La Traición. (Adaptación)

Raissa de Medina, vive triste y guarda un secreto, que no la deja ser feliz. Sin embargo Soledad aparecera en su vida, dandole un toque de luz. (Adaptación de la Novela La Traicion, la historia y los personajes no son míos.)

CAPÍTULO 1

Cabalgaba por el río, sentía como el aire tocaba mi rostro con fuerza, y llegué a mi destino, Arturo, el hermano de Beatriz me esperaba para el dichoso duelo.

Me acusaba de manchar la honra de su hermana, de intentar seducirla, la linda Beatriz, con quien solo tuve una sana amistad, Ella al parecer había desarrollado sentimientos de amor hacia mí, pero yo no podía corresponderle, ni a Ella, ni a ninguna. Y por eso estoy aquí, Arturo de Linares me dijo que pagaría con mi vida.

En la ciudad…

En la casa de Soledad, la madre de ésta hablaba de Raissa de Medina, decía cosas desagradables de esa mujer, todo por sus encuentros casuales de baja reputación.

En el cuarto de Soledad, la sirvienta, Úrsula, platicaba con Ella, acerca de Alejandra de Medina, la hermana gemela de Raissa, al parecer estaba interesada en Soledad, iría a visitarla, para iniciar el cortejo de manera formal.

Las hermanas De Medina, eran lesbianas, cosa que en esa época era mal visto, pero Alejandra tenía una buena reputación, pertenecía a una de las mejores familias de la ciudad, y eso, hacia omiso el hecho de que era mujer.

Sin embargo a Soledad no le interesaba…

Soledad: ¡Úrsula esa es una barbaridad!

Úrsula: Señorita, la madre de usted, está planeando unirlas, que inicien una relación.

Soledad: ¡mi madre no tiene porqué servir de casamentera, no debe traer pretendientes que no deseo ver! Especialmente la hermana de Raissa de Medina.

Úrsula: ¿por qué dice usted eso? ¿Hay algo mal con la señorita Alejandra de Medina?

Soledad: no, por supuesto que no, pero no es la hermana que me interesa… siempre he sentido especial curiosidad por Raissa De Medina. La tengo en mi memoria como una mujer valiente, maravillosa, tan interesante, inteligente, tan, tan - y se río- caballerosa.

Úrsula: siii, tan misteriosa y extraña, recuerde que sale poco de su casa.

Soledad: prefiero mil veces conocer a Raissa De Medina, que a Alejandra- dijo muy convencida.

Alejandra De Medina se encontraba en la plaza, escuchaba sobre el duelo que en ese momento se realizaba entre su hermana y Arturo de Linares. Sin embargo le dio poca importancia y se dirigió al puesto de flores, cogió un ramo de rosas, las olia, cuando notó que un zarrapastroso hombre estaba junto a Ella, lo miro y le dijo

Alejandra: ¿Qué quieres?

Zarrapastroso: Doña Alejandra, ¿no debería estar apoyando a su hermana Doña Raissa De Medina?

Alejandra lo miro con antipatía y contesto

-       ¡Lárgate! – y caminó alejándose de ese lugar.

Pero el hombre de baja estatura no la dejo en paz, le siguió formulando un sin fin de preguntas. Alejandra, mujer de poca paciencia, sacó una navaja y atacó al cuello de Benito, el zarrapastroso

-       SA CA TE DE AQUÍ!  Llevo prisa- guardo la navaja y continuo su caminar.

El tipo lleno de miedo le hablo por última vez – Doña Alejandra, ¿va a apostar?- Alejandra detuvo sus pasos y se acercó de manera intimidante al hombrecito, metió la mano a la bolsa y saco unos billetes

-       Toma, ya sabes quién es mi favorito- le dijo

-       Si Don Roberto- contesto, con sus ojitos brillantes pues al parecer, Doña Alejandra fue muy generosa en su apuesta, para cuando levantó la mirada Alejandra ya no estaba.

En la casa de los De Obregón…

Soledad discutía con su madre, sobre Alejandra de Medina, su madre insistía en que tenía que conocerla mejor, pero a Soledad no le importaba en lo absoluto, repitiendo infinidad de veces que no la recibiría.

Doña Carlota De Obregón, era una mujer fría y calculadora, a la que solo le interesaba su reputación y el ¨qué dirán¨, no le importaba si su hija era feliz, solo quería mantener el buen nombre de la familia.

Doña Carlota: ¿quién te dijo que puedes elegir a tus pretendientes?, las normas mandan que son los padres los que deciden tu futuro, así que estoy en mí derecho…

Soledad: Las normas poco de importan y… - fue interrumpida por su madre

Doña Carlota: ¡Mira! Doña Alejandra no es rica, pero vienen de buena familia y eso nos conviene

Soledad: ¿a quién le conviene Mamá? ¿A ti?  O ¡¿a mí?!  Sé que quieres esto, para que puedas seguir alardeando con tus amistades- contesto ya al borde de la ira.

Doña Carlota: ¿Cómo te atreves  a decir es? Me vas a matar un día de estos, con tus groserías y me llevarás a la tumba- decía tocándose el pecho y la cabeza- ¿Es mucho pedir que al menos hables con ella? -  pregunto mirando inquisitivamente a Soledad.

Ya para no causar más peleas, Soledad acepto, dejando en claro que no prometía nada, porque la verdad era, que Soledad De Obregón, soñaba con encontrar a la persona indicada para enamorarse.

De al duelo…

Ambas partes checaban las armas para el encuentro, Raissa como siempre iba acompañada de su fiel amigo Boris. El encargado pidió a Raissa De Medina, le diera una satisfacción a Don Roberto, para evitar derramar sangre. Pero el señor de Linares se negó, diciendo que la única satisfacción era que De Medina se case con Beatriz Linares.

Raissa De Medina: no responderé por algo que no he causado, ya le dije que no mancille la dignidad de Beatriz.

Roberto: Entonces no hay nada de qué hablar, procedamos…

Hola, buenas noches tengan! Gracias por tomarse el tiempo de entrar, leer y comentar. les debo la continuación de la otra historia, trataré de subir actualizaciones pronto. Mientras espero disfruten de esta historia, tanto como lo he hecho.  :)