La Turca 3 (Última Parte)
Ultima parte del capitulo III ¿Que sera del futuro de nuestra Emel?
La Turca III (Segunda Parte)
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Tocaban insistentemente el timbre, pensé en no abrir ni en fijarme por la pereza que llevaba, era muy temprano. Pero con todo el peso de mi cuerpo fui a abrir la puerta.
- Es tarde despierta Amy- decía la quisquillosa voz de Angélica.
- Sabes que odio que me despierten- dije quejándome.
- Cuando sepas a que vengo no me odiarás- decía medio desesperada.
- A qué vienes- dije en un suspiro.
- Es que no se como decírtelo- decía dando vuelta por la gran sala- Es complicado- decía moviendo sus manos agitada.
- Vamos siempre exageras- dije sentándome en el sillón mientras veía con los ojos entreabiertos sus torpes y nerviosos movimientos.
- Es Emel- dijo al tiempo que abría mis ojos repentinamente.
- ¿Qué pasa con Emel?- dije frunciendo el ceño.
- La van a ¡AZOTAR!- dijo con la voz entrecortada
- ¿Qué?- grite sin importarme que eso levantara a Sara.
- Sí sí- decía esta acongojada.
- ¿Pero cómo, por qué, cuándo?- dije sacudiéndola del hombro- Que esto no sea una de tus bromas pesadas porque te juro que me la pagas.
- Como crees que vendría desde Colombia a decirte esto- dijo sacudiéndome al mismo tiempo.
- Tienes razón- dije apoyando mi cabeza en su hombro- Porque tengo la sensación de que ya se porque le harán eso- dije apretando fuerte el puño.
- Así es- dijo acariciándome los cabellos como muestra de contención.
- ¿La vio en la cama con otro hombre no es así?- dije vacilando profundamente mientras sentía una espina clavarse dentro de mi. Ella nunca cambiaria.
- Con una mujer- dijo suspirando profundamente Angélica.
- ¿Sus padres que harán al respecto?- dije tratando de no escuchar el resto de la historia que ya me la imaginaba. ¿No era yo la única mujer que había recorrido tu cuerpo Emel, no era yo la única?
- A su madre le da igual que la empiedren, quiere "limpiar el nombre de su familia", por sus dos hermanitas mas pequeñas- decía Angélica con voz angustiada.
- ¿Qué?, pero esta loca- decía en tono histérico.
- Su papá esta intentado hacer recapacitar a Ali para que no llegue a la pena de muerte por adulterio pero la azotacion no se puede negar tu sabes que en Arabia Saudita esas cosas se toman demasiado en serio-
- Esto no puede estar pasando- dije sentándome con la mirada perdida- ¿Por qué no se cuidó?- decía casi en un susurro- ¿Cuándo pasó todo esto?
- Anteayer, quise que lo sepas antes que te enteradas por los medios-
- ¿Derechos humanos no puede hacer nada?-
- Tú sabes que esas organizaciones giran en torno a su prioridades-
- No la puedo dejar morir Angie tu lo sabes- dije exhalando profundamente aire mientras sentía mis ojos nublarse.
- Yo en realidad nunca la quise, pero es humana, es una persona no se merece morir lapidada- Ella ni siquiera musulmana es- dijo Angélica tristemente.
- ¿Por eso, por qué lo van a hacer entonces?- dije nerviosa.
- Porque Ali sí lo es, y viven en un país musulmán, aunque lo más probablemente es que el esté resentido ya que cuando se casó con ella ni siquiera virgen era.
- Gordo idiota- refunfuñé con rabia.
- Lo mío con ella es bipolar, en parte soy consiente de que se lo merece por pu -
- No te pedí opinión- me adelanté a decir.
Nada podrá cambiarla, así es ella una mariposa traicionera, sin piedad, sin corazón dura y fría como una roca, que trata de buscar en varios cuerpos llenar un vacío en su corazón. Y yo, no soy más que una prisionera de sus juegos, de sus seducciones, de su amor.
¿La vida te estará cobrando todo el daño que hiciste?. Sabes que aunque no pueda correr en contra del destino lo haría por ti, tu sabes más que nadie que en este momento de desesperación dejaría todo para salvarte, tú lo sabes más que nadie, sin importar todo lo que me has hecho pasar, yo no puedo soltarte la mano, no puedo simplemente porque sería matarme a mi misma.
- Por qué gritan tanto- decía Sara vestida solamente en una bata de seda negra- ¿Por qué lloras amor?- dijo viendo mi rostro acongojado.
Con toda la tranquilidad del mundo le conté de la situación, pensé que lo entendería pero lo único que logró hacer es ponerla histérica, ya que ella leyó en mi rostro mis intenciones.
- ¿Vas a ir tras ella no es así?- dijo con lágrimas recorriendo de sus ojos verde agua.
Yo no le contesté, ni tampoco bastó hacerlo, ella me conocía, más que yo misma tal vez.
- No lo hagas- dijo entrecortada- Ella solo te hizo sufrir-
- No puedo no hacerlo- dije tratando de no mirar su rostro.
- No vas a lograrlo Amy, no puedes ir encontra de un régimen- dijo sacudiéndome del hombro y llorando desconsoladamente.
- Pues lo voy a hacer- dije casi gritándole, sin darme cuenta que ella no tenia la culpa ni de mis nervios, ni de mi dolor, ni de mi temor- Perdona Sara- dije al fin abrazándola tiernamente.
- No vez, ella es tu enfermedad, tu obsesión- decía Sara histérica- Vas a perder todo lo que construiste por esa enfermedad Amy-
- Por dios Sara La van a matar- dije exhalando profundamente aire.
