La Traición de Mía 2

Dónde se conoce mejor a las personas que en la cárcel o ¿no?

Capitulo II

“Carmen”

Cuando iba de salida, oyó que le ordenaban

– ¡Espera!, esto no fue por un trato especial te lo advierto- la voz era firme y dura,  a lo que le contestaron

–¡Nunca lo pedí!- sin voltear Rosaura contestó

-¿Qué el momento de lujuria ó el trato especial?- riendo lascivamente contestó. Y se intrigó por su reacción ya que cuando la vio le pareció demasiado sumisa.

-¡Pues ni lo primero ni lo segundo!- a lo que contestó Rosaura con voz tranquila  ya que sabía que no era responsable de todo este lió, y del cual ya se sentía culpable y no sabía por qué, pero debía salir con algo de orgullo después de haber sido tratada como prostituta y sirvienta. Y Caminando su mente empezó a divagar quejándose para sí misma.

“Pero ni modo que me queje a Derechos Humanos, suponiendo que haya aquí (En México la CNDH es la Institución que ayuda a los presos, bueno intenta ja) que podía decir “me sugirió que la follara y lo hice” ahh  y después se enojo porque la confundí, jajajajaja, menudo argumento,……. lo que sí, …es que aunque fuera una queja mal fundada y sin testigos quedaría la duda en algunas personas, pero de ninguna manera le haría daño a su trabajo”, sin embargo pensó “yo tendría un sinfín de problemas si se supiera, de eso estoy completamente segura, así que por mi parte no ha pasado nada .” Aunque por su pequeña sonrisa no todo fue una mala experiencia, aunque no lo reconociera en ese momento.

La directora estaba segura de que la chica no diría nada ya que en Latinoamérica es más que sabido de la corrupción y la  ley del más fuerte siempre prevalece y si era un una persona consiente de ello no diría nada, y por otro lado no pensaba volver a tenerla de la misma manera, porque a fin de cuentas ella fue la que se sintió doblegada en los momentos más intensos de su encuentro, aunque le costará reconocerlo, así fue y no quería que se diera cuenta que podría obtener de ella lo que quisiera si se volvía a repetir otro encuentro de esta índole. Se echo en un sillón del fondo en donde podía descansar totalmente acostada y que hubiera sido ideal minutos antes,  suspiró por haberlo desaprovechado, nunca  imaginó lo bien que la haría sentir esa mujer,  ¡Dios!  “Sí que soy gay” y sonrió, también se dio cuenta que tampoco eligió mal a la chica, comenzó a rememorar el momento y en pocos instantes ya se encontraba como hacia unos minutos totalmente excitada y su mano terminando lo que la otra no tuvo tiempo de terminar. Ese día había tenido suerte de que la mayoría del personal de mayor jerarquía solo hubiera laborado hasta medio día por ser un día de festejo y el personal restante nunca hacía preguntas.

Llegó Rosaura a su celda**, la cara todavía llevaba la esencia de la directora, quería y no quería lavarse, dios que dilema  tener nuevamente un olor así le era embriagador, no había tenido relaciones desde que la habían apresado y todo en su nueva vida era totalmente doloroso,  este pequeño encuentro era un bálsamo para su alma, y volvió a sonreír al acordarse en la forma en como la directora se derritió con sus caricias, el sentir de su lengua fundiéndose con esa carne maravillosamente delicada, ricamente abultada y palpitante , los gemidos tan embriagadores, oohh sí que había disfrutado de ese placer que aunque no fue suyo lo disfrutó.

Pero no se permitió ver la cara de esa mujer más que por unos instantes,  primero por miedo a que pensará  que era de esa reclusas orgullosas, soberbias y de mala sangre y cuando supo para qué la quería,  por miedo a no poder borrar nunca su imagen y quedar atrapada en el deseo por ella. También se paró a pensar porque  se había sentido culpable por haber pronunciado ese maldito nombre… tal vez porque si se lo hubieran hecho a ella, lo mismo hubiera hecho, de eso estaba casi segura. Ahora en su celda ya no tenía tanto miedo y no sabía porque. Tal vez era verdad que el sexo te hace más fuerte, bueno “o por lo menos te distrae un poco”, pensó ella con una ligera sonrisa,  después de que desapareciera su  esencia todo sería un excitante sueño,  bueno cortando los últimos minutos con ella.

