La traición de una madre 2

Tras abandonar a sus hijos, Helena un día regresa arrepentida, pero Basilio no estará dispuesto a perdonarla. Aún así la llama de madre e hijo, despertará un deseo ardiente y prohibido a la vez.

LA TRAICIÓN DE UNA MADRE II PARTE

Habían pasado tres semanas desde que desperté de mi caída, tres semanas en que también me enteré que mi madre se había marchado de nuestras vidas, huyendo como una cobarde, no importándole si nosotros estábamos protegidos o no, y lo peor, nunca explicó por qué esa bajeza de irse a la sierra supuestamente a pasar un tiempo a solas ( aunque en la práctica no lo era ) y todo para que nadie viera su relación con su amante. Pero eso ya no venía al caso. Después que desperté del coma, pasaron tres días y el médico me dio de alta y pudimos regresar a nuestra casa, claro es lógico que debía seguir sus recomendaciones para poder así, recuperarme pronto.

Cuando llegamos a casa, mi hermano me dijo que los tres teníamos que hablar muy seriamente sobre lo que sería ahora nuestro destino, sin la presencia de nuestra madre. Dentro de los temas que hablamos, llegamos de acuerdo a tres cosas:

  • Primero mi hermano nos dijo que desde ese día y en adelante, el tema de mamá ya no se tocaría más en la casa. En pocas palabras, ella ya no existía más para nosotros.
  • Segundo: Nunca más se abriría su habitación de ella, y que todos los recuerdos físicos como fotos, ropas o regalos que alguna vez le pertenecieron, se guardaría en ese lugar.
  • Tercero: Al tío Mauro nunca más se le abriría la puerta de la casa, ya que por más que lo negó, supimos que fue cómplice para que ella se vea con su amante en su casa. (no me llamaría la atención enterarme, que tuviese algo con su hermana)

Mi hermana Sofía también habló y comentó que buscaría trabajo para apoyar a Tiago en los gastos de la casa. Aunque éste último se opuso, al final aceptó con el compromiso que no abandone sus estudios superiores. Yo también por no quedar como un rezagado, les dije que quería ayudarlos en los gastos de la casa, pero ellos se negaron rotundamente y me dijeron que mi deber era estudiar y terminar mi último año de secundaria. Entonces me comprometí en ayudarles con la limpieza del hogar y el mantenimiento respectivo. Establecidos los acuerdos, los tres nos abrazamos y prometimos no más llorar por el pasado. En resumen, ella murió y nosotros la enterramos.

El tiempo comenzó a transcurrir para nosotros y aunque al principio no fue fácil adaptarnos a nuestra nueva vida, poco a poco lo logramos ya que los dos meses que supuestamente se fue para meditar, nos ayudó un poco a adaptarnos a su ausencia. Pero sería mentir que, por las noches, ninguno de los tres pudo evitar su recuerdo y cada quien lloraba por su ausencia. En medio de la pena, pude culminar mi quinto año, logré hacer mi fiesta de graduación (a ese evento me acompañaron mis hermanos y estuve orgulloso de eso)

Así llegó Navidad y año nuevo (el primero en nuestra vida sin ella) y con ello las vacaciones de verano. Entonces decidí inscribirme en una academia pre universitaria y prepararme para la carrera de Medicina. Al ver el ejemplo de mis hermanos no rendirse, me motivó más y le di muchas ganas a mis estudios (como decimos aquí en mi país, UNA PAPA MÁS AL CALDO, le agregué). Así pasó enero y llegó febrero, y pude ingresar a la universidad en tan solo el primer intento de admisión.

Mis hermanos se alegraron por lo sucedido y yo más aún. Desde ese día mi vida comenzaría a cambiar y comencé mi etapa universitaria. Si bien en mi promoción éramos 21 alumnos (9 chicos y 12 mujeres) y yo de paso el único menor de edad, eso no impidió colarme en los primeros puestos de mi grupo. A esto también se sumó la rama que quería especializarme y esta fue CARDIOLOGÍA. Así pasó los dos primeros ciclos, ocupando el segundo puesto de mi grupo mencionado.

