La Traición (Adaptación) II

Raissa de Medina, vive triste y guarda un secreto, que no la deja ser feliz. Sin embargo Soledad aparecera en su vida, dandole un toque de luz. (Adaptación de la Novela La Traicion, la historia y los personajes no son míos.)

CAPÍTULO 2

De vuelta a la ciudad…

Alejandra llegaba a casa de Soledad, por supuesto le ofreció las flores, intentando hacer contacto físico con la mujer, pero Soledad hizo caso omiso, tomó las flores, y se las dio a Úrsula, para que las coloque en agua.

Soledad: Gracias por las flores Doña Alejandra, resultaron lindas, tome asiento, por favor.

Alejandra: es un agasajo poder disfrutar de tu compañía, Soledad- respondió, preparándose para  lo importante- disculpa que sea tan directa, no se hacer esto, pero tengo que hacerte una confesión: desde hace tiempo, me he sentido atraída por ti

Soledad: sorprendida contesto- Alejandra yo…

Alejandra: no hace falta que digas algo, Soledad- dijo interrumpiendo a la mujer- sé que con el tiempo, voy a llegar a tu corazón. La puerta se abrió rompiendo ese ambiente tenso para Soledad, entró Don Lucas De Obregón, padre de Soledad, llamando a gritos a su mujer e hija.

Don Lucas: Disculpad muchacha,  no sabía que estabas  acá- refiriéndose a Alejandra.

Alejandra: No se  preocupe Don Lucas

Doña Carlota: ¿Qué pasa? ¿Porque el escandalo?

Don Lucas: ¡Tu hermana!, muchacha, ¡tu hermana Raissa de Medina, se va a enfrentar a Don Roberto de Linares a duelo por Beatriz!

El rostro de Soledad fue de preocupación, mientras que Don Lucas continuaba relatando lo que había escuchado.

Alejandra: Pues sí Don Lucas, estoy enterada

Don Lucas: ¿Sabías que Don Roberto fue militar y que Raissa no tiene ninguna posibilidad?

Alejandra estaba feliz, por fin se iba a deshacer de su hermana, Soledad lo sacó de sus pensamientos

¡Alejandra! – Dijo Soledad- tú tienes que hacer algo, ¡tienes que impedir ese duelo!

Alejandra: Quiero que entiendan algo, por supuesto que la vida de mi hermana me preocupa, desafortunadamente es muy poco lo que puedo hacer, Soledad; Raissa cometió un acto vergonzoso con esa pobre mujer.

Soledad: A mí no me parece que Raissa sea capaz de hacer algo tan bajo, además eso no justifica  que arriesgue su vida ¡Alejandra! ¿VAMOS? Yo te acompaño pero tú hermana tienes que impedir ese duelo.

Lucas interrumpió: No, Soledad, tu no debes intervenir en eso.

Doña Carlota: Espera, Lucas, Soledad tiene razón, Alejandra no puedes permitir que eso pase.

Alejandro: Solo si nos apuramos, podremos evitar una desgracia-dijo mirando a Soledad.

Las dos salieron hacía el carruaje, debían llegar a tiempo.

En el duelo…

Las dos personas estaban espalda con espalda, caminaron 10 pasos y al darse vuelta Roberto De Linares disparó…

A medio camino Alejandra paró el carro, diciendo que algo le sucedió a los caballos;  Soledad muerta de preocupación y con deseos de salvar a Raissa, preguntó desesperada qué sucedía. Alejandra fingía buscar el motivo por el que los caballos no podían avanzar.

Alejandra: No sabía que conocías a Raissa- preguntó con un tono de reproche, acusándola.

Soledad: No necesito conocerla para saber que es injusto que 2 personas peleen a muerte por una mujer.

Alejandra: - caminaba de un lado a otro-  No es tan sencillo Soledad, no es tan sencillo. Raissa será mi hermana, pero debo reconocer que no se portó de la mejor manera con Beatriz de Linares, ¡La sedujo! Y luego la abandono.

Soledad: Pero es tú hermana, ¡no puedes permitir que la maten! ¡Vamos!

