La torre de Babel el heroe 1 el heroe novato

Aquiles hace que todos los aventureros y campeones lleguen mas alla de sus limites, pero Aquiles se olvida de que aqui no es mas que un novato; enamorado de su propia leyenda, casi muere y es salvado por una elfa enamorada de su leyenda. Es ironico una vez el amor lo mato y ahora lo salva...

La torre de Babel “el héroe”

Capítulo 1. El héroe novato.

La recompensa para el héroe es más que la gloria infinita de haber superado algo que nadie más supero, la recompensa es entrar en el camino de los poderes divinos; sin perder su libertad, lo que cada dios codicia cada día de su eternidad.

Aquiles entra con paso firme y seguro en la torre, dentro no es más que una especie de cueva escavada en la misma roca; con algo de verdín en el suelo que si te emocionas demasiado puede hacer que te resbales, hay muchísimo ruido en esta planta; grupos e individuales que cazan monstruos, aunque los monstruos no parecen gran cosa…ratas, cucarachas y murciélagos.

Aquiles mira a los demás y los demás miran a Aquiles, alguno se lleva algún golpe gratuito por distraerse; no parece que haya nadie con problemas, las sabandijas no deben ser demasiado duras. Aquiles se sitúa a 6 metros de una rata distraída, lanza su jabalina con la esperanza de matarla de un golpe; la jabalina sale como un torpedo, alcanza la rata que es atravesada de lado a lado y eliminada de un solo impacto.

Nadie lo estaba mirando, pero si lo hubieran visto; habrían alucinado, Aquiles observa a los demás mientras recoge su jabalina y ve que tienen más dificultades en matar a las sabandijas…no solo necesitan un par de golpes o tres, sino que fallan muchos de estos; cuando los demás matan las sabandijas, las rajan por algún motivo y Aquiles los imita.

Dentro de la rata, encuentra 2 gemas cristalinas; decide guardarlas, ya preguntara que es eso a Afrodita.

Ahora ataca a una cucaracha con la jabalina, esta consigue evadir la jabalina de Aquiles; este desenfunda su espada emocionado y carga contra la cucaracha, da un tajo certero antes de que esta pueda variar su rumbo y de un solo tajo el bicho deja de moverse.

Aquiles lo parte en dos y recoge lo que cae al suelo, 1 gema cristalina; un tanto diferente a las otras dos, pero igual la guarda. Esta vez bastante gente lo está mirando, su carga parece haber llamado bastante la atención de los novatos; Aquiles acostumbrado a su fama, recoge su jabalina y sigue su camino.

Las ratas miden medio metro de alto, igual que las cucarachas y los murciélagos; pero eso no parece ser algo difícil para Aquiles, a pesar de haber sido severamente nerfeado. Por ultimo decide probar con un murciélago, este vuela; por lo que puede ser más difícil acertarle, lanza su jabalina a 6 metros…el torpedo impacta al murciélago, atraviesa todo su pecho y este cae al suelo; Aquiles lo parte en dos para ver que lleva dentro, otra gema cristalina distinta y al mirar a su alrededor muchos aventureros le están mirando.

-      ¿Qué? – pregunta escuetamente.

Entre todos los aventureros y campeones novatos que lo miran uno da un paso adelante…

-      ¡¿Eres Aquiles?! – pregunta entusiasmado.

-      Si, lo soy. – susurra Aquiles, que su voz resuena por encima de los murmullos de los demás.

Todos se miran entre ellos esperanzados, no es como si fueran a dejar de intentarlo; pero tener a Aquiles entre sus filas, les da esperanza.

-      Aquiles – dice uno

-      ¡Aquiles! – gritan unos pocos

-      ¡Aquiles, Aquiles! – empiezan a gritar todos.

-      ¡¡Adelante!! – ordena Aquiles y todos le siguen.

Todos luchan contra los bichos con ánimos renovados, con Aquiles al frente; seguido de cerca de campeones y aventureros, poco a poco los demás van quedando atrás trabados en combate contra bichos y llega el momento que Aquiles se encuentra solo, pero la moral de este también esta alta.

Lanza su jabalina destruyendo a una rata, saca la lanza; de un solo golpe carga contra dos cucarachas a una la mata de un lanzazo y a la otra la corta con su escudo, esquiva el ataque de tres murciélagos…corta en dos a uno con su espada, choca a otro murciélago; esquiva al tercero y lo corta en dos con su espada.

Jadeante, ve el panorama; todos dando lo mejor de sí; asi que el tras recoger su botín, sigue avanzando aun en solitario.

Tras avanzar destrozando todo lo que se le pone en su camino, llega a otra parte; donde hay tres caminos y una puerta gigante, lee la inscripción:

Para abrir esta puerta se necesitan 3 llaves, la primera está en el nido de ratas; la segunda está en el nido de las cucarachas y la tercera, está en el nido de murciélagos.

- ¿asi que tengo que vencerles en su casa? Será un placer. – digo, preparándome para entrar en el primer pasillo.

- Aquilles, ¿necesitas ayuda? – pregunta un aventurero, que llega jadeante; seguido de su grupo.

- No, gracias; descansad o volved, me encargo yo. – contesta, Aquiles; viendo su aspecto.

Cuando Aquiles entra en el pasillo…

- Sera engreído… - acusa un aliado del aventurero.

- No lo critiques, es un héroe; posiblemente le entorpeceríamos, si queremos apoyarle debemos aprender su estilo como los mirmidones. – sentencia este, sentándose a descansar.

