La Tierna Clara Violada?

Clara y Pablo regresan de su viaje de novios, y celebran una fiesta para comunicar que estaba embarazada, y comenzar con todos sus amigos su nuevo estilo de vida, los acontecimientos se suceden y el mejor amigo........ La transforma

Queridos lectores, hace ya bastante tiempo que he publicado mis relatos, y he pedido que me contaseis cosas que os habían sucedido para publicarlas

He recibido muchas mas de las que imaginaba, pero he tenido que desechar la practica totalidad pues  sonaban más a una película de dibujos animados que a una aventura o un hecho sexual. He rechazado todas menos esta que os voy a contar.

Conozco a los personajes, conozco a la prometida, y conozco al hombre que la penetró, por todos los medios posibles, tan solo tres días después de su vuelta de viaje de novios. La historia me la contó Clara, siempre las mejores historias me las cuentan las mujeres, y aunque parezca extraño, se ajustan a la realidad casi al 100%, lo que falta para completar e porcentaje es por omisión. Los hombres somos mas exagerados……, pero lo he corroborado, y he decidido contar la historia como me la h contado Clara.

Clara y Pablo se habían casado, y acababan de llegar de su viaje de novios, era fin de semana y acordaron llamar a sus amigos mas allegados, tanto por parte de Pablo como de Clara, y celebrar los acontecimientos, el viaje había durado dos meses y medio, casi nada, y Clara quería celebrar el comienzo de su vida, mas habitual desde ese día en adelante, y comunicar a todos su embarazo, de casi dos meses.

Legaban los amigos, con sus parejas, y las preguntas se repetían, con curiosidad y alguna con morbo.

Descubrieron un juego que empezó como una broma…..”Averiguar donde se había quedado embarazada Clara”…., que si cruzando el Nilo…., o si en el avión…..

Todos reían las ocurrencias pero Pablo dejo a todos claro que en el avión no había podido ser

-         Eso lo dices por ti!.... le había dicho Miguel, con quién tenía muchísima confianza- al fin y al cabo te has quedado dormido, y no sabes las posibilidades que se dieron!

-         Ninguna! Será gamberro!

Siempre tan educada, Clara cortó por lo sano.

Su educación, y su timidez hacían de Clara una mujer sumamente atractiva, pues daba la sensación de debilidad, de fragilidad mejor dicho

Entre risas y miradas picantotas, y alguna broma siguieron de una forma mas en serio, el juego de donde podría haber quedado embarazada Clara

-         Que cabrón eres, mira que enfadar a Clara, ya sabes que no le gustan esas bromas, no la provoques, esta ilusionada con todo lo que esta pasando, y no quiero que le gastes bromas de este tipo, al menos hoy no!

-         Que si Pablo que ya me di cuenta y bien que me arrepentí pero te prometo que no le vuelvo a gastar una broma en toda la tarde!. Pero no tenía ni idea de que se fuese a mosquear.

-         Ya, ya lo se, pero no se muy bien el motivo, está muy sensible, creo que es por el embarazo

-         Te parece que le diga algo, que me disculpe

-         Prueba, pero no ……

-         Tranquilo no insistiré, y de atosigar ni hablar…, ¿Dónde está?

-         Puede que en la habitación, en el baño, dale unos minutos

-         Voy hacia allí, no es cuestión aquí delante de todos

-         Si bien es cierto

Se acercó a la habitación y esperó unos momentos, Clara salió de la habitación y se encontró de frente con miguel, dio un respingo entre la sorpresa y el susto

  • Que haces aquí? – le preguntó Clara

  • Te estoy esperando, quiero hablar contigo

  • Sucedió algo?

  • Que he metido la pata y que te he molestado

  • No hombre, ya sabes que a veces me tomo las cosas a la tremenda

Entre la conversación, pasaba entre los dos gente, que iba a los servicios del pasillo y que a la fuerza pasaban por donde ellos estaban.

