La traición de una madre

Basilio un muchacho que aun no cumple la mayoría de edad y que desde niño alimento un complejo de Edipo muy fuerte hacia su viuda madre, pronto descubrirá que ella después de cinco años tiene un amante, descubrimiento que marcará no solo la convivencia familiar, también su pensar hacia ella.

LA TRAICIÓN DE UNA MADRE

El relato que voy a contarles es un pasaje que me sucedió en la vida real, siendo aún un púber, aunque si bien esto comienza desde el 2013, pero no sería hasta el 2018, dónde los hechos se consumaron en la totalidad (pero eso será en el segundo relato), en dónde mi madre celebrando su cumpleaños N° 50, recibió un regalo de mi parte, que recordaría toda su existencia. Bueno si quieren saber qué fue lo que pasó, ahora les cuento los hechos.

Me llamó Basilio y en la actualidad tengo 23 años. Fui el tercer hijo del matrimonio de mis padres Claudio y mi madre Helena. Ellos se conocieron siendo casi escolares y luego cuando tuvieron su mayoría de edad se comprometieron y posteriormente casado. De su matrimonio primero nació mi hermano mayor Tiago, luego de 6 años mi hermana Sofía y por último entrando ya casi por los 30 años mi mamá, nací yo. Con mi llegada, ambos decidieron no tener más hijos y posteriormente se hicieron la vasectomía, como ligadura de trompas, respectivamente.

Antes de todo, no me explico desde cuando nació ese amor morboso, de hombre por mi madre. Si bien era la mujer que más quería en el mundo, que era mi mamá adorada, sin embargo, no sé cómo comencé a verla como mujer. Fue este amor enfermizo, ese sentimiento bastante oscuro, que me llevaba a ilusionar con ella, a excitarme pensando la forma en que junto a mi papá hacían el amor los dos y en especial, los besos que me daba, despertaron ese apetito que no sentía por otra niña de mi edad. Conociendo la esencia de este relato, les contaré lo que pasó.

Por allá en el 2008, cuando cumplí diez años, mi padre inesperadamente murió víctima de un terrible accidente de tránsito, cuando viajaba de la ciudad donde vivíamos, hacia la parte sierra del país. Esta noticia devastó a toda la familia en especial a mi madre quien después de casi 20 años de matrimonio se quedaba sola, teniéndonos a nosotros a su lado. No hace falta decir que, desde la partida de mi progenitor, tanto ella como mi hermano mayor ( quien tenía ya por ese entonces 19 años, mi hermana cuatro años menor que él y por supuesto yo, que era nueve años menor ) ambos asumieron el mando de la casa y trabajaron para sacar adelante a mí y mi hermana, quienes aún éramos menores de edad.

Pasaron algunos años y mamá poco a poco fue superando la muerte de mi papá, ya que para ello ayudó mucho dedicarse a su trabajo, así como el cuidarnos a nosotros. Cabe recordar que cuando mamá enviudo ella por ese entonces recién había cumplido los 40 años y en su físico, hasta donde recuerda mi mente de infante, ella era súper bonita (Alta de 1.73, piel tersa de tono claro con algunas pecas en la cara, pelo negro  un poco rizado, no tan delgada ya que por su trabajo y a veces los gustitos que se daba, le marcaban algunos kilos, pero no para tanto, unas tetas redondas con unos grandes pezones que se le notaban en especial vestidos de gala, una preciosa cintura y unas esculturales piernas de portada) Y sin contar que cuando estaba aún en la escuela y ella asistía a las reuniones de padres y profesores, ella se robaba las miradas, tanto de mis compañeros, algunos papás presentes y ni que decir de los profesores, ( esto lo descubrí con más morbo en la secundaria )

Como dije el tiempo de luto había pasado y mamá ya si bien se había acostumbrado a vivir en su actual estado civil, de su mente no se quitaba la memoria de mi padre, y eso que muchas veces la familia paterna, en especial mi abuela y mis tíos, le aconsejaron que vuelva a casarse, que aún ella era joven y que de su parte no iban a impedírselo, ya que sabían que mamá era una mujer correcta, que nunca dio escándalos o habladurías dentro de la familia, como lo hacían otras mujeres integrantes del clan de mi difunto padre.                   A este pedido, también se sumó mi hermano mayor y mi hermana, quienes le dijeron lo mismo, pero ella debido a su formación en casa, en especial de mi abuela ( quien era cristiana evangélica ) tenía ese chip de que la mujer que se casaba por lo religioso, era para toda la vida de un solo hombre. No basta decir que escuchar esas conversaciones y esas ideas que le daban a ella, me llenaban de mucha cólera, celos, ya que por mi madre tenía un cariño tan especial y no me imaginaba verla con otro hombre.

