La última aventura de mi mochila en mi pais
Mauricio se sento sobre mi descargando una pasión incontrolable.
La sala estaba completamente llena. El sonido de la musica inundaba cada esquina y cada pared del lugar. Ya habia bailado con las secretarias y estaba listo para salir de la fiesta de navidad de mi oficina. Me despedi y camine por el pasillo hasta llegar al lavabo.
Casi detras de mi entro un muchacho un poco menor que yo y se dirigio al lavamanos. Me sonrio, asi que yo le devolvi la sonrisa. Realmente se miraba guapo en su traje azul marino, camisa celeste y su corbata azul.
"Se va ya?"- me pregunto mientras yo sacaba mi pene dispuesto a orinar.
"Si, ya estoy cansado"- le respondi mientras escuchaba mi orin pegando en la loza del orinadero.
"Y ha tomado bastante"- me dijo con una sonrisa escuchando la meada tremenda que estaba teniendo.
"Solo Coca-Cola"- le respondi devolviendole otra vez la sonrisa -"No me gusta servir de payaso... sabes como uno se pone cuando esta tomado!"- me explique.
"Ah, si..."- me dijo el mientras cerraba la llave del lavamanos. Se dio media vuelta, paso detras de mi y fue a secarse las manos. El solo hecho de tenerlo tan cerca me comenzo a calentar. No tenia ni la menor idea si el queria algo conmigo o si me estaba imaginando en falso como se veria desnudo frente a mi.
"Ya vas de salida?"- le pregunte tratando de mantener fluida la conversacion.
"Si, voy a coger un taxi"- dijo mientras caminaba con la toalla desechable entre sus manos y pasaba nuevamente detras de mi. Senti su aroma a hombre limpio haciendo que mi verga se comenzara a poner dura. Creo que el lo noto pues ya no habia ruido de mi orina y mi movimiento manual no dejaba mucho a la imaginacion.
"Si quieres te llevo"- me ofreci.
"Adonde?"- la pregunta me tomo por sorpresa.
"A tu casa... bueno...no se...donde quieras"- la respuesta fue de lo mas torpe que me ha salido por mi boca.
"Que tal tu casa?"- me pregunto mientras depositaba la toalla mojada en el basurero. Ahora si sabia que aquel encuentro no era fortuito. Pero tampoco me atrevia a inferir la situacion como puramente sexual, asi que me subi la cremallera, me di media vuelta y le sonrei.
"Para pasar un buen rato?"
"No, una buena noche"- me contesto. Se me acerco tan de prisa que no tuve tiempo de reaccionar. Senti sus labios sobre los mios y simplemente abri mi boca para recibir su lengua. Se topo a mi solo por un par de segundos, pero estuvieron llenos de pasion casi incontrolada. Su lengua danzo dentro de mi boca mientras sus labios se apretaban a los mios. Su olor se penetro en mi cuerpo y me agrado. Me agrado aquella masculinidad tan cerca de mi, y aquel sentido de atrevimiento.
"Entonces, no perdamos el tiempo"- le dije a Mauricio mientras nos separabamos enmedio de una disimulada carcajada al casi ser sorprendidos por un par de hombres que entraban.
Salimos rumbo a mi carro. Hacia un tiempo que habia cambiado mi pick up por un Honda rojo que era mi orgullo. Nos subimos y enmedio del trafico nocturno platicamos sobre nuestros trabajos, sobre nuestras aficiones, sobre nuestros gustos. El estaba en el hotel en un seminario, pero se habia separado del grupo y me habia visto caminar hacia el lavabo. Me confeso que tenia ganas de comerme alli mismo, pero que no sabia si yo lo rechazaria. ( Rechazarlo era la ultima cosa que me habia pasado por la mente ). Mauricio era un ingeniero industrial recien salido de la universidad, con un conocimiento estupendo sobre administracion y con un sentido del humor excelente. Ademas era irreverente hacia las reglas de la sociedad y su rostro era como sacado de una revista de modelos: ojos cafe claro expresivos, una boca dibujada casi perfectamente arriba de un menton partido, una frente amplia que terminaba en una cabellera bien cortada y peinada. Tenia 29 y yo ya rozaba los 33. Sin saberlo, aquella noche seria mi ultimo ligue en mi pais con un desconocido, y en aquella forma tan especial.
