La Tienda y Caléndula (III)

En el fin de semana las empleadas de Sr. Suarez no se librarán de los cambios que sufre la familia de Caléndula

En el fin de semana en la casa de Caléndula no faltó acción, tras la marcha de Fernando el Sr. Suárez permitió que las dos mujeres se adecentara, el padre de familia siente que su miembro se despierta, lo tiene bastante duro, por todo lo sucedido, así que le indica a su mujer que haga lo mismo que con sus amantes, ella se lo chupa, lo hace como una verdadera profesional, de hecho cuando se corre se lo traga.

  • Guarra, haciéndote la estrecha, y resulta que tienes práctica, ya iré descubriendo la mina de oro que escondes. - dice mientras sigue dejando que parte de la influencia de Fernando actúe para sacar a flote su parte dominante - Mañana mismo iremos a un club que me ha hablado Fernando, allí podré aprender más de cómo debo actuar contigo, pero mientras tanto ve a preparar la cena, y tú, hija, quiero que prepares la maleta con lo mínimo imprescindible de lo que necesitas para marcharte con Fernando.

  • Padre, no pienso ir con ese degenerado, mira en qué ha convertido a esta familia

  • Obedece hija, no me obligues a que te castigue, hay otras formas que no sean físicos, y esos no dejan marca, por lo que ten cuidado de cómo me tratas.

Caléndula se marcha de la habitación, no puede creer que su padre no vea que Fernando ha cambiado a la familia, ya no actúan como siempre, además de que no es normal que hace unos momentos allí en la sala estuviera deseando que la humillaran así como que la azotara su padre, sabía que existía gente así, pero ella no era así, ella era una chica decente, con algo de deseo, pero no tanto como lo vivido. Su conciencia vuelve a la acción.

  • Todo esto que estás experimentando es un proceso normal, tu madre siempre ha sido una sumisa, ya has visto que se ha puesto muy mojada cuando tu padre estaba examinando, cualquier otra madre habría intervenido para impedirlo, pero ella no, ella se ha imaginado que en esa situación era ella, no puedes negar que tu madre viva sus deseos, ella ha sabido aceptar y abrazar esa naturaleza.

- No, ella es diferente, si fuera así, no me habría delatado a padre cuando me pilló tocándome

- No lo es, esto confirma que ya desde ese momento le ponía ver cómo tu padre te castigaba, y seguro que hoy durante el viaje de vuelta te ha contado todo lo que ella ha vivido u hecho para que él encontrara tus bragas húmedas, eso es lo que ha pasado de hecho.

- es verdad, ella no se ha extrañado cuando he empezado a hablando de estos temas, de hecho disfrutaba, y cuando padre la ha castigado he oído que decían que lo había pasado en grande, y que deseaba más.

- ¿ves cómo necesitabais un empujón para sacar al exterior lo que sois?

- No, no, Fernando está cambiando por completo a mi familia, y a mí me engañó en la tienda.

- Si hubiera sido así tú no habrías tenido durante toda la semana la necesidad de ver ni leer relatos eróticos, ni tampoco que estés todo el día excitada, por ejemplo ahora mismo seguramente estés deseando tocarte , sentir que un hombre te posea, que te trate sin delicadeza, te excita cuando eres azotada o te encuentras en una situación comprometida. Has llegado al orgasmo con los tocamientos de Fernando, sin necesidad de meter nada en tu sexo, eso es porque te ha encantado mostrar a tu padre y madre que Fernando es tu Dueño, que te excita el mero hecho de que te posea a pesar de estar en una posición incómoda e indecorosa frente a tus padres. Y creo de hecho que eso es lo que ha precipitado a tu éxtasis

- No, no es cierto

- Sí lo es, no te engañes, yo que soy tu conciencia te conozco, y sé lo que sientes ahora mismo, tu sexo está palpitando, ese agujero está haciendo movimientos como si tuviera dentro un miembro dentro, y podrás palpar que por los bordes del cinturón vuelves a tener un chorro de tu humedad, necesitas y deseas ser sometida por un hombre, y ese hombre es Fernando, él te ha calado desde el primer momento. No le has podido olvidar ni de dejar ver videos de chicas sometidas a su Amo, pensando en estar en el lugar de ellas y que el Amo sea Fernando.