- No te debería importar, tu dijiste que era solo tu pasado- dijo golpeándome con la palma de su mano el pecho.
- ¡Paren por favor!- decía Angélica en un grito.
Yo no dije nada y a paso rápido fui hasta la gran habitación y empecé a empacar poca ropa. Sara con rostro triste y rabioso se disponía a sacar toda la ropa que yo colocaba en la maleta.
- Amy ¿por qué ella te sigue haciendo la vida infeliz lejos o cerca?- dijo entre llantos.
- Es mi decisión yo no espero que esté conmigo ni mucho menos espero algo por hacer esto por ella.
- Entonces ¿por qué lo haces?- inmutó pasiblemente mientras se secaba dulcemente las lágrimas con la muñeca.
- Yo no voy a darle la espalda como todos los demás.
En la vida creo que todos hemos aprendido a elegir, ya que nunca podremos tenerlo todo. Bueno yo he elegido, y no importa realmente si eso me lastima, si eso me quiebra otra vez, o si esta decisión sea la peor en mi vida. Es la decisión que mas acorde a mis ideales estoy tomando: correr encontra del viento, vivir, vivir sin pensar en la comodidad del mañana. Voy a luchar por ella, no por su amor, voy a luchar por ella.
Siempre he escuchado de varias personas enamoradas, que dejarían la vida por esa persona, tal vez no lo entendía del todo, pero ahora que estoy pasando por una situación como ésta, en el cual no quedan tiempo para divagar ni muchos menos pensar si es lo mas conveniente; se que no me importaría morir hoy por ella.
Ya que mi vida no ha entendido de razones en su ausencia, o tal vez ya he logrado todos mis objetivos y ya no quedan razones para seguir viviendo con euforia.
Aun así soy consiente de que:
Diferentes rostros, diferentes voces pero solo tengo un destino "Emel"
Ya no importa si ella realmente me ama, no importa ni siquiera los recuerdos, el dolor, el saber que seguirá lastimándome, yo a ella no puedo No podría darle la espalda, soltarle el brazo en una situación como ésta. Y pensar que mil veces me repetí con ímpetu que cuando fuese mayor sería fuerte, sería fuerte ante este amor descomunal que me une a ella.
- No te vayas- dijo dulcemente rompiendo mi alma en pedacitos- No te puedes ir- repetía insistente.
- Tengo que hacerlo- decía mientras sus ojos verde agua me mataban de dolor.
- No rompas todos los sueños que tenemos, todas las promesas que nos hicimos, todos los perdón que te di- dijo mientras su llanto incrementaba
- Sara- dije con un tono hueco y sin fuerza.
- ¿Qué pasará si la sacas de ese aprieto?. Ella seguirá siendo la misma mierda, y te seguirá arruinando la vida ¿Eres consiente de eso no?
- Si- dije suspirando profundamente.
- Ella, ella - decía tartamudeando por el llanto- Ella jamás podrá ver ese brillo que esconden tus ojos cuando sonríes, , ella no puede ver lo que realmente eres, jamás lo hará ¿y sabes por qué?. Porque no te ama- dijo sin vacilar.
¿Qué podría decir, que debería sentir? Todavía siento sus palabras dulces como una estaca en mi alma, sabia que estaba cometiendo el peor error de mi vida, sabía que la perdería, que todo eso que parecía felicidad terminaría, pero yo aunque fuera la conductora de ese tren con un rumbo a un futuro incierto no podía pararlo no quería hacerlo.
No soy masoquista, ni mucho menos ignorante de la realidad, no hay razones, entendimientos , ¡ya sé!, podría hacer énfasis miles de veces a esa misma frase, pero es la verdad no hay destino, no hay futuro en el cual ella no aparezca para voltear mi mundo, ¿Entonces debería haber razones o lo obvio es obvio?, siempre seré el ángel que Emel no merece pero es inevitable, todo esto es inevitable.
- Si te vas- dijo con una mirada fría mientras sus lagrimas corrían por su mejilla- No vuelvas por favor.
- Sara- dije casi en un susurro con la vergüenza por mis intenciones.
- Después de todo tu y ella no son tan diferentes- dijo entrecerrando los ojos- Tú sabes manipularme de la misma forma que ella lo hace contigo.
- Lo siento Sara- dije casi en susurro cabizbaja llena de rabia y dolor por mi misma.
No quise ver sus ojos tristes, ni tampoco quise recordar su voz sollozada, era como acuchillar y regocijar mi corazón.
No dije nada, solo crucé en umbral de la puerta mientras miraba por última vez su rostro perdido, sus ojos rojizos he hinchados. Sentí tanta rabia, tanto odio hacia mi misma en ese momento.
Soy cruel, soy egoísta, soy mala persona, si lo sé, ¿Cómo puedo lastimar así a un ángel, que me brindó su vida y su corazón?
Después de todo yo y Emel no éramos tan diferentes, Emel rehuía de mis brazos a sabiendas que yo podría haberle dado el mundo entero, yo no rehuía pero no podía brindarle mi alma por completo a la mujer mas hermosa que habían visto mis ojos. Es tan irónico, yo que siempre soñé ser la envidia de todos, de tener a una princesa encantada como Sara, que era el centro de atención de todas las miradas. Ahora que me doy cuenta, soy más vanidosa de lo que pensaba, siempre había señalado a la gente vanidosa y yo soy aun más vanidosa. Lo fui cuando dije que olvidé a Emel y que no la amaba, lo dije porque mi vanidad y mi orgullo eran más grandes que las razones.
