La tienda y Caléndula (IV)

Continúa la historia de Caléndula

Sus padres llegaron a la casa poco después, Caléndula prefirió quedarse en su cuarto, tenía la lucha interna de dejarse llevar o superar estos instintos, tenía un concepto de si misma de muy reservada que no se muestra sexualmente abierta, pero últimamente no podía evitar calentarse a la mínima, debía reconocer que siempre le había llamado la atención el mundo de dominación, pero no era una llamada tan insistente y acuciante. Oía a su padre reñir a su madre por cómo se había comportado en la consulta, que no podía creer que se calentará tanto ante un desconocido y así sigue y suma, pero no oía a su madre protestar. Ella dice que si alguien le hablara así le mandaría a la mierda o directamente le respondería que a él no le importa. Aunque debía reconocer sentirse dominada por alguien que no se almendra tiene su toque, porque desprende esa persona una aura que provoca en su sexo húmedo anticipadamente, querer estar dispuesta por él a cumplir sus exigencias, dando una entrega. Pero también era cierto que en la sociedad en la que vive se ve mal que una mujer se someta a los caprichos de un ser dominante, y más si es un hombre a quien una está dispuesta a entregarse. Ella había aprendido de la ciudad que para ser moderna y feminista, debía rechazar cualquier sentimiento de dominio sobre la mujer, y en cuanto a la vida sexual, se indica que hay mucho apoyo, y libertad para hablar sobre ello, pero sólo en aquello que sea vainilla, porque como se intente hablar de otros tipos de relaciones, se te cataloga como bicho raro, desaprobación por apoyar una práctica que deja a la sumisa en un posición inferior, debiendo estar a los pies del Amo. Considera que algo está mal en ella al disfrutar tanto en imaginar escenas con Fernando o todo lo ocurrido el viernes... Sus pensamientos son interrumpidos por la entrada de Nora.

  • Cal, tu padre ha llamado a todos para que vayamos al salón.

  • Voy, pero te recomiendo que te cojas otras bragas por si acaso.

  • No hace falta, a mí ya me ha revisado antes, además es para decirnos alguna cosa sobre la salud y así.

  • Bien, pues vamos, no le hagamos esperar.

En la sala volvían a estar todos reunidos, pero volvía a ver una gran diferencia, los hombres por un lado, y las mujeres por el otro, y su padre en el centro de todos.

  • Bien has llegado hija. Cuando yo no pueda revisaros será mi capataz quien lo haga, eso incluye tanto a ti como a tu madre, esperaré siempre su valoración, habrá cámara por todas las instalaciones, evitando así cualquier acto indecoroso, y debo decir que en la sala ya ha habido alguien que lo ha hecho, que la culpable dé un paso hacia delante.

Todos nos quedamos en nuestro sitio, nadie se mueve, pero Caléndula ya intuye quién es, ve a su amiga nerviosa.

  • Bien, pues vamos a ver el video que pilla infraganti a la fresca del turno

Da a encender la tele, allí se ve la cámara en un baño, y está Nora con sus piernas bien abierta y los dedos jugando con sus pechos y su sexo, se oye cómo gime. Esto dura por varios minutos, hasta que se corre.

  • Que se ponga la desvergonzada al frente.

Nora, obedece, va despacio, pero un gesto brusco de mi padre le deja ante toda la sala, yo estoy espectante a todo lo que sucede, quiero saber cómo pretende mi padre castigar esto. Sé que debería estar indignada por su forma de actuar, pero mi parte irracional desea ver lo que hace. Es el morbo de ver cómo otra recibirá su merecido. La entrega al capataz, quien con diligencia y rapidez la desnuda dejando sólo en bragas.

  • La desvergonzada merece un castigo ejemplar, por lo que recibirá 30 azotes en el trasero y 15 en el sexo, y esto se hará ante vuestra presencia. Estas bragas en este estado no las quiero ver, quien las lleve sucias deberá recibir su merecido. Capataz ponla en el potro. - dice mientras muestra ante todos las bragas de Nora que se las había arrancado de un tirón.