-         No podemos hablar en otro sitio, al fin y al cabo no le importa a nadie lo que te digo

-         Si pero te adelanto que no te preocupes…

Para no ir a la habitación pues Clara no lo creía oportuno, tomo de la mano a Miguel y se fue retirando hacia la cocina, por donde una puerta comunicaba con la finca de la casa, que todo hay que decirlo era muy grande.

Empezaba a llover un poco, pero con calor, era un tiempo bochornoso, y los había pillado lejos de la casa, las gotas de lluvia empapaban el vestido de Clara que era muy ligero, y transparentaba por completo el cuerpo de Clara,  mostrando a la perfección los pechos de la mujer, que con el contacto del frío de la lluvia, provocaron que sus pezones se pusiesen duros, y dado al volumen de sus pechos, era de complexión muy delgadita, de ahí su fragilidad aparente, y naturalmente parecían que fuesen mas grandes de lo que en realidad eran. Turgentes, grandes, sin ser enormes, y por lo carnoso de sus pezones, regalaban la vista de cualquier hombre, y más de Miguel. Aún recordaba cuando Pablo le decía que acababa de pedirle a Clara que fuese su novia, y que había aceptado. Se le había parado el corazón, y le repitió

-         Y te dijo que si?

-         Si tío, si! No me lo puedo creer, me dijo que si estoy como en una nube!

-         Pues me alegro por ti…., si te parece mañana hablamos que tengo examen

Miguel había pensado en proponer una relación a Clara, estaba enamoradísimo de ella, y si no le había dicho nada era por tener examen final, y no acudió a la cita que ella le propuso la tarde anterior, eso y un cúmulo de circunstancias, hicieron que las cosas se tornaran de esa manera.

Miguel admiraba el cuerpo de Clara, que con la humedad se ceñía y mostraba todos sus encantos, no tenia sujetador, y como única prenda de lencería portaba un tanga, que por lo que se veía era de encaje azul oscuro. Era de color rojo, un rojo perdido, casi se podía decir que no llegaba a ser de ese color, tenía unos dibujos diminutos, como de flores o mariposas, muy desperdigados, había que fijarse en ellos casi para descubrirlos. Estaban muy distanciados entre ellos, como digo, y el que le quedaba sobre su pezón izquierdo, era sin duda el más llamativo, dado la inclinación  que le daba la ya escandalosa erección del mismo.

Su pelo cortado a lo chico, con un amplio flequillo que peinaba hacia un lado, dado a lo espeso que lo tenia, de un color tabaco, natural nada de tintes, ahora mojado e hacía algo mas oscuro, y se extendía, con gracia por la frente tapándole  un ojo y algo del moflete.

Sus ojos eran grandes almendrados, de un color entre verde y miel, muy difícil de definir, sus labios carnosos, parecían que estuviesen perfilados de una forma natural, y su tono de piel bronce, junto al ovalo de su cara, acentuado por las hendiduras debajo de los pómulos, pues era una mujer de 1,65 delgada, le daba un aspecto mucho mas atractivo, sexy, y provocativo, que ella siempre quiso evitar.

Miguel disfrutaba ahora del regalo que recibían sus ojos, y no empezaba a hablar, por lo turbado que estaba, pero no podía dejar de esbozar una sonrisa de satisfacción.

-         Nos vamos a poner empapados. Vamos a refugiarnos en algún sitio

-         Si ven –le tomó la mano de nuevo- corre vamos a la casetita

-         No será mejor ir a casa?

-         Quita que está lejos, será peor.

Echó a correr hacia la casetita, que todo hay que decirlo, era bastante grande, de madera, con dos ventanas frontales, y otras dos a cada uno de sus lados. Estas, elevadas y mucho más pequeñas. Llegaron después de una buena carrera entre risas, y vieron como otros amigos se refugiaban bajo el tejado del porche que rodeaba, espaciosamente, la piscina. Miraron a la casa y vieron a Pablo que se estaba riendo junto a otros amigos, viendo como los que estaban en el campo escapaban buscando refugio, la mayoría se fueron hacia la casa, salvo ellos y la pareja de la piscina que se acomodaba, con paciencia, en una tumbona, eran los únicos que no se refugiarían en la casa.

