La tierna Gabriella (1)

Como una tierna jovencita que conozco en un restaurante me hace pasar un fin de semana inolvidable.

La tierna Gabriella I

Todo empezó un día que decidí celebrar mi cumpleaños saliendo a almorzar a un restaurante muy conocido en mi ciudad, así que acompañado de mi esposa y mis dos pequeños llegamos al lugar y solicitamos al administrador del local que nos proporcionara una mesa familiar cerca de los juegos para niños; lo agradable fue que el administrador llamara a una chica para que nos atendiera personalmente, al acercarse no pude dejar de verlas pues era una chica morena clara, muy guapa, de cabello negro, lacio y largo con flequillos en la frente, sus hermosos ojos negros estaban enmarcados por unas lindas pestañas rizadas, sus labios carnosos dibujaban siempre una agradable sonrisa, media aproximadamente 1.60 de altura y era dueña de un cuerpo estupendo un poco menos que delgada, lucia el uniforme del lugar en el que se destacaban unas bien torneadas piernas y unas nalgas paraditas, lo que me llamo la atención fueron sus pechos de tamaño mediano, erectos, que se dibujaban en el escote de su blusa blanca.

En un momento en que se acercó y mientras mi esposa atendía a los niños en los juegos infantiles, aproveche para preguntarle por su nombre y decirle de donde era pues no la había visto por aquel lugar con anterioridad.

_Me llamo Gabriella, pero me dicen Gaby _me inquirió_ no soy de acá pero he venido a quedarme con una tía poder estudiar en un colegio de aquí. Y usted como se llama? –me pregunto.

Soy Carlos y realmente es un gran gusto conocer a la chica mas linda de aquí –le respondí.

Se sonrojó un poco y luego pícaramente me dijo _Hey ya no me mire tanto que se va a enojar su esposa_ y se retiro sonriendo.

Todo transcurrió si mayores incidentes, salvo las constantes atenciones de la chica; luego nos retiramos del lugar y no volví a verla; sin embargo siempre la reacordaba con mucho agrado.

No volví a ese lugar hasta diez días después, un día viernes por la noche; cuando salí con un amigo a parrandear ya que mi esposa se había ido a visitar a mi suegra por unos días llevándose también con ella a los pequeños. No bien nos habíamos sentado cuando mi amigo recibió una llamada a su celular y luego se disculpo conmigo pues se tenía que retirar para atender una emergencia en su casa. Así que sin mas ni mas me quede solo sentado en la mesa tomando una cerveza.

Por que tan solo_ dijo alguien_ y al voltear a ver pude notar que era Gaby quien hablaba y nuevamente pude disfrutar de esa imagen enmarcada en su uniforme de trabajo.

_Porque estoy esperando a la chica más guapa del lugar para que me acompañe _aseveré.

_Y quien es? _me dijo sonriente.

_Una chica que se llama Gaby _ le dije _quieres acompañarme?

Se sonrió coquetamente y me dijo: Que mas daría por acompañarlo pero estoy trabajando y no nos permiten eso_ luego después de pensarlo unos segundos me respondió _pero mi turno termina en unos quince minutos y me gustaría ir a bailar . . . con usted, claro, si me invita_ agrego.

_Esperaría todo el tiempo del mundo para poder pasar toda la noche bailando contigo _le inquirí.

Ok, entonces me espera –sonrió y luego agrego _vuelvo pronto.

Los quince minutos transcurrieron rápido mientras saboreaba la cerveza.

Listo? –me pregunto al regresar- Nos vamos? Y tomándome de la mano caminamos hasta el parqueo.

No le molesta que vaya con el uniforme, verdad? _me pregunto _ pues no sabía que me invitaría a salir así que no traje otra ropa _agrego sonriente.

Para nada te ves estupenda y me gusta verte así como el primer día que te vi –le dije.

Subimos al coche y me decidí a llevarla a una discoteca cercana que se caracteriza por poner buena música de moda. En el camino platicamos un poco sobre ella y en una de esas ella no podía dejar de preguntar –Oye y porque no trajiste a tu esposa están peleados? Le comente que se había ido de vacaciones durante una semana a la casa de su mamá y que estaba libre y así que había salido a disfrutar el fin de semana y que tenía suerte al hacerlo con una chica tan linda como ella. No dejo de sonrojarse y decirme –Pues que suerte, pues mi tía también salió de viaje así que tenemos todo el tiempo del mundo.