“Maldita suerte la mía en México sólo he conocido una mujer de la que creo me enamore o me apasione no sé, ahora está mujer que me usa, más bien sólo me usan. ¡pinche suerte! Yo no sé que he hecho o qué hago para que nadie haya en mi vida, creo que no valgo nada…  He sentido tanto miedo, dolor todo este tiempo y lo último que imagine fue tener sexo con alguien así, carajo fue  diooos de pocam…, pero no deseo estar aquí, me quiero ir, deseo tanto estar con mi familia como nunca lo imagine, mi país, mi gente, aquí todo es diferente, las personas, el clima, las voces son como de otro mundo que tal pareciera que no es mi vida la que vivo y que sólo estoy de incógnito en una película española, a veces no sé si me hablan a mi porque no me creo que sea yo la persona que ocupa este maldito espacio…… ¡Qué… dolor!..... nunca imaginé sentir tanto dolor, como para perder la razón, no quiero pensar, no quiero nada, todo me duele, el pensar me duele, el hablar me confunde, no sé si es verdad esto o estoy loca. Gritar es lo que más deseo gritar, y sacar este dolor que me carcome el alma y me hace un ente sin ninguna razón de vivir, para qué, no tengo ninguna ilusión, ninguna esperanza, ya no hay nada para mi… o sí? Ahora soy un número más, una estadística, ya no veo en las personas ningún signo de respeto en sus ojos todo es desconfianza para conmigo, nunca imagine tantas miradas frías de desconfianza, siempre yo tan sincera con las personas, el aprecio que siempre tuve de mis vecinos y en mi trabajo, ahora no soy nadie, por Mía cambió todo.”

Antes de ser ingresada a este centro se le habló de cómo iba a ser la vida en este centro, que tendría uno a dos días de preguntas de todo tipo de salud, jurídica a cerca de su posición dado que era extranjera eran muchas cosas que le tendrían que quedar más que claras, y no supo que cantidad de personas entre hombres y mujeres con los que tuvo que lidiar, no le entendió a todos dada la forma rápida con la que hablaban muchos y las palabra que utilizaban era como si le hablaran en chino. A lo que algunos sólo movían la cabeza por la cara de confusión de Rosaura.  Al día siguiente, empezó a hacer lo que la mayoría de las interna hacían, las duchas fue una parte muy incomoda del día ya que muchos ojos curiosos  la observaban  y si hubiera puesto atención no sólo la observaban sino que se la devoraban, y no era para menos a sus 26 años y 59 Kg.y 1.62 mt.  tenía cuerpo bastante atractivo que no se veía con el uniforme, unos pechos generosos pero discretos, un talle muy delicado hombros algo fuertes y amplios como de atleta, piernas no muy largas pero bien definidas, y caderas muy bien puestas.  Era delgada aunque comía en demasía no engordaba mucho, a ella siempre le pareció gracioso el tener en donde las costillas grasita acumulada encima de éstas lo que hacía parecer musculosa esa parte de su anatomía. Su forma de caminar tan femenina contrastaba con su bien definido cuerpo moreno a comparación de la mayoría de mujeres tan blancas como la leche y de mujeres mulatas que pudo observar. Ella se sentía muy flaca. Por lo que no se sentía ninguna miss Universo al contrario se avergonzaba, las mujeres que veía eran muy generosas en cuanto al cuerpo, todas para ella estaban muy bien y muy guapas así que nunca imaginó que ella les llamará la atención sino que solo la veían por pura curiosidad. Después una de las funcionarias le explicó que tareas y talleres podía realizar. Rosaura quería emplearse en el mayor número de cosas. Siempre era observada con curiosidad, desconfianza, recelo y rabia. Sabía que era cosa natural en una cárcel y más siendo ella extranjera, casi no hablaba y a la hora de la comida se dio cuenta de que las internas se empezaban a agrupar como las niñas de escuela; en pequeños grupos de acuerdo a sus rasgos, nacionalidades o colores, así que busco en dónde le correspondía que era con las latinas.