Sus aliados asienten y se sientan junto a este, esta zona es una zona segura; donde los aventureros pueden tomar un respiro y curarse, si hace falta.

Poco a poco algunos más llegan, la mayoría han tenido que darse la vuelta para no perecer; pero los que han podido llegar quieren seguir a Aquiles, pero todos son detenidos por el aventurero que llego.

- No lo entorpezcas, Aquiles abrirá estas puertas en un solo día. – anuncia el aventurero, fan de Aquiles desde antes y sobre todo desde hoy.

- ¿Y si necesita ayuda? – pregunta otro aventurero.

- Si Aquiles necesita ayuda, no hay nada que tu o yo podamos hacer. – contesta el primer aventurero.

Asi de los 100 aventureros y 20 campeones que entraron esta mañana en la torre, solo 20 aventureros han llegado hasta aquí y 15 campeones; los campeones no esperan a Aquiles y deciden entrar en el camino 2 y 3, el aventurero intenta detenerlos… pero ninguno, escuchan a un simple aventurero.

Aquiles por su camino, va barriendo ratas; hasta que llega a un tipo diferente, ve algunos cuerpos de aventureros y campeones e incluso otro tipo de guerreros…Sale frente a un grupo de dos ratas de 1 metro de alto, estas lo miran desafiante y este aprovecha su ventaja con la jabalina.

Le impacta, pero la rata sigue viva aun con la jabalina atravesándola de lado a lado saca la lanza y carga contra ella; Clava la lanza en la rata tamaño lobo, matándola al fin la otra rata ataca a Aquiles este la bloquea con el escudo mientras desenfunda la espada y gira sobre sí mismo cortando a la rata la yugular con la espada y el estómago con el escudo.

- Tambien muere a mis manos – susurra, tras recoger su botín y sigue avanzando.

Tras un rato enfrentando ratas de este tipo, llega a una rata del tamaño de un león; esta grita furiosa al ver a Aquiles, Aquiles simplemente sonríe y se prepara para combatirla.

Aquiles lanza su jabalina la jabalina se le clava a la rata gigante, pero esta es más dura y no penetra tanto; agarra su lanza y se prepara para la carga, gritando carga contra ella que ya va hacia Aquiles.  Le clava la lanza, la lanza penetra mucho mas en la rata; pero esta sigue viva, ataca furiosa a Aquiles y lo muerde dejándolo mal herido.

Aquiles sonríe, ya había olvidado lo que era el dolor y esta asquerosa rata; se lo ha recordado, desenfunda su espada sin titubear y la ataca como si no hubiera más oportunidades. Le ataca cortando con su espada y su escudo, la rata retrocede mal herida y Aquiles abre los ojos de par en par.

- …Voy a morir… - piensa durante un segundo.

Cuando la rata le va a dar el golpe de gracia a Aquiles, una flecha se le clava a la rata en el ojo; Aquiles por un lado esta aliviado, por otro se siente frustrado y enfurecido.

- ¡Grraaah! – grita haciendo que cualquiera que lo haya escuchado, se estremezca; incluso las ratas, se acerca una muchacha con orejas picudas a Aquiles.

- Siento la intrusión, ¿estás bien? – dice haciendo una reverencia.

- ¿Quién y que eres? – pregunta Aquiles recuperando la compostura y poniéndose en pie con dificultad.

- Me llamo Elowen y soy una elfa, Lord Aquiles; me alegro sigas con vida, permíteme curar tus heridas. – le pide realmente preocupada.

- No es nada, tú has vencido a la reina rata; dame la llave y quédate el resto. – Niega la curación, regala los objetos que hay en el suelo; para quedar en paz con la arquera.

- Si me regalas todo esto, a pesar de haberla vencido tu solo casi; al menos acepta esta poción. – le pide la elfa, entregando la llave y una botella con un líquido verde.

- ¿poción? – pregunta atónito Aquiles.

- Si te la bebes, te curaras entero. – anuncia la elfa.

Aquiles incrédulo lo hace, sus heridas pican durante unos instantes y casi por arte de magia; está curado entero, como si la rata jamás le hubiera mordido.

- Gracias, Elowen; estoy en deuda contigo, pero no digas que la rata me toco a nadie. – dice Aquiles con su orgullo herido.

- Como queráis, pero si estáis en deuda; debo pediros un favor. – Pide la elfa.

- ¿Qué queréis de mi bella elfa? – pregunta Aquiles.

- Viajad conmigo y protegedme. – suplica Elowen.

Aquiles pensó en negarse, pero vio que Elowen solo llevaba un arco; la imagino muerta y por algún extraño motivo, no pudo soportarlo.

- Está bien, porque os debo mi vida; pero si algún día lo contáis, mi ayuda a vos abra acabado. – sentencia Aquiles.

- Entendido, gracias por protegerme; héroe. – agradece Elowen.

Cuando Aquiles y Elowen vuelven a la sala segura, todos gritan de la emoción al ver al héroe intacto.

- Lo siento señor, no pude detenerla. – se disculpa el aventurero que Aquiles detuvo.

- No importa, tuve que salvarla; pero todo está bien. – contesta Aquiles, Elowen y este se sonríen; pero solo el aventurero puede ver ese gesto.

- Por favor héroe, enséñenos; queremos ser sus mirmidones aquí, por favor. – suplica este y sus dos amigos le hacen una reverencia a Aquiles.

- Os enseñare, pero si flaqueáis; os expulso de mis tropas. – dice este, haciendo sonreír a los tres muchachos jóvenes.