Cumplí los 18 años y mis hermanos quisieron celebrarme una fiesta por tratarse de una edad muy especial en la vida de todo chico. Yo en cambio no acepté y solo les recibí una cena entre los tres en un restaurante algo lujoso. Aunque por la mañana recibí una sorpresa desagradable, ya que el tío Mauro vino a la casa, supuestamente trayendo un recado de mi madre por ser mi cumpleaños, pero no acepté su mensaje y le dejé con la palabra en la boca. No iba a permitir que un mensaje de alguien tan traidor, dañase el día más bonito de mi vida.  Así celebré mi cumpleaños y ya era todo un HOMBRE, como dijo mi hermano mayor.

Transcurrieron dos ciclos más de estudios y aunque las clases cada día era más exigentes, eso no me detuvo. Mas todo esfuerzo conlleva a una recompensa, y a la vez a sacrificios.  Observaba como mis hermanos poco a poco se iban separándose de mí (Tiago se hizo de novio de una chica de su trabajo y Sofía también se echó un novio) por lo cual cada día adquiría más independencia personal. Así paso ese año y nuevamente ocupé esta vez el primer puesto y por consiguiente fui uno de los 7 elegidos del tercio, para que al siguiente ciclo comenzase a realizar su PRE – CERUM. Y otra vez llegó navidad y año nuevo, sin la presencia de mi progenitora.

Hasta aquí quiero hacer un alto. Sería mentir que no dejaba de pensar en ella, ya que cada vez que estaba con una compañera o amiga de la universidad y si había la oportunidad de darme un polvo con ella, una de las cosas que me excitaba o arrechaba era precisamente que en ese instante recordaba la forma en que la vi teniendo sexo con su amante. La forma en que le colocó en cuatro, piernas al hombro y las palabras chanchas que le emitía, era mi estimulante sexual, que ni el VIAGRA, hubiese tenido tanto efecto en una erección, como los mismos recuerdos. Y como repito, cada vez que me tiraba a una jermita, lo hacía con tal salvajismo y ninfomanía, que parecía otro hombre distinto al chico educado, orador que era en el aula. De esa forma era mi forma operantis de tener sexo.

Recuerdo que en una ocasión una compañera de nombre MADELEINE (la cual era una cabeza hueca para los estudios, pero una trome para las pendejadas) no había hecho un informe final sobre un curso de carrera. Y como estaba desesperada por que dicha tarea, definía la nota del ciclo y a la vez era un pre requisito para el siguiente año, me pidió ayuda para su trabajo, Y tuvo suerte la muy condenada, ya que como el informe era grupal, pues accedí y la integré en mi trabajo. Por supuesto que el profesor nos calificó con la nota más alta de todos los informes y así ella pasó de ciclo.

Pero como nadie hace nada de gratis, Madeleine me pidió que la visitase en su departamento, justo el mismo día que se entregaron las notas finales del ciclo. Entonces fui a ver de qué se trataba (aunque ya me hacía la idea de que sería el asunto). Al ingresar me pidió esperar un momento y luego me llamó a su cuarto. Al entrar no pude creer lo que vi.

La muy pendeja estaba solo con una bata de bañarse y sin abotonarse y mostrándome todo su parte delantero corporal desnuda. Yo no salía del asombro y mi pinga ya comenzaba a hacerse notar. Luego ella se acercó y me dijo.

_ UY PARECE QUE ALGUIEN TIENE HAMBRE

_ SI ES QUE NO HA COMIDO CARNE, MUCHO TIEMPO

_ ENTONCES QUE ESPERAS MI ESTIMADO.

Con esa indicación, sabía de sus intenciones malas, me abalancé sobre ella y la empecé a besar, estaba encima suyo, y pude notar como me tocaba mis nalgas, estuve un buen rato besándola, y tocándole sus pechos deliciosos, hasta que ella me aparto y se quitó la bata de baño y yo el polo deportivo que llevaba. De paso me quité el jean con todo y trusa quedándonos tal como Adán y Eva en el paraíso.

_ CHÚPAMELAS . -me dijo.