Alejandra: No lo recomiendo, una herradura esta suelta, voy al pueblo a pedir ayuda, enseguida regreso

Al ver Soledad que Alejandra había avanzado, arreo los caballos y la carreta se movió, Ella no se quedaría sentada esperando a que pase una tragedia.

Alejandra volteó enojada, pero no hizo nada por detenerla.

Roberto de Linares sangraba del brazo izquierdo, sus testigos y el médico corrieron en su auxilio.

Al otro lado del lugar, Boris se acercó a Raissa y le pregunto si se encontraba bien, a lo que Ella respondió que sí, y camino hacia Don Roberto de Linares.

Roberto de Linares: fue solo un golpe de suerte Raissa de Medina, pero esto no se quedara así.

Raissa: Señor Linares, le repito que está equivocado- dio media vuelta y se fue con su fiel amigo.

Raissa de Medina regresaba a casa, de pronto vio todo muy tranquilo y callado, se bajó de golpe, cogió sus pistolas y se preparó, algo no iba bien. Boris alertado por su Jefa, se apresuró a llegar junto a Ella  para cubrir sus espaldas.

Hombres escondidos entre los árboles, dispararon asustando a los caballos, Raissa disparaba en dirección a éstos, y fue acercándose a los agresores, los disparos resonaban en el bosque. Raissa regresó a su caballo, lo montó y galopó persiguiendo a los malhechores, seguido de Boris.

La carreta de Soledad, se topó a uno de los agresores, éste al verla venir le grito: ¡Alto!, pero Soledad sin mostrar temor alguno, aumentó la velocidad, atropellando al hombre, pero iba tan rápido que perdió el control de los equinos.

Soledad: ¡auxilio! ¡Auxilio! ¡Ayúdenme!

Raissa que estaba cerca, la escucho y corrió en su ayuda, encontrándose con ella, solo la vio pasar, de lo rápido que iba, entonces Raissa arreó su caballo, hasta que metros después la alcanzó, tomó con una mano el borde de la carreta y en un salto increíble, se posó en ella, cogió las riendas, y poco a poco los animales pararon.

Soledad: ¡Dios mío! –Y se tocaba asustada- ¡No puedo creer que estoy viva!

Raissa bajó del carro, tomó a Soledad de la cintura, ayudándola a bajar… sus cuerpos se juntaron más allá de lo apropiado.

Raissa: ¿Se encuentra bien, Señorita?- Y se miraban fijamente.

Soledad: Sí, le debo la vida- Fue cuando reacciono- ¡Tú eres Raissa de Medina!

Raissa: ¿Nos conocemos?- Preguntó sorprendida. Soledad se sonrió y giro el rostro por unos segundos-  ¡Señorita de Obregón!  Pero si eras...

Soledad: ¿Qué? ¿Una niña? Sí era una niña, cuando saliendo del colegio corría frente a tu casa.

Raissa: Se supone que estabas en Europa, ¿cierto?

Soledad: Sí, pero ya ves, ya regresé- contesto emocionada- y ¿Tú, no se supone que estabas en un duelo?- dijo cambiando su expresión de manera rápida- veníamos con tu hermana a buscarte… pero bueno, me alegra saber que estas bien; Supe que el duelo fue por una mujer…

Raissa: Yo te aseguro que soy inocente de cualquier cosa de la que se me acuse- contesto, mostrando su encantadora sonrisa.

Soledad: -Se sonrojó- yo no soy nadie para juzgarte- ¡Ay! Estas herida, ¿estas bien?- preguntó, tomando el brazo de la otra mujer.

Raissa: Si estoy bien, no fue nada, fueron los asaltantes.

Soledad: No importa, tenemos que hacerte ver por un médico- y jalaba a Raissa al carruaje.

De pronto Alejandra apareció…


HOLA, BUENAS TARDES! GRACIAS A TOD@S POR LEER Y MUCHAS GRACIAS LLUPPINNA (ID: 1365013) POR COMENTAR, ESPERO TE SIGA GUSTANDO LA HISTORIA.  :D