La traición del ama 2: Violando a los amos

Después de unos meses Rafaela llama a nuestros torturadores para darles su merecido y el escarmiento fue abrirles a unas experiencias sexuales casi místicas. Es como una segunda parte de la traición del ama, sado, pero tiene entidad propia es más bien de dominación.

Cuando mi amigo se recuperó de las heridas  se puso a trabajar y casi nunca más volvió a ver   nuestra antigua ama, sólo en esta ocasión que  os estoy contando,  ella me había prometido, eso sí, bajo mucha presión en colaborar para desquitarnos de la terrible humillación que habíamos sufrido. Muchas vueltas le había dado a esa maldita tarde, al final llegue a la conclusión de que no eran tan crueles como aparentaban, un detalle desapercibido  en ese momento para mí, me  dio a entender que  sabían de la situación de la chica  de la piscina  en todo momento y mí supuesta salvación. Los vi como  asomándose por la ventana, seguro que mi vieron salvarla.

Mi amante y  ama Rafaela mantenía una relación lésbica con la sádica Naira sin que su marido lo supiera, así que,  no le costó mucho convencerla para que se  acercase al piso para darse un revolcón,  a las dos horas de llamarla ya la tenía en la habitación de  su casa sujeta y amordazada para sus juegos más íntimos. Ellas se trataban con cariño y con severidad, de manera azarosa una de los dos hacía de ama y la otra de sierva para todo el encuentro, hoy Rafaela  tenía el poder sobre la sádica morena. Esta se dejaba hacer, las manos oleosas acariciaban sus pechos,  sus costillas  y  separaban los labios para descubrir  la sugerente entrada rosada, poco  a poco metió un dedo, dos, tres  ellas  se habían puesto el límite de tres, ya  que ninguna  de ellas había sido madre y no querían artificialmente  ensanchar tan preciado orificio.

Naira, la sádica, convenció  a su marido  para que  fuese a visitarlas, desde hacía años  ambos  tenían una buena relación con Rafaela y  eran fervorosos practicantes de  todos los rituales  de este mundillo del bondage. Él aceptó de visitarla y estar juntos los tres, en ese momento  salí yo a saludar   a la cabrona de  la urbanización, Naira.  La tenía inmovilizada a mi merced, desnuda con el cuerpo tenso y brillante, me daban ganas de follarla  allí mismo pero no podía perder mucho  tiempo.  Llame a mi mejor amigo Rafa, el quemado, para que me ayudase a  reducir  al marido  de Naira.

Llamó al timbre  y Rafaela lo recibió con afecto,  al entrar nos vio apuntándole con un arma de fogueo pero él no lo sabía, lo llevamos  a la cocina, le obligamos  a desnudarse por completo,  le pusimos una esposas metálicas  por la espalda  y otras en los tobillos y lo sentamos  en  una de las sillas de madera de la cocina.  Con cuidado para que no escapase conducimos  a su  esposa también  a la cocina la enmanillamos y los sentamos frente a frente.

Al entrar les advertimos  que si gritaban uno de los dos  les cortaríamos los huevos a él y los pezones a   ella, en todo momento los mantuvimos calmados les indicábamos que íbamos a jugar con ellos,  a putearlos  y  luego soltarlos.

Hace unos  días  que fui a buscar  a la  prostituta mulata que nos ayudó a escapar y  al acercarme a ella, no me reconoció, me despreció, enseguida  me enteré que era su hermana  gemela, hembra por naturaleza y yo buscaba a su hermano-a.  Llevaban un año malviviendo en la costa.  No me pude resistir y contraté  los servicios de los  dos.

Marta   se llamaba la hermana de María (transexual) el  que nos ayudó con el taxi la noche de los hechos y  la encontré por la carretera y en agradecimiento  y también por morbo he   requerido de los servicios de las dos cuatro veces, era la primera vez que me acostaba con  una persona del tercer sexo, es guapa y con unos senos muy femeninos lo  que la delata es  su gran miembro lila que casi consigue meterme.

En la cama mientras que yo acariciaba los pechos   y el coño  de Marta, la morena natural, María acercaba los suyos  a mi espalda y  me pellizcaba con cariño las tetillas. La primera vez  con el condón puesto me pajeó y me la chupó  yo  con reparo  le  toque su sexo, su hermana nos miraba y sonreía, era mi primera vez.