Eran pocas y probablemente no eran de México, así que no sintió  que le correspondiera estar ahí, además nadie se le había acercado para invitarla. Así pasaron varios días oyendo ofensas para su persona, risas, burlas propias por ser la nueva, y casi nunca veía a las demás a los ojos, aunque para ella casi siempre era acertado el saber como eran las personas de acuerdo al tipo de mirada que hay detrás de ellas. No había preguntado nada acerca de la directora, ni le apetecía, eso ya había pasado como un sueño caliente y nada más.

La mayor parte de la mañana Lorenza se paseo nerviosa en su privado, no sabia por qué está inquietud la azoraba, no entendía lo que le pasaba no deja de pensar en lo que ocurrió en su oficina con esa mujer, los segundos que la vio a los ojos, y le pareció mirar los ojos de una niña y …por un instante pensó en declinar su pretensión con ella, pero cuando Rosaura bajo la mirada solo vio a una mujer  que no estaba a su altura ni era digna siquiera de tratar de seducirla y menos empezar siendo cortes ya que ella no deseaba una relación amorosa con una interna, solo quería sexo, y no saber más de ella. Sin embargo ahora ya había leído su expediente más veces de lo que ella misma deseaba, miraba la fotografía pequeña que había en él, no dejaba de pensarla. Analizaba sus rasgos, los encontraba singulares, seguía imaginándosela entre sus muslos, por lo que algo innegable era que sentía  palpitaciones al ver esa pequeña foto, por la que maldijo a Rosaura. No sabía cómo debía tratarla cuando se encontraran. Pero había algo que pronunciaba en voz alta “artículo 443.2”

“Creo que será mejor no pensar en ella… no más… es una soberana estupidez siquiera el hecho de que me tome el tiempo de pensar en ella. No vale es una escoria…soy bo…lle…ra, maldita sea? ”

Y sonriendo con aire de superioridad, dio por terminada su discusión interna sobre la valía de la mujer, cómo la empezó a llamar para sí. Y su según ella, erróneo sentir.

Los días parecían ser los mismos pero no… un día estaba Rosaura en el patio tomando agua mientras veía un partido de básquetbol, sintió una mirada por lo que de repente giro para ver quién la estaba  mirando y cual fue su sorpresa al ver a unos ojos claros que estaban clavados en ella, La que la miraba estaba  en un lugar reservado para las españolas,  parecía ser la líder y estaba abrazando a otra mujer guapa pareciendo ser su pareja.  Por lo que Rosaura de inmediato volteo para  comenzar a caminar hacia los dormitorios, la mirada de esa mujer la alteró mucho, nunca imaginó que alguien le prestara tanta atención. En los días siguientes rogaba porque todo fuera bien, pero una corazonada le advertía que pasaría algo muy pronto… y Así que ese día llegó.

Al entrar al comedor a desayunar una reclusa, no vio quién le puso el pie y se trastrabillo, pero no cayó y alguien dijo:

-¡Pero por qué no tienes cuidado, te puedes lastimar jajajajajaja!- en torno de  burla. Rosaura no dijo nada, siguió, pero no hubo caminado ni tres pasos cuando otras dos en sentido contrario a ella la empujaron al mismo tiempo haciendo que su charola se cayera. Y le gritan:

-¡Cuidado imbécil!-  fue cuando lo supo algo andaba mal, recogió la charola y salió, no lloró porque supo que se avecinaba algo peor. Al tiempo que todas en el comedor veían tal situación pero nadie se metió, la mesa de las chicas de color estaba muy cerca del pequeño accidente y vieron todo en primera fila. Una de ellas quiso levantarse pero otra la detuvo

–¡No Laisha!- susurraron

Rosaura nunca advirtió eso porque la verdad nunca quería ver esa mesa ya que la gente de color le daba más miedo que todas las demás, las veía más que peligrosas… mortales, para ella tenían una mirada que la intimidaban  por su seriedad y valentonería. Se fue al trabajo que había venido realizando en la lavandería y ahí fue acorralada por otras dos.