- Puede ser, pero estoy segura de que él tiene algo que ver .

- Él únicamente vela por tu bien, tú necesitas que alguien te guíe en esto, y nadie como él lo puede hacer, y disfrutarás en el proceso, pero para eso tienes que confiar plenamente en Fernando. Si no es con él no podrás obtener nunca tanto placer como hoy, y tú estás deseando que él sea tu Amo, entregarte por completo a él.

En esta pelea mental esta Caléndula, mientras como una autómata mete sus cosas en una maleta, dejando todo aquello que no le servirá, deja la maleta al lado de la puerta, una vez que termina con la maleta vuelve a la sala, ve cómo sus padres ahora vuelven a actuar como si no hubiera pasado nada, cenan tan tranquilos aunque de vez en cuando ve que tanto su madre como su padre se lanzan miradas, no sabe qué ha ocurrido durante su ausencia, pero considera que es muy importante hablar con su madre de todo esto. Tras la cena, el padre indica que como nueva norma en la casa se inspeccionara a toda chica en casa, y esas inspecciones serán por sorpresa, incluyendo a las personas que trabajan en casa, eso lo iba a anunciar mañana, no quería que ninguna mujer indecente trabaje en su casa. Caléndula no se puede creer esta locura pero se imagina que las empleadas se negarán a tal cosa, porque es algo tan personal y que un desconocido lo haga es muy violento.

  • Mujer, te quiero en posición de inspección ya.

Su madre se coloca de pie, con las piernas separadas, y con las manos por detrás levanta el vestido, dejando a la vista su sexo, está con la mirada en el suelo.

  • Bien, espero que estés sequita, hay que solucionar mañana mismo este problema de pelos, mírame a los ojos - dice mientras mete su mano entre la los muslos de ella - muy mal, sigues tan mojada o más que antes, te has corrido ya 4 veces, pues me vas a obligar a que te ate para dormir, eres insaciable, sólo te tocaras en mi presencia y si te lo has merecido. Y ahora mismo no tienes el privilegio para ello.

  • No puedo evitar, me gusta cómo eres.

  • Genial, ahora tú, hija, debo informar a Fernando de cómo te encuentro cada vez que hago una inspección.

Caléndula se pone en posición, sabe que no tiene opción, se pone en la misma postura que su madre, su padre pasa sus dedos por los bordes del cinturón, y observa que está muy mojada.

  • Ya te corregirá Fernando, también dormirás atada de mano, así vas tomando practica de cómo será tu nueva vida.

En la noche ninguna de las 2 mujeres pudieron dormir bien, estando atada no podía hacer nada para parar ese volcán, y la hija pensando en los cambios que habrá en su vida, no vería más a sus padres y estará en manos de Fernando, sin poder hacer nada.

En otro lado de la ciudad Fernando estaba en el club hablando con los otros Amos.

  • Mañana vendrá un Amo novato con su mujer e hija, vendrá a aprender de vosotros, con la mujer podéis hacer lo que queráis, es masoquista, igual la conocéis y todo, por lo que he averiguado ha sido varias veces infiel a él, y en cuanto a hija no quiero que la toquéis, ella será mera espectadora, ella es mía, pero quiero que vea y se excite a no más poder, esto será parte de su nueva vida.

  • Perfecto, así que a la mujer hay que enseñar al marido castigarla y mantenerla en corto.

  • Sí, y las normas básicas de la dominación y sumisión, la hija lleva un cinturón, que sólo lo puedo quitar yo, por lo que no podrá haber confusión.

  • estupendo, vamos a tener mañana espectáculo.

Fernando se quedó observando las sesiones de algunos Amos con sus sumisas, y se lo enviaba en forma de sueño a Caléndula, y estaba seguro que con esto la mantiene caliente, se mete en su sueño, donde ella es espectadora de todo lo que ocurre, mientras ella desnuda es manoseada por él, que la toca su sexo, ya libre de cinturón pero no la permite llegar.

Caléndula se despierta con la alarma, el sueño ha sido tan real, que había podido sentir sus dedos dentro de ella,  y había dejado la cama con una mancha de humedad bastante grande, aunque el cinturón parece que seguía bien seco, se va al baño para asear. Tras arreglarse se dirige a la cocina, donde se sorprende al ver su padre ya hablando con sus empleados.