La quise olvidar en la mujer que siempre había soñado, lo hice si la olvidé, porque en los brazos de Sara olvidé hasta del mundo en que provenía, pero solo verla esa noche mientras nuestro destinos eran alejados una vez más y recordar su mirada triste que me calaba todo el ser, pude entender que jamás podría amar a alguien como Emel y sé que jamás podría dejar que los demás acabaran con su vida aún cuando fuese ella misma que cometió sus errores. Soy consiente de que la amo tanto, con tanto fervor que podría ir en contra del mundo por no verla sufrir.
- ¿Qué vas a hacer?- decía Angélica mientras caminábamos por el aeropuerto.
- No lo sé- dije aun pensando en la imagen de Sara.
- Nunca tuve que haberte dicho Amy- dijo lamentándose- Dejaste a un mujerón por salvar a una basura- dijo Angélica tan frontal como siempre.
- Yo le debo algo- dije sin entender porque dije eso tan incoherente- En realidad no sé Angie, pero no voy a dejar que pase eso sin intentar nada.
Todos te juzgan, todos te señalan con el dedo, todos se basan de lo que hiciste para querer tildarte, hasta yo lo he hecho y fui estúpida, porque si me enamoré realmente de tí fue por ese pequeño brillo que vi en tus ojos ámbar. Sara tiene razón, solo cuando se ama realmente se puede ver esas pequeñas cosas.
Yo sé de tu reputación y sé que eso es verdad, se también que habrás cometido ese adulterio, sé todo, pero voy en contra de eso. Seré ciega mi amor, seré un naufrago hundiéndome lentamente otra vez, no importa que pueda ser después de lo que haré, solo sé que no podré respirar si no lo intento.
Después de todo sigo siendo aquella niña ciega por tu brillo mi amor.
No tengo miedo Emel, el único miedo que tengo es el de perderte, en realidad no se que perdería, pero es ese sentimiento que recorre tu ser al pensar que ya ninguna sola vez podrás volver a ver a esa persona, y solo lo podrás hacer en sueños
Yo quiero ser, esa heroína de fantasía, sin importar que no me ames, que después de todo seguirás siendo la misma ingrata, yo quiero ser la única que no te suelte la mano.
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El sol caliente se pegó directamente en mi rostro. Hacia un calor inmenso, ahora entendía porque usaban esas túnicas, ya que además de cultural debe ser más fresco que usar ropa ceñida o jeans.
Al llegar allí vimos como circulaban muchas personas con una vestimenta peculiar para una persona del occidente.
Las mujeres usaban una vestimenta denominada "hiyab" que es un tipo de capa que cubre solo el cabello, esa es la vestimenta actual, casi obligatoria.
Según la embajada, nosotras no teníamos que usar esa vestimenta si no queríamos, pero teníamos que ser recatadas con nuestra vestimenta.
- ¿Y ahora cual es el plan?- dije mientras me ponía mi bolso.
- Creo que iremos a la casa de mis tíos- dijo Angélica serenamente.
- ¿Conoces este inmenso lugar no es así?-
- Claro, siempre vengo de vacaciones, recuérdalo Amy-
Nos subimos en un taxi, mientras apoyaba mi rostro en el vidrio del automóvil. Fue como sumergirme en mis pensamientos. Mis lágrimas recorrían en pequeñas gotas mi rostro, inundándome de un desasosiego que tanto recordaba.
¿Cuántas veces podría cargarla?, tal vez era mejor así, ¿a quien podría engañar?. Yo amo a Emel, la amo con locura, la amo como jamás podría amar a ninguna mujer, la amo como no amo a Sara, y eso es lo que me duele, porque yo intenté amarla como ella se merecía, yo intenté cuidarla como ella me cuidó, pero la embarré, le pagué como Emel una vez me pagó, de la misma forma que podía sentir su dolor resurgente, pero Sara a diferencia de mi era fuerte, mas fuerte de lo que Roma lo fue una vez.
Ella me cuidó como si hubiese sido una criatura de su protección, dibujó mi mundo, pintó de colores el gris oscuro de mi destino, se quedó en mi alma y me curó, y yo en vez de cuidarle le clavé miles de puñales, arranqué sus alas como una vez lo habían hecho conmigo.
Si, ángel mío, sí Sara, yo y La diosa árabe no somos tan diferentes estamos tachadas por la misma mierda que nos inunda el corazón.
Tantas emociones para una sola semana, he llegado a perderlo todo para aventurarme a un destino en el cual no ganaré nada.
- Llegamos- decía Angélica despertándome de mis pensamientos.
Era una inmensa mansión, que llevaba más de una manzana tal vez, me quedé idolatrada por la arquitectura de la casa, parecía un palacio antiguo pero remodelado.
- Ahora entiendes de donde proviene gran parte de los bienes de mi familia- dijo Angélica mientras marcaba a un número.
- ¿Tu crees que tú tía querrá hacer algo por ella?- dije serenamente con la vista todavía prendida en esa enorme mansión.
- No- dijo tan segura que parecía hasta cierto- Pero mi tío tal vez sí.
Después de unos minutos, nos abrieron el paso a la excéntrica mansión.
- ¿Tu tío es un jeque?- pregunté intrigada.
- Algo así, podría serlo por la influencia que tiene en la economía arábiga, pero no es un líder religioso o político como se definiría a un jeque y no es tan cerrado de mente como los demás musulmanes.
- No entiendo, ¿la familia de tu prima es o no musulmán?- dije consternada.
