La Traicion de Mía 4
Discupen la tardanza, espero les siga gustando y gracias por seguir leyendo
CUARTA PARTE
Ya había pasado una semana desde que Carmen estuviera con R., había cumplido, R. no la busco, pero C. no paraba de pensar en ella, lo que había sentido cuando estuvieron juntas jamás lo había sentido, desde el primer momento que R. la acarició se sintió conectada a ella, R. se entregó a ella porque así lo quiso y Carmen no compró las caricias de R. por lo que a C. le parecía que sólo faltaba que ella se animará para platicar con ella y remediar las cosas, comenzar de nuevo, no quería ya tener esa máscara de mujer malvada y depravada; necesitaba a alguien con quien compartir sus sueños, anhelos y por supuesto la cama. No le estaba siendo fácil el cambio por mínimo que fuera; no sabía que hacer R. había sido su mujer y sin más nada, por su propia voluntad C. renunció a ella de antemano, siempre acostumbrada a jugar y a ordenar, no podía ser humilde y pedir una oportunidad no sabía como hacerlo, lo que quería lo tomaba o lo arrebataba, así de simple.
“Por qué quiero estar con ella, siempre quiero mirarla, me duele no verla, pero ¡que diablos! Ni modo que a estas alturas deba… regalarle… ¿flores? o qué debo hacer… tengo que hablar con ella”.
Los pensamientos de Carmen eran cada vez más claros ya que poco a poco su cerebro reconocía lo que su corazón le decía y era que necesitaba a Rosaura cerca para sentirla suya, quería conocer lo que pensaba, lo que le gustaba, las cosas que le hacían gracia, lo que le daba miedo para poder ser ella la que calmara todas sus inquietudes y deseos. Era lo que pensaba mientras la observaba en el patio que daba a las canchas. Rosaura que casi no salía a éste, lo hizo porque ya estaba algo cansada de esconderse para no ver a Carmen, la había lastimado, todo lo que le dijo le había dañado su autoestima y la había hecho sentir que no valía la pena, aunque ella sabía que sí valía y mucho. Se acordó que al día siguiente de su “encuentro” en el desayuno tuvo que hacer un esfuerzo gigantesco para no buscar a Carmen comió poco, y al salir se topo con ella y una acompañante muy pegada a ella, R. sólo se dio cuenta que era ella por el tipo de cuerpo y la compañía pero nunca le busco la cara paso de largo sin ninguna expresión en el rostro. Su única pregunta era “Por qué me trato con tanta delicadeza si no le importo nada, era como si quisiera que me enamorara de ella, acaso quería que me humillará después para presumir a sus amigas eso de que es irresistible ja” Ya cansada de esconderse estaba resuelta a olvidar otro tropiezo más y seguir adelante con su encerrada vida, el paseo le estaba costando mucho porque se sabía observada por Carmen, todavía la sobresaltaba por lo que decidió mejor visitar la biblioteca.
Había estado unos 5 minutos cuando oyó una voz suave y algo desconocida que le decía:
-¿Me puedo sentar?-
- Mmmmmm si claro es público-
-Gracias ¿leyendo?
-Tratando de leer-
-¡Disculpa te interrumpí!
-¡No!... no lo digo porque hayas llegado me exprese mal, es porque no me puedo concentrar, no te vayas por favor, me da gusto que estés aquí. Sabes sí me acuerdo de tu nombre… es Laisha muy bonito.
-El tuyo también-
-Eres muy amable, jeje. ¿Tienes mucho aquí? la vez pasada no platicamos mucho y creo que me fui abruptamente-
-Dos años, pero espero salir pronto y sí me dí cuenta, pero la que platico más fui yo jejej-
-Y tú?-
-Pues creo que siete, pero el abogado de oficio la última vez que lo vi me dijo que podría ser menos si tenía buena conducta, podría salir en tercer grado. No sé mucho de eso pero he buscado algún libro de leyes que me aclare muchas cosas pero no he dado con él.
-Vale, yo tampoco sé de leyes pero te ayudo a buscar-
Laisha sabía perfectamente todas las respuestas, pero no podría responder cómo es que sabía tanto de leyes, si era una reclusa la mayoría solo tenía la educación primaria aunque pareciera imposible en un país como España; secundaría y bachiller se reducía el porcentaje y licenciaturas muy pocas, tenía que ayudar a buscar para pasar tiempo con Rosaura para saber más de ella.