En la última sesión que tuve con las hermanas les pedí que me atasen a la cama, que me vendasen los ojos y que una de los dos me la chupase  y yo tenía que descubrir quién de las dos era de lo contrario  se la chuparía  sin preservativo   al moreno-a.  En cuatro minutos emití una gran cantidad de lechecita y  por  intuición acerté que era el-ella quien magistralmente me practicó la felación. La venda dejaba entrever algunas formas  y yo  hice de algún modo trampa.

No es que me gusten los hombres pero necesitaba   ganarme su confianza para poder desquitarme de los amos.

Volvemos al piso, los dos estaban  a muestra merced, después de cinco meses de nuestra terrible experiencia, les amordacé   usando  una correa con bola bucal  antes de que entrasen las dos hermanas mulatas. Yo les había dicho, a las prostitutas que  era una sesión especial, que una pareja de amigos  querían disfrutar de sus servicios.

El amo era  un machista  algo xenófobo que alardeaba de  muy hombre y  yo quería ver como se corría  en manos de María, esta se arrodilló y a  pelo manoseaba el miembro erecto del amo   se tragó el nabo  y al cabo de unos cinco minutos, que bien la chupa la cabrona, esta saco toda  la leche que llevaba acumulada .

Yo le pedí que  se la echara a la cara, que le escupiera la lefa al rostro para humillarlo  y que se desnudase. Él puso  cara de  desprecio al ver el rabo  amoratado de María.  Marta se desnudó y  le indique al ama  que decidiese quien  de las dos quería   que le comiese el coño, ella señaló  a Marta, pero esta se negó, yo lo comprendí por el precio que les pagaba  ésta no practicaba  lésbico así que María  iba va a comer mucho  bacalao. Las chicas se despidieron después de cobrar los 300 € prometidos.

A los amos los dejamos  atados  de pie de manera  que  una  soga no muy tirante les obligaba a permanecer de erguidos, me interesaba que tuvieran  sueño y que estuviesen   cansados para el día  siguiente. Yo me despedí de ellos y volví al día siguiente otra vez  con la pareja de hermanas y sin mi amigo.

Al matrimonio, les dimos medio litro de leche después de que ellos hubieran prometido no hablar, ellos no tardaron en  contarnos que lo de la castración a mi a migo y a mí era parte del juego sado-maso,  nos dieron lástima, les pusimos  en la bañera y los adecentamos  luego, les acostamos en  la cama boca arriba en forma de aspa cada uno en una dirección.

  • Sé que tenéis sueño y estáis cansados pero vais a  probar lo que es el orgasmo forzado, a ella le introduciremos  durante una media hora unas bolas vibradoras en el chocho y en los pezones y a ti este juguete doble,  de anillo peneal y dildo anal que vibran al unísono después  vendré a contaros más cosas. Los jadeos se oían perfectamente desde el salón, pasada  la media hora  en la que  los artilugios  a media potencia y a  ratitos al máximo hacían perfectamente su trabajo, ya  que se doblaban de placer y entonces  disminuíamos la potencia.

-Ahora os pondremos en situación,  vais a  recibir  durante muchas horas seguidas  suaves  caricias con aceite , cosquillas con plumas , lametones , penetraciones y un suave vibrador os rozará las partes, cuando   os veamos adormecidos  os lameremos el sexo  así espabilareis y os mantendremos  semidespiertos   mucho tiempo. Les tendríamos  en un estado de vigilia sueño   y poco a poco entrarían en un estado de estaxis  que les cambiaría  la concepción del placer de BDSM,  las dos hermanas estuvieron turnándose  toda la noche, a las cinco de la mañana ya no  llevaban las esposas metálicas y ellos continuaron retozándose, al amanecer Rafaela y yo nos levantamos y continuamos durante horas con la labor de estimularlos  muy suavemente, era  cansado y nos turnábamos, a veces  me vi obligado a estimular ambos sexos del matrimonio al mismo tiempo, mis labios  nunca desearon mi propio sexo, pero podía jugar con los deditos, a las cinco de la tarde los dejamos tranquilos, ellos dormían plácidamente en la cama de matrimonio de Rafaela, los abandonamos   ya que, ellos  no son sádicos,  son unos aficionados al bondage como yo y a veces las cosas se salen de madre.  Puede que le pida  a mi ama que me torture de esa manera, no puede haber marcha atrás si me decido.

FIN

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