El capataz lo obedece, la saca al patio donde habían colocado un potro, la atan, dejando bien expuesta su trasero y sexo. Coge el cinturón y la empieza a azotar, en tanda de 10 de trasero y 5 en el sexo. Nora estaba llorando a mares en la segunda tanda, no esperaba un castigo en público. Mientras tanto Calendula veía todo con asombro por la naturalidad que se hacía todo esto, y por otro lado sentía cómo algo del cinturón de castidad, que le había puesto Fernando, estaba vibrando y haciendo fricción con su botón de placer; se estaba mojando mucho, y no podía evitar seguir mirando el castigo. Su zona privada se dilata y se contrae esperando que algo esté dentro, es como si el cinturón lo supiera porque algo se introduce dentro y también vibra además de introducirse más en su cueva, aunque sin tocar esa membrana fina que indica su pureza. Al final sin que se diera cuenta casi ya había acabado todo el castigo y ella estaba muy mojada.

  • Id a trabajar ahora, ella se quedará aquí como ejemplo.

Calendula y el resto se fueron a sus quehaceres, no deseaban pasar por lo mismo, ya sabían lo que les podía ocurrir si no obedecían. Calendula vuelve a su habitación, no quiere más sorpresas, además está intrigada con su cinturón, que parece tener vida propia, tras la orden de su padre este deja de funcionar. Ella se reprende por haberse sentido tanto deseo por tener algo metido dentro de su zona privada mientras veia a una amiga castigada. Pero su conciencia vuelve a reactivarse, dice que ella desea estar en el lugar de su amiga Nora, y que el cinturón que le ha dado Fernando sólo le ha dado lo que en aquellos momentos estaba pidiendo su alma, ser tomada, y que ella en el fondo de su ser quiere y necesita que alguien la guíe, aunque para ello necesite castigos. De repente es interrumpida por su padre.

  • Vete con tu madre, quiero que estéis preparadas dentro de 2 horas.

Se dirije a dónde su madre, quiere saber por qué actúa de esa forma con su padre y todo lo que siente. Entra en la habitación de ella.

  • ¿Madre en qué te puedo ayudar?

  • Primero os tenéis que asear bien - dice el padre - Te voy a quitar el cinturón, y te baño yo, que no me fio.

Calendula se baña ante la atenta mirada de sus padres, su madre mientras pasa una toalla por el cinturón dejándolo todo seco. Al salir la vuelven a poner el cinturón, y ahora es el turno de su madre, que también lo hace ante la atenta mirada de su padre con la añadidura de que a ella no se le permite tocar en absoluto su sexo, que ya estaba sin pelo.

  • Estad vestidas y con poco maquillaje para dentro de 1 hora y 15 min.

Mi padre por fin nos deja a solas. Mientras mi madre revuelve por el armario yo me quedo sentada en su cama.

  • Madre, ¿por qué dejas que padre sea así contigo?

  • Porque es una forma de vivir nuestra relación diferente a la de antes, me gusta, me hace sentir que soy más plena, más libre.

-¿libre ?

  • Sí, parece mentira, pero es así, me puedo dejar llevar, no temer a lo que dirá tu padre, así como sé que me quiere, porque él libremente ante tantas infidelidades podría haberme dicho que quería el divorcio, pero no, ha preferido esto.

  • Pero él te pega y te hace estar en una situación humillante ante los trabajadores.

  • Lo hace porque yo se lo permito, si yo no quisiera me marcharía de su lado, sabe que hay cosas que nunca puede hacerme. Lo hemos hablado un poco, aunque hay cosas que debemos concretar, por eso vamos al club donde podrás conocer más sobre esto.

  • ¿No te da miedo todo esto?

  • Claro que da algo de miedo, si no tienes confianza en la persona con quien vives esto no puede funcionar, hay veces que se necesita un empujón para experimentar esto, por ejemplo, gracias a Fernando tu padre ha sacado su lado dominante, y es algo que echaba en falta.

  • ehmm?