-¿Estáis currando en la lavandería verdad?
-Aja
-Ahí no pagan, no habéis solicitado un trabajo con paga?
-Si pero ahora no hay, me han dicho que sólo las mujeres más necesitadas y sobretodo con hijos, y yo no tengo hijos, así que pues me aguanto, jejej y la verdad no están tan mal las cosas, las celdas están bien pintadas que hasta parecen departamentos algunas las han semiamueblado jeje la verdad es que están mejor que las Unidades Habitacionales de mi País jeeje, los servicios mejores que en muchas casas de dónde yo soy, la comida no está mal así que son pocas cosas las que necesito jeje.-
-¡Está bien! Pero siempre el ser productiva es mejor no, y más si se te paga, te sientes muuucho mejor, además de que te hará la vida menos pesada. En cuanto a la comida las cosas han cambiado desde que la directora entro al centro, la verdad la comida era pésima, ella ha mandado a reparar todo lo que necesita reparación, nosotras mismas hemos hecho la labor de pintura la verdad es que se ha aplicado la mujer, aunque parece una Pija insensible, déspota y Barbie inútil, la verdad es que ha elevado el ánimo de muchas con hechos, no prometió nada pero ha hecho muchas cosas, ha de tener muchos contactos porque ahora el centro tiene una camioneta para la recolección de presas de segundo grado y para compras. Eso es en el centro y con nosotras está consiguiendo fondos para un mejor seguimiento médico de las que están malas y no haya problemas sanitarios, que resulten en epidemias, no aumente la drogodependencia y nos hablo de que no quiere que proliferen las enfermedades infecciosas, que debemos tener mucho cuidado… pero…. os estoy aburriendo ¿verdad?
-¡No! cómo crees sólo que me parece interesante todo lo que me dices y no imagine que la Sra Directora se aplicara a su trabajo es muy joven y la verdad me ha sorprendido.
Claro que estaba sorprendida, esa mujer tan inteligente y bonita se había fijado en ella para algo que nadie podría creer si lo contará, ahora se sentía privilegiada y con una cierta satisfacción que se guardaría.
-¡Mira Rosaura! esté parece bueno pero está bien gordo jejej espero te sirva-
-Si tú crees que es lo que busco, pues a leer-
-O… si quieres… lees mañana y vamos a tomar aire, la verdad no me gusta mucho estar entre cuatro paredes, vale-
-¡Lo dices en serio! jejeje ¿pues qué haces en este lugar? eso es de risa-
-¡Por tonta! jejej pero a lo que me refiero es que me gusta más la actividad, jejeje el deporte el aire libre aunque este encerrada jejej.
-¡Está bien! creo que lo que me sobra es tiempo para investigar-
A pesar de caerse bien había cierta reticencia por parte de Rosaura, no le contaba nada acerca de por qué se encontraba allí y Laisha no quiso incomodarla con preguntas dolorosas por lo que Mientras Jugaban charlaban amenamente, se sentían muy cómodas Rosaura comprobó que las personas cuando son regalas una sonrisa, puedes recibir otra y quizás una amistad.
-¿Te gustan las novelas Románticas?-
-¡No la verdad no mucho! –
-A mí sí, me encantan las sufro con las protagonistas jeejej-
-No me molesta el romanticismo lo que pasa es que en muchas novelas la chica pasa 500 páginas sufriendo por un hombre confundido que para mi forma de ver pues que siga confundido y la chava que se busque otro ¿por qué solo debe haber un solo pez en el mar? Noooo , siempre hay opciones, y el amor … no creo en el amor a primera vista…. este para que perdure debe de darse poco poco y siempre se acaba y si no quieres que acabe pues aliméntalo.
-Ja difiero un poco, yo si creo en el amor a primera vista, pero de eso se tratan las novelas de una pareja que tienen que derrumbar obstáculos, para que su amor triunfe jejej o ¿no?- dijo sonriendo y al explicar esto último miraba fijamente a Rosaura.
-Sabes para mi el amor es como una planta, que se debe de cuidar para que al final de sus frutos y depende mucho del cuidado que se le da para que se logre y llegue a madurar y ser fuerte. Creo que podríamos pasar horas hablando de esto y nunca terminaríamos el amor es complicadísimo.
- Mira Rosaura la verdad soy toda una cursilona fácil.
