La transformación corporal de Ruby
Una joven es secuestrada para ser convertida en una esclava bastante inusual.
La transformación corporal de Ruby
Cuando Ruby recobró la conciencia, su mente luchó por encontrarle sentido a la habitación en la que se hallaba... Podía ver un techo adornado con bajorrelieves de personas realizando actos obscenos... Pensó que lo que debería haber era un techo blanco e iluminación empotrada y no esto.
Una tos educada llamó su atención y su mirada pasó de mirar el techo a mirar a una pareja que estaba a su lado... Él estaba vestido con un elegante traje y ella con una camiseta y jeans ajustados... No eran el médico y la enfermera que ella esperaba que fueran.
Trató de sentarse y descubrió que no podía moverse... De alguna manera estaba bien sujeta... Inclinó la cabeza hacia abajo y logró ver un par de correas anchas de cuero cruzando su pecho, manteniéndola firmemente en su lugar.
Rápidamente miró a su alrededor, tratando de encontrarle sentido a su situación... Aparte del hecho de que estaba tan desnuda como el día en que nació, le dolían tanto las caderas como los hombros... Sus muslos estaban bien separados por un par de estribos ginecológicos, y pensó que sus brazos estaban atados de alguna manera detrás de su espalda, para mantenerlos apartados... No sería hasta más tarde cuando se dio cuenta de lo equivocada que estaba.
Cuando Ruby abrió la boca, tomando una respiración profunda preparándose para gritar, la mujer la detuvo colocando un dedo sobre sus labios, silenciándola, mientras el hombre comenzaba a hablar, con una voz tranquila, que le resultaba cautivadora y aterradora al mismo tiempo.
Mientras escuchaba, se dio cuenta de que sus miedos estaban a punto de hacerse realidad, tal como le había dicho su madre.
Podía recordar cuando era joven, muy joven y había comenzado a desarrollarse... Ninguna de sus compañeras de clase había sido tan rápidas y, a lo largo de los años, ninguna había igualado su desarrollo.
No sólo había tenido que aguantar todos los comentarios sarcásticos de sus compañeros de clase, sino que su madre tampoco la había apoyado mucho... Ella se consideraba una buena mujer cristiana, y el crecimiento de los pechos de su hija era una señal divina de que tarde o temprano se metería en problemas.
A medida que crecía, su cuerpo nunca fue suficiente para sostener bien erguido su pecho tan enorme... Cuando se fue a la universidad, empezó a usar la ropa más holgada que pudo encontrar, en un intento por ocultar sus enormes pechos.
Cuando se miraba en el espejo, se fijaba en su bonito rostro y en su pelo de color rojizo, largo y espeso... Ella medía sobre unos 165 cm, pero su constitución era bastante delgada pero con unos pechos muy grandes.
Ahora su atención volvió rápidamente al hombre que estaba frente a ella... Comenzó a preguntarle cómo llegó a estar aquí... Recordaba que fue hacerse unas pruebas para posar desnuda, que ella pensó que eran una forma fácil de ganar un poco de dinero extra para someterse a una cirugía de reducción de pechos y el resultado era que estaba aquí retenida desnuda y atada.
Ella escuchó por primera vez el nombre de la mujer, Keri, cuando él le dijo que continuara preparándola.
Sus ojos siguieron a Keri mientras cogía una bandeja tapada con una gasa y la dejaba entre sus muslos... Ella se dio cuenta de que el hombre había cambiando de posición y ahora estaba justo detrás de su cabeza.
- “¿Ya esta listo?”, escuchó que preguntaba.
Y cuando Keri asintió, sintió sus manos agarrar firmemente los lados de su cabeza para luego girarla ligeramente hacia un lado, para que su atención se centrase en una gran pantalla de plasma que había colocada en la pared.
Comenzó a gemir cuando Keri quitó la tapa de la bandeja, revelando una variedad muy aterradora de relucientes instrumentos.
Keri inicialmente se puso una diadema elástica que sostenía lo que parecía una luz pequeña, pero cuando accionó un interruptor, se dio cuenta de que debía ser una cámara pequeña, ya que ahora podía ver su ingle en la pantalla del televisor captada por la cámara que llevaba Keri... Se sentía muy extraña ver su ingle de cerca desde un ángulo tan inusual.
