La última clienta (Parte 1)

Quedé embobado al observarla desnuda en aquella camilla, mis instintos más primarios me pedían dominarla en aquel momento, y no me pude contener. Aquel masaje se había convertido en uno de los mejores polvos de mi vida.

LA ÚLTIMA CLIENTA

Parte 1

Por fin llegaba el final de una larga jornada en el centro de masajes. Tras despedir a la última clienta, limpié la camilla a fondo, puse toallas nuevas y limpias, ventilé la sala y encendi unas velas para crear un ambiente relajante. Mientras buscaba una buena musica para no escuchar la misma que llevaba todo el dia escuchando entre masajes a marujas viejas entró mi jefa:

Daniel, yo me voy ya, te dejo con la última clienta. Acuerdate al terminar de recoger y cerrar bien la puerta de la calle antes de activar la alarma, vale?

De acuerdo, dije con voz y gesto visiblemente cansado.

Hasta mañana!

Solo le hice un gesto y se marchó cerrando la puerta, volvi a coger el móvil para terminar de buscar esa música y cuando la tuve me fui al baño a lavarme las manos, en cuanto terminé me dirigí a la sala de espera en busca de la última clienta. Usualmente los clientes que suelen venir a nuestro salón son en general mujeres, aunque a veces hombres, que suelen venir por alguna dolencia o por masajes relajantes o terapéuticos en general. Algunas de ellas vienen a hacerse algún tipo de tratamiento especifico y otras simplemente tienen tanto dinero que vienen a pasar el tiempo y charlar mientra les masajeo la joroba de la espalda. Como entenderéis no es común ver por alli a alguna chica joven o atractiva, y es por ello la inmensidad del asombro al llamar a aquella última clienta del dia.

Al abrir la puerta me encontré con una chica joven, de alrededor de 20 años, con pelo negro y corto a la altura de los hombros, una cara angelical que me embobó al mirarla, unos pendientes de aros y uñas largas que le daban un rollo que me encantaba, sus labios rosados y su cara perfecta me enamoraron. De cuerpo era una chica alta, delgada con unos pechos que se veian de tamaño perfecto y unas piernas esbeltas que comenzaban en un culo bien trabajado. Me quedé casi sin saber que decir durante unos segundos mientras la miraba por el asombro, hasta que ella de un salto se levantó de su silla y me saludó:

Hola, que tal?

Hola, muy bien, gracias! Adelante por favor

La última ya no? Preguntó con una sonrisa

Asi es -le comenté con voz nerviosa. Acompañame por aquí por favor, mira ahi a la derecha tienes un pequeño baño, necesito que dejes tus cosas ahi, el móvil en silencio por favor, te quitas toda la ropa y vienes aquí. Tienes toallas limpias en esa taquilla con una llave para que puedas guardar tus cosas.

Gracias, pero... me tengo que quitar todo? - preguntó un poco avergonzada.

El masaje que me consta aquí que ha comprado es un full body, es decir completo por lo que me temo que si pero si te sientes incomoda no pasa nada puedes dejarte la ropa interior si lo deseas.

No, tranquilo no pasa nada- y dicho esto se dirigió hacia dentro del baño.

Al entrar ella aproveché para echar un poco de perfume por la habitación y arreglarme, incluso me miré en el espejo a ver si estaba decente, nunca me he considerado un chico muy atractivo, soy un chico rellenito pero fuerte, bastante alto, moreno de piel y pelo con buenos rizos, rizos que aproveché esa mirada rápida en el espejo para colocarmelos bien. No se que buscaba mirandome asi, simplemente queria estar bien, o intentar estar lo más atractivo posible para esa chica que me gustó tanto.

Cuando terminé ese rápido check me dirigí al móvil y le di a play, pero cuando empezó a sonar la cambié, me arrepentí y busqué rápido en una playlist algo más sensual, no se que pretendía, pero tras 20 segundos de búsqueda encontre una música con un punto más erótico con 30 minutos de duración que serían suficientes.

Tras ello fui en busca de la chica, le pregunté manteniendo su privacidad si todo iba bien a lo que me respondió 1 minuto. No pude resistir a mirar de reojo por el hueco de aquella cortina que tapaba la entrada al baño, cuando miré la vi alli, en una ropa interior de lenceria negra con bordados, la forma de su tanga hacia ver un tremendo culo que hizo que mis pulsaciones y sudores aumentaran un poco, no pude dejar de mirarla durante 20 segundos. Al girarse me alejé rápido para que no me descubriera y aparenté normalidad.

Dicho y hecho cuando paso ese minuto salió del baño con el pelo recogido en un pequeño moño, sin pendientes y con la toalla alrededor de su cuerpo, se dirigió a mi y con un gesto le indiqué que se tumbara boca abajo en la camilla. Cuando lo hizo retiró la toalla y para mi asombro estaba desnuda completamente, los sudores y palpitaciones y ese nerviosismo vinieron de nuevo al observar de cerca su preciosa silueta, unas caderas de infarto y unos pechos de tamaño perfecto, bien puestos con unos pezones grandes que me daban ganas de deborarlos.

Se tumbó boca abajo con la cabeza mirandome a mi, creo que me notó nervioso cuando la vi, por ello le hice una pregunta tipica para romper el hielo:

Bueno, y has venido alguna vez antes?

Que va, es la primera vez, es un regalo que me ha hecho una amiga por mi cumpleaños.

Genial, veo que al final te has atrevido con el desnudo.