-¡Está bien! sólo muy pocas somos casi perfectas- su cara de niña buena apareció y unas buenas carcajadas salieron de ellas sin poder impedirlo, se estaban llevando muy bien y de no ser por el lugar hubiese sido un día perfecto.
Se despidieron cada una a sus deberes, pero cada una satisfecha con una nueva amiga aunque Rosaura estaba sorprendida que esa mujer demasiado alta, atlética y bastante segura de sí misma, fuera tan afable y bastante amigable era increíble, ah y de color, que era lo que antes le causaba miedo, sólo porque en las películas siempre son muy violentos, Y también porque casi nunca en México se encontraban personas así, a menos que fueran turistas o que ya se hubiesen mezclado y solo hubiera pequeños rasgos de éstos.
Alma estaba sorprendida que Rosaura no le hablará en absoluto de su vida en prisión ni de cómo se sentía en ésta, tampoco de la relación que tuvo con Carmen y el encuentro con Laisha de nada de relaciones con otras internas.
-Espero que Rosaura ahora que es tú amiga os cuente algo de Carmen. Creo que no sabe nada del negocio, Carmen sólo la quiere para ella, aunque no se convirtió en su perra, no le quita la vista de encima-
-No digas eso, ella lo hizo porque estaba sola y…
-Jajaja se echo tremendo polvazo con ella que ¡dios! dicen las malas lenguas que Carmen gritaba como si se le fuera la vida jajaja .
-Cállate sólo son rumores, sino queréis quedar en verdad siendo sordomuda es mejor que no digas más gilipolleses.
-¡Tranquila, joder jaja!
-La italiana rubia parece que ya acepto el negocio con Carmen pero está en chino que suelte algo. Aunque ya sé quienes son los funcionarios junto con el administrador que están en el negocio, solo necesito pruebas.
-Laisha, las conseguiremos siento que se está por terminar y haré lo que sea por salir.
Los días seguían transcurriendo y Laisha buscaba frecuentemente a Rosaura para charlar o hacerse compañía. Y no se daban cuentan que eran observadas muy a menudo por dos distintas personas, una era Carmen que odiaba verlas juntas, pero le ganaba la curiosidad por verlas, la otra Lorenza desde su Oficina que daba al patio, ella solo se planteaba la posibilidad de que Rosaura ya había encontrado pareja y sin darse cuenta de su boca salió un suspiro de derrota que no supo ni por qué sucedió.
-¿Sra. Directora quería verme?- preguntó la funcionaria
-Si Juanita, dime ¿cómo va Rosaura?- La pregunta lo hizo como siempre disimulando estar trabajando.
-Pues, se dicen cosas de ella
-Cómo cuales, me podrías decir y no te calles nada, ¿me entiendes?
-Bueno los cotilleos dicen que ella y Carmen ya han estado juntas y no fue a la fuerza de hecho Carmen…
-¿Carmen qué?… -Lorenza se estaba interesando demasiado en la información. Pero le estaba costando a Juanita decirle ciertas cosas
-Los cotilleos son que Carmen cuando estuvieron juntas término suplicando por los afectos de Rosaura y que R. la ignora ahora como si ni la conociera. Las dos no se hablan, pero yo he observado a Carmen y ella si que ve a Rosaura, creo que siempre esta pendiente de ella.
-Ya veo- Sus pensamientos la traicionaron y recordó a R. dándole placer y supo por qué Carmen la miraba. Se comenzó a preguntar por qué no se habían vuelto amantes, entonces si había interés por parte de Carmen que le sucedía a Rosaura, acaso era ninfómana que sólo buscaba sexo “ocasional”.
-La verdad yo creo que Rosaura no es lo que aparenta.
-La mayoría aparentamos otra cosa Juanita hasta yo-
-¡No diga eso!… usted, si lo representa en todas las formas.
-Yo sé lo que te digo todas tenemos algo que ocultar- Sabiendo el mal proceder con la interna que la había acabado de decepcionar,
-¡Gracias te puedes retirar!- ordenó con seriedad
“Y yo preocupada por su estadía aquí y la muy sinvergüenza echándose un polvo con la puta de Carmen, si es lista la mujer, ha buscado quien la mantenga, creo que no me equivoque nunca, no vale nada, y yo tomándome la molestia de protegerla de C. pero sí es lo que quería”
Esto pensaba Lorenza la directora, mientras quería lastimar a Rosaura por ser la mujer más fácil que había conocido según ella.