Haciendo una breve pausa para mostrarle unos fórceps, Keri separó hábilmente sus labios y apretó los fórceps alrededor de su clítoris.
Ruby dejó escapar un grito ahogado de dolor, incapaz de gritar correctamente debido al hecho de que su barbilla estaba presionada firmemente contra su pecho.
Luego, Keri tomó una aguja de tamaño grande, la pasó entre las aberturas de las pinzas del fórceps y luego a través de su clítoris.
Sorprendentemente, esto no fue tan doloroso como el dolor que sentía por apretarle mucho el fórceps para sujetar su clítoris.
Luego, Keri pasó un trozo de tripa quirúrgica a través de la aguja antes de retirarla, pasando el hilo a través de su clítoris.
A continuación, Keri pasó los extremos del hilo a través de un pequeño anillo antes de usar el hilo para tirar de su clítoris a través del anillo dejándolo muy apretado.
Ruby podía sentir su clítoris hinchándose y, por lo que podía ver, muy prominente.
Finalmente Keri terminó sosteniendo el anillo en su lugar por el simple recurso de deslizar una barrita de acero entre su clítoris y el anillo... A cada extremo de la barrita, Keri colocó unas puntas afiladas que se clavaron en los lados internos de sus labios vaginales, estirándolos.
Keri dio un paso atrás, admirando su trabajo, y Ruby se dio cuenta de que la barrita mantenía sus labios separados alrededor de su clítoris, mostrándoselo a cualquiera que quisiera mirar... Además, podía ver la punta de su clítoris palpitando a través del anillo que lo sujetaba con fuerza, mostrándolo con gran detalle en la pantalla.
Después de hacer una breve pausa para comprobar que la perforación del clítoris se había asentado correctamente, Keri volvió a la bandeja y tomó cuatro abrazaderas más.
Volviendo a su posición entre los muslos de Ruby, Keri sujetó rápida y hábilmente sus labios vaginales ya estirados, haciendo con la misma aguja grande cuatro suturas en sus muslos para mantener estiradas las abrazaderas.
La mente de Ruby estaba luchando por aceptar la forma fría y clínica en que ambos operaban... Él sosteniendo su cabeza con fuerza, haciéndola mirar la pantalla mientras Keri trabajaba para modificar sus áreas más íntimas.
Poco después, sintió deslizar dos dedos de Keri profundamente dentro de ella... Era lo más excitante y perturbador que le habían hecho hasta ahora... Este toque íntimo estaba muy lejos de la forma fría y clínica en la que Keri la había estado trabajando.
Ruby podía sentir dos dedos de Keri sondeándola, explorando profundamente en ella... Lo sentía como un perverso examen médico... Esto era demasiado para ella... Y además, pervertido.
Sintió que sus caderas se movían cuando Keri presionó sus dedos contra su punto G... Keri sonrió y repitió el movimiento, lo que volvió a hacer que se moviera contra las correas.
Keri sonrió mientras retiraba lentamente los dedos del interior del coño de Ruby, ahora cubiertos con una fina capa de sus jugos y Ruby trató de no aceptar un hecho muy claro: que estaba húmeda.
Keri luego se volvió hacia la bandeja y midió su mano contra lo que parecía sospechosamente una serie de consoladores de acero ligeramente curvados... Finalmente, cogiendo uno, volvió a la ingle expuesta de Ruby y, con un hábil movimiento, deslizó la punta dentro de ella.
El impacto del frío acero endurecido sorprendió a Ruby... Y cuando se relajó, Keri completó el movimiento, deslizándolo profundamente en su coño.
Ruby podía sentir la punta del consolador presionando contra su punto G... Mientras intentaba mover sus caderas, tratando de hacerlo más cómodo, la punta continuó presionando, recordándole su presencia.
Luego, Keri tomó un par de barritas de acero y hábilmente las enroscó a través de los orificios que había hecho en los labios vaginales de Ruby y las ensambló con orificios de tamaño similar en la base del consolador.
No fue hasta que Keri apretó un par de roscas en el extremo de las barritas antes de colocar las tapas que Ruby se dio cuenta de que esto iba a ser permanente.
De alguna manera, escuchar a Keri mencionar que todo estaba hecho de acero quirúrgico, por lo que no habría problemas, no la tranquilizó.