- Bueno- dijo tomando una pausa- mi papá es el hermano de mi tío y el nació en Turquía y es el menor de los cinco hermanos, pero como sabes, o como nos cuenta, siempre estuvo en contra de la religión musulmana por violar ciertos derechos humanos. Bueno el papá de Emel es uno de los mayores y el no es tan liberalista como mi padre, pero no es tan extremista como lo fue mi abuelo.
- No entendí, ve al punto- decía impaciente por su inexpresión.
- La familia de Emel sí es musulmana, pero no están tan metidos en las normas o creencia de las mismas, si la siguen es porque viven en un país musulmán- inmutó vacilando.
- Lo que no entiendo todavía, es porque castigan a Emel por adulterio si cuando se casó había dejado de ser virgen hacia siglos.
- Sabes que yo tengo la misma incógnita viviente y resonante en mi mente- decía Angélica con el ceño fruncido y una expresión que daba risa.
- ¿Tú crees que Ali la amó?- inmutó Angélica casi en un susurro.
- Yo creo que Ali como la mayoría de las personas que nos hemos enamorado de Emel, tenemos la misma enfermedad- dije entrecerraba mis parpados- y tú sabes que esa enfermedad en mí no tiene cura- proseguí sin miedo a ser sincera.
- Sí tiene cura- dijo Angélica apretando la mandíbula- Tú eres la que no quiere renunciar a ese sueño utópico Amy-
- Créeme que si hubiese una pequeña luz, yo no estaría aquí perdiendo todo lo que construí en estos pocos años con ímpetu. Créeme que no-
- A veces te odio, te odio por ser tan tonta-
- Tienes razón Si no fuera tonta no seguiría estando para ella- dije gacha, al saber una vez mas entre hechos que seguía siendo tan débil ante este sentimiento que sigue calándome en lo más profundo de mi ser.
Aparecieron dos hombres con la habitual vestimenta árabe, mientras le hablaban amistosamente a Angélica.
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Nos recibieron unas cinco personales de la familia de Emel y pasamos rápidamente a lo que era la sala. Era una mansión de dos pisos, tenia una escalera gigante alfombrada de rojo mientras le piso de la casa era de una cerámica negra y gris muy excéntrica.
Tenía cuadro de personajes históricos muy famosos, así como también caciques o jeques muy famosos árabes, y adornados por piezas únicas de jarrones, tazas que parecían una reliquia.
En la sala había una pintura al lado de una foto familiar de los padres de Emel y ella, muy extraña para mi, ella tenia una túnica que le quedaba extremadamente preciosa, parecía una reina árabe.
- ¡Angélica!- decía un señor delgado alto de tez trigueña
- Hola tío- decía Angélica abrazándolo- tío ella es Amy- decía Angélica a tiempo que se acomodaba y me presentaba.
- Un gusto- decía el padre de Emel que ahora que veía tenia su misma expresión, esa forma de los ojos tan tristes y desolados- Me han hablando mucho de ti.
- ¿Han sido cosas buenas?- pregunté nerviosa, sin saber la razón.
- Creo que si, me ha gustado tu novela- dijo cambiándome de tema.
- Gracias- inmuté profesándole una pequeña sonrisa
- Tío tu sabes por qué estamos aquí- dijo Angélica
- Si hay algo que pueda hacer créeme que ya lo hubiera hecho- decía el con enarcando las cejas y con un tono sereno.
- Sí se puede hacer algo- dije tajante- ¿Usted no tiene mucho dinero?. Pague por su hija- dije fastidiada.
- Emel se lo merece- decía una voz femenina. Al girarme me encontré con una mujer parecida a la Turca, era una señora realmente elegante, sus ojos eran exóticos de un color verde esmeralda oscuro, ahora ya sabía de donde Emel había sacado su elegancia y hermosura- Ella tiene que limpiar el nombre de esta familia.
- ¿Usted cree que muriendo o siendo castigada va a poder limpiar el nombre de su familia -que no se manchó, porque le recuerdo que la que esta sufriendo allí es ella y no ustedes-?
- Amy- decía Angélica golpeándome con el codo casi en un susurro.
- ¿Quien eres para hablarme de ese modo?- decía la madre de Emel mirándome desafiante.
- Nadie, señora, nadie- dije en un suspiro de resignación-
- ¿Eres un amante mas de esa vagabunda no es así?
- Esa vagabunda es su hija- dije serenamente, sabía que mi tono tranquilo a esas personas les volvía mas paranoicas.
- Esta desterrada de esta familia, ¿Cómo pudo haberle hecho eso a Ali, el es tan bueno, la trata como una reina?
- De solo verlo cualquiera entendería por qué lo hizo.
- La belleza no lo es todo- dijo su padre serenamente. Mientras yo no entendía porque habíamos llegado a esta discusión tan infantil.
- Y el dinero- dije sin poder terminar la frase ya que la verdad sacudía en mi rostro una vez mas, recordé porqué Emel se había casado con él y porqué me dejo tirada como un juguete usado. Me quedé un tiempo con el rostro desencajado mirando el piso negro y gris mientras no entendía cual era mi plan. En realidad no tenía un plan, como todo con ella, después de tanto tiempo estaba actuando a través de impulsos.
Caminé rápidamente hacia afuera acongojada sin sentir dolor, sin sentir tristeza solo ese sentimiento de no sentir nada se apoderaba de mí.
Angélica salió detrás de mi en cuestión de minutos.
- ¿Y ahora cual es el plan?- dijo mirándome de forma extraña
- No lo sé Angie- dije suspirando- No sé para que vinimos, yo no se si quiera ayudarla del todo.
- ¿Qué te pasa Amy?, hace unas horas estabas dispuesta a todo ¿eres bipolar?- dijo exaltada.