  • Quiero decir, que tu padre tiene carácter, por lo menos contigo, te castigaba, te vigilaba que fueras por el buen camino, pero conmigo me relegó a un segundo plano, no digo que no me quisiera, sólo que dejó poco a poco de ser detallista o de pensar en nosotros como pareja.

  • ¿Y si algún momento no quieres esto?

  • Pues lo hablaríamos.

  • ¿Y cuándo sabes que debes parar?

  • Espero que eso no pase, porque significará que ha traspasado los límites así como también que nos hagamos un daño difícil de reparar. Recuerda, esto debe ser algo bueno para todos. Ya irás aprendiendo.

  • Vale, tengo que profesar todo esto. ¿Pero esto no es renegar a lo que luchamos las mujeres por nuestros derechos y libertades?

  • Dime, ¿no tenemos libertad de vivir nuestra sexualidad como queremos? ¿Por qué debemos vivir en un sexo convencional?

  • Bueno, si tenemos libertad, pero la libertad de uno termina cuando empieza el de la otra persona. Y se supone que lo convencional ayuda a mantener ese equilibrio.

  • Así que me dices que no puedo querer practicar por ejemplo, ni aún pidiendo a tu padre una relación donde él me ate mientras tenemos el coito.

  • No, es diferente, se lo pides

  • Y aquí yo le estoy diciendo que sí a esto, que confío en él, le estoy dando una gran responsabilidad.

  • ¿Y no temes que te sea infiel con alguna trabajadora?

  • No, es una relación de dos.

  • Pero tú si lo has sido

  • Lo he sido, para buscar lo que no encontraba en casa. Es una llamada de atención, él no lo quería ver, pero nunca le fui infiel en esta casa.

  • Vale, pero ¿por qué no se lo digiste o te separaste?

  • Separar no era opción, está mal visto y sería la comidilla de todo el pueblo tu padre, y lo otro pues cómo le explico que quería esto con él, de esto antes del matrimonio no habíamos hablado nada, temía su reacción.

  • ¿Y es mejor que sea la comidilla de un cornudo no?

  • No me juzgues, y no es lo mismo.

  • Ah, cierto, que sólo le eras infiel de puertas para fuera y ahora te haces la esposa fiel y servir.

  • No lo entiendes

  • No, necesito entender nada, está todo claro.

  • Toma, esto te lo pones tú, dejamos el pelo suelto, y te ayudo a dar un maquillaje discreto.

  • Bien, gracias, pero necesito ropa interior.

  • No, es suficiente, vas a tener poco tiempo puesto, es un club especial.

  • No me digas que voy a tener que estar desnuda

  • Has acertado, bueno, tú tienes la suerte llevar el cinturón.

  • Uff

  • Tranquila, no es tan malo, es como ayer pero con más gente.

-¿Cómo sabes eso?

  • Me lo han dicho

Se terminan de vestir, y fueron a la entrada. Allí les esperaba el Sr. Suárez, que las contemplaba con admiración, estaban radiantes.

  • Bien, vayamos al club, las reglas son sencillas, obedeced y no habléis sin permiso.

  • Si - dijeron las dos mujeres.

Se dirigieron al coche, y de allí al club. Aparcaron en un lugar cerca, en la puerta del club había un portero, que pedía credenciales, el Sr. Suárez saca el suyo que es dorado, y luego enseña otras dos que son unas tarjetas  que son de la madre e hija. Les da el paso pero advierte que en el momento en que entre ambas mujeres deben llevar collares y estar desnudas, que en la entrada hay taquillas para dejar su ropa. Calendula no quiere hacer eso, pero su madre decidida le quita el vestido que se suelta de los tirantes, dejándola sin más que su cinturón, se cubre sus pechos mientras su padre le pone el collar. No quiere seguir a su padre, pero no queda más remedio que seguirle al sentir el collar tirando.

