Si, siempre que necesites algo, llamame-.
-No lo dudes, abusare de ti- haciendo un puchero que volvió loco a Pedro.
El lo tenía todo: era un joven algo mas bajito que ella, guapo pero con un ligero sobrepeso, de muy buenas sentimientos, totalmente babeado por ella y con tendencia a ser un esclavo si a si lo disponía; pero lo importante, que era lo que a Mercedes más le importaba es que tenía mucho, mucho dinero. A ella por el momento no le importaba la apariencia física de su pareja, solo quería a alguien que fuera su chofer, que le comprara regalos costosos, cosas que Mercedes necesitaba: ropa, zapatos, una lap, viajes etc...
A cambio era totalmente cariñosa con el, siempre dejandole a desear más para poder tenerlo controlado el tiempo que fuese necesario.
Los demas chicos de la escuela se sentían con mucha envidia, ya que Pedro "el chico bajito y gordito" tenía a la chica preciosa de la Universidad como novia. Era como una acuerdo inconsciente de su relación ambos sacaban un provecho, diferente pero lo hacían.
Así, Mercedes y Pedro terminaron la Universidad, ambos la carrera de Economía y sus respectivas especialidades. Gracias a las influencias de la familia de Pedro, consiguió un muy buen puesto en
una de las la compañías del padre de su novio.
Con Pedro, tuvo su primera experiencia sexual pese a su físico, ella le tomo mucho cariño y aprecio por lo que decidió regalarle una noche.
Mercedes jamás imaginó que sentir el sexo de Pedro entre sus piernas fuere tan placentero y la forma en que Pedro devoraba sus pechos y le acariciaba; le llevaron a un estado de locura.
-Pedro, me encanta lo que me haces.-decía jadeante mientras Pedro se comía uno a uno sus pechos.
Bajaba con su lengua saboreando el delicioso y espectacular cuerpo de su novia. Deteniéndose un poco a saborear ese monte que siempre le llamó la atención y que su novia le abría para demostrar su amor. Mercedes jadeaba de placer, mucho placer que le brindaba Pedro, «mi Pedro».
El subió a besar intensa y apasionadamente a su novia, mientras se estaba preparando para penetrarla.
-No la vayas a meter de jalón, metemela despacio y yo te digo cuando me penetres totalmente- .
Mercedes no podía entender como un chico algo bajito y gordito tuviera semejante miembro. Largo y grueso con unas venas marcadas en el mismo. Su tamaño y color le daba un aspecto bastante varonil, que estaba poniendo a Mercedes muy mojada.
-Así, así, un poco mas...... Ahora, metemela toda.- soltó un gruñido que había asustado algo a Pedro.
-Mi amor, ¿te lastime?, ¿te la saco?-
-No, solo quedate tranquilo adentro, no te muevas. Déjame acostumbrarme, esta muy grande, jaja... creí que nunca me entraría.-
Pedro empezó a salirse de Mercedes poco a poco para volver a entrar dentro de ella. Al principio fue ligeramente doloroso pero después una sensación caliente dentro de su vagina y empezó a escuchar un sonido de chapoteo que provenía de sus sexos y el placer la recorría desde la punta de los pies hasta la cabeza.
-Si, sigue así. Que rico dame mas fuerte.
Estuvieron amandose toda la noche. Mercedes había encontrado finalmente el amor, ya no sentía esa soledad que la embargaba. Su verdadero amor, siempre estuvo a su lado y nunca se dío cuenta de ello.
Actual
«La imagen que reflejaba ese hermoso ángel, bueno eso decía que era un ángel... era tremendamente sensual.» pensaba Mercedes.
Su hermoso torso moreno y bien marcado con su pantalón negro ceñido al cuerpo y sus alas angelicales transformaron a Mercedes a otra dimensión. A la dimensión de lo prohibido con el.
-no me tengas miedo Mercedes, vengo a ayudarte.-
«miedo,???, creo que en el fondo sentía una ligera punzación, pero era más la excitación del momento».