Llegamos a la disco y el ambiente estaba al máximo la música salsa nos invito a bailar luego decidí invitarla a tomar algo y yo como siempre pedí una cerveza, ella me dijo que quería tomar lo mismo que yo así que con las cervezas en la mano seguimos bailando luego vino el cambio al ritmo del regeton y ella empezó a insinuárseme provocativamente mientras reía se notaba que la estaba pasando bien, esto me estaba excitándome de gran manera, luego siguió el turno de la música suave y tomándola de la cintura la atraje a mi y así pegados bailamos, en un momento su cara estuvo frente a mi e instintivamente la bese suavemente, se separo rápidamente de mi, me miro a los ojos y solo pude decir –Perdón- colocó su cabeza sobre mi pecho y luego suavemente me dijo –No tiene que pedir perdón por algo que yo también quería hacer y tomando del cuello me beso apasionadamente.

Aprovechando este momento romántico la tome de la mano y la lleve a una pequeña terraza donde se apartan las parejas de enamorados y en una esquina la bese nuevamente pudiendo deleitarme de esos labios carnosos, pase mi mano por su mata de cabello y fui recorriendo lentamente todo su talle hasta colocar mis manos en esos tersos glúteos, atrayéndola hasta mi sintiendo como el bulto en el pantalón pugnaba por salir al sentir su vientre tan cerca. Su respiración entrecortada me indicaba también su excitación, mientras sus manos recorrían mi cuelo y pecho poniendo a mil. Seguí acariciándola mientras nuestras bocas se entretenían en un beso sin final, subí mis manos a sus pechos y pude sentir la turgencia de sus senos apenas oculto por la tela de su blusa. En un momento ella me dijo –Mejor nos vamos antes que alguien nos mire. . . lo digo por ti. –No te preocupes, eso no importa por el momento solo importamos tu y yo - le advertí.

Salimos de la discoteca nuevamente de la mano y nos subimos al carro, maneje por la calles solitarias de la ciudad mientras ella se reclinaba sobre mi hombro en silencio, y en un lugar un poco apartado estacione el auto y empecé a besarla mientras reclinaba los asientos, mis manos la acariciaban por todo el cuerpo mientras ella, casi como un susurro suspiraba y se abrazaba a mi. En un momento mi mano se coloco sobre su piernas en el limite mismo de la mini falda y suavemente inicio el ascenso hacia su vientre mientras ella me permitía abriendo sus piernas y emitiendo pequeños gemidos, mis dedos acariciaban su sexo deslizándose sobre la tela de sus bragas. Mientras mis labios bajaban por su cuello hasta el inicio del escote dibujado por la blusa. Separe mis labios de su piel y mirándola a los ojos le dije _Gabriella deseo tanto hacerte el amor.- Yo también -me respondió- pero no aca, no es apropiado, llévame a otro lugar… a tu casa, si? –me propuso. Me pareció extraño que viniera de ella esta propuesta, pues nunca había llevado a ninguna mujer a mi casa, pero esto me excito mas debido al morbo de estar haciendo algo prohibido y en el mismo lecho que compartíamos con mi mujer. –Si mi amor lo que tu digas –le respondí.

Llegamos a mi casa e inmediatamente después de cerrar la puerta tras nosotros, me abrazo y me dijo: Llévame a la cama que hoy quiero ser tu esposa –me dijo sonriendo de felicidad-.