Ahora la lluvia era espesa y muy fuerte golpeando con fuerza los cristales y el tejado de planchas metálicas que no estaba aislado, pues les faltaban los últimos toques como las tejas, aunque si tenia una sala de bao con una ducha en una medio bañera, bidé y retrete, así como un amplio lavabo y un armario con toallas y productos de higiene personal.

Casi no se podían oír lo que se decían. Saludaron a sus espectadores, que se reían de ellos burlona y escandalosa mente, deducían por los gestos, pues no los oían. Pablo le hizo una seña como de paciencia, y entraron en la casa, pues empezaban a mojarse.

Miguel miró a Clara, que no podía ocultar ninguno de sus encantos, pues tan empapado estaba el vestido de ella, que parecía una extraña segunda piel. No podía apartar la vista del magnifico cuerpo de la mujer.

-         Miguel, estas completamente calado, hasta los huesos!! Sácate mejor esa camisa y cuélgala del respaldo de la silla para que seque, y después te pones algo de Pablo. – se hablaban pegados uno a otro, Clara se ponía de puntillas para intentar hacerse oír mejor rozándose los pechos de ella con el pecho de el y casi gritándole al oído pues la lluvia no permitía que pudiesen escuchar nada-

-         Y tu que vas a hacer con tu vestido?, te lo digo porque también estas empapada y la verdad me pones un montón viéndote tan atractiva y mostrando todos, todos tus encantos, jajá jajá- rió burlándose de ella

-         Pero si se me ve todo, -dijo retirándose hacia dentro de la caseta- Ni se te ocurra mirarme

-         No se que dices – Pablo la siguió hasta dentro de la caseta, donde el ruido era mayor aún, le tomó de un brazo y la giró hacia él, estaban ahora justo frente a frente, y ella con cara de susto, se acerco a su oído, y separándole los brazos volviendo a juntar sus pechos, esta vez más fuerte, le dijo- de verdad que con este ruido no te he entendido, se que me estabas diciendo algo pero no he podido escuchar.

-         Nada no te preocupes, -dijo azodarísima Clara

Clara se sentía muy turbada por las circunstancias y por que Miguel con su 1,87 de altura, musculazo, delgado, moreno de pelo completamente negro, como el azabache, de barba de tres días, y con sus ojos azules, un azul que le resultaba extremadamente espectacular por el contraste, que para hablar con el se ponía de puntillas apretando involuntariamente sus pechos con el cuerpo del hombre, las manos de él, tomaban sus brazos con delicadeza pero firme, que no le daban otra opción que el de acercarse para hablar

  • Te pasa algo estas muy seria? Te encuentras bien?

  • Si, si estoy bien, pero…..

  • Pero qué?

  • Nada, nada

  • Algo  será –dijo mirando a Clara-

Por casualidad, y sin intención alguna, los dos a la vez se quisieron contar algo, lo que provoco que los dos girasen, uno hacia el otro, sus caras, rozándose los labios. Se separaron de golpe, y sonrieron a modo de disculpa. Quisieron explicar la coincidencia, inmediatamente, volviendo a rozarse sus labios, y en este caso el no se separó se quedó inmóvil, ella se separó un poco con sus manos apoyadas en los brazos de el, bajando sus ojos hacia su pecho, pues la vergüenza le impedía mirarlo directamente, y la dejo rígida sin poder moverse.