- No Angie, simplemente no sé si la perdono del todo, porque, después de todo, ¿no fue ella quien se casó con él por plata?.
- Así es- dijo serenamente- Pero tu la amas y yo no voy a ver después como te arruinas la vida arrepintiéndote por no haber hecho nada- dijo sujetándome la mano y brindando su ciega fortaleza.
- No tenemos un plan, no tenemos dirección ni sentido, sabemos como va a acabar todo.
- Y aunque acabe mal yo se que tu te morirás en vida si mueves un dedo por ella- dijo mientras me palmeaba suavemente el rostro como queriéndome levantar-Yo la odio con toda mi alma, es una mierda, es una puta, pero es mi prima, y es humana-
- Angélica- se escuchaba otra vez en el fondo la voz del padre de Emel.
Las dos nos giramos repentinamente.
- Tío- dijo Angélica con una leve sonrisa.
- Cuenten conmigo- dijo serenamente- Les daré el dinero que deseen pero sáquenla de aquí, de este país, lejos.
- No tenemos un plan conciso- dije frontalmente.
- A Emel lo más probablemente es que la maten, pero nuestra familia es una de las mas ricas del país y aunque Ali sea muy poderoso el rey Abdalá tal vez le perdone la muerte. Pero fue una relación homosexual, aquí esto se paga con la muerte- dijo con un tono hueco que delataba su tristeza- Yo no soy tan extremista como mi mujer, no quiero ver a mi hija morir de esa forma, tal vez se merece ser latigada pero no morir.
Lo miré tristemente, él tenía esa mirada perdida y penetrante como la Turca, sus ojos tristes me dolían aún más, era la de un padre que no sabia que hacer pero le dolía saber que lo más posible era que su hija iba a morir.
Que difícil es para mí escribir todo esto, recordar todo lo que me pasó. Algunas cosas no las recuerdo bien y otras las olvidé porque el tiempo las borró.
Siempre había escrito sobre la valentía que regía el hecho de amar y que mis protagonistas dejaran muchas cosas por una persona. Tal vez por eso nunca pude darle pasión, realidad, porque nunca lo viví.
La desesperación de saber que esa persona puede desaparecer, que esa persona a la que quieres con locura no estará, si este sentimiento no es verdadero sufrimiento de la vida, es lo más parecido a lo que conozco.
- ¿Puedo ir a verla?- dije pasiblemente, casi con una tonada hueca por tragar saliva intentando no sollozar allí mismo.
- No lo he intentado, ya que no sé qué demonios decirle si intentaré salvarla o la dejaré morir ahí- dijo gacho sin sostenerme la mirada, tal vez por vergüenza a que podría dejar a su hija morir con todo el poder que él tiene-Pero tú no eres cualquier persona, eres una escritora famosa y amiga de una persona con mucho status y poder en el mundo como Mía Vans.
- ¿Usted la quiere?, ¿Quiere a su hija?- me atreví a desafiarlo.
- Claro que la quiero, la amo es mi hija, pero lo que ha hecho no tiene perdón.
- Aún no entiendo como en el medio oriente siguen sosteniendo cosas tan tontas, es por eso que su país esta estancado con tantas riquezas, mientras el rey anda en aviones con capas de oro, la gente muere de hambre- dije rabiosa, rabia contra esta cultura, contra su religión, que por la culpa de ellos el amor de mi vida va a morir o a ser latigada hasta morir.
- Respeta por favor, yo sé que quieres mucho a Emel pero respeta- dijo con un tono mas agudo.
Después de debatir un corto tiempo, Angélica y yo partimos hacia el hotel. En el me comunique con Mía, para que moviera sus contactos, en un primer momento ella se negó a hacerlo, pero después de oír mi desespero accedió a hacerlo y dijo que si no me permitían acceder a la celda en que ella se encontraba ella misma iba a aparecer en ese lugar.
En parte Emel tenia razón, el mundo se mueve por dinero y poder estoy casi segura que si en este momento no tuviera a Mia Vans o no me hubiera relacionado con Sara Aglioti o más aun si no fuese lo que soy en este momento, tendría una nula oportunidad para todo, los padres de mi diosa árabe se hubiesen reído de mi cara sin siquiera escucharme.
Hasta el régimen político se mueve con dinero y poder, ¿Cómo puede ser que por tener más privilegio que los demás yo pueda tener oportunidades que otros no pueden tener?
¿Para qué engañarme? todos somos egoístas. Si alguien se cayera ¿Quién lo levantaría para ayudarlo? y yo seguiría usando todos mis recursos, todos lo que pudiera, y usaría ese recurso para ver a la Turca o todos lo que estuvieran a mi alcance, y muchos más harían lo mismo. En el mundo actual no está la ley del más fuerte, el destino favorece a aquellos que nacieron en una cuna de oro o aquellos que lo tienen.
En lo que se equivocó la Turca tal vez es que el amor no lo puede comprar el dinero, ¿Dónde están todas esas personas que ella consideraban amigos?, se abrieron, volaron. Hasta sus propios padres no quieren tocar el fuego con las manos, sus propios padres que dicen que la aman. Para ellos el poder y el status es más poderoso, es más importante que su propia hija ¿y todos esos hombres que morían por ella? ¿Donde están? los quiero ver.
Que irónica es la vida, yo, la persona que más lastimó la turca es a la única que está intentado sacarla de su calvario.