En ese momento se había dado cuenta de que no había salida para ella, así que cuando desabrocharon las correas alrededor de sus pechos y la levantaron para que estuviera sentada en posición vertical, no ofreció resistencia.
Keri luego tomó de la mesa un par de bandas de gomas elásticas anchas... Con ambas manos abrió, rápidamente, una de las gomas en las cuatro direcciones, estirándolas, y la deslizó sobre su pecho izquierdo, llevándola contra la base del mismo... Ruby pudo ver cómo su pecho izquierdo se hinchaba, quedando rígidamente allí.
Ahora que sabía lo que le esperaba, no le pareció tan doloroso cuando esto se lo repitió en su pecho derecho.
Pronto Ruby miró con horror cómo sus pechos comenzaron a cambiar de un color pálido saludable a un rosa que rápidamente se oscureció.
Estas bandas hicieron que sus pechos ya demasiado grandes parecieran aún más grandes... Giro su cabeza y la mantuvo girada mientras sentía que Keri sondeaba y manipulaba sus pechos con pericia, tomándose el tiempo para sentirlos y acariciarlos por completo.
Muy a menudo, Keri tomaba una nota en lo que parecía un historial médico.
Finalmente terminó, y con unas tijeras, Keri le corto las bandas de goma y sus pechos volvieron a tener su forma y color natural... La sensación de la sangre saliendo de sus pechos la hizo gritar de nuevo.
Ignorándola, Keri volvió a examinar sus pechos, haciendo un par de notas adicionales en el gráfico.
Cada día que pasaba era el mismo que el anterior, uno más sin esperanzas de poder escapar.
Habían sido lo suficientemente sádicos como para atarla en un marco de acero frente a un espejo, para que se viera a sí misma en cada momento de vigilia.
No puede recordar cuánto tiempo se ha estado mirando a sí misma, asimilando su imagen... En el espejo Ruby se veía con sus pies calzando unos zapatos de tacón de charol negro, de al menos 12 cm.
Recordaba vagamente el dolor en sus pantorrillas mientras tuvo que adaptarse a la tensión de su pie con zapatos que eran demasiado altos para ella.
También miraba su ingle totalmente afeitada... Ella no sabe lo que hicieron allí, un día tenía un hermoso arbusto rojo y la siguiente vez que se despertó, había desaparecido y no había mostrado signos de volver a crecer.
Ahora miraba a su clítoris... Vio la barrita que pasaba entre él y el anillo... No necesitaba mirarlo para saber que estaba ansiosa por ser tocada... Sentía necesidad de correrse... También podía ver el cable que conducía a ese maldito consolador, presionando su sensible punto g, volviéndola casi loca de deseo, pues continuamente la llevaba al borde de un orgasmo increíble, para luego detenerse, dejándola frustrada y desesperada.
Justo debajo de su clítoris, había un tubo de catéter opaco... Keri se lo había colocado para que pudiera realizar sus funciones corporales.
Después de los primeros días no habían necesitado darle un enema, que por cierto había sido el último contacto con otro ser humano que había tenido.
Pudo ver también el goteo intravenoso con lo que la mantienen alimentada mientras se encuentra atada en un marco de acero la mayor parte del día... Sólo la sueltan por la noche para que descanse.
Armándose de valor mental, Ruby dejó que su mirada viajara más hacia arriba, hacia sus pechos y la parte superior del torso... le habían colocado almohadillas estimulantes alrededor de sus pechos... Con ello querían que ella ejercitara sus músculos pectorales, haciéndolos tan tonificados y fuertes como fuera posible.
El efecto de todo esto era conseguir que sus enormes pechos no mostraban signos de flacidez y se mantuvieran grandes y firmes... Sus pezones parecían estar continuamente duros, erguidos, llamando la atención sobre ellos.
Finalmente se permitió ver lo que había hecho ese cirujano... Sus hombros se curvaban graciosamente, sin nada... No tenía brazos... Se los habían extirpado... Pensó que esto podría haber hecho que sus pechos crecieran aún más de tamaño, compensando la falta de brazos.
Ruby se sobresaltó cuando vio a Keri en su espejo... La mujer empujaba un carro que contenía una especie de aparato nuevo con el que la iban a atormentar.