Los días para Lorenza se estaban convirtiendo en una verdadera cruz, con tantos problemas encima olvidaba a su familia, amigos y demás, los problemas se veían venir desde hacía un buen de tiempo pero espero que se arreglaran pero no, Las políticas de ajustes por los problemas del País estaban acarreando problemas en todas direcciones, las reformas a tontas y alocas estaban deteriorando las negociaciones pactadas con ciertas empresas para insertar a presas y expresas al ámbito laboral con las mismas prestaciones que la población en general. Era para ella frustrante el no poder exigir que se les mantuviera el presupuesto y que no hubiese recortes significativos. Las audiencias con los ministros del trabajo y de la industria se habían pospuesto indefinidamente, de hecho ella sabía que sería difícil antes de la crisis ahora se veía casi imposible. Nadie le haría caso, ahora había cosas más importantes que las presas. Sólo sentía enojo e Impotencia ante las políticas implantadas de austeridad y ella debía dar la cara, o encontrar soluciones para no ver afectadas a las internas.
Había arreglado parcialmente que el alimento siguiera casi igual, había hecho algunos recortes no podía despedir a nadie, pero tampoco quería reducir el sueldo d nadie. Era muy complicado que siguieran igual. Los problemas le ocasionaban migraña que sabía no podía quitarse con nada, le molestaba la luz por lo que empezó a utilizar gafas oscuras a toda hora, no podía quitárselas, siempre molesta encerrándose en su despacho, cualquiera diría que la mujer no hacía nada. Había momentos en que empezaba a darse por vencida pero siempre su carácter y la reputación intachable de su familia hacía que la gente le respondiera de manera favorable. Ella tenía vocación de servicio que pocas personas tienen. Aunque últimamente ella no interactuaba directamente con las internas, sabía de cada una y de los problemas más graves de éstas, era esclava del trabajo con sus tantas llamadas, juntas y encuentros con políticos, empresarios y organizaciones civiles a las que ella asistía para el bien de sus internas.
Sin embargo siempre hay días peores que otros; porque en los últimos días así han sido para Lorenza.
Una forma de ayudar a algunas internas en la semana era emplearlas para asear las oficinas del personal administrativo, está paga salía directamente de su bolsillo pero casi nadie sabía esto, eran 2 o tres internas las que eran llamadas para dicha labor por lo regular las más necesitadas, siempre se sabía quienes eran, Juanita era la autorizada para elegir a éstas. Había observado que a R. sí que le estaban haciendo falta unos euros por lo que fue llamada y aunque renuente por no querer encontrarse con la directora aceptó, no obstante tenía sus dudas por lo que le pidió a juanita si podía llegar con más anticipación y así terminar más temprano dicha labor. El tiempo lo tenía medido ella llegaría a las 7:00 a.m. y terminaría 8:00 a más tardar 8:30, la Sra. Directora llegaría a las 9:00 problema resuelto y con tiempo de sobra.
-Sra. Juanita yo he llegado con algo de anticipación debo terminar e irme a mi trabajo en la lavandería, me podría decir ¿qué debo hacer por favor?
-Todas deben hacer lo mismo y ninguna ha llegado, pero tal vez tengas que trabajar más que ellas por llegar antes mujer-
-No importa me interesa terminar lo más pronto posible-
-Está bien, pero no prometo que te puedas ir antes chavala-
-Si-
-Mira aquí están los artículos de aseo, ven coge estas franelas y comenzaras con el consultorio, para los pisos utilizas este …… y las ventanas le pones…. No creo que haya mucha ciencia, procura no mover las cosas de lugar porque después vienen los reclamos y se vuelve un lío, ¿vale?
-Sí claro- Se veía contenta con la idea de contar con algo de dinero, sin embargo no le agradaba la idea de encontrarse con la Directora, la había observado un par de veces y no había dudas la Directora sólo lo había hecho probablemente por un capricho o locura momentánea, ahora que sabía que la Directora no repararía en observarla ya que su arreglo se había desmejorado un poco y el uniforme la hacía parecerse a cualquier otra según ella, se sentía tranquila, además de que no coincidirían en horarios.