El notaba la calidez de las palmas de sus manos en sus brazos fríos por la lluvia. Ella por el contrario, notaba ya un calor en sus pechos, en sus pezones, que le daba el pecho de Miguel desnudo, pues hizo lo que ella le había indicado con su empapada camisa; un calor que le provocaba una sensación muy, muy extraña y placentera, a pesar de que era la primera vez que la sentía. Notaba sus músculos tanto en sus pechos como en su vientre, pero lo que notaba en su vientre no eran los músculos del hombre, era su formidable pene, de un tamaño enorme, largísimo, y de un grosor que nada tenia que envidiar al de un bote de refresco de cola, tan frecuentes, pero eso lo descubriría algo mas tarde.

Al descubrir lo que le oprimía, impidiéndole que se aproximase mas a Miguel, como era su involuntaria intención, pues el contacto con él era algo que le provocaba un pacer extraño, y se acercaba algo más de lo necesario para su propio gusto.

En ese momento, estallo todo. Miguel se comportó como nunca en la vida hubiese querido ella, como nunca le hubiese pasado por su imaginación. Como nunca esperaba que se comportara el hombre del que estaba enamorada, y que por darle celos, había aceptado la proposición de Pablo, aunque la reacción de él fue la de no inmiscuirse, dada la amistad que los unía. Con un brazo rodeándole la espalda y la palma de la mano en su trasero, la apretó contra él, rápida e inesperadamente, besándola con pasión, ternura y amor.

Clara entonces intentó separarse el hombre, una reacción mas salida de un desconocido instinto que de su propia voluntad, como se demostraría a si misma mas tarde.

Al intentar reprochar este comportamiento, ario sus labios y su boca, sintiendo como se enmudecía, por la invasión de la lengua de Miguel que le recorría el paladar y se revolvía con su lengua, como podía hacerle eso, si eran amigos, la estaba forzando a un beso que no quería.

Clara se dio cuenta entonces de que ella movía su lengua al ritmo que lo hacía Miguel, como si de un erótico baile se tratase. Se dio cuenta pues sus lenguas jugueteaban las dos en el aire, fuera de sus bocas. Interrumpió su beso girando su cabeza, y cerrando su boca. Estaba completamente aturdida con lo que estaba pasando. No podía oírse con claridad, pero le decía que la soltase, que la dejase. Que no quería nada con él nada absolutamente. Que ya estaba bien.

Todo le quería decir, tan deprisa, que no se daba cuenta de que el hombre la tenía en sus brazos en el aire, en volandas la trasladó hacia la mesa que estaba en una de las paredes, al amparo de las miradas de la gente que estaba en la casa, así como los de la piscina, aunque no lo había pensado, fue la casualidad, una mesa muy amplia que había servido de mesa de despacho en años atrás.

La sentó sin dificultad alguna en el borde, y se dio cuenta de que la parte de arriba de su cuerpo estaba desnudo, no se había dado cuenta de cómo, pero le había desabrochado los botones de la espalda y le bajó por completo el vestido, su segunda piel, dejándolo enrollado, o revuelto mas bien, en la cintura, dejando al descubierto su vientre, y sus ansiados pechos. No desaprovecho ni un segundo, y se lanzó Miguel, a saborear sus pezones, besándolos con dedicación, con amor, pero con un absoluto vicio, como le estaba pareciendo a Clara.

-         Pero que estas haciendo Miguel? Que te pasa? Por qué me tratas así?

Le decía esto, y le tiraba fuertemente del pelo con sus dos manos, aunque notaba un cúmulo de sensaciones, que no había notado nunca.

Miguel la miro, con una mirada fría, dura, y le pareció que con odio, notó como la mano abierta del, impacto de forma violenta contra su cara, la perplejidad, la sorpresa, y la humillación la dejaron sin habla.

Miguel le subió el vestido, enrollándolo en la cintura, junto con la parte superior, haciendo que se pareciera a un fajin mal colocado. Sin detenerse le saco el tanga de encaje, azul oscuro, ya en sus manos lo apreció, lo vio delicado, propio de ella. A la que miró y vio en la postura forzada en la que la había dejado al sacarle su íntima prenda. Con  las piernas dobladas y las rodillas a la altura de la cabeza de la mujer, que lo miraba con la boca abierta, y los ojos empapados de lágrimas, y lágrimas que resbalaban por el rostro de Clara que hacía que pareciera mucho más frágil, dado lo indefensa que parecía.