-Hola mujercita, cómo va tú día-

-Bien- respondió Rosaura no estando segura de la respuesta.

-Vaya, vaya así que una valiente joder-

¿Dime con quién coño estáis?

-Con nadie, estoy sola- dijo con voz baja

-Vale, sabéis aquí todas pertenecemos a un grupo, y tú no vas a ser la excepción, s u p o n g o,  sabéis tu mejor elección es estar con……. Nosotras;  en verdad es una atenta invitación, bueno en realidad es la tercera, por qué creó ya habéis tenido dos  jajajajajjaj-

-¿QQué quieren que haga?-Preguntó insegura

-Que nos visitéis un día de estos, para charlar tú sabes-sonreían maliciosamente

-¿Ya sabéis dónde, o te enviamos la invitación jajajaja?-

-creó que sí- murmuró

-Bye que tengáis un bonito día “señorita” jajajjjajajajaj-y la dejaron con sus pensamientos

Rosaura se quedo con cara de pánico y contrariada con el hecho de que tendría que visitar a estas mujeres que probablemente no pararían con sus “invitaciones”. El resto del día no tuvo más incidentes, pero se dio cuenta de que estaba siendo seguida de una mujer, lo que le indicó que debía hacer una visita, era una sutil manera de decir ya es hora.

-Vale, que tenemos por aquí, a la bollera mejicana defraudadora- dijo la mujer de la entrada a la celda a la que prácticamente fue guiada.

-Rosaura, me llamo Rosaura- dijo con voz apenas audible

-Te llamaras como yo quiera, porque igual entenderás por perra, india, o mojada, ¿entiendes?-dijo en forma amenazante a la mujer, y Rosaura asintió con la cabeza, ahora estaba en un lió.

-¡Tenemos visita Carmen!, prepara té jajajajajjaja y pastelitos para la visita, o más bien “frijoles” jajajajjajaja-

Rosaura sintió mucha furia pero, su integridad físicas estaba de por medio, no dijo nada.

-Venga, pasa- dijo la misma mujer que días antes la había observado, ahora Rosaura sabía que se llamaba Carmen la jefa de todas esas tías. Físicamente era muy bonita pero con una actitud muy amenazadora e intimidante, Carmen manejaba a la encargada del Economato, y por ello tenía grandes beneficios ya que hacía negocitos extra. Un poco más alta que ella pudo advertir, de hecho imaginaba que era mucho más, pero solo le llevaba como cuatro cm. Ya adentro…

Rosaura  sonrió forzadamente y no decía nada

-Supongo que queréis “voluntariamente” entrar en el grupo ¿verdad?-

-NNo lo sé-

-Sabéis, las invitaciones van a seguir llegando por nuestra parte eso lo entiendes ¿verdad?-

-Si,……………….  Pero no entiendo ¿por qué?

Carmen se dio vuelta para seguir hablando

-Ya os dijimos debes de estar con un grupo que te proteja de los accidentes poco frecuentes pero llegan a pasar.

Carmen sonreía sin que Rosaura se diera cuenta, en sus ojos había un brillo de fiera al acecho propio de ella cuando se empezaba a encaprichar con alguien.

-Pero en ese caso debo estar con las latinas ¿no?

-¿Entonces porque no las habéis buscado?-

-No imagine que fuera muy necesario- dijo Rosaura

-Pues que sepas que nuestro grupo te dará algo así como un seguro de “protección total” con todas las atenciones necesarias, y verás que te va a convenir mucho-

-Y …  ¿C u a l   es el precio de ese seguro?-

-Pues veréis, no creo que te sea muy difícil- Echando un vistazo a la pequeña cama de la celda y  sonrió.

-No me gusta pagar de esa manera, de cualquier otra forma menos de esa.

La forma tranquila de Carmen había hecho que Rosaura contestará sinceramente a todas sus preguntas no sintiéndose forzada a nada, pero esa cortesía se estaba por terminar.

-¡Qué pensáis tú, que tienes muchas opciones de sobrevivir aquí, sin mi, estúpida, las negras os van a desollar viva y las sajonas jajajajaja os cogerán de su sirvienta con golpes, vejaciones y más, vendréis a mí y tal vez ya no tenga ninguna oferta!- gritó.