Sin pensarlo dos veces comencé a besar sus labios y a la vez lamer esos dos ricos pezones mientras ella, tocaba mi pichula ya totalmente erecta, sin darme cuenta también empezó a chupármela lentamente, nos comenzamos a hacernos el 69.

Como le metía dedos y lengua a esa concha rosadita sin vello, me corrí finalmente en toda su carita de ángel, luego de buscar en mi billetera un condón me lo puse y mi amada anfitriona, se echó en su cama y abrió sus piernas en totalidad, invitándome a hacerla mujer. Así empecé a penetrarle su rica vagina en estilo misionero, por primera vez, era sexo con amor, la besaba y la abrazaba, algo que jamás había hecho con las otras jermas con quienes cachaba. Finalmente la voltee y se la metí de golpe en el culo, me sorprendió ver que ella no opuso resistencia, si no que gozaba sin fin, finalmente eyaculé y quede en su espalda, y al oído le dije.

_ ¿Esto es por haberte ayudado en el informe?

_ Claro cariño. Mil gracias por ayudarme en ese dichoso trabajo.

_ Pues desde ahora nena, ya sabes cómo pagarme los favores de la uni.

_ Jajajajaja claro loco.

Y luego de eso nos fundimos en un beso, nos prometimos no decirle a nadie, pero quedamos como amantes, aunque luego nos volvimos algo así como novios discretos.

Llegó el tercer año de universidad y con ello mis 19. En casa ya las cosas eran diferentes, mis hermanos en sus asuntos laborales y personales y yo en lo mío y mis estudios. Pero justo un día cuando estaba por salir un momento al centro a ver un par de zapatillas, alguien tocó la puerta. Al principio creí que eran mis hermanos, pero recordé que cada uno tenía su llave. Volvieron a tocar y pensando que se trataba de algún vendedor, un testigo de Jehová, u otro, entonces pregunté quién era, no obteniendo ningún tipo de respuesta a mis preguntas, incomodo por la situación, abrí la puerta y en la entrada, alguien del pasado había regresado. Si era mi mamá.

Cuando la vi en la puerta, no supe cómo reaccionar, estaba allí con sus maletas, una bolsa, un rostro ya algo acabado (pude ver ciertos golpes en su mejilla) muy delgada, en fin, no era aquella mujer guapa, que robaba piropos por la calle, solo un bosquejo de lo que era antes.

Tras unos largos segundos de silencio y mirándonos fijamente, le pregunté:

_ ¿Se te ofrece algo?

_ ¿Puedo pasar por favor?

_ Adelante.

Una vez dentro, ella me preguntó por mis hermanos a la cual no le respondí, entonces cogí mi mochila y estaba por salir, entonces ella me preguntó:

_ ¿A dónde vas?

_ Disculpé le permití entrar, más no le da derecho a preguntarme a donde voy o no. Si gusta esperar a mis hermanos, hágalo, sino la puerta está abierta y puede seguir su camino.

Creo que esas palabras la terminaron de poner más triste de lo que estaba ( no obstante, en el fondo el más destruido era yo, ya que después de tres años que me hice la idea de que ella había muerto para mí, de hecho, aquel día que la vi con su amante, se acabó todo, ahora tenerla frente a frente, me hicieron dudar de mis sentimientos tanto de hijo, como de hombre ) Entonces me marché y no volteé a verla.

Llegué casi por la noche a mi casa y cuando ingresé vi que mi madre estaba con mis hermanos conversando. Entonces me pasé de frente, pero Tiago fue a verme hasta mi cuarto y me pidió que hablara con ella que la escuchara, que comprendiera que ella ya estaba pagando por su error. En medio de la confusión le dije que la escucharía, pero al bajar y verla en la sala, solo atiné a decir:

_ A mis hermanos podrás engañarlos, seducirlos, pero a mí no. Tus lágrimas ya no funcionan conmigo.

Cuando terminé de replicar estas palabras, creo que lo poco que aún le quedaba de existencia a la pobre infeliz, terminó por hundirla más en su pena. Entonces la muy desdichada se echó en los brazos de mi hermana, mientras yo me retiré a mi cuarto. Tiago me siguió, me reclamó, entonces no soporté más el dolor y por primera vez en mis 19 años de vida, me eché en sus brazos de hermano mayor y lloré como nunca. Él comprendió que en el fondo el más dolido era yo, ya que presencié toda la asquerosa actuación de ella en la casa de la sierra. Tras algunos minutos abrazado a mi hermano, se marchó a su cuarto.