Keri se volvió hacia ella y levantó una mano, diciéndole que no hablara... Vio cómo se paró frente a ella, embelesada con el tamaño de sus pechos.
- “Ruby, creo que tus pechos han estado creciendo... Ahora es el momento de pasar a la siguiente etapa de su tratamiento, ya que las te hemos estado dando han tenido su efecto... Ahora era el momento de dejar de tomar la píldora y empezar a bombear”, le dijo.
Escuchar a Keri recordarle sus planes hizo que todo volviera rápidamente a su mente... El hombre se lo había dicho el primer día, pero ella lo había olvidado... El aislamiento que había tenido y la estimulación se habían encargado de eso.
Observó cómo Keri le colocaba dos ventosas pequeñas sobre sus pezones y los conectaba a una bomba a través de un tubo... Después la puso en funcionamiento y observó como trabajaban los pezones de Ruby.
La máquina succionó suavemente sus pezones en una doble acción, imitando el mecanismo de alimentación natural de un bebé... Esto duró alrededor de diez minutos, y luego se detuvo unos instantes, para volver a succionar... En total, esto duró una hora.
No pudo evitar notar que cada vez que las bombas chupaban sus pechos, el consolador también estaba encendido, estimulándola... Keri había cambiado la configuración de modo que en lugar de un intervalo aleatorio entre excitación y excitación, sólo se ponía en marcha cuando se trabajaba succionando sus pechos.
Luego la dejaron así por un tiempo, no estaba segura de cuánto tiempo, pero fue por un período de tiempo más corto que antes.
Lo que a Ruby la sorprendió y asustó, fueron los cambios que estaba experimentando su cuerpo.
Notó que sus areolas se estaban oscureciendo, haciéndose más pronunciadas contra su piel clara, y que sus pezones se estaban llenando, volviéndose aún más llenos.
Lo peor fue el hecho de que empezaron a poner el consolador en marcha cada vez más tarde, por lo que las bombas estaban chupando sus pechos antes de que las vibraciones se activaran.
Sin embargo, pronto su cuerpo no notó realmente el retraso pues cada vez que sentía que la bomba se ponía en marcha, sus jugos vaginales comenzaron a fluir, excitándola cada vez más... El consolador era sólo la guinda del pastel, reforzando su creciente adicción a que le bombearan sus pechos.
Ruby recuerda la primera vez que produjo leche... Estaba perdida en un aturdimiento sexual, dejando que el bombeo y el consolador la excitaran, volviéndola loca con la necesidad de correrse, cuando vio una gota de líquido transparente formarse en la punta de su pezón derecho.
Mientras miraba, lentamente la gota de leche cayó del pezón para ser reemplazada por otra gota que era un poco más opaca... Esta gota también cayo y esta vez fue reemplazada por una gota de color claro como la leche... Mirando ahora su pecho izquierdo, vio que también estaba empezando a gotear.
Volviendo al pezón de la derecha, vio con asombro cuando en lugar de formarse una gota, salió un chorro de leche claro y definido de su pezón... Después de un par de pulverizaciones más, cambió a un flujo constante de leche que goteaba del pezón.
Se dio cuenta de que sonaba una campana y, de repente, la puerta se abrió de golpe y Keri se apresuró a entrar... Ella simplemente se quedó allí y observó cómo ambos pechos producían leche.
Los ojos de Keri estaban clavados en sus pechos, y sus manos estaban haciendo pequeños movimientos ondulantes... Era obvio que estaba realmente emocionada por este desarrollo.
Mirándola directamente a la cara, Keri le recordó que sólo había una etapa más por la que pasar antes de que estuviera lista para ser presentada y puesta a trabajar.
En las siguientes dos semanas completaron su trabajo con ella... Primero fue una adición a la máquina de ordeño, para que su leche pudiera ser recolectada y medida... Todos los días la ordeñaban y todos los días su producción aumentaba, desde esas primeras gotas hasta producir más de 250 cc.
En segundo lugar, redujeron en intensidad y duración la estimulación proporcionada por el consolador, hasta que simplemente quedó sólo metido profundamente en su coño.
Mientras su producción de leche crecía, Keri le colocó un nuevo dispositivo alrededor de su torso... Parecía un sostén con aberturas un poco grandes para permitir colocarle las ventosas de ordeño.