La cargué en mis brazos y la conduje hasta el cuarto destinado solo para mi y mi esposa y que hoy guardaría el secreto de mi infidelidad, la coloque suavemente sobre la sabana blanca y empecé nuevamente a besarla y a desabotonar su blusa, baje por su cuello hasta el nacimiento de su pechos mientras le quitaba el sostén, se me descubrieron sus senos turgentes con unos pezones erectos que acaricie con la lengua y succionándolos con los labios provocando pequeños estremecimiento en Gabriela, me dedique a prodigarle caricias ambos, abarcando con mi boca mas allá de sus aureolas, mamando como solo un niño puede hacer, sintiendo la dureza de los mismos y dándole pequeños mordiscos a sus pezones, esto la excitaba al máximo lo cual lo demostraba con el aumento de sus gemidos. Recorrí con besos el camino hacia su ombligo y luego me coloque entre sus piernas, era alucinante ver a aquella chica disfrutar mis caricias esperando el momento de ser poseída, empuje su minifalda hacia arriba quedándole repujada en su cintura y mis manos despojaron de su prenda el tesoro mas codiciado, descubriéndose a mis ojos un triángulo hermoso poblado de vellos, inicie besando calidamente sus piernas, mientras mis manos deslizándose debajo de sus piernas buscaron sus manos entrelazándolas sintiendo la presión del momento, el aroma intimo de su sexo me embriagaba y me invitaba a disfrutar de esa vulva adornada con esos pliegues labiales grandes que brillaba con el rocío de sus propios jugos. No pude esperar mas y caí sobre ellos succionándolos bruscamente cuando ella me decía –Que haces mi amor, me estas matando, umm….um.. um…ummmmm. Contorsionando su cuerpo y sus piernas, Me entretuve chupando sus deliciosos labios y pasando mi lengua sobre su raja saboreando el delicioso sabor de su venida, luego busque con mis labios y mi lengua la protuberancia de su clítoris escondido bajo el pequeño capuchón y me dedique a lamerlo y a chuparlo suavemente observando como crecía aun mas bajo mis caricias, llevando a Gabriella al limite del placer, me despegue de su cueva para frenar el inminente orgasmo y quitandome la ropa me coloqué sobre ella, y mientras la besaba en la boca mi verga dura por la excitación se colocaba sobre su raja, y empecé los típicos movimientos para deslizarla entre sus labios vaginales, con lo mojado de su sexo y el líquido que emanaba de mi miembro fácilmente la cabeza de mi verga se colocó en la entrada y empecé a introducirlo lentamente para prolongar mas el momento, ella se abrazaba a mi y en un momento sentí que mi verga topaba con algo que no le permitía seguir, mientras ella emitía unos quejido de dolor. Me miro a los ojos y me dijo –Mi amor me duele un poco porque la verdad nunca he estado con ningún hombre, tu eres el primero, soy virgen, pero te deseo y esta noche quiero ser tuya, solo tuya. Empuje nuevamente y con mas fuerza mi verga dentro de su canal y pude sentir el momento en que traspasaba ese limite natural desgarrando su himen, ella soltó un pequeño grito mientras sus uñas se enterraban en mi espalda y lagrimas brotaban de sus ojos, mi miembro se introducía hasta el fondo, sintiendo el calor interior de su cuerpo y nos quedamos quietos por unos momentos sabiendo que esto ayudaría a que las paredes de su vagina se adaptaran al grosor de mi verga, luego empecé a sacar y meter mi miembro despacio sintiendo como ella pasaba del dolor nuevamente al placer, ella cruzó sus piernas detrás de las mías, como queriendo indicar con esto que jamás me saliera de ella, incremente mis movimientos mientras los dos gemíamos de placer, llegando juntos al orgasmos, sentí como su cuerpo se tensaba y luego acompasados espasmos lo invadían, buscó mis labios los cuales besaba y mordía una y otra vez; no pude soportar esa tortura y chorros de semen que en cantidades exageradas salían de mi verga mojaron su interior.

Nos quedamos abrazados un momento, luego me separe de ella lentamente pudiendo observar como mi semen, revuelto con su venida y sangre de su sexo mancillado, resbalaba de su vulva, formando en la sabana blanca una informe mancha rojiza.

Me acosté a su lado, sintiendo el temblor postrero de su cuerpo después de tanta excitación y abrazándome cariñosamente me dijo –Gracias mi amor, te adoro, desde la primera vez que te vi me enamore de ti y soñaba con este momento. Me dio un beso en los labios se acomodo en mi pecho y agotados por esta hermosa sesión de sexo y por lo avanzado de la noche nos dormimos.

Este es fue el inicio de un fin de semana de ensueño, que espero contarles mas adelante en mis próximas entregas Favor manden sus comentarios a garrobonegro@yahoo.es