Le separó las rodillas, y ella puso algo de resistencia, que dejo de practicar inmediatamente cuando el hombre la miro de nuevo con esa mirada, a la vez que volvía a levantar la mano en actitud violenta, instintivamente se tapó con sus bracitos, tapando su rostro para evitar la bofetada, que por otra parte aún le dolía la cara por la que ya había recibido.

Se dio cuenta Miguel que ya no habría resistencia alguna, y volvió de nuevo a su completa satisfacción, a explorar el cuerpo indefenso de Clara, hundiendo su cabeza entre sus piernas, y besando y jugando con los labios y clítoris de Clara, que lo miraba asombrada por lo que le estaban haciendo.

Dejo de llorar inmediatamente, y su respiración se agitó escandalosamente, y miraba la cabeza del hombre con ojos como platos y la boca abierta dado su asombro por las sensaciones que le estaban provocando, que le estaban descubriendo por primera vez en su vida. Temblores incontrolados la sacudían y se hacían vertiginosos, notaba como sus ojos no podían enfocar bien y turbaban su mirada, sus ojos no se dejaban abrir, estaban entrecerrados, haciendo que su carita tan dulce, tenga una expresión de ternura increíble, y una expresión de placer que era fruto de lo que sentía por primera vez en toda su vida. Tenia una expresión de completa viciosa, ahora con el labio inferior mordiéndolo, y con los suspiros y gemidos de placer.

Casi inmediatamente, su cuerpo comenzó con unas extrañas convulsiones, que la transportaron, y le obligaron a recostarse sobre la mesa con una respiración agitada, y muy profunda. Se dejó ir desmadejada, sin sentido

Noto como le estaba besando el vientre, mientras acariciaban uno de sus pechos. Miguel subió lentamente y se apoderó del pezón libre, golosamente, adueñándose de esta forma del cuerpo de Clara.

La fue besando y ascendió por su cuello, a la oreja, y se dirigió hacia su boca, con besos suaves hacia su boca, cuando rozó sus labios, Clara se aparto,  no quería que la besase de nuevo, no quería que pensase que estaba de acuerdo en su violación, pues eso es lo que era, una violación. Se separó de ella y la observó, la miraba de una forma extraña, regalándose con lo que tenía delante, mientras le seguía acariciando uno de los pechos.

Algo en le decía a Clara que llegado a este punto no habría marcha atrás, y en voz alta, intentando hacerse oír le dijo

-         Eres un cerdo!, ¿Por qué me haces esto?, A mi!

La mirada de Miguel que ahora la tenía, hasta se podía decir que tierna, se endureció de repente, y tomándola de un brazo, e impulsándola por el cuello, la bajo de forma brusca de la mesa, y la puso en el suelo. Sólo tenía puesto las sandalias de esparto, con un poco de tacón, más bien elevación hacia el talón, atadas con una cinta roja en sus pantorrillas, tras darse por las mismas varias vueltas, el vestido le había caído con el movimiento hasta cierto punto violento.

De nuevo la obligó a moverse al gusto de él. Y presionando en el cuello con una mano, a la vez que con la otra le empujaba hacia abajo presionando un hombro, Clara quedó de rodillas frente a él

-         Ahora no quiero mas tonterías, ahora el placer me lo vas a dar a mi, y ya!

-         Que quieres que haga? – su voz apenas se oía, a pesar de todo el entendió perfectamente lo que le estaba diciendo y con una maliciosa sonrisa le espetó

-         Chúpala, despacio, y dame placer

-         No, nunca lo hice me da asco!, es una guarrería, Eres un cerdo!