Yo no la voy a dejarla caer, porque tengo una parte de mí que me recuerda a la niña que fui, a la niña que soñaba con luchar por algo y conseguirlo, una vez en la vida me preguntaron ¿cual fue tu mayor lucha?, en aquel tiempo pensaba tal vez que sería llegar a ser una gran escritora o salir del calvario de mi vida. Fui presa de mi ignorancia sobre el futuro lo sé, porque ahora es cuando tengo en realidad la mayor lucha, entre en sentimiento de culpa por lo que dejé y el amor eterno que le tengo a una mujer que no es mía, que no es de nadie y seguramente tiene más secretos oscuros guardados en su ser.
"Entraste dentro de mi, me mataste lentamente de amor, de dolor y ahora lo harás otra vez con mis sueños y mis metas. Pero no te preocupes, que nunca he sido más feliz que teniendo tus ojos ámbares puestos sobre mi"
Me usaste, me usas, me usarás para todos tus propósitos. Y yo como un perro abandonado te seguiré, porque no tengo otra dueña, porque no puedo dejarte a la deriva, no se reaccionar de otra forma, tu eres mi Karma.
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Mi permiso de visita tan ansiado después de haber pasado tres días en esa ciudad.
Una hermosa ciudad, en donde los ricos se hacen más ricos y los pobres son más que pobres, son más pobres de los pobres que conocemos, es decir, carecen de muchas más cosas que el pobre occidental.
Pero estas partes del mundo, de la vida en si, nosotros siempre tratamos de olvidarlas o las olvidamos con la vida monótona y cotidiana yo misma que juré jamás olvidar esa parte "humana" de mí, lo olvidé, todo esto me transformó. Quisiera volver a ser la de antes, por lo menos sentía mas calor palpitante dentro de mí.
En Arabia la homosexualidad es un delito mayor que el de matar, ya que sobre todas las cosas es un país musulmán.
Puede ser reprimido con más de cien latigazos o a muerte el hecho de ser homosexual.
La verdad que estas pecualidades del mundo me dan rabia, no lo puedo aceptar, después de todo estamos en el siglo XXI y porque esta cultura en vez de castigar a todos esos jeques multimillonarios que arrasan con los recursos naturales como el petróleo de Arabia en vez de intentar mejorar la situación del medio oriente, la pobreza que incremente aún mas, el maltrato hacia la mujeres, las practicas estúpidas de lapidación y azotacion, está claro aquí un hombre rico puede tener mas de veinte mujeres y no es considerado algo malo pero si una mujer mira a los ojos a otros hombres puede ser castigada. Por dios ahora es que entiendo porque viven en guerra, están castigados marcados por la suerte divina, pero los pobres serán los que vivan las desdichas de ese castigo como siempre, mientras los ricos derrochan su dinero en cosas sin sentidos. Su propio Rey anda en aviones con capas de oros, yates de últimos modelos, y toda la familia real, mientras su pueblo muere de hambre, ¿Cómo es que un solo hombre pueda tener el poder divino de decidir quien tiene que morir?. Pero todos callan, por miedo ya que el diferente es el que esta marcado -y no nos vayamos tan lejos del medio oriente que en Europa y América sucede lo parecido-.
Si pudiera volver a nacer me gustaría nacer con la fuerza mental de ghandi, o la fortaleza del Che, aunque no seria tan violenta como el último pero a ¿quien no le gustaría luchar de esa forma por sus convicciones sin miedo a morir?.
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Me puso un jeans azul marino chupín con unas botas y una camisa larga de color blanco, discreto como decía el protocolo de deberes de los turistas.
No sentí ansiedad, ni acongojamiento, simplemente sentí temor, temor por lo que vería o temor por ver eso que tal vez me mataría.
Angélica me acompañó a la cárcel y después de llenar unos papeles el hombre árabe nos dio permiso para entrar. Gracias a dios que la tenía a Angélica sin ella no se que hubiese sido de mi en ese país que ni el idioma sabia manejar, además de que él comisario no sabía hablar en inglés.
Después de un chequeo, entre yo sola al lugar en donde tenían en cautiverio a Emel.
- Tiene veinte minutos, nada más que veinte minutos- me dijo el oficial.
- Gracias- dije al tiempo que me pesaban las piernas para caminar.
Tenía tanto temor, no recuerdo cuando tuve tanto temor hacia algo como en ese momento.
Tomé aire en un momento, ese olor a mugre y polvillo inundó mi olfato.
Caminé mientras sentía como si mis pies cargaran piedras.
Me acerqué lentamente a la reja, al lugar levemente iluminado. Jamás hubiera imaginado el glamour y la elegancia de Emel sometida en una mugrosa cárcel.
Con temor pegué mi cabeza a la rejas, a tiempo que el oficial me abría las puertas de la celda-
Le habló en árabe, mientras yo examinaba el lugar: un olor a mugre y humedad, un cuarto levemente iluminado sin distracción en esas cuatro paredes. Esa sería seguramente su cárcel provisional hasta que la enviaran a una grupal y luego el cielo quiera que no a lapidación.
Ella se giró de la cama mientras sentía como esos ojos ámbares que se posaban una vez más en mí, me calaban lentamente los huesos.
Estaba demacrada, mucho mas flaca ojerosa, y sus ojos demostraban una tristeza enorme, aunque fuese la turca de siempre jamás podría ocultar su tristeza.
En cuanto se fue el oficial, no pude evitar largar todas las lágrimas de tanto tiempo, lagrimas contenidas en mí, entre toda mi confusión y mis sentimientos hacia ella.
Sus ojos, en sus ojos se veía el calvario que vivía y el miedo al que tanto estaba sometida, ese miedo al sentir toda mis nervios recorrer cada pliegue de mi piel, ese dolor estrujarme el cuerpo, un dolor que solo sentimos cuando nos duele mucho algo.