  • Hola, soy Alejandro, el Amo encargado de los amos novatos

  • Hola, soy el Roberto, me ha invitado a participar en este club, gracias por acogerme

  • Bienvenido, por lo que veo traes a dos, pero mal empiezas, no debe nunca taparse los pechos, ni ninguna parte de su cuerpo, por lo que ahora mismo la pondré estas esposas - dice Alejandro mientras va hacia Calendula, y se fija en la madre - pero bueno, mira a quien tenemos aquí, Susana, pensaba que no ibas a volver hasta dentro de unos días.

  • ¿Ella ya ha venido por aquí?

  • Sí, pero los demás lo conocen por el nombre de Tanzanita, y ahora entiendo el porqué, se escondía de su marido para mostrar su verdadera naturaleza. Los demás amos se pondrán enfadados y tristes de verte ya con dueño. Y como te deje tu marido que te castiguen por este engaño...

  • Venía por eso mismo, pero por lo que veo desconocía mucho, y también quería hablar sobre mis trabajadoras.

  • Bien, vamos a tener tiempo para todo, sentemos aquí, dime lo que te preocupa de las trabajadoras.

  • Pues tengo a una que es huérfana de padres y no tiene marido, pero que es toda una ramera, en el trabajo se ha estado tocando y en el castigo se ha mojado por el trato.

  • Tienes un oro de mina, ¿Quién es ella?

  • Pues se llama Nora Álvarez.

  • Ya la conozco, si te parece bien, a partir de mañana ella pasará bajo mi tutela

  • Ella no creo que lo consienta.

  • Ella lo aceptará, llámala y dile que venga, es discola pero yo a esa fierecilla la domo.

El Sr. Suárez la llama, y ella le dice en principio que no va a ir, pero Alejandro se pone al teléfono y en poco tiempo le devuelve.

  • Viene enseguida, no creía que la volvería a ver.

  • ¿De qué la conoces?

  • Yo he sido su profesor cuando estaba en el instituto, era una pieza, y en cuanto a tu hija no he tenido el placer de que haya sido mi alumna.

  • Ah.

  • Bueno, ahora sentamos las normas básicas, lo 1º es que tu sumisa sepa que tú eres quien manda, 2º que sepa que todo acto tiene consecuencia, 3º que tú nunca puedes romper los límites, sólo ayudar a superar aquellos que ella te deje, 4º que es una relación de mutua confianza donde cada uno tiene que ser sincero. Eso es lo más importante, sin esto no se puede ir a ninguna parte.

  • Perfecto, gracias por aclarar.

  • Y en cuanto a las trabajadoras debes hacer que firmen una hoja de consentimiento y de normas con los castigos aparejados. De esta forma aseguras que lo saben y consienten.

  • Vale, mañana mismo hago eso

  • ¿y tu mujer?

  • Ella merece un castigo ejemplar, y yo necesito de tu guía para saber cómo aplicar. Ya te imaginarás la razón de ello.

  • Sí, y estaremos encantados de demostrártelo.

Nora entra en la sala, se queda boquiabierta pero se dirige a donde estaban ellos.

  • Hola

  • Hola señorita Álvarez

  • Hola señor Gutiérrez

  • Veo que sigues creando problemas allá por donde vas.

  • Yo no he hecho nada, ya soy mayor para hacer lo que quiero

  • Todavía te falta un poco de educación, volverás a mi tutela hasta que vuelvas a recobrar la compostura.

  • ¿Y si no quiero?

  • No habrías venido, y ahora ve a cumplir la norma, Pétalo acompáñala a la entrada y ya sabes cómo debe ponerla; e informarme de cualquier rebeldía por su parte.

Nora acompaña a Pétalo por dónde había entrado. Mientras volvían a hablar Alejandro, tanto Caléndula como su madre seguían de pie, al estar tanto tiempo así, Caléndula que es de tener poca paciencia empieza a moverse pero no puede ir muy lejos por el collar.

  • Quieta, nadie te ha dicho que puedas  moverte

  • Me aburro y no quiero estar aquí

  • No es la forma de tratar a una persona mayor, y menos a un Amo, pero yo no soy quien para hacer esa labor, fíjate en tu madre e imítala. Tanzanita, dile a tu hija cómo os tenéis que colocar las sumisas y cómo tenéis que responder.