Las otras dos llegaron e igual forma se les asigno el lugar para seguir, Rosaura había terminado, y con una gran sonrisa se acerco a Juanita
-Sra. he terminado, me puedo ir?-
-¡No! te lo anticipe, has terminado aquí pero falta la oficina de la Directora-
-Pero, yo no…-
-Mira Rosaura no estoy para dar explicaciones, ni para consecuentar a nadie vas y lo haces, los muebles solo se limpian con el paño seco para que no se estropeen ¿entendido?-
-¡Sí Sra.!-
Rosaura ahora se sentía vulnerable, ya no había vuelto a pensar en la Directora de esa manera, pero el lugar hizo que su corazón latiera un poco más fuerte, se sintió nerviosa, su cerebro no podía concentrarse, observó todo, cerro los ojos y respiro profundamente y comenzó a trabajar, dejó al último el escritorio lugar dónde aconteció lo que ella había borrado casi de su mente, sin embargo ahora lo recodaba otra vez como si acabara de ocurrir, y su sexo la delato; Movía la cabeza negándose sentir, Cuando oyó la pisada fuerte de alguien que se acercaba, camino frente al escritorio volteando hacia la pared se quedó quieta.
-¡Sí ya habéis acabado, coge tus cosas y márchate… ya!- Era la manera más educada que había encontrado para que la dejaran sola, estaba irritada, molesta y aunque las gafas ocultaban sus ojos por su voz, se notaba que podía matar con sólo una mirada.
-¡Si Sra.!- Fue un pequeño hilo de voz que salió de su boca. Al escucharla Lorenza no pudo dejar de observarla. Su corazón dio un vuelco inmenso que hizo que le doliera el estomago, ella estaba nuevamente ahí donde la había observado la primera vez y como la primera vez ella tan estricta y demandante, que podía hacer, estaba paralizada su cuerpo no reaccionaba solo quería ¿disculparse? y ¿abrazarla? Se negaba a respirar, pero su corazón se le quería salir del pecho. Rosaura obedecía al mandato recogía sus cosas sin levantar su cabeza, no sabía por qué quería llorar pero no era el momento, ahí no. Salió lo más deprisa que pudo, trataba de calmarse y controlándose les dirigió una pequeña sonrisa a sus compañeras, guardo las cosas de dónde las había tomado y se fue a su celda.
“Laisha me hizo pensar en la posibilidad de que la directora era buena y que solo había sido yo un tropiezo para ella, algo de perversión que le surgió por strees, pero no a ella sólo le interesa hacer bien su trabajo, las presas somos nada, objetos que no valen nada, para ella somos números, bajas, sólo cuentan los resultados, estadísticas, no hay nada humano en esa mujer.”
Por otro lado Lorenza
“Por qué, tengo la maldita manía de desquitarme con cualquiera que se me ponga en medio y ella… ella vuelve para inquietarme, bastantes problemas tengo, para agregarme uno más. Por qué precisamente hoy tenía yo que llegar más temprano y ella venir a trabajar.”
El día transcurrió normal para las dos, pero una preocupación se le había clavado en el pecho de Lorenza se había alojado desde la mañana y no podía quitársela, se había relajado durante un largo baño, había jugado con su hijo y ahora en su habitación sola, le volvía a doler aun más, era algo inexplicable, la presa no había hecho nada para que le interesara, no era una mujer demasiado hermosa y no sabía que tipo de persona era, solo un expediente y el hecho de que podía ser una mujer promiscua por lo que le daba repulsión el pensar que ella le despertara sentimientos amorosos. Tenía amigas verdaderamente bellas, pero no le atraían, había buscado pero todas sólo querían divertirse, pero ella necesitaba algo sólido. Necesitaba una pareja pero no una presa, además que la presa ya se divertía con otras al parecer y eso la disgustaba y la angustiaba.
-¡Juanita Buenos Días!, ¿puedes venir por favor?- Lorenza acababa de llegar al centro y tenía dudas acerca de Rosaura
-¡Buenos Días Licenciada!, dígame-
-¿Ayer no te dijo algo… alguna reclusa?
-¡No nada! Sólo que una de ella no quiso que le pagara, no sé, me dijo que se lo diera a Gertrudis que tiene tres hijos, pero le dije que se los diera ella misma, era su dinero; Y no sé que habrá hecho.
-¡gracias! Puedes retirarte-
Algo inquieta descolgó el teléfono y comenzó a marcar.