A la mañana siguiente evité el contacto con mi madre, pero era imposible ya que, al acercarme a la cocina, ella estaba preparando el desayuno y este era avena con leche descremada y pan integral con mantequilla (mi desayuno favorito y llevaba mucho tiempo sin probarlo) Aun así, no lo acepté y me retiré a la universidad hasta la noche.

A mi retorno, Tiago me explicó que mamá a partir de ese día en entonces iba a vivir en la casa, como si se tratase de una visita o una amiga que estaba de pasada. El trato fue que ella jamás me cuestionaría que hacía o a donde iría y mucho menos me dirigiría la palabra De mi parte empezó un cambio drástico. Uno de ellos era que cuando era la hora del almuerzo o la comida, yo no me sentaba a la mesa con ellos, sino llevaba mi comida a mi habitación o a veces cuando yo me sentaba, era ella quien se retiraba. Mis hermanos no objetaron tal medida.

Como dije la llegada de mamá me causó un gran revuelto en mi vida personal y a la vez estudiantil, aunque lo más extraño fue que nuevamente mis recuerdos de niño mimado, mi complejo de Edipo regresó ahora al verla. Pasaron cerca de 6 meses y nuestra forma de vida no había cambiado (Yo en lo mío y ella en lo suyo), fue entonces que una noche me fui de fiesta con unos amigos y me embriagué tanto, que apenas me podía mantener en pie.

No sé cómo llegué a la casa, pero al momento de entrar a mi domicilio estaba tan mareado que me choqué con algunas sillas y estas hicieron un ruido muy estrepitoso. Luego la luz se encendió y era mi madre. Se lanzó a levantarme y yo la rechacé diciendo:

_ Vete no necesito que me levantes.

_ Como que no. Mírate. Ni te puedes parar.

_ ¡Te dije que no me toques! Tú ya no tienes ningún derecho sobre mí.

_ Lo sé, pero por favor déjame ayudarte.

_ ¡SUÉLTAME!

Pero en el fondo quería que me abrasase. Había pasado tres años desde que se fue, tres años en que lloré cada noche, pensando en que vendría a tocar la puerta y quedarse con nosotros, tres años en que quería que me sirva la cena de navidad, tres años …

_ ¿Por qué me abandonaste? ¿Por qué te fuiste con ese tipo? ¿Por qué me dejaste herido?

_ Sé que lo que te hice no tiene perdón de Dios, pero te juro que todo fue por mi debilidad, por mi deseo de volver a ser mujer. Tú sabes que tus tías y tus hermanos siempre me insistieron en buscar un compañero y fue cuando llegó ese infeliz a mi vida. Aquel día que te fuiste de la casa, yo terminé mi relación con él, pero al ver tu desprecio y encima Mauricio insistió en volver conmigo, entonces decidí irme a la sierra, pero luego él llegó y como tu tío Mauro lo conocía y sabía de lo nuestro, entonces permitió que conviviésemos en la casa, hasta esa mañana en que, me descubriste y te rodaste. Después de ese hecho, yo quise quedarme a tu lado, pero Mauricio me dijo que así sobrevivieses nunca ibas a perdonar la falta y que era mejor huir y empezar mi vida de cero, a que quedarme a tu lado y vivir lo que quedaba de mí a un tiempo de desprecio y miradas de odio de tu parte.

En el fondo, sus palabras me calaron y por ello hui con Mauricio, no sin antes contarle toda la verdad a Tiago y decirle que te cuidara y que algún día me perdonara por mi acción.

_ ESO NO JUSTIFICA LO QUE ME HICISTE. ¡SABES CUANTAS NOCHES LLORÉ EXTRAÑANDOTE, ¡CUANTAS NOCHES ME LEVANTE A VERTE POR LA VENTANA SI ALGÚN DÍA REGRESABAS O, AUNQUE SEA ME MIRARAS DE LEJOS! ¿CUANTOS CUMPLEAÑOS, ¿DÍAS DE LAS MADRES, ¿NAVIDAD, LA PASÉ PENSANDO EN TI? ¡¡TIENES ALGUNA MALDITA IDEA!