  • Si se nos permite estar sentadas, debemos arrodillarnos, y sobre los talones sentarnos, pero siempre con las rodillas abiertas. Y debemos contestar y decir al final de las oraciones mi Amo o mi Señor.

  • Bien, pero te ha faltado decir que se nos debe tratar con respeto y en tercera persona. Os podéis sentar, y por lo que veo a ti te han pelado por completo, años negando cumplir esa exigencia nuestra. Estas muy caliente. Roberto tienes verdaderas minas de oro. Ahora, nosotros nos encargamos de dar el merecido a Tazanita, tú Caléndula te sentarás en primera fila viendo los castigos que puedes sufrir si no te comportas en el futuro.

Caléndula mira cómo sus padres suben a la tarima junto a Alejandro, hay varios objetos, a su madre la ordenan colocarse en el potro. De repente siente como que está en otro lugar, pero eso no era posible, elle seguía en el club. Fernando se ha metido en su mente, tenía esa habilidad de introducir en la mente de las personas y manipularlas; en este caso no iba a actuar con ella dormida, sino jugando con  ese estado semiconsciente, que Caléndula vea a su madre recibiendo el castigo y a la vez que su mente note su presencia y de cómo la usa.

- Mi sumisa, ¡qué guapa estas! aunque este cinturón me tapa lo que es mío.

- ¿Qué haces aquí?

- Pues vengo para cumplir tu deseo, aliviarte esas ganas que tienes, ahora con las manos libres podrás cumplir mis ordenes

- No sé de qué hablas

- Pequeña mentirosa, ponte a 4 patas, levanta el culo, pero sigue mirando a tu madre y a Nora, cómo las dos reciben su castigo por sus pecados

Caléndula duda pero al final lo hace, Fernando sentado detrás de ella acerca su mano al cierre del cinturón y se lo quita.

- Veo que has sido muy traviesa, has usado los juguetitos del cinturón, y tienes todo tu sexo encharcado - dice mientras le toca esa zona.

- No toques mi zona privada

- Jajaja, tú dices una cosa y tu cuerpo otra cosa - dice mientras sigue frotando el clítoris mientras con otro dedo recogía la humedad que salía - Te gusta estar así para mí, y seguro que quieres que te tome.

- Nooooo, aquí nos puede ver cualquiera.

- Mejor, así todos sabrán que eres mía

- Pídeme que te tome

- Noooo

Fernando no dice nada más, pero sigue jugando con el sexo de Caléndula y sus pechos, cuando nota que va a tener un orgasmo para y vuelve a empezar, ella no puede parar de gemir, pero se resiste a pedírselo, sigue viendo cómo su madre y Nora son castigadas. Las han azotado, puesto pinzas con pesos, jugado con sus sexos metiendo objetos, burlarse de ellas...

- Tranquila, eso también lo experimentarás, pero necesito que antes digas que te folle.

- Por favor fóllame, tómame.

- Bien, a tus ordenes

Fernando posiciona su duro pene en la entrada virgen, ella con tal excitación lo quiere dentro, se desliza en su cueva con mucha facilidad, primero es suave, le rompe su membrana de virtud. Ella le ruega que no lo haga, pero una vez que ya ha pasado empieza a disfrutar de sus movimientos rápidos y bruscos, pide que le de más. Esto le hace llegar a un orgasmo bastante intenso para ella, no puede evitar soltar un grito de placer.

- Muy bien mi niña, esto es una prueba de lo que puedes llegar a disfrutar en el día que te desvirgue físicamente, y no sólo con la mente.

Caléndula tan rendida por este orgasmo no entiende a lo que se refiere, se medio incorpora, no ve a Fernando, pero si a Alejandro y a su padre con cara de enfado. Cuando se reincorpora un poco más, nota que está tocando en el suelo algo húmedo, que sus manos vuelven a estar con esposas y que tiene el cinturón de nuevo puesto.

------------------------------------

¡FELIZ AÑO NUEVO!