La toqué mientras dormía

Venía poniendome loco desde hacía años, la deseaba, queria poseerla, hasta que un día, conseguí acercarme mas a ella, más de lo que nunca hubiera imaginado..

Hola amigos, este es mi primer relato, y tengo la necesidad de compartir esta historia, que me sucedió hace más o menos dos semanas. Por lo tanto, todo lo que les vaya a contar es cierto.

Primero me presentare. Soy un joven de quince años, me llamo Jaime, de 1m83, y con un cuerpo normal, ni me sobra peso, ni me falta. Me pondré a mi y a mis amigos un nombre falso, para conservar la privacidad.

Somos un grupo de cuatro amigos, dos chicos, y dos chicas. Nos llevamos fenomenal desde los 12 años. Por una parte están María y Sofía, y por otra parte estamos Juan y yo, Jaime.

Bien, como decía, somos un grupo de amigos que nos llevamos genial, desde los doce años. Y a mi, Sofía, me llevaba poniendo loco casi desde que la conozco, pero ella es muy reservada, y casi no deja ni que se le acerquen. María y Juan están liados, y ya han tenido todo tipo de relaciones sexuales, que algunas de ellas, he vivido sin que se dieran cuenta, pero ya las contaré en otros relatos.

Habitualmente, quedamos a dormir a casa de uno de los cuatro, y vemos películas de miedo, hacemos el tonto y charlamos hasta bien entrada la noche. Mientras que Juan y María, duermen en una cama haciendo sus cosas, Sofía y yo, dormimos en otra cama, pero nunca ha sucedido nada.. Como he dicho antes, ella es muy reservada, y no deja que te acerques a menos de un metro de ella, y aun menos si estas dentro de una cama con ella al lado. Como se pueden imaginar, me resulta terriblemente excitante, cada vez que me acuesto cerca de ella, y noto que nuestros calientes cuerpos se juntan, no puedo evitar sentir una pequeña erección, que hincha mi pijama, y hace que mi protuberante bulto roce con la punta su estupendo culo.

Ella es de estatura normal, con unas buenas piernas, un culo impresionante, y unos pechos bien paraditos y grandes. Tiene unos labios carnosos al estilo Angelina Jolie que me vuelven loco.

Bien, entonces una noche, nos encontrábamos en casa de María, y llego la hora de irse a la cama, Juan y María por su parte a una cama, y en la de al lado nos tumbamos Sofía y yo. Esta vez, sentí que era mi oportunidad, no tenía sueño, y esperaría a que se quedara dormida.

No recuerdo bien cuanto tiempo estuve esperando, pero mas o menos una hora después, abrí los ojos, y sentí su pecho subir y bajar, al ritmo de su profunda respiración.. Estaba dormida. Ella estaba de lado, mirando hacía mi. Entonces me gire yo de lado también, y poco a poco me fui acercando a ella, vigilando sus ojos y sus gestos, por si se despertaba.

Al cabo de diez minutos, tenia su cara a cinco centímetros de la mía. Me fui acercando poco a poco, y notaba el aire al salir de su nariz, que pasaba por mis labios suavemente, mientras inhalaba su dulce fragancia a medida que me acercaba a ella. Acerque mi pene a su cuerpo, y me apreté completamente contra ella. Me acerque tanto, que roce con mis labios los suyos, y le di un suave beso, disfrutando de ese momento como si fuera el último.

Me quedé un rato mirándola, cara contra cara, observando sus carnosos labios, y esos ojos cerrados, que cuando están abiertos, te observan, y te lanzan miradas penetrantes.

Apreté un poco más mi pene contra su pantalón de pijama, sintiendo bien sus curvas. Alcance con la mano a tocar muy lentamente la punta de sus pechos. Ella no llevaba sabana encima, solo su fino pijama, lo cual facilitaba mis tareas.

De repente, ella se movió, yo enseguida, con miedo, me eché hacia atrás, fingí una profunda respiración, y cuando me di la vuelta, pude ver su perfecto trasero. Se había dado la vuelta, dejándome una magnifica vista de su culo.

Me quedé un buen rato observándolo, hasta que me decidí de nuevo a acercarme. De nuevo, apoyé mi pene contra su pantalón de pijama, pero esta vez contra su precioso culo. Notaba como mi polla duplicaba de tamaño, e iba buscando una apertura, pero no había ninguna, asíque me conforme con pasarlo por encima, apretando de vez en cuando.

Entonces, me decidí a tocarlo con la mano. Suavemente, pose mi mano sobre su trasero, y fui palpándolo. Estaba en la gloria, jamás se lo había tocado! Estaba como loco, con la respiración agitada, con el miedo de que en cualquier momento ella se diera cuenta, y arriesgar así años de amistad..

Pero dejé de lado ese miedo, y decidí a acercar mi mano hasta su raja. Me fui haciendo paso por ella, hasta que llegue a la entrada de su vagina. Todo esto por encima del pantalón. No me lo podía creer, le estaba tocando el coño a una de mis mejores amigas, la cual me llevaba poniendo loco desde hacía años! Estaba ahí mismo, a escasos centímetros de mi, y yo con mi mano apoyada en su culo, rozando su vagina!

Estaba que no podía más, me daba igual si se despertaba, con mi dedo corazón empecé a pasarla el dedo por su rajita del coño, sintiendo bien sus labios, a pesar de que todo esto fuera por encima del pantalón. Empecé a tocarla como nunca lo había echo, disfrutando del momento. Me lleve la mano a la nariz, y respire una fragancia única, ella estaba mojada, y estaba soltando sus flujos, para mi solito.

Seguí con mi tarea, haciéndole un magnifico dedo por encima del pantalón, metiendo cada vez más mi dedo, hasta que la tela se tensara al máximo y no llegara más lejos. Así estuve un buen rato, diría yo que unos quince minutos, llevándome el dedo a la nariz, luego a la boca, chupando sus humedades, y luego meneándomela con la misma mano. Luego ya no pude más, yo iba a explotar encima de ella si seguía así, metí una última vez el dedo, con toda la fuerza que pude, la sentí gemir un poco, entre sueños, y vi como se mojaba cada vez más, y sus flujos traspasaban la tela para llegar a mi dedo, y a mi mano. Me fui corriendo al baño, y con esa misma mano llena de sus flujos, la chupe bien, y después me la lleve a mi pene, y me hice la mejor paja de mi vida.

Me corrí sobre el espejo desde dos metros y medio de distancia, como nunca lo había hecho, vacíe todo mi semen, hasta quedar exhausto.

Lo había logrado, por primera vez, había tocado a la persona que más loco me volvía. Volví a la cama, me recosté junto a ella, y dormimos tranquilamente.

A la mañana siguiente, todo siguió como si nada de esto hubiera pasado. Lo más seguro, es que ella no se hubiera dado cuenta, y nunca sabrá lo que pasó en esa cama.

Espero que les haya gustado mi relato. Totalmente real, escribiéndolo sigo teniendo erecciones al pensar en lo sucedido.

Un saludo