_ Lo sé Basilio, pero déjame decirte que ya lo pagué todo eso y muy caro. Primero ese maldito que me hizo la vida imposible, me golpeaba, me tildaba de la peor puta del mundo, a sus amigos les contó que, por él, yo los había abandonado a UDS y lo peor, me prohibió salir, me trató como una esclava y lo imperdonable. ¡ME OFRECIÓ SEXUALMENTE A SUS AMIGOS, SUS JEFES! Y una noche, él me drogo y embriagó y entonces …

_ QUÉEEEEEEEEE

_ Recuerdo que, en medio de la borrachera, se me acercaron tres tipos y me hicieron suya a la fuerza, me desnudaron, me metieron sus penes en mi boca, mi culo y mi concha, me tiraban del pelo, me golpeaban y me hacían todas sus cochinadas sexuales, mientras él solo miraba y se masturbaba con la acción. Te juro que ese momento quise morirme, y cuando terminaron, quise matarlo con mis propias manos, pero no podía. Así viví por casi dos años, hasta que no soporté esta maldita vida y aprovechando que dormía, escapé, me refugié en algunas amigas que conocí por donde me fui a vivir con él, y así pude regresar aquí. Sé que lo que viví no compensa tu dolor ni el de tus hermanos, pero te juro que ya pagué suficiente. Ahora lo único que me conformo es con tu perdón hijo. POR FAVOR ¡¡PERDÓNAME!!

Cuando mi madre terminó de contarme la tragedia de su vida, no podía creerlo. Ahora comprendía que mi dolor que viví por tres años, comparado con el suyo, no era nada. También en este tiempo yo tuve a mis hermanos quienes me protegían, cuidaban ¿pero a ella? ¿Quién la protegía de esa desgracia? La embriaguez que tenía en mi ser, se fue de golpe, solo atiné a abrazar a mi madre y decirle.

_ POR FAVOR MAMÁ. ¡PERDÓNAME! NO PENSÉ QUE TU VIDA ERA MÁS MISERABLE QUE LA MÍA

Mamá y yo lloramos abrazados, luego me levantó y la acompañé a su cuarto, mientras yo aprovechaba en meterme a la ducha, pero fue en ese instante que al desnudarme no había toalla, por lo cual quise usar mi polo con que había salido, pero como estaba solo en ese instante, me duché y decidí caminar hasta mi habitación desnudo, cuando en eso sale mi mamá y me ve totalmente calato. Yo solo atiné a decir:

_ ¿Mamá que estas mirando?

_ Nada hijo. Ve a tu cuarto y vístete.

Entré a mi cuarto tratando de disimular mi erección, pero era imposible. No sé si el que mi ella me viera desnudo por primera vez, o tal vez imaginándome la forma en que fue sometida sexualmente por su anterior marido, me pusieron bien excitado. Sea lo que sea me eche a dormir.

Desde el día siguiente las cosas cambiaron entre ambos. Ahora yo poco a poco le conversaba y ella también, mis hermanos notaron el cambio y se alegraron mucho. Por parte de la familia de mi padre, no llegaban a la casa, demostrando su lado hipócrita, quien en un principio fueron los artífices de la desgracia de mi madre y ahora se hacían los inmaculados. En fin, para la mierda que me importa sus opiniones.

Pasaron tres meses y con ellas llegó el cumpleaños 50 de mi mamá. Por esa fecha en el trabajo de mi hermano se daba la fiesta de aniversario de su empresa y decidió llevarla con el fin de que celebre su cumpleaños en dicha fiesta. Así que tras cantarle el feliz día y almorzar juntos, llegó la noche y nos presentamos.