Pasaron cinco años que papá había muerto y de tantas insinuaciones de parte de la familia, mis hermanos, e incluso sus amigas, quienes de vez en cuando venían a invitarla a salir a una fiesta, a una boda, una reunión, etc., mamá comenzó a salir en algunas ocasiones por las noches y se iba bien arreglada, bonita y volvía casi entrado el amanecer. A esto también observe que en tres ocasiones cuando llegaba de la escuela, encontré a mi mamá conversando con un señor, casi de la misma edad que ella, ya sea en la puerta de la casa, a un costado de la misma e incluso una vez en la sala también los encontré conversando de forma muy apegada y algo cariñosa. (por ese entonces ya mi hermano y mi hermana, aun estudiaban en la universidad y mayormente paraban fuera todo el día) Y fue allí en esa situación, cuando le pregunté muy enojado quien era y ella algo avergonzada, me respondió

_ Hijo, él es Mauricio, un amigo de mi trabajo y hoy le invité a almorzar con nosotros.

_ Hola Basilio, tu mamá me ha hablado mucho de ti, que eres un buen hijo y sacas buenas notas.

_ Buenas tardes.

_ Bueno hijo, ve a ducharte, cámbiate y te esperamos para almorzar.

_ ¡¡No voy a sentarme a la mesa contigo y mucho menos con un extraño!!, le dije en un tono fuerte.

_ Hijo ¡Qué tienes!

No respondí a la pregunta y tirando la mochila, salí de la casa y me fui corriendo muy lejos mientras lloraba. Pasaron varias horas y era como las 7 de la noche, había caminado mucho hasta el punto que casi ya estaba por salir de la ciudad, cuando de pronto un auto me ilumina y allí estaba mi mamá, junto a mi hermano mayor. Ella bajó y me dijo a dónde vas, a la cual le respondí:

_ Me voy lejos de tu vida, para que te quedes con tu amigo.

_ ¿Qué dices?

No quise responderle y seguí caminando, cuando en eso, ella se acerca y me abraza llorando diciéndome,

_ Por favor PERDÓNAME, no pensé que te ibas a molestar así, pero te pido que subas al auto y regresemos. Allá en la casa conversaremos.

Al ver sus lágrimas y la pena con la que estaba, hicieron que la cólera se fuera y regresé a casa. Mi hermano en el trayecto no dijo nada, pero comprendía la situación. En casa mi hermana comenzó a llorar y a gritarme porque me había ido y les estaba dando esta pena, pero mamá le dijo que se callara y que no interviniera en esto, y que fueran a sus cuartos que quería conversar conmigo. Una vez a solas, ella me preguntó porque lo hice, fue cuando le respondí que tenía muchos celos de verla con otro hombre y que no soportaba la idea de que ella estuviera con él a solas. Mamá me escuchó y fue cuando me contó algo:

Quizá no lo entiendas ahorita, pero sé que debí decírtelo hace tiempo, pero tú sabes que yo llevo ya cinco años sola desde que murió tu papá y ha habido ocasiones en que he querido estar con alguien, que me abrace, que me escuché que me dé un beso y si bien tú y tus hermanos me dan esos sentimientos, pero no es igual como lo hacía tu padre conmigo. Por eso y ante las insinuaciones de tu familia, de tus hermanos, fue por ello que comencé a darme la oportunidad de volver a salir con alguien y así empecé una amistad con Mauricio. De hecho, yo ya llevo saliendo con él hace un año y medio y he comprendido que es un gran hombre, que me entiende y que también …

Fue cuando no soporté más de lo que me estaba hablando y le dije:

_ Dime una cosa ¿Tú y él ya han tenido relaciones sexuales?

Ella no quiso responderme, solo esquivaba mi mirada, pero esto me impacientaba a tal punto que repetí la pregunta, con más rabia encima.