- ¿Qué haces aquí?- dijo al tiempo que no lograba detener sus sollozos.
- ¿Qué pensabas que me iba a quedar a ver como te mataban?- dije tartamudeando por la presión en mi garganta tratando de conteneter mis lagrimas.
Ella se acercó como nunca lo hizo, y me abrazó tan fuerte que pude sentir todos esos huesos que parecían desmoronarse en un momento crujir aún mas.
Nos quedamos así en silencio por unos minutos, mis lágrimas ya habían dejado de cesar pero ella lloraba desconsoladamente, jamás creí que Emel podría llorar así, que ella tenia esa sensibilidad dentro de si. La abracé aun más fuerte, como si con eso pudiera darle fortalezas a un cuerpo demacrado por los maltratos.
Levanté su mentón para mirar su bello rostro: la habían golpeado, tenia un corte en la ceja, tuve que apretar fuerte los dientes para no salirme de mis casillas y matar a quien fuese. Ella era mi diosa, solo mía y jamás soportaría que le hiciesen eso.
- Emel- dije, pero antes que pudiera invadirla con preguntas, ella habló.
- Jamás creí que te volvería a ver, es un milagro que estés aquí, después de todo lo que te hice no puedo creer que estés aquí- dijo mientras esos ojos ámbares brillaban como nunca, las estrellas de Georgia se sentirían avergonzadas al compararse con los de Emel.
- Emel, yo no tengo miedo de repetirte una vez mas lo que te dije en esa noche, o toda la vida si quieres, yo te amo y aunque quiera mentirme insultándote, odiando nuestros recuerdos, esa noche en LA, me di cuenta que seguía haciéndolo y siempre lo haría- suspiré lentamente como queriendo que el aire entrara en mis pulmones para no sentir ese nudo en la garganta, como si eso me diera fuerzas para dejar mi orgullo a un lado- Yo sé quién eres, no hace falta que me lo repitas como siempre, soy consiente que tal vez te estén condenando por algo que hiciste.
- ¿Y tu novia?- pregunto a tiempo que se sentaba en la pequeña cama.
- La deje- dije suspirando y sentándome a su lado-¡La he abandonado por venir a ayudarte Emel!
- No tuviste que hacerlo- dijo con ese tono frio y segura que tanto conocía- Yo solo te he hecho daño Amy.
- No puedo no hacerlo, es como si le pidieras a un hombre sediento en un desierto que no beba el agua que encontró en un manantial, cuando se trata de ti, no soy más que un ser impulsivo que actúa sin pensar, sin la mente fría, presa de los latidos de mi corazón- dije sinceramente
- Tu siempre tan poética-dijo seca
- Y tu siempre tan cruel conmigo-
- ¿Todavía no has aprendido la lección?-
- Creo que nunca lo haré-
- Emel, ¿Por qué no te cuidaste, porque no tomaste las prevenciones necesarias por dios tu no eras la experta en esto?, ¿Por qué me miraste de esa forma esa noche?- le bombardeaba con miles de preguntas que necesitaban a mares ser calladas.
- Amy jamás olvides las palabras que te voy a decir- dijo serenamente casi asustándome por el rigor de esas palabras- Jamás lo hagas, ya que tal vez sean las ultimas.
Yo voy a luchar por ti, no te voy a dejar caer- dije a tiempo que con su dedo hacia presión sobre mis labios para hacerme callar.
De ti siempre he valorado tu lucha, aun cuando tus lagrimas corrían por tus mejillas corrías contra el viento y la marea, tratando de arrasar con todo con tus sueños, tus grandes e increíbles sueños que se volvieron realidad- tomo pausa un minuto como si quisiera buscar las palabras correctas-
Por primera vez te diré la verdad de muchas cosas, por favor no me interrumpas- inmutó mientras sus ojos brillantes me miraban con pura ternura como solo lo había hecho una vez y fue en la noche en la que me entregué a ella.- Yo te dejé ir esa mañana, te abandoné a tu suerte y te dije todo aquello porque siempre supe que quedándote estancada en ese lugar jamás serias nada y siempre supe que serias grandiosa y yo a lo único que nos llevaría era a acabar con mi vida y con la tuya, mi familia, no es como lo pintan los demás y tu lo habrás comprobado. Mi madre me hubiese matado con sus propias manos si se hubiese enterado que una hija suya se escapó con una adolescente sin cargo, sin ser nadie, y después estaba Ali un hombre bueno pero vengador , obsesionado conmigo a quien no le había importado que yo no haya sido virgen, que no fuese mulsulmana, él fue siempre mi primera opción pero en cuanto llegaste tú las cosas fueron diferentes, todos esos planes que cree se hicieron trizas, se desplomaron con solo mirarte a los ojos, me mostraste un mundo diferente y yo simplemente no podía destruir tus sueños, te quise mostrar quien era, pero tu no aprendías, te estrellabas en mi indiferencias y volvías a intentar.
Mis lagrimas y las suyas eran como una agua emanante de una catarata, corría sin parar, sin importarnos quien escuchase nuestros sollozos, solo éramos ella y yo en este mundo como esa noche, ella y yo contra este mundo, contra el mundo.
- Y te hice lo que le hice a los demás, pensando que alejándome de ti te olvidaría y solo serias mi primer y gran amor del pasado, pero no fue así- dijo vacilante, sin poder hablar por el sollozo- Pero jamás pude hacerlo y cuando me di cuenta tú ya habías logrado todo lo que había soñado para ti: tenias una carrera hecha, una pareja estable, lo tenias todo.