Por supuesto que para entonces mi madre recuperó de a pocos aquella figura infartante de los 40, aunque ya se notaba algo de canas en su cabello negro. Llegamos a la recepción y observé como varios hombres de la edad de mi hermano, algunos cuarentones y otros ya viejos, le echaban el ojo a mi madre, a pesar que venían acompañados. Nos ubicaron en una mesa y a los pocos minutos llegó el jefe de mi hermano, ya un tipo de casi entrados los 60, (aunque bien parecido, algo calvo, pero con elegancia) Después que mi mamá fue presentada ante él, con el permiso de nosotros, la tomó de la mano y la llevó donde estaba el DJ, pidió la palabra y anunció que era el cumpleaños 50 de ella y pidió a la cantante de la orquesta que tocaba, que le cantará otra vez el feliz cumpleaños. Mi mamá no cabía de la sorpresa y todos aplaudieron. Luego llegó a nosotros y ese señor, trajo tres vinos a nuestra mesa, diciendo que era cortesía de la casa por el día especial.

Cerca de una hora y mientras mamá bailaba conmigo y con mi hermano, don Oscar (que así se llamaba el jefe) pidió permiso para bailar con ella. Yo acepté, pero con algo de rabia, ya que veía que mientras bailaba con ella, le tocaba muy coquetamente la espalda, hasta casi ya bajar por sus nalgas. Quería intervenir, pero mi hermano me detuvo diciendo:

_ ¿No pensarás hacer tus escenas de celos acá? ¡Compórtate!

Yo no respondí y solo me quedé a mirar. Pasó un buen rato y mi hermano no dejaba de tomar, hasta el punto que ya estaba mareado. Mi mamá en cambió seguía bailando con el tal óscar y de pronto la llevó a su mesa y allí se sentaron otro buen rato. Trataba de despertar a Tiago, pero este ya estaba bien mareado y ni se podía mantener en pie.

Mi hermana Sofía por supuesto no nos acompañó, ya que ese día le tocaba el turno de noche en su trabajo, razón por la cual ni la pude llamar para que venga a recogernos. Mientras cansado de esperar, me acerqué a la mesa donde estaba mi mamá y observé que el tipo ese le estaba tocando las piernas encima de su vestido enterizo que se puso ese día. Me acerqué y haciendo un tipo de hipo, dije

_ ¿Me permites mamá bailar contigo?

Ella que estaba un poco mareada, creo que retomó la cordura con mis palabras y tras mirarme, me dijo:

_ Claro hijo.

Nos fuimos en medio de la pista y fue cuando le dije

_ ¿TE QUEDAS O TE VAS CONMIGO? ¡NO AGUANTO ESTAR ACÁ!

Mamá comprendió el fastidio e inmediatamente se acercó a la mesa de su acompañante y tomó su cartera. Vi que ese señor algo le decía, pero ella salió enojada y nos fuimos.

Traté de despertar a mi hermano, pero nada que podía. Entonces con ayuda de sus compañeros lo pudimos subir al taxi que solicitamos mediante APP. Durante el viaje, ella no me dirijía la palabra y yo estaba hecho un demonio de celos.

Llegamos a casa y a las justas dejamos a mi hermano en el sofá. Una vez puesto allí, le dije

_ ¿Otra vez estabas de conquista?

_ No hijo, bueno si, no sé

_ No me digas nada. Me voy a mi cuarto

Pero de pronto escuché una respuesta inesperada.

_ ¡Quieres tomarte una copa conmigo!

Nos quedamos mirando un buen rato los dos. Luego ella se fue a su habitación y llegué con el vino y las copas. Después de servir, nos pusimos a ver televisión y cuando ya no había nada para ver, ya que eran las 4 de la mañana, ella comenzó a buscar canales en busca de algo interesante. Hasta que mi madre se detiene en un canal porno en donde se veían unas dos mujeres chupando la pinga a un pata. Mi madre toma su copa de vino, con mucha desesperación y se me acerca. Yo estaba atónito. Entonces sucede lo que yo no esperaba (o al menos soñé desde adolescente). Mi madre comienza a quitarse el vestido enterizo, hasta que se lo despoja completamente y comienza a acariciarse las tetas, cada vez más desesperada. Y luego... lo mejor. Después de manosearse empieza a acariciarme mi pinga, por encima de mi pantalón y al notar ella que mi miembro estaba durísimo, se excita aún más.