  • A partir de ahora toda mujer que trabaje aquí deberá pasar una inspección sorpresa de su decencia, quien no quiera ya sabe dónde está la puerta, pero ya sabéis que si os vais no obtendréis de mí ninguna recomendación.

Ante esa declaración nadie se atrevió a decir nada, más se notaba que había nerviosismo por todo lo que implicaba.

  • Os daré ejemplo con mi mujer - dice mientras le hace gesto de que se acercara - Modo inspección, veis así debéis estar, dejando visible vuestro sexo, yo pasaré sólo el dedo si tenéis pelos, pero si lo encuentro muy húmedo, como sucede en este caso os ordenaré modo sula-ki, veis, encima de la mesa, mostrando el sexo, ligeramente elevada el pelvis, ofreciendo bien la inspección, allí sabré si soy o no decentes, los que no lo seáis hablaré con vuestros padres o maridos, y me confirmarán lo que me hayáis dicho. ¿Alguna duda?

Nadie responde

  • Bien, a todas las mujeres os quiero en modo inspección. - dijo, pero al principio nadie se movió - ya, o marchaos, no tengo tiempo que perder.

Así que todas las mujeres se pusieron en la posición de Modo inspección que les había mostrado la madre de Caléndula, y estaban inquietas. El padre pasó de una a una, a algunas les decía que se podían ir a su quehacer y a otras no.

  • A las que estáis aquí modo sula-ki, primero Dora.

Dora tímidamente se pone en la mesa, pero no es capaz de abrirse tanto de piernas, pero el Sr. Suárez se lo abre, y ve que tiene los labios muy hinchados y gotea parte de humedad.

  • ¿Dora tienes marido?

  • No Señor

  • Bien, mañana quiero hablar con tu padre.

  • Sí Señor

  • Ve a tus labores

La siguiente que le tocó fue a Mela, ella tenía cierta humedad, pero no había ninguna nota que indicase que se tocase o mantuviera relaciones. La siguiente fue Estela, que tenía marido y se notaba que tenía ciertos restos del coito, a ella le exigió también que quería ver a su marido, y por último llegó el turno de Nora, que estaba chorreando.

  • ¿Nora tienes marido?

  • No Señor

  • Quiero hablar con tu padre

  • Soy huérfana Señor, no tengo familia

  • Vale, mañana te digo qué hacer.

Caléndula tras la marcha de su padre y madre fue a preguntar Nora, era la chica que tenía la edad más cerca de ella.

  • ¿Nora por qué has hecho eso?

  • No tenía más opción

  • Claro que tenías otra opción, podías cambiar de trabajo.

  • No es fácil, tu padre aquí es el único que ha dado trabajo por aquí

  • Cambia de ciudad

  • No tengo dinero para eso, ¿además de qué me sirve cambiar si no tengo referencia?

  • Vale, esto es difícil, hay que pensar en algo mejor.

  • No, yo no tengo muchas oportunidades, no tengo muchos estudios, y sin dinero no puedo estudiar.

  • Viendo desde ese punto de vista esto está jodido.

  • Tranquila, que por fin pasa algo interesante por aquí

  • Yo no diría eso, de hecho, yo huiría.

  • ¡Qué va! Esto es alucinante, tu padre es un dominante y tu madre una sumisa, verlo así, es como un sueño hecho realidad.

  • No me dijiste que te gustaba esto.

  • No, porque es un poco hablar de esto, y más teniendo en cuenta que eres muy tímida hablando de estas cosas, lo que no sé es por qué este cambio.

  • Te lo cuento ahora, agárrate.

Caléndula relata lo que había pasado en la semana de lo que ella sabía y sentido, mientras que Nora no perdía detalle de toda la historia, era tan excitante, cuando termina de contar la historia Nora se despide rápidamente, y se va al baño para aliviar toda esa calentura, mientras tanto Caléndula volvía a tener la pelea con su conciencia con todo lo sucedido en su habitación, y como pasaba en estos últimos tiempos ella no podía negar que volvía a estar con mucha calentura, y se imaginaba que estaba en manos de Fernando.