_ ¡¡DIME SI O NO!!

Si bien su silencio momentáneo lo decía todo, sin embargo, mi corazón aún me daba una esperanza que no fuera cierto, pero mis oídos terminaron de escuchar la sentencia fatal.

_ Si hijo. No te lo voy a negar.

Escuchar esto definió mi pensamiento sobre ella. Me levanté lleno de ira, con lágrimas en mis ojos y me encerré en mi cuarto, cerrando la puerta con mucha furia. Mamá tocaba la puerta pidiéndome perdón por no haber sido sincera, pero yo no quería escucharla más, al contrario, le gritaba le decía que me dejara solo, que ella como madre para mí había muerto. Después de unos minutos, dejó de tocar y se fue para su recámara, dejándome a mí con el mundo encima.

Durante los siguientes diez días, mi casa se había convertido en una especie de campo de batalla forzoso. Me levantaba muy temprano, solo tomaba un vaso de agua, cogía alguna fruta y me iba a la escuela y al terminar mis clases, me iba por ahí muy lejos y no volvía hasta entrada la noche, luego ingresaba directo a mi cuarto y no la abría hasta el día siguiente, para volver a repetirse la misma faena. Por el lado de mi madre, ella trataba de hablarme, pero al ver mi silencio sepulcral se ponía triste, me dejaba la comida lista, pero yo la rechazaba por completo, y por el lado de mis hermanos, se tomaron el pleito de nosotros tan a pecho, que no había ni un día que no peleáramos entre los tres ( soy sincero, nunca habíamos discutido tan seguido, durante muchos años ) y estuve al punto de llegar a irme a las manos con mi hermano mayor, pero mamá salía triste y nos pedía que paráramos. También quiero reiterar que desde que mamá me confesó lo de su relación con ese hombre, ya no salía por las noches, se quedaba encerrada en su cuarto, había descuidado su aspecto físico y llegó al extremo de renunciar a su trabajo (por esa razón mis hermanos me tuvieron más cólera de lo que ya había hasta entonces) A pesar de todo ese ambiente tóxico, estaba muy triste y me sentía un miserable en vida, ya que con mis celos de hijo, estaba llevando a mi madre y a la vez a mi familia a un ambiente lúgubre, de problemas, de algo que me negaba a aceptar. En el fondo, mamá nunca había descuidado sus funciones de progenitora, nos amaba, nos cuidaba y lo único que estaba pidiendo, es que la comprendiéramos, que ella quería volver a ser feliz de nuevo como mujer.

Como dije, después de diez días, un día ella nos llamó a los tres y nos dio una noticia, que en lo personal no me lo esperaba.

Saben en estos días que han sido muy infelices para mí, me he dado cuenta que yo ya no tengo nada que hacer aquí. Soy la única culpable de esta situación y por ello he decidido que me iré por unas cuantas semanas a la casa de mi hermano en la sierra, para un poco despejarme de esta coyuntura y así aclarar mis sentimientos. Y en cuanto a ustedes, solo les pido que respeten mi posición y no quiero que entre los tres se recriminen. Si algún día me voy yo, les recuerdo que ustedes se tienen el uno al otro.

Cuando escuché estas palabras, en el fondo quería decirle que me perdone, decirle que me equivoque, que estaba dispuesto a aceptar su decisión, su felicidad, pero conocía muy bien a mamá y era de esas mujeres que siempre cumplía su palabra. Y tal como lo dijo, al día siguiente se fue para la sierra y nosotros nos quedamos solos.

Los primeros días sin ella, fueron difíciles, nos turnábamos las labores, luego de la escuela y la universidad a casa, no salíamos por las noches, es decir en el fondo la lección de mi mamá, era única. Nos estaba probando a ver como sobrevivíamos sin ella en un futuro, y en especial a mí, quien quería hacerme ver hasta donde llegaba mi existir sin ella.