Entonces me mira a los ojos y me besa enterrando su lengua hasta lo más profundo de mi boca, fundiendo labio con labio y lengua con lengua. Yo, que no dejé pasar semejante oportunidad, empiezo a apretarle sus durísimas tetas con mis manos. Ella continúa besándome de forma desesperada, mientras que con una mano (con la otra sostenía la copa) me abre el cierre del pantalón y saca mi pene para luego masturbarlo con el mismo frenesí con el que yo le apretaba las tetas. De pronto nos fundimos en un beso pasional, donde solo se detuvo para que yo le quitará el brasier con violencia, hasta tirarlo por allí, y así dejar en evidencia sus magníficos pezones.

Se los chupaba y mordía desesperadamente, mientras ella continuaba masturbándome, aunque detenía de vez en cuando esta acción para introducirse la mano debajo de su calzón y así masturbarse su concha. Entonces, inesperadamente se agacha alejando sus tetas de mi cara y mirándome a los ojos, con una sonrisa provocativa en su rostro, me baja los pantalones y me chupa el durísimo pincho, pero que chupada, mucho mejor que las que me daba mi compañera Madeleine. A todo esto, cabe aclarar, que mi madre dejó la copa en la mesa de noche, y tras dejar de chuparme un rato, se volteó y dijo:

_ QUE RICA PINGA TIENES HIJO. LA VERDAD ME PERDÍ DE ESTO MUCHO TIEMPO

_ TÚ SOLO CÁLLATE Y SIGUE CHUPANDO.

Mi madre era toda una experta. Cuando ella decide acabar semejante mamada, comienza a subir desprendiéndome la camisa y pasándome la lengua por mi vientre para ir arrastrando a su vez las tetillas por mi cuerpo. Luego me tumba violentamente sobre la cama, y se baja el calzón desesperada. Acto seguido me dice:

_ ¡QUÍTATE LA ROPA AHORA MISMO HJO, COMO ESA VEZ QUE TE VÍ DESNUDO!

Ni bien terminó de hablar en un santiamén me quedé tal como vine el mundo. Luego ella se acerca, me da otro beso bien intenso, para luego tumbarme a la cama, entonces ella se abre de piernas y se sienta sobre mi rostro, dejando sobre mi boca toda la perfección de su depilada concha. Empiezo a chapárselo mientras se me inunda la boca de sus jugos. Escucho sus gemidos, mientras que ella se mueve muy eróticamente.

Después de haber tragado yo litros de flujo, ella se para, le da una última chupada a mi pinga y lubricada, para luego hacerme un lado, se recuesta boca arriba sobre la cama, mientras que se abre de piernas y me dice:

_ ¡VEN HIJO!  ¡DAME MI REGALO POR MIS 50 AÑOS! ...

Yo con una mano tocaba a mama y con la otra me masajeaba la pinga, yo quería metérsela ya y le dije.

_ Déjame meterte mi pene mama por favor no aguanto más las ganas.

_ ¿Quieres eso hijo, quieres meter lo que te hace hombre en la vagina que te trajo al mundo?

_ Si mamá por favor no aguanto quiero hacerte el amor.

Mama se acostó en la cama y abrió las piernas,

_ Ven Basilio hoy no importa el pecado, quiero que mi hija tenga lo que desea… Yo también te quiero dentro de mí. Por favor … dame ese placer.

Yo le toque un poco más la vagina y el clítoris, después acomode la punta de mi pichula en la entrada de su vagina ( Recuerdo que en ese momento me acordé la vez en que la vi en la cama con el tal Mauricio y en ese momento di gracias por esa imagen tan espectacular ) No aguanté más y le metí el pene a la vagina de mama de un solo empujón, ella gimió rápido tenía los ojos cerrados y la boca abierta, empecé a bombear mete y saca mientras con las manos le tocaba las tetas, las nalgas, toda la piel que tenía a mi alcance.