-¡Manu hermano, mira que soy considerada y no te marco a las 7:00 a.m. como un desconsiderado hermano que tengo!-
-disculpa pero era urgente que lo supieras-
-Si te entiendo-
-Ayer me quería infartar con tantas malas noticias que me diste, pero te agradezco he estado estudiando las posibilidades de cómo encarar los recortes y es mínimo lo que puedo hacer, sin embargo voy a encontrar la manera de seguir con mis proyectos-
Sé que lo harás, eres una supermujer y muy maja jejeje, mi intensión es tenerte al tanto y no te sorprendan para que tomes las medidas más acertadas-
No sé cómo me soportas jejeje -–
-Es fácil, sino me desheredan jeje-
-Te quiero Bye-
-Igual Bye-
La hora del desayuno juntó a la mayoría de las internas, Laisha buscaba a Rosaura y está no estaba, decidió buscarla en su celda porque era raro que no se apareciera a menos que estuviera enferma.
-Sabía que estabas en tú cholobo-
-MMM sí,
-¿Te pasa algo? Desde ayer te veo rara-
-No… tal vez un poco depre-
-¿Rosaura tienes algún objetivo o meta ahora?
-¿Objetivo? jajajaj solo salir, pero no puedo hacer prácticamente nada, estamos encerradas y yo sin un centavo-
-Necesitas centrarte en algo que os motive a levantarte y que se convierta en tu reto, no quiero verte así… Sabes por ahí escuche algo “EL CAER ES UNA POSIBILIDAD PERO EL LEVANTARSE ES UNA OBLIGACIÓN”-
-¿Cuánto?
-¿Cuánto qué?
-Cuánto me va a costar la hora por tus honorarios de psicóloga jejej o loquera jajajaja ….¡Gracias Lai!
El saber que alguien la apreciaba fue muy importante para mejorarse un poco, la amistad de Laisha se volvió en el mayor tesoro que podría poseer Rosaura. El desprecio de la Directora debía ser tomado como una muestra de lo se vendría afuera cuando saliera, pero sino sabía como manejarlo ahora, más adelante padecería mucho más.
El centro es una institución de readaptación social, sin embargo sí se le observa detenidamente el esfuerzo que hacen para ello debe ser más atractivo que los beneficios que se obtienen de manera ilícita al comercial con drogas sexo u objetos de demanda en el penal, aunque la mayoría está al margen de estos negocios las que los tienen se niegan a dejarlo.
El Intercambio de drogas por sexo fue en un principio para consumo particular de las internas pero poco a poco fue haciéndose un negocio bastante redituable. La cabecilla era una inglesa llamada Loise White, principal rival de Carmen. Loise mujer heterosexual, detestaba a Carmen por su condición gay pero sobretodo porque sus mejores chicas estaban pasándose con Carmen para otro tipo de negocio, que a ellas les dejaba más dinero. Aun así para ellas daba lo mismo porque a fin de cuentas era el mismo trabajo el prostituirse sólo que con Carmen incluía paseo y en algunas ocasiones buena comida, perfumes y un buen hotel.
Ninguna podía delatarse era un código, solo sabotearse si se podía, pero ahora que Carmen comenzaba a disponer de sus chicas, Loise debía de poner remedio al asunto de inmediato pero que mejor manera que mandándole recado con su “mujer”.
Sabía donde la podía encontrar cuando comía o cuando tenía un descanso. Por lo que de inmediato se apareció con compañía cuando comía con Alma.
-Hi, how are you bitch?
-Supongo que es a mí- dirigiendo la mirada a Loise y fingiendo una sonrisa asintió con la cabeza, suspiró y supo que algo andaba bastante mal.
Alma no se movía seguía con la mirada perdida mientras las acompañantes de Loise cercaban a Rosaura que seguía sentada.
-Let`s take a walk-
Dos la sostuvieron, una a cada lado sosteniéndola por un brazo, mientras la levantaban Rosaura miró a Alma tratando de ver si en algún momento ella la ayudaría, Alma sí la miró pero sólo para hacer lo que nunca había hecho mirarla a los ojos y dedicarle una sonrisa burlona más parecido a una sonrisa diabólica que helo a Rosaura la cual quedo sin podérselo creer, sin oponer resistencia dejó que la llevaran a un pequeño lugar detrás de los talleres y que ocupaban para de fumar y hacer otras “cosas” .
-¿No sé que quieran no tengo nada?-
Loise no le dijo nada sólo se acerco a ella y le propino un golpe en el estómago que hizo que R. se agachara mientras la rodilla de Loise le golpeaba de pleno la cara, por este golpe R. cayó de lado y todas comenzaron a propinar patadas a R. que en un momento dado no supo de sí.