Pasaron como dos meses y no hubo ni una carta, ni un mensaje y mucho menos una llamada de ella. En esos días mencionados, solo venía mi tío Mauro a visitarnos, a ver como estábamos y sobre todo acompañarnos un fin de semana. Cuando le preguntaba por ella, me respondía que estaba bien y que el clima de la sierra le estaba haciendo sentir mejor, pero en el fondo yo no estaba tranquilo ( para tomar una decisión ya era mucho tiempo y sobre todo ese silencio a que se debía, tal vez por mí no debía sentirlo, pero por mis otros hermanos, ya debía haber una comunicación, en fin miles de preguntas me formulaba ) Y fue que un viernes que mi tío llegó de noche a la casa, para acompañarnos un fin de semana, decidí ir al día siguiente a la sierra, solo con el propósito de verla, acompañarla y sobre todo, pedirle perdón por mis actos (aunque en realidad, pronto me lamentaría de haber hecho eso)

Como dije al día siguiente, me levanté muy temprano y dejé una nota que iba a tener una mañana deportiva en el colegio. Salí muy temprano y para mi suerte, encontré un bus que llevaba al pueblo dónde estaba mi mamá. El bus llegó en un tiempo de 2 horas y media y al bajar, caminé desde la plaza del pueblo, hasta el caserío donde vivía mi tío, pese a que ya llevaba tiempo no haber venido por aquí, aún recordaba el recorrido. Tras media hora de caminata llegué a la casa e ingresé por el corral, pero me llamó la atención no verla a ella, luego seguí caminando hasta la parte donde estaban la chacra, las siembras y tampoco, pesé a que no era ni las 11 de la mañana, no la veía por ningún lado. Entonces ingresé a la casa y comencé a recorrerla despacio, pero de pronto escuché como una especie de gemidos que venía de una de las habitaciones, me acerqué muy despacio y los gemidos, se hacían cada vez más fuertes y también palabras como:

_¡¡OHHHHH!! ¡¡OHHHHH!! SIGUE MI AMOR, SIGUE.

_ TE GUSTA ZORRA, TE GUSTA COMO TE LA METO POR TU CONCHITA TAN RICA.

_ SI SÍ ME GUSTA,

_ ¡¡OHHHH QUE GOLOSA ERES NENA!! Y eso que tengo hasta mañana para quedarme contigo.

Cuando escuché la voz en ese momento supe que era de mi madre y en mi mente cabía la rabia, el odio, ahora comprendía todo. Ella no nos escribió, solo por estar con su amante y mi tío lo sabía todo, por eso sus visitas continuas, para quedarse con nosotros y dejarla el fin de semana con quien sabrá Dios. Mientras estaba con mis sentimientos encontrados, me acerqué más y la puerta estaba abierta en gran parte y allí pude ver lo que mis ojos no querían aceptar.

Sobre la cama estaba mi madre desnuda y abierta de piernas, mientras que el otro hombre que la estaba montando en pose de misionero, era nada menos que el tipo de esa vez que la vi en la casa, si el tal MAURICIO, quien aparte se la estaba comiendo a besos. Por un momento quise salir corriendo, pero una excitación me dominó a tal manera que no podía evitarla. Muchas veces soñé ver a mi madre completamente desnuda y que ella se acercaba a mí a darme un beso, a tocarme el pene, lamerlo y yo disfrutar de sus labios carnosos, ahora lo veía todo lo descrito, pero yo no era el protagonista.

Aunque sea mi madre aún se detuvo y le dijo – Espera un momento – (yo me oculté rápido para que no me vieran) y Mauricio le dijo - sí, pero antes chúpamela un poco y tomando la cabeza de mi madre la puso en su parada pinga – a la cual al verla me sorprendió su grosor-  y le dijo que sientes al chuparla. Mi madre ya caliente le dijo rico que dura la tienes mientras el tipo ese le metía su mano hasta la conchita de ella y decía

_ ¡¡TE GUSTA COMO TE LA METO CON MIS MANOS!!

Mi madre totalmente caliente decía

_ SI QUE RICO SIGUE POR FAVOR

_ TE GUSTARIA QUE TE LA CHUPARA CON MI LENGUA EH PUTITA

Mi madre ya gemía mientras se habría más de piernas esperando la lengua de su amante, la cual apenas entro mi madre gritó de placer y ya él se la comía toda la vagina y el clitoris de mi madre. Luego de un rato de intenso éxtasis, le dijo

_ YA MÉTEMELA POR FAVOR

Mauricio se levantó y le acercó su pinga a la boca de mi madre se la metió toda que casi se ahoga, pero luego le empezó a darle la mamada de su vida y después de algunos minutos, ella se puso en cuatro y empezaba a recibir las metidas de pinga en su culo.