Llegamos a mi casa a eso de las 9pm. Tan pronto cerre la puerta del garage Mauricio se bajo del carro y se acerco a mi.
"Como quiero comerte a besos"- me dijo poniendo sus manos alrededor de mi cintura y halandome hacia el. Volvi a sentir sus labios que se abrian frente a los mios y su lengua buscando a la mia.
Mi traje gris no fue impedimento para que buscara mi cuerpo caliente. Me quito el saco poniendolo sobre el capo del carro y luego me abrio mi camisa blanca para palpar mi pecho velludo. Mi corbata purpura quedo haciendo una division entre mi tetilla izquierda y la derecha adonde las manos de Mauricio se posaron. Las logro poner erectas en menos de una docena de segundos.
"Cuantas veces haz hecho el amor aqui en el garage?"- me pregunto mientras el se quitaba su saco y lo ponia sobre el mio. Me beso nuevamente mientras enmedio de mi extasis crei contestarle "no, nunca".
Luego se inclino hacia adelante y me toco mi bulto ya parado. Con la otra mano me sobo una vez mas mis tetillas mientras yo reclinaba mi cabeza sobre el carro viendo hacia el cielo nublado que tenia arriba de mi. Senti las palpitaciones de Mauricio que se acercaba a mi poniendo su ahora desnudo pecho junto al mio. Senti su piel suave, casi libre de vellos que se conectaba de una manera casi electrica a mi cuerpo.
Senti como sus manos luchaban por abrir mi pantalon, cosa que finalmente logro mientras mi paquete crecia y mojaba mi trusa blanca. El bajo hasta este y me parecio que lo estaba oliendo antes de mordisquearlo aun por encima de la tela.
"Te voy a desnudar"- me dijo mas que como un permiso como una advertencia. Yo no sabia que decir, asi que mejor no dije nada y me limite a observarlo. Mauricio me levanto un pie primero y luego el otro para quitarme los zapatos, los calcetines y luego bajar el pantalon. Despues me quito mis lentes y mi camisa quedandome solamente en calzoncillos y con mi corbata alrededor de mi cuello.
"Te ves hermoso, sexy"- me dijo mientras yo notaba como sus ojos claros me miraban con deseo, con un deseo ardiente y desenfrenado -"Me encantan los hombres peludos, con huevos, con verga grande...y profesionales." Me atrevia a decir que parecia que por primera vez me sentia realmente la presa, no el cazador. Pero me gustaba, y lo iba a disfrutar, aun si mi mochila estaba dentro de mi carro observando solamente a traves del vidrio.
"Te gusto?"- me pregunto mientras se quitaba su pantalon dejando ver un paquete de igual dimension que el mio detras de unos boxer azules.
"Te ves lindo... no, eres lindo"- le dije mientras miraba como su pecho se expandia con la respiracion entrecortada que tiene el ser en celo.
"Quiero que me lames el culo"- me dijo bajandose lentamente el boxer y dejando ver una verga hermosa, semi erecta, circuncidada, blanca, con una cabeza mas grande que la mia, y casi rosada. Pero el no estaba interesado en que le mamara esa verga, sino su culo. Se dio media vuelta y me mostro aquel par de nalgas redondas, carnosas, apetitosas. "Te gustan?"
"Se ven riquisimas"- le conteste mientras mis manos se posaban en aquella carne firme, pero con una piel suave. El dio un par de pasos colocando su pecho sobre la tapadera del motor del carro.
"Esta caliente"- me dijo mientras abria sus piernas y me dejaba ver el agujero rosado, rasurado que parecia gritarme:"COMEME".
"Te aseguro que yo estoy mas caliente que el motor"- le dije mientras me agachaba lo suficiente para poder ver aquel agujero apetitoso. Mi lengua dio varias vueltas alrededor del esfinter mordisqueando de vez en cuando aquellas nalgas que parecian una pera madura, lista para comer. Luego puse la punta de mi lengua en el centro mismo del culo y comence a lamerlos lentamente. Sentia como mi saliva iba embadurnando poco a poco aquel agujero y como se abria y cerraba en una danza de placer que hacia que Mauricio jadeara de vez en cuando.