-¿Como te llamas?- pregunto mirando embelesada.
-Soy tuyo, tu sabes como me llamo...-.
-¿Y porque has venido?, no necesito que nadie me de oportunidades ni nada. Decía ya un poco enojada
Flashback
El único ser que realmente la apreciaba y amaba. La había abandonado; jamás nadie le mostró tanto respeto, cariño, cuidado y sobre todo amor como Pedro.
Ella sabía que el no tenía que viajar en ese avión, sentía un fuerte vacío en su estomago cuando el partía ese día.
-Tranquila mi amor, volveré- le decía acariciando la mejilla.
-Sabes que te amo mas que a mi vida, y si te perdiera me volvería loca.-le decía abrazando fuertemente a su novio.
-Amor, cuando vuelva y te lo digo aquí antes de que me vaya, nos casaremos. Eres la persona más importante en mi vida y el ser con el que quiero tener una familia y vivir para siempre. Te amo.-
-Yo también te amo, regresa pronto.
Pero Pedro nunca volvió. No encontraron el cuerpo de Pedro, el avión quedó totalmente destrozado; algunos amigos que tenían y familiares, pero sobre todo ella pusieron recuerdos, objetos que fueren de Pedro dentro de la caja funeraria; para poderle dar la santa sepultura. Mercedes con abundantes lagrimas en sus ojos y miles de recuerdos que se agolparon en su cabeza, lo despidieron ese día lluvioso con toda la familia. Recordaba el porque se había acercado a ese joven algo gordito, bajito y penoso, de como ella al principio solo lo veía como un objeto-alguien que podía darle dinero para después convertirse en su mejor amigo y finalmente su amante; y terminando locamente enamorada de el. «¿Porque me lo has quitado, Porque me los quitaste?»... Se preguntaba una y otra vez mientras las lagrimas salían y salían de sus hermosos y tristes ojos. Se que me porte mal, pero este castigo... Si quizás nunca valore nada de lo que tenía.
La vida de Mercedes se volvió un calvario, cayó en la tristeza total. Le habían dado algunos días en su trabajo, pero después al caer en total depresión, ella dejo todo abandonado. El alcohol y las drogas fueron sus únicos amigos; todos los días seguía preguntándose al «¿Por que?
. Finalmente se recuperó, tras unos largos meses internada en un hospital para adictos, tomo una actitud fría y en la cual no le importaba nada,se volvió promiscua y aún seguía teniendo vicios de alcohol y fiesta pero un poco más moderado para evitar caer en el hospital. Volvió a trabajar en otra empresa donde la contrataron como gerente general del área de comercio. La inteligencia que Mercedes tenía, era de gran ayuda con esos gigantes.
Actual
Los recuerdos de aquellos días en que se sentía como un trozo de nada en el espacio y la falta de Pedro, de su familia, sus amigos; la golpearon en la cara. Sus ojos se llenaron de lagrimas y cayó de rodillas a los pies de su ángel.
-¿Por que?, contestame. ¿Por que me he hecho esto?.
-Mercedes, a veces la vida ya esta predecída. Nosotros mismos somos lo que provocamos nuestras situaciones con nuestros deseos. Hay una razón para lo que pasa en este universo. La vida tiene que continuar, no puedes seguir escondiendote detrás de un disfraz de nada y terminar tu vida en la completa soledad.
Mercedes no podía parar su llanto, es como si en todo este tiempo lo que lloro, no había sido suficiente y empezaba a sentir que realmente estaba sacando toda esa tristeza desde adentro. Empezando a sentir una agradable sensación de paz en su pecho.
Su ángel, se agacho y la cargo entre sus brazos. Mercedes se sujeto a su cuello y se dejo abrazar por sus enormes y suaves alas. El caminaba despacio hacia la cama donde la coloco gentilmente. Cuando Mercedes iba a separar sus manos del cuello, un deseo se apodero de sus pensamientos y recordó, sintió el maravilloso cuerpo del ángel rozando con el suyo y antes de separarse de el, lo beso nuevamente.