- Jamás lo tuve todo, siempre tuve un hueco aquí- dije haciendo que tocara mi corazón - Nunca pude vivir sin tu presencia en mis recuerdos, algunos meses te olvidaba y luego aparecías para recordarme del pasado.
- No me he acostado con ella si es lo que pasa por tu mente, a la única mujer que le entregue mi cuerpo has sido tú, la ultima de mis amantes y la primera en sucumbir mi mundo, mi cuerpo y mis emociones- Inmutó mientras se recostaba sobre mi pecho escuchando los latidos de mi corazón- He visto tu rostro acongojado esa noche y la mañana en que nos despedimos en silencio, jamás he sentido tanto dolor en mi vida.
- Y no lo volverás a sentir porque yo voy a estar siempre para ti- dije mientras acariciaba sus cabellos.
- No Amy, tú tienes que continuar y yo debo pagar, afrontar mi destino.
- Si no te has acostado con ella entonces se puede arreglar- dije nerviosa tomando sus manos
- No lo entiendes, lo he hecho a propósito aquí en arabia eso es condenarse a la muerte, estaba cansada de mi vida, estaba cansada de vivir una falsedad por dinero y status, estoy cansada de vivir así desde que tengo razón, en un mundo lleno de falsos, en mi mundo, la gente me parece tan corriente, somos como animales presos de nuestro egoísmo, pero luego estas tú, una persona diferente, una persona peculiar en un mundo tan monótono, pero aun así ya me cansé de vivir callada tanto tiempo, no tengo nada en este mundo, no tengo nada que perder.
- Pero ahora estoy yo Emel- dije tomándole del rostro.
- Yo no quiero este destino para ti, nunca lo quise y no lo voy a permitir- dijo pasiblemente mientras sus ojos se volvían rojizos por aguantar las lagrimas que querían dispararse de sus ojos.
- Yo no voy a permitir que mueras lapidada o que te den quinientos latigazos.
- Sigue tu vida Amy por favor- dijo mientras me daba un pequeño beso- Tú mereces ser feliz y junto a mi jamás lo serás, los recuerdos del pasado no se pueden borrar, tu procura no volver a cometerlos, sigue tu camino- dijo tiritando en mis brazos entre lagrimas. Era como un correón indefenso, lejos de esa Emel que me mostraba su lado más frío e indiferente, esta Emel era de la cual yo me había enamorado, la Emel que supe mirar detrás de esa mascara para no sufrir, la única, mi diosa árabe.
- El tiempo se terminó- dijo el oficial apareciéndose frente a las rejas.
- Espere un momento- dije haciendo caso omiso a su pedido
- Señora- dijo casi en un susurro-
- Te he dicho que ya voy- dije casi gritando mientras tiritaba de dolor, mis lagrimas no paraban de de correr, mi Emel, mi diosa árabe quería morir, quería morirse.
- Emel no- y cuando estaba a punto de terminar la frase el señor me alzaba con fuerzas fuera de la celda.
- Emel te amo- grite sin importarme las apariencias sin importarme ser castigada por esa cultura que ahora no solo rabia me daba sino que me profesaba tremendo asco- Te amo y yo te hare volver a casa-
En un momento a otro sin darme cuenta estaba fuera de la zona de detención.
Palmee mis labios unos minutos hasta volver a la realidad, Angélica me preguntaba que había pasado pero yo solo quería volver a recordar su dulce voz repetirme una y otra vez sus sentimientos, una y otra vez como siempre lo había anhelado.
Es que ahora soy consiente.
Derramare hasta la ultima gota de mi sangre por ella, reparare con ímpetu todo el daño que le han hecho y le harán pero por sobre todas las cosas no dejare que la maten porque no se vivir sin ella, no puedo hacerlo, no ahora que se la verdad. No puedo dejarla ahora que se mi verdad.
Reparare cada una de sus lagrimas, ella no nació para sufrir ella es mi diosa árabe, la única para mi.
"Y cuando las lágrimas corran por tu rostro y te sientas indefensa como nunca te haz sentido en la vida, yo repararé cada uno de tus dolores, te daré valor y te llevaré a casa en donde perteneces, te daré razones para vivir, porque mi única razón para respirar eres tú "
Solo quiero que el destino me deje ganar una batalla, el karma existe, pero quiero que el cielo me perdone, soy tan joven, somos tan jóvenes, no merecemos este destino ella no merece este destino ni yo he sido tan mala para seguir llorando a mares por las decisiones que tome mi corazón.
Preguntas:
http://www.formspring.me/chicaglamm
Relato: dedicado especialmente a Rebecca Rogen la genia que corrigió este relato, a mi amiga Yada y a Mimi (Emel).
Ustedes deciden el futuro de Emel.
Dedicado a todas mis lectoras!
Unas palabras quiero dedicarles a la mujer de mis heridas, de mis llantos, de mi desesperación, al amor de mi vida:
http://www.youtube.com/watch?v=GxzYC_UM7Q0
¿Te acordas cuando te pregunte en susurros que harías cuando bajaría el cielo para ti?, vos me contestaste con respuestas torpes pero tan hermosas para mi; en este tiempo no hemos hecho mas que sufrir, que lastimarnos, pero aun así aunque esto haya terminado yo te guardo no como una mentira sino como un abismo hacia la verdad en el amor, duele reconocerlo, duelen las palabras pero comenzó de una forma y tendría que terminar de la forma mas perfecta que se pueda, porque yo te amo, te amare y siempre lo hare, hagas lo que hagas y aunque seas una cruel mentira para mi, te amo tal y como me mostraste.
Mica.