Yo veía muy caliente como su amante le agarraba las nalgas de ella, y lo más rico y morboso que veía, era como su pene entraba y salía de su culo de ella, en medio de grito de placer y gemidos, que por estar en una zona caserío era imposible de escuchar a las leguas cercanas.

Después de algunos minutos de tenerla en pose de perrito, la levantó en sus brazos y la llevó hacia la pared y seguía metiéndosela por el culo, mientras sonaba el contacto de ambas pieles desnudos y luego de algunos jadeos, palabras soeces él la deposito sobre la cama mientras seguía clavándole, hasta que él dio un grito guturantes y ella también estaba que cerraba los ojos de tanta embestida. Después de eso él se retiró de ella, y la volteó para comenzar a besarla en la boca y ella le correspondía como una posesa a sus ósculos.

Luego de presenciar esto, si bien mis genes me ordenaban hacerme una rica paja en honor a ella y lo que había visto, pero luego mi razón me bloqueó, en especial mis celos y con un total odio, tiré la puerta de una patada, dejándolos en shock en especial a ella.

_ ¡ASÍ QUERÍA ENCONTRARTE!

_ HIJO ¿QUÉ ESTAS HACIENDO AQUÍ?

_ NO ME LLAMES HIJO, QUE NO MEREZCO A UNA PERRA COMO MADRE.

_ OYE IMBECIL, RESPETALA.

_ TÚ CALLATE, HIJO DE LAS MIL PERRAS.

En ese momento salí de la casa totalmente enfurecido, comencé a correr por la zona pedregosa, ya que, al no estar asfaltada, uno podía caer fácilmente, y encima como los caminos eran angostos, uno podía tener un accidente así de fácil, pero como estaba tan enfadado, tan furioso no medí el peligro y seguía corriendo hasta que en eso, di un mal movimiento y terminé rodándome de un camino hasta la parte profunda, no sé cuántas vueltas me di, pero lo que sí sé es que al dejar de rodar, quede inconsciente producto de la caída.

No sé cuántos días pasaron, pero una mañana desperté en una posta médica y había una señorita que al verme abrir los ojos llamó al médico. Este con una especie de linterna comenzó a probar mis pupilas y al ver que reaccionaba a la luz, comentó.

_ Si reacciona. Ya salió del estado inconsciente.

En ese momento el médico se quedó a solas conmigo y tras revisarme, me di cuenta que tenía una pierna moreteada y la cabeza con un parche. Le pregunté que me había sucedido y me comentó que me había rodado, pero que ya estaba mejor.  Luego pregunté qué día era y me comentó que estuve cuatro días en inconciencia, pero eso era lo de menos.

El galeno salió y al instante entraron mis dos hermanos y mi tío Mauro, pero al verlo le pedí que se saliera. Él comprendió y se fue, y al quedarme a solas con mis hermanos, le pregunte dónde estaba mamá. El que respondió fue mi hermano Tiago

_ Escucha Basilio, este no es el momento de hablar de ese tema.

_ ¿Dónde está mi mamá Tiago? ¡Dímelo!

Mientras mi hermana lloraba, Tiago finalmente respondió:

_ Mamá se fue de la casa definitivamente hace tres días. Me comentó que se iba porque no tenía el valor de volver a mirarte a la cara. Ya ella me contó lo que pasó en la casa del tío Mauro y la verdad, lo siento hermanito.

Cuando escuché esto, contuve mis lágrimas ante su presencia. ( desde niño mi hermano me enseñó a no llorar delante de otro hombre, pero ahora parecía que él quería llorar, por ello trataba de no doblegarme ) Tras escucharle le pedí que me dejará solo, mientras mi hermana era un mar de llanto. Tras salir y quedarme solo, no pude contenerme más y lloré a escondidas, el abandono de la ingrata de mi madre. Pero dicen que la vida te da un golpe y a la vez una revancha y esta pronto llegaría. Solo debía: CONFIAR Y ESPERAR.

En el proximo relato: El arrepentimiento, venganza y sobre todo el perdón hacia ella.