Sus replicas fueron rechazadas de nuevo por una bofetada, y ahora mucho mas fuerte, con tal fuerza que le desequilibró y la tendió en el suelo. Notó como la levantaba con una violencia agarrada por los pelos, la volvió a poner de rodillas frente a él. Ella lloraba, sólo lloraba y escuchó

-         Chúpamela ya!

Llorando lo miro a los ojos, estaba asombrada, y estaba amedrentada, pero con un movimiento de cabeza le dijo que no, mirándolo fijamente a los ojos.

De nuevo una bofetada le cayó encima, esta vez en la otra mejilla, recobró el equilibrio, y antes de que pudiese decir o hacer nada, un nuevo golpe, en la mejilla anterior la tiró al suelo, fue un golpe terrible, con la mano abierta, la puso de nuevo de rodillas, y notó como le daba un puñetazo en el hombre, como de aviso. Clara abrió los ojos y vio como le mostraba un inmenso puño, balanceándolo delante de su cara. Instintivamente se separó, pero una mano detrás de ella, en su nuca, apretando fuertemente su cuello la obligó a ponerse de nuevo en la posición que trataba de evitar, Miro llorando a Miguel, y vio como levantaba el puño por encima de su cabeza para dejarlo caer sobre ella, pero con sus manos lo paró, provocándole un dolor enorme en sus bracitos donde impactó el puño, le dejaría un moratón por varios días, casi dos semanas tendrían que pasar para que no quedase rastro alguno.

Como no entendía lo que Clara le estaba diciendo, se bajó para quedar a la altura de su cara, la lluvia si cabe era mas fuerte todavía, y se escucharon a lo lejos algún trueno, y se vio perfectamente el resplandor de los rayos. Clara sabía que nadie acudiría en su ayuda, pues Pablo confiaba en su amigo Miguel, amigo de toda la vida, y confiaba en ella, no se celaría por nada de nada, y no le extrañaría el que no volviesen a la casa, pues con la tormenta que se desató, sería una tontería. Por otra parte por mucho que gritase, si se tenían que acercar tanto para oírse entre ellos, como la escucharían a tan solo tres metros de ella, y la distancia hasta la casa era de al menos50 metros.

-         No puedo, me da asco y además nunca lo hice!

-         Pues me lo vas a hacer, y si tienes suerte, no te pegaré más, y no será lo único que te desvirgue

De momento no se dio cuenta de lo último, y estaba asustada por lo que estaba a punto de suceder.

Miguel  le tomó sus manos y se las puso en su garrote. Sus manitas no se juntaban entre si y ambas tenían agarrado el miembro tan enorme del hombre, se dio cuenta de que le sobraba por arriba hacia el glande, como otra mano, y por la base unos tres dedos, y la separación entre las manos era de otros dos dedos.

Le gritó para hacerse oír

-         No me va a caber toda!, A que sabe?

-         Pues te metes lo que te quepa. Y que pasa eres tonta?, nunca me la he chupado para saber a que sabe.

Inclinando la cabeza hacia un lado, Clara asintió y dio a entender que tenía razón, y se dio cuenta de que no era la pregunta apropiada.

-         Clara no tengo todo el DIA, le empujo la cabeza hacia su pollón

-         Aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, yaaaaaaaa! – protestó Clara

Acercó su boquita hacia ese miembro, no estaba dispuesta a recibir más golpes, y aunque le daba un asco enorme, posó sus labios en el tronco, sobre la piel, y le dio unos besitos, muy pequeños, casi por el aire.

Le tiró del pelo hacía atrás, y sin querer abrió su boca a causa del dolor

-         Basta de tonterías ya estoy arto

-         Me duele no me lammanksi

Aprovechando el momento le metió la verga en la boca, aunque solo el cipote, pues no le cabía nada mas.

Vio que era una torpe, para esa función, pues verdaderamente no sabía, le tomó la cabeza con sus manos y empezó a moverla delante atrás, delante atrás. Le follaba su boquita, y con sus impulsos se acostumbró a su tamaño y le follaba su boquita. No duró tanto como el quería pues la excitación era enorme.

