La ultima Cena
La tipica cena de Amigos en la que ambos saben que lo ultimo que quieren hacer es cenar, sin embargo son incapaces de decirlo claramente y deciden dejar que los acontecimientos surjan solos....
Llevaba un par de días muy cachonda, si saber muy bien por que, estaba excitaba desde que me levantaba hasta por la noche, era una situación agradable a la par que inquietante, notaba como mi tanga chorreaba continuamente, y tenia unas ganas locas de que me follarán. Casualmente recibí un mensaje de un amigo que me invitaba a cenar, finalmente acepté no sin antes hacerme de rogar un poquito
Quedamos esa misma noche en su casa, yo se que a el le encanta cuando me visto de "lolyta" así que no perdí la ocasión de agradarle me vestí con un conjunto negro con un gran lazo rosa, el sujetador es tipo "Wonder bra" lo que hacia que mis pechos asomaran por el escote de la camisa pidiendo guerra, me puse unos vaqueros ajustaditos y muy bajos de cintura, y después me hice unas coletas que me daban un toque bastante picante. Así pues me presente en su casa a la hora convenida, he de decir que a juzgar por el bulto en su pantalón a los pocos minutos de estar allí, presentí que esa noche iba a obtener lo que andaba buscando.
Cocinamos algo de pasta, y nos sentamos a la mesa con una buena botella de vino, durante la cena, cruzamos algunas miradas cargadas de sensualidad, para cuando acabamos de cenar, el vino ya había hecho su efecto, de tal forma que sentía un calor un agradable y una excitación mayor si cabe que cuando llegué, con la excusa del mareo nos sentamos en el sofá y el me recomendó que me recostara, recordé entonces que en una cita anterior quedo pendiente un masaje, el cual reclamé al tiempo que me recostaba, haciéndome la desinteresada, lo cual a mi parecer conseguía que el aún se interesara mas tomo del baño un bote con un aceite balsámico e hizo ademán de quitarme la camisa, al rechazarle se sintió confundido, pero lo que yo quería en realidad era que me observara mientras me desnudaba lo justo para no manchar la ropa. Me tendí boca abajo en el sofá y el desabrocho mi sujetador con gran habilidad, se coloco a horcajadas sobre mi trasero, haciendo que sintiera su miembro erecto reposando sobre mi suspire profundamente, pues no quería precipitar los hechos, en ese momento, sentí sus manos fuertes, masajeándome toda la espalda desde el cuello, hasta el borde de mis braguitas, cuando rozaba con la punta de sus dedos la zona próxima a mi culo, me ponía a mil, pues deseaba que continuara bajando y acariciara todo lo que había debajo de las bragas pero una vez mas me contuve, el masaje duro unos 10 minutos, lo justo para tenerle donde le quería, sobre mi y tan excitado que se habría corrido con el más mínimo roce. Me sugirió entonces .que me diera la vuelta para poder continuar el masaje en la parte delantera de mi cuerpo, ambos sabíamos lo que iba a pasar, pero me resulto divertido y accedí .sus manos pronto se posaron sobre mis grandes senos, duros y expectantes, me acaricio entonces con las manos llenas de aceite, haciendo que esas caricias fueran calentándome hasta limites insospechados. Las caricias empezaron a repartirse por todo el cuerpo, estando cara a cara observe sus gestos, al tiempo que mordía mi labio intentando que llegara el momento en el que estuviera a punto de reventar. Entonces le dije ahora me toca a mi darte el masaje pero no pienso utilizar las manos, me recosté sobre el compartiendo así todo el aceite que quedaba sobre mi piel desnuda, entonces nos frotamos, cada vez con más ímpetu, el sintiendo mis pechos y yo su pene con el que tenia tremendas ganas de reencontrarme.
Nos besamos de forma animal, e introdujo sus manos debajo de mis bragas, me acaricio sintiendo mi coñito recién rasurado, se detuvo en mi clítoris jugueteando con el y con la dulce humedad que me invadía. Cuando estaba a punto de correrme hice que sacara la mano y se incorporara lo justo para lamerle desde la oreja hasta el abdomen de forma viciosa, agarre su miembro con una mano, y lo introduje en mi boca con ansia, el parecía complacido, yo le miraba a los ojos mientras se la chupaba incesantemente, en un momento dado me cogio casi en volandas, sacándome la única prenda que me quedaba, y me penetro de forma profunda contra el respaldo del sofá, gemi, de placer, por sentir sus grandes dotes por fin dentro de mi, me agite y no podía parar, cada vez empujábamos mas rápido y con más fuerza. Cambiamos de postura, me senté de espaldas a el, para que pudiera metérmela por detrás y además ver con mis propios ojos como su polla, entraba y salía .volvimos a la posición inicial, y ya no pude más tuve un orgasmo intenso, pero para el aún no era suficiente, me puse a cuatro patas, apoyándome sobre los codos en el borde del sofá el jugo con su miembro restregándole con el mío y aprovechando la humedad, cuando menos me lo esperaba volvio con sus arremetidas profundas, tanto se notaba sus testículos rozándome también, era insaciable .yo contraía voluntariamente mi vagina para que notase esos espasmos parecidos a los del orgasmo, eso le encantaba, hacia pequeñas pausas para prolongar su placer y el mio el mayor tiempo posible, me susurraba a oido que quería correrse dentro pero eso no podia ser .nunca usamos condón por que, no nos resulta práctico, además a mi me excita muchísimo que se corra encima de mi, cuando me lo hace por detrás me encanta que su leche resbale desde mi ano hasta prácticamente la entrada de mi vagina.
Seguía fallándome con un animal enfurecido, la verdad es que nuestros polvos siempre fueron bestiales, desenfrenados y lujuriosos por eso de vez en cuando quedábamos para darnos placer, ya que por lo demás cada uno hacia su vida.
Empecé a sentir como su respiración era cada vez más entrecortada, y sus embestidas no podían ser más violentas, de vez en cuando me tiraba un poco de pelo, sabe que me encanta sentirme dominada.
Repentinamente note un liquido caliente .resbalando por mi espalda y mi culo, es una sensación que me encanta .estábamos exhaustos, habíamos estado cerca de hora y media dale que te pego , nos tumbamos abrazados y nos fumamos un cigarro, nos miramos cómplices sabiendo ambos que esa no seria "La ultima cena."