Si, realmente me da igual, suelo practicar topless en la playa, ya que mas da no? Además con un chico guapo y simpático la vergüenza se va un poco.

Me alegro que te sientas cómoda conmigo y...gracias por el piropo supongo. - Le dije, con la voz medio entre cortada por ese piropo inesperado per agradecido. Ahora quiero que pongas la cabeza en el hueco, te voy a echar un aceite si no te importa, y sobretodo, relajate y disfruta.

Me pareció una chica simpática y divertida, me gustaba aún más. Tras ello cogí el aceite y avisandola le eche una buena cantidad por toda su espalda, comenzando por su nuca bajando hasta sus caderas, cuando lo hice, se le notaron los vellos como se erizaban un poco. Comencé muy lentamente a masajearla primero por la nuca, notaba como su respiración era mucho mas relajada, asi que una vez trabajada esa zona empecé a bajar lentamente por la espalda, recorriendo cada centimetro de su espalda, haciendo un mapa con sus lunares y fijandome en la preciosa espalda que tenia.

Seguí asi hasta al final llegar al culo, a la zona inferior, volví a coger el aceite y se lo eche por sus nalgas y por las piernas, volvió a erizarsele la piel, por lo que aproveché para preguntarle:

Qué tal? Estás bien?

En la gloria, - me dijo con voz sensual y suave.

Usualmente seguiria el masaje por los glúteos hasta llegar a los pies pero esta vez decidí dejar lo mejor para el final. Comence a masajearle los gemelos subiendo lentamente por sus piernas, al llegar a sus cachas pude ver su vagina asomandose, era preciosa, sin un pelo, parecía que se había depilado hace poco, rosada y de una apariencia muy apetecible. La sangre empezó a circular más rápido por mi cuerpo y mi corazón comenzó a ir cada vez mas potente hacia mi miembro.

Al masajearle los glúteos rozaba muy suavemente su labios vaginales, no me entretube mucho tiempo aunque noté que ella en una ocasión soltó un leve gemido, por lo que me disculpé:

No te preocupes, esta bien- me dijo.

Al terminar de palpar sus increibles glúteos le pedi que se diera la vuelta, se giró de una manera muy sensual, lanzandome una breve sonrisa traviesa no sin antes echarle una mirada a mi bulto que ya comenzaba a notarse.

Cuando se tumbó boca arriba pude apreciar que su delantera no dejaba nada que desear, unos pechos preciosos con unos pezones rosados y grandes dominaban sobre un vientre plano y estético.

Comencé a echarle de nuevo aceite por su pecho y barriga, y de nuevo empece a masajearla. Primero me centré en la zona de sus hombros y sus brazos, soltó una breve risa por las cosquillas que le hacia y por el nerviosismo que ella también tenia, pero al terminar coloqué sus brazos de nuevo en los bordes de la camilla junto a su cuerpo y me centré en su torso.

Al masajear rozaba sus pechos embarrados en aceite por sus alrededores, lo hacia de manera muy lenta, notaba que le gustaba, cuando me di cuenta sus pezones ya no eras iguales que antes, habian cambiado de color, eran más oscuros y saltones, igual de apetecibles, se estaba excitando. Este hecho hizo que toda la sangre de mi cuerpo se dirigiera hacia mi miembro ya casi erecto, cosa que era imposible de ocultar en aquel pantalón casi de pijama blanco que nos ponian. Notaba nerviosismo a la vez que excitación de verla a ella. Decidi apartarme de esa tentación e irme a sus piernas, con la mala suerte que al moverme mi bulto rozó una de sus manos, me alejé sin que lo notara pero pude ver como me miró en un segundo con un ojo medio abierto y sonrió después de darse cuenta de lo que le habia rozado.

Comencé a trabajar las piernas en el mismo orden que antes, a medida que iba subiendo no podia dejar de mirar su coño precioso y perfecto, tenia unas ganas enormes de devorarlo y darle placer, ya casi no me podia controlar, asi que esta vez al subir por sus piernas masajee sus cuadriceps descaradamente rozandole la vagina. La note mucho más lubricada y caliente que antes, esto me puso aún más, pero más aún cuando al mirarla vi que su cara era diferente, con las cejar arqueadas y los ojos cerrados, inmersa en el placer que le estaba dando.

Asi seguí durante un minuto hasta que no pude más y comencé a masajear directamente su vagina, sus piernas empezaron a moverse del placer y ella soltó un gemido, esta vez más fuerte que el anterior, y justo después me suplicó:

No pares

Seguro?- Respondí.

Si, por favor- Me dijo comenzando a gemir y abriendo los ojos para mirarme a la cara.

Aquella cara que puse la puso más cachonda aun por lo que decidió abrir las piernas un poco más para que pudiera palpar todo su ser. No dude en hacerlo, por lo que dio un gemido más fuerte, tanto que me asusté por si la escuchaban, pero al recordar que la jefa ya se habia ido me dio una tranquilidad que me hizo comenzar a desatarme.

La tocaba suavemente por encima, su coño estaba lubricando asi que aumenté la velocidad, cada vez gemía más y más hasta que su respiración era tan fuerte que no podia mantener su cabeza quieta. Tras ello sin apenas abrir los ojos soltó un gemido muy fuerte y se corrió, las piernas le temblaron y notaba palpitaciones en su vagina. Seguí tocandola esta vez mucho mas lento y suave hasta que paré, pensaba que ya se habia terminado el juego pero entonces agarro fuerte mi polla que justo le rozaba el brazo, abrió los ojos y me dijo: te habia pedido que no pares, y me sonrió...