Clara noto como el miembro del hombre entraba y salía de su boca, forzándola pues en verdad era enorme. Se dio cuenta de que aún aumentaba de tamaño y se ponía mas dura todavía. Con el ceño fruncido miró al hombre, y con sus manitas agarró de nuevo el miembro. Miguel con ese movimiento termino y rompió su orgasmo en la boca de la mujer, con una corrida copiosa, espantosamente enorme. Y escuchó

-         Trágatela toda!

-         Grffmmunn noon dssdrrma

La lefa le escurría por las dos comisuras de la boca. No sabia cuanto tiempo duró la corrida, pero se dio cuenta de que no había disminuido el tamaño del miembro, ni lo mas mínimo.

La levanto, mientras tosía, a causa de la cantidad y de no saber como tragarse semejante cosa, aunque en verdad lo había intentado

La tomo con sus manos la cara, de una forma muy tierna, ella lo miro e intentó decirle algo pero Miguel sello su boca con un beso.

Ahora Clara se sorprendió, y correspondió al beso aunque solo fuera por “fastidiar” a Miguel y que el también conociese su propio sabor, no había dicho que nunca se la había chupado, pues eso, se dijo a si misma. Lo que no esperaba es que le gustaba lo que sentía.

Miguel la sentó en la mesa, y en ese momento mientras le seguía besando, empujo su miembro, completamente duro, hacia la vagina de la mujer en esa misma posición. Empezando a separar sus labios y encontrando la estrechez de ella.

Bajo una de sus manos hacia el trasero y la dejo para hacer fuerza, y comenzó a introducir su verga en el cuerpo de Clara, y notó como le costaría mas de lo que pensaba.

-         Pero que me vas a hacer?

-         Te voy a follar!, está claro!

-         Pero yo no quiero, quiero ser fiel a Pablo!

-         No se si te das cuenta de que no me importa tu opinión. Haber si te centras bonita, te estoy follando, te estoy violando. Has escogido a Pablo por las razones que fuesen, y quiero que sepas lo que te perderás el resto de tu vida.

-         Noooo por favor, noo AAAAAAAYYYYYYY

-         Tómala de una vez

Le había empujado con fuerza, pero solo le había entrado tan solo la punta.

La cara de Clara, era un poema, tenia la boca abierta con una mueca de dolor, y dirigió su mirada hacia la parte de su cuerpo que estaba siendo forzada. Quedó impresionada por el movimiento tan rápido que estaba imprimiendo Miguel tan sólo con la punta en la vagina.

Clara tomó del cuello a Miguel y lo acercó hacia ella

-         Me esta doliendo muchísimo, para de una vez! Se supone que esto no tiene que doler!

-         No voy a parar, y se supone que tenías que estar desvirgada, y resulta que esta embarazada y a medio desvirgar, mira como la muevo que he notado como te excita, y verás como va entrando poco a poco.

-         Eres un cerdo. Me estas VIOLANDO!

-         SIIIIII!!!

-

Empujó de golpe y metió el resto de la poya en la vagina de Clara, la cual emitió un grito y comenzó a llorar por el dolor que sentía.

Miró hacia debajo de muevo y vio como la poya de Miguel salía de su interior manchada de sangre, era el último resquicio de virginidad se dijo a si misma. Se dejó caer encima de la mesa, y favoreció de esa forma la entrada y salida del miembro en su cuerpo.

-         Estoy sangrando….., como me hagas abortar te mataré, me oyes te mataré

-         Si abortas, dejaré que descanses, y yo mismo te preñare con muchísimo gusto y quedaremos en paz.

Se lo espetó sin analizar lo que decía, provocando en la mujer unas amargas lágrimas

Parecía extraño lo que sucedía, se sentía llena por ese miembro, se sentía extraña ella misma se sintió………, disfrutando de un orgasmo que no quería, que la inundó y le provoco un placer como nunca le habían provocado., un placer inesperado, un placer que le provocaba perder la poca razón que le quedaba.