"Que ricura... que ricura..."
"Quieres que te vayamos adentro?"- le pregunte mientras me detenia por unos segundos.
"No, cogeme aqui mismo... cogeme amor mio!"- la voz de Mauricio habia cambiado y parecia poseido por el placer. Me unte de mi propia saliva sobre la cabeza de mi pene, tome a Mauricio por sus caderas y me acerque a el. Senti como mi verga se ensanchaba y palpitaba mientras tocaba el esfinter de mi amante. "Meteme esa vergota...partime el culo". Entre cuidadosamente mientras el gritaba de placer. "Ay! Me gusta asi....ay!"
Mi verga carnuda y venosa se abrio paso en aquel culo socado, rasurado y limpio sin ningun problema. Un par de minutos despues mis huevos golpeaban las nalgas de Mauricio mientras nos entregabamos a la lascivia pura. Yo podia sentir como el propio pene de Mauricio golpeaba la carroceria, asi que lo separe un poco y tome con una de mis manos aquel pedazo de carne y de vez en cuando bajaba tambien a los huevos limpios y rasurados.
"Estas delicioso mi amor"- le dije al oido mientras topaba mi pecho a su espalda.
"Dale amor... cogeme con todas tus fuerzas...haceme tragar esa verga!"- decia mientras se arqueaba de atras hacia adelante abriendo lo mas que podia sus piernas blancas. "No te vengas todavia"- me dijo en un momento poniendo sus brazos hacia atras. Yo obedeci y me detuve en seco. "Sentate aqui"- me dijo mientras se apartaba del capo y me lo indicaba. Yo no le conteste y simplemente me sente con mi verga parada a las nubes de arriba. "Quiero sentarme en vos"- me dijo mientras yo observaba aquel cuerpo esbelto de unos 1.75 mts. con su piel suave donde comenzaban a bajar unas gotitas de sudor. Se dio la vuelta y me beso otra vez en la boca mientras subia sus piernas en el bomper del carro para colocarse frente a mi y sentarse en mi tronco hambriento. Sin separar mi boca de la mia fue colocandose en posicion, abriendo sus piernas. Senti una vez mas ese culo ardiente que rozaba mi verga y quise tenerlo tan cerca de mi que parecieramos uno solo.
"Que rico estas"- le dije mientras el separaba su rostro del mio y me miraba directamente a los ojos.
"Sabes algo?"- me pregunto precisamente antes de ensartarse en mi verga hambrienta.
"Que?"- le respondi mientras sentia en el aire una pasion que hacia mucho no me visitaba (ni aun cuando estaba con Roberto, mi pareja ocasional).
"Me siento como si estuviera alla arriba"- dijo con una sonrisa mientras miraba hacia las nubes.
"En las nubes?"
"En la gloria!"
Volvio a besarme y comenzo a sentarse sobre mi pedazo de carne erecta. Verlo a la cara mientras gozaba de la cogida, fue algo tan especial que aun cuando lo recuerdo me mojo mi pantalon.
Su cuerpo bajaba y subia y sus nalgas abiertas pegaban en mi pelvis una y otra vez mientras su pene me daba en mi abdomen con tanta fuerza que sabia que terminaria muy pronto. Le tome las tetillas con mis dedos y de vez en cuando le metia un par de dedos en su boca.
En un momento lo tome por la cintura, lo aprete y grite como nunca antes lo habia hecho.
"Me vengooooo! Ay......!"
El inclino su cabeza hacia mi buscando mi boca. Nos sellamos en un beso mientras sentia como su semen caliente se esparcia sobre mi pecho y como le inundaba con el mio sus nalgas, su culo recien salido de mi verga. Permanecimos asi por largo tiempo mientras nos besamos como dos adolescentes que acaban de descubrir el sexo. Pero ningun adolescente tiene la maestria que solo da la experiencia, y ambos teniamos esto ultimo.
Recogimos nuestra ropa y nos fuimos directamente a la ducha. Enmedio del agua fria que nos caia nos entrelazamos en besos y caricias. Aquella noche mi mochila negra, testigo mudo de tantas aventuras, se quedo sola en el carro, quiza como presagio de que seria la ultima aventura antes de emprender un nuevo rumbo...