La tierra, nuestro infierno

La tierra, nuestro infierno

Las calles no son las de cristal que en un libro un desahuciado prometió, el aire está espolvoreado de cenizas pues hoy todo es fuego. Los edificios lucen agujereados, son los vástagos de la guerra; las flores siguen marchitas desde el primer momento en que las vi, están erguidas en el olor nauseabundo de su tierra, las hijas de la iglesia corren a una esquina para vender su dignidad, el mejor verso de todos quedó reducido a sabanas mojadas, los demonios caminan como soldados a la batalla y en el rústico suelo del infierno donde diariamente caminamos todos yace tirado y cercenado un Dios sin vida: todo sigue igual, nadie aún lo ha notado.

Cada paso sobre esta selva de cemento es un paso a tu cita con la muerte, ¡hay que darse prisa!

RICARDO CONTRERAS GARCIA