Rosaura no pudo más y viró hacia la entrada y trato de salir, de repente Carmen la aprisionó contra la entrada de la celda y le susurro al oído:

  • Piensa bien las cosas, hasta mañana a esta hora, cariñoo- le susurró al oído, mientras sus manos la tenían sujeta de la cintura fuertemente y sus rodillas emparejándose a las rodillas de Rosaura y aprisionándolas la mantenían inmóvil, fue la manera más lógica que tenía Carmen de catar a la nueva, a cada movimiento de R. Carmen la sujetaba más fuerte y la respiración que mantenía en su cuello le estaban haciendo pasar un rato bastante excitante a R. pero no, así no pensaba,  mientras Carmen aspiraba y disfrutaba el olor a miedo que déjaba ver Rosaura le encantaba someter a las chicas pero le estaba excitando mucho el morreo que estaba dándole a Rosaura y ésta se escabulló de ella y salió tan deprisa que casi corría, mientras Carmen la mantenía acorralada aguantó la respiración y sólo hasta que salió volvió a hacerlo.

Por otra parte a Carmen le había gustado más la chica, no sabía que es lo más le llamaba la atención si era su soledad, su cuerpo bronceado, su cara en la que podía ver que era una chica penosa y sincera, el olor que pudo aspirar cuando la estrujo, pero la forma en como tomaba agua el otro día ¡dios! sí que la cautivó porque había apreciado en su pequeña camiseta blanca los pechos no muy grandes no muy pequeños, que le habían gustado, así como la forma en como el agua que tomaba  se le escurría por la comisura de los labios, caía por su cuello y mojaba su camiseta, y no hizo intento de limpiar, probablemente por el calor que hacía. Le pareció muy sensual  su forma de sonreír.

Casi en esos momentos en la oficina de la directora, había una pequeña charla entre ella y una funcionaria a la que le tenía toda la confianza del mundo, ya que la conocía desde hacía mucho tiempo y en alguna ocasión la directora había ayudado desinteresadamente a resolver  algunos problemas legales y por los cual estaba más que agradecida la funcionaria.

-¿Cómo van las cosas con la nueva?-dijo cómo con desinterés la Directora

-Al parecer tendrá problemas con Carmen “la rompe catres”-y sonrió con sorna

-¿Por qué? Pregunto con impavidez, aunque sintió preocupación y desasosiego, mientras simulaba comenzar a revisar unos papeles.

-La han molestado porque está sola; no se integró a ningún grupo, pero ella aún no se queja, así que no podemos hacer nada.

-¿Cómo se ha comportado?-

  • Bien,  no es agresiva ni es violenta, más bien pacifica y parece que se amolda a todo.

-Ya lo creo-. Dijo de manera lenta y suave sin que  escuchara la funcionaria.

-Mañana a primera hora tráeme a Carmen – Concluyó La directora con voz autoritaria.

  • Ah y después no pierdas de vista a la nueva no vaya a ser que tenga un accidente-.

Para Rosaura el hecho de empezar este nuevo día iba a ser un verdadero infierno, no estaba preparada para dar una respuesta, y la verdad no quería verse violentada por nadie, su corazón latía más fuerte, cómo si fuera a su misma ejecución, pero sólo era la hora del desayuno y ya estaba hecha un manojo de nervios, no tenía apetito y repentinamente tenía nauseas. Tenía que encontrar una solución y no sabía cual era.

“Dios que hago, me acuesto con ella y después qué, me va a poner departamento?  jajajajaj, soy de lo peor por pensar en chistes en estos momentos. No, no quiero acostarme con ella,  me pone nerviosa pero no creo que haya algo más, es guapa sí que lo son estas tías, pero no creo que me agrade el hecho de esperar un turno por los favores de ella, además, cómo podría encontrar una pareja si supiera que soy una de las perras de ella, ¡dios qué cosas pienso!,  me estoy desquiciando ¡si no estoy de vacaciones para encontrar pareja! Dios apiádate de mí y has algo que me saque de este lío.”

Continuará…