Mama gemía y me pregunto. –

_ ¿Te gusta hijo?, ¿te gusta cómo me comes?, ¿te gusta la vagina de tu madre?…

_ Si mama estas muy rica esto es de lo mejor… Ohhh

_ Bésame mi niño, ahora…

Yo procedí a besarla otra vez en la boca, ella sacaba bastante la lengua yo estaba encima de ella dándole pinga. Era la situación más morbosa imaginable (los que hemos tenido oportunidad de coger con nuestras madres me entenderán) pero era también deliciosa.

_ Mama que rica, que buena estas, estas muy buena hembra… Hembra mía deliciosa

_ Mi Basilio, mi macho, mi bebe hermoso…Maldigo la hora en que te cambié por ese mal cagado que me engatusó.

Estaba tan excitado que no tardé en eyacular, al avisarle a mama que ya iba a llegar ella me dijo…

_ No te preocupes préñame amor, total tomaré pastilla… Ahhh amor

_ Que rico mamaaaaaaa … y le llene de semen su rica vagina.

_ Gracias mi amor, gracias mi hijo hermoso.

Yo me acosté al lado de ella y dejé una mano mía en su teta, la verdad hubiese querido lamerle la vagina e incluso que me pegara una buena mamada, pero por esta vez esta culeada estuvo bien.

Al reponernos mama me miró, me dio un beso en la boca y se fue al baño, yo me preocupe por que tal vez el arrepentimiento le haría ver las consecuencias de lo que había pasado. A los pocos minutos mama salió del baño todavía desnuda y con cara de traviesa…

_ ¿Estás listo para el segundo round con tu propia madre?

Me recosté sobre ella y la penetré hasta el fondo. Junto con mis movimientos sexuales, sus tetas se movían de una manera que me enloquecía. Luego de unos minutos a ese ritmo, cambiamos de posición, colocándose ella en cuatro patas y yo la penetré desde atrás. De esa manera yo tenía una perfecta visión de su silueta, su cinturita perfecta y su culo espectacular. Luego de otro rato de fallarla de esa forma, ella se volteó bruscamente y me recuesta como antes sobre la. Entonces introduce mi pichula aun dura en su conchita y cabalga sobre mí frenéticamente. Entonces siento como me sube otra vez un rio de leche. Y le digo:

_ ¡¡¡¡Mamá, estoy por acabar, déjame salir que acabo, acabo!!!

Mi madre, en pleno orgasmo explosivo, me dice: tranquilo, hijo, sigue, ...

Y, si mi madre dice que siga, yo le obedezco. La cosa es que acabé brutalmente y sentí cómo se le inundaba otra vez con mi esperma. Me dejó eyacularle dentro sin ningún reparo. Entonces, mamá se tomó un respiro, me miró y con una sonrisa me dijo:

_ ¡Estoy orgullosa de ti, hijo mío, eres todo un hombre!!

_ Gracias mamá y eso que aún no te la he metido por el culo … jejejeje

_ Ay hijo pero será en otro momento.

_ Como tu gustes, gorda.

Nos volvimos a besar, pero antes le pregunté qué quería ese tal óscar con ella, entonces me respondió lo típico que buscan los viudos en una mujer. Palabrearla, ofrecerle cojudeces y medias y a la cama. Entonces me puse algo celoso, pero ella dándome otro beso, me consoló.

_ Sí, pero ya ves. Hoy solo fui tuya mi amor.

Me fui a mi habitación, pero sabía que ahora todo iba a cambiar. Claro que los cambios se dieron:

_ Primero cuando mi hermano despertó, le conté que su jefe quiso sobrepasarse con mamá y él admitió la culpa y renunció a su trabajo, para buscar otro. Al poco tiempo nos anunció que iba a ser papá y se iría a vivir con su mujer.

_ Mi hermana Sofía, luego de algunas semanas nos contó que se iría a vivir con su nuevo novio y que pronto nos dejaría ya que quería convivir con él.

_ Y por último, gracias a mis buenas notas, conseguí trabajo en una clínica privada y así solventaba mis estudios y de paso ayudar en la casa. Por supuesto que los favores a Madeleine, se pagaban en la cama.

Y de mi madre … ahora los dos vivimos juntos, nos satisfacemos sexualmente cada noche, ella no sale con nadie y estamos recuperando el tiempo que nos fue quitado.

Así ambos nos perdonamos y la vida continúa.