Miguel la cogió, sin salirse de ella, la tomo en brazos, de pie con ella con sus piernas a cada lado del cuerpo del hombre le provocó un nuevo orgasmo mas fuerte si cabe, con los envites que ahora le daba, de una forma brutal, Estaba a punto de caerse, sus brazos que rodeaban al hombre perdían su fuerza y notaba deslizarse, y notaba como sus flujos salían de su cuerpo escandalosamente, con unos chapoteos que le parecieron hasta groseros.

Miguel paro y se acostó boca arriba en el suelo, sin dejar de salir del interior de la mujer. Clara estaba desolada, estaba tristísimo, estaba hundida en su interior, la estaba violando el hombre del que estaba enamorada en verdad. La estaba violando y forzando sus movimientos dirigiéndola, estaba siendo tratada como una muñeca, estaba absorta ………, las caricias en sus pechos la volvían loca, Miguel se levantó un poco y beso su boca, sus labios, con ternura y apretó algo mas sus pezones.

-         Me voy a corre dentro Clara

-         NOOOO, no quiero que te corras dentro

-         Si, que más da!

Seguía apretándole sus pezones, seguía acariciándola con unas maneras que la envolvían ………Pero si estaba acariciándole sus pechos quién la movía?

Abrió los ojos como platos, y le escuchó como Miguel le gritaba

-         No te pares por Dios, Cariño no te pares ahora continua como lo estabas haciendo me vuelve loco

-         Si, Si

Era ella la que se movía provocando el placer. Nadie más estaba dirigiendo sus movimientos. Nadie provocaba los orgasmos.

Notaba como el miembro del hombre le empujaba el fondo de su vagina con su inmensa polla, y noto como esta se ponía algo más grande, y mucho mas dura. No tenía fuerzas para hablar y seguía moviéndose arriba y abajo, y ahora delante y atrás, hasta que el hombre comenzó a soltar chorros de esperma en el interior, muchísimos chorros, si no estuviese embarazada, seguro que el la dejaría preñada con esa corrida tan dentro de ella. Era una sensación tan extraña y placentera que provoco que se desmadejara, y se apoyase en el pecho del hombre, con la cabeza agachada, y con su mentón pegada en su pecho.

Respiraba forzada, respiraba agitada, el orgasmo que en ese momento eran tan grande que no era capaz de construir una frase de tres palabras seguidas.

Cuando se repuso, miró al hombre, y se dejó caer sobre su pecho.

Miguel le acariciaba desde sus glúteos, hasta su cuello, se sentía plena, pues aún el miembro estaba en su interior, completamente tiesa, era lo que le provocaba tanto placer. Cuando se recobró, el hombre le esta besando por todo el cuello , su cara, y alguno en sus labios. Y oyó como le decía

-         AHORA EL CULO!!

-         QUEEEEE!!!

Con los pechos sobre el pecho del hombre absorbiendo su calor, levantó su cabeza dejando que su flequillo rozase el rostro de miguel y lo miraba asombrada con la boca abierta, Miguel la miraba con ternura y una sonrisa maléfica en sus labios.

-         Estas loco eso si que no, eso no me cabe!

-         Empezamos otra vez? Tengo que pegarte de nuevo?

Clara ahora si estaba completamente asustada.

-         Ya veras como si te cabe, déjate hacer

-         Jesús!

Continuará

PD. Yo era uno de los que corrieron hacia la casa para refugiarme de la lluvia, y no me enteré de nada, y no sospeche nada en absoluto de lo que ocurría en la caseta, mientras todos nos lo pasábamos tan bien, y pensábamos en lo mal que estarían los pobres en la caseta. Menos mal que Pablo iría a “salvarlos” con varios paraguas, junto con los que estaban en la piscina.