Lo que lo hizo aterrador este sostén era la multitud de agujas que sobresalían de su superficie... Mientras Keri trabajaba, explicó que ahora estaba produciendo una cantidad saludable de leche, que necesitaría mantener alta su ingesta de líquidos... Este sostén era para asegurar que tomara suficiente líquido, mientras realzaba su pecho ya demasiado grande.
Colgadas del marco había dos bolsas de 500 cc de solución salina, que Keri conectó a cada lado del sujetador de aspecto perverso... Mirándola fijamente a la cara, apretó un interruptor y vio cómo las agujas se hundían lentamente a través del sostén y llegaban a sus pechos.
Todo lo que pudo hacer Ruby fue dejar escapar un graznido cuando las agujas le atravesaron los pechos... Podía oír a Keri decirle que las medidas que habían tomado inicialmente eran para asegurarse de que las agujas no golpearan nada importante al entrar.
Respirando pesadamente, Ruby notó cómo se detenían... Tuvo que respirar profundamente de nuevo cuando sintió que la solución salina era forzada a través de las agujas hacia sus pechos.
Frente a sus ojos, Ruby vio cómo comenzaron a hincharse, haciéndose notablemente más grandes... Mientras miraba asombrada y horrorizada, crecieron al menos otro tamaño de copa y se endurecieron aún más, de modo que parecían increíblemente llenos y casi antinaturales.
Keri continuó explicando que esto sería un ritual matutino habitual para ella... Se quedarían así de llenos casi todo el día mientras su cuerpo absorbía lentamente la solución salina, volviendo a la normalidad en algún momento de la noche.
Mientras trataba de adaptarse al nuevo peso de sus senos, vio como Keri desconectaba el tubo que conectaba sus pechos al frasco de medición y, ajustándolo a una mordaza, se lo ató a la cabeza para poder sentir el tubo entre sus dientes y presionando contra su lengua.
La sensación de presión se desvaneció cuando Keri encendió la bomba de ordeño y esta vez si que puso en marcha el consolador.
La sensación era increíble, la plenitud de sus pechos, la succión de sus pezones haciendo que su leche fluyera, y ahora la estimulación adicional del consolador en su coño, la degradaba por momentos.
Observó cómo su leche, que ahora fluía libremente, llenaba lentamente el tubo y se deslizaba hacia su boca... De alguna manera, le pareció increíblemente excitante que la obligaran a beber su propia leche.
Aunque estaba tremendamente caliente, y había estado así la mayor parte del tiempo, se había acostumbrado a la idea de que no importaba lo excitada que estuviera ya que nunca lograría tener un orgasmo... No la dejaban que se corriera.
Cuando las primeras gotas de leche gotearon del tubo hacia su lengua, dejándola saborear su leche tibia y dulce, Keri subió la intensidad del consolador y acarició suavemente el clítoris expuesto de Ruby.
Había estado sin el toque de otra persona durante tanto tiempo que la catapultó a desear correrse pero Keri se lo concedió y, sin esperarlo, tuvo un orgasmo demoledor y explosivo.
Licy literalmente tembló, mientras su orgasmo la dominaba... La única razón por la que no se derrumbó fue el hecho de que estaba bien sujeta al marco de acero... Sintió su cuerpo temblar mientras se corría tan intensamente que cayó inconsciente.
Después de regalarle ese orgasmo explosivo, Keri varió su tratamiento... Rápidamente Ruby aprendió que si chupaba el tubo, obtendría tanto su leche como un orgasmo más rápido, y que si jugaba con ella sin la leche, en lugar de un orgasmo, recibiría una descarga eléctrica muy dolorosa a través de la perforación de su clítoris.
Para cuando Keri terminó con esta etapa final de entrenamiento, sólo el aroma de su leche fresca hacía que su coño se llenara de jugos y la hiciera suplicar una corrida que no le otorgaba nunca.
Aunque jugar con ella a Keri le resultaba bastante agradable, no la hacía correrse... Sólo el sabor de la leche caliente en su lengua le permitiría prepararse para una posible corrida.
Finalmente estuvo lista, y Keri la ayudó a salir del marco de acero en la que estaba atada, estabilizándola sobre sus pies demasiado inestables por los zapatos con tacón tan altos.
Keri cubrió el espejo con una sábana antes de ayudarla a ponerse su nuevo atuendo.
Keri le dijo que le iba a poner su ropa de trabajo mientras se lo ataba la espalda, tirando del vestido apretándoselo y le explicó a Ruby sus nuevas obligaciones
Ella iba a ser la anfitriona más nueva del club, para conocer y saludar a los clientes, mostrándoles exactamente qué tipo de servicios especializados podía brindar el club.
Su otro deber era estar disponible para proporcionar un refrigerio cuando un cliente lo requiriera, ya sea directamente de la teta, o para ser ordeñada y poner la leche más fresca en sus bebidas.
Colocándola frente al espejo cubierto, Keri rápidamente quitó la cubierta para que viese su vestido... No podía creer lo increíblemente sexy que se veía... Podía sentir sus mejillas enrojecerse al ver su nueva apariencia.
El vestido era de terciopelo negro, bien ajustado de modo que pareciera formar una segunda piel, lo que enfatizaba su esbelta complexión y su altura.
El vestido tenía el cuello alto y su cabello rojo contrastaba bien con el negro, pero la característica más llamativa era el corte que enmarcaba sus pechos, increíblemente llenos.
Girándose para poder ver el costado, se dio cuenta de que también estaba cortado de modo que desde cualquier ángulo se veían sus enormes pechos.
Podía sentir que su coño se comenzaba a inundar con sus jugos mientras sus pezones filtraban leche lentamente... Esta era la primera vez que sin las bombas y sin el ordeño cada hora, sus pechos goteaban lentamente dos chorros de leche, uno de cada pezón.
El olor de la leche la estaba volviendo loca de deseo... Quería acariciar su propio pecho, chupar con avidez su pezón hinchado y beber directamente de la fuente pero no podía hacerlo ni ahora, ni nunca.
Ella se distrajo un poco de su propio deseo al ver entrar al hombre en la habitación y caminar lentamente alrededor de ella... Sus ojos se la comían de ganas por tenerla.
Lo escuchó decirle a Keri lo difícil que había sido no mirar y ver cómo estaba progresando... En lugar de eso prefirió esperar hasta que ella terminó su entrenamiento.
Keri respondió diciéndole que había superado todas las expectativas y que ahora producía más de un litro al día.
Mientras el nombre estaba allí, mirándola, Ruby sintió la punta de la lengua de Keri rozar suavemente su pezón y recoger una gota de su leche... Ese toque casi la hizo correrse y aunque lo deseaba desesperadamente, sabía que no lo tendría.
Sintió a Keri fruncir los labios y chupar lentamente su pezón hinchado en su boca caliente y sus labios haciendo ventosa... Podía sentir la lengua de Keri trabajando mientras chupaba su pecho lleno de leche, bebiendo con avidez su leche fresca.
Después de un tiempo demasiado corto, los labios de Keri soltaron su pezón y se enderezó, haciendo una breve pausa antes de besarla en los labios... Su lengua forzó los labios de Ruby a separarse.
Cuando sus labios se abrieron, pudo sentir el torrente de leche tibia de la boca de Keri a la suya... Keri no se había tragado todo.
Mientras su lengua probaba su propia leche caliente, podía sentir su cuerpo temblar ante la llegada de un orgasmo... Se corrió de gusto.
Una vez que Ruby se recuperó, miró sus pechos llenos de leche y goteando, y con el corazón hundido se dio cuenta de la completa maldad del plan que habían planeado hacer con ella.
Inicialmente pensó que le habían quitado los brazos para que sus pechos se mostraran aún más y no estorbasen al mirarlos... Ahora se dio cuenta de que su verdadera intención era volverla loca con su deseo de tocarse el coño o los pechos y nunca poder hacerlo.
Anhelaba tomar su pezón en su boca y chupar con avidez la leche de sus pechos... Que el sabor de su leche directamente del pezón a la boca la enviara a un éxtasis sin fin... Pero sin sus brazos no había forma de que esto pudiera suceder.
La leche espesa llenó sus pechos y ella salió a pasar entre las mesas de los clientes del Club para que realizasen todos sus deseos con ella... Absolutamente todos... Al menos así podría lograr correrse mientras disfrutaban de ella... Era lo único